A lo largo de la historia ha habido muchos héroes y salvadores. Algunos han sido bien retratados y otros se han quedado en pocas memorias. Uno de estos personajes históricos que merece la pena recordar es Gilberto Bosques. Más conocido como el Schindler Mexicano.
Fue cónsul mejicano en la Marsella de los años 30-40. Definido así, no parece tener mucha relación con la heroicidad o la salvación pero tuvo un papel crucial en la salvación de judíos durante el régimen nazi.
Consulado de México en Marsella
Los límites fronterizos siempre han sido un tema de conflicto en la historia. Los países se han disputado entre diferentes grupos, unos han tomado la delantera sobre otros haciendo imposible la convivencia. En este caso Gilberto Bosques desde su consulado en Marsella estableció comunicaciones con diferentes instituciones europeas para salvar a muchos refugiados políticos. Gracias a él, se dejaron de cometer muchas injusticias. Pero centrémonos en su vida y en el por qué salvó a tantas personas entre las que destacaron judíos y republicanos españoles.
Un poco de la vida de Gilberto Bosques
Gilberto Bosques nace a finales del siglo XIX y siempre se caracterizó por su carácter político y solidario. En sus primeros años trabajó como ayudante en la Escuela Primaria de José María Lafragua. Una de las primeras escuelas públicas de México. En seguida, solicita permiso para dejar su labor y se integra en las filas de un grupo denominado “Voluntarios de San Carlos a la defensa del País” después de la invasión de las tropas estadounidenses en el Puerto de Veracruz en 1914(1). Posteriormente, continua su labor educativa será el responsable de organizar el Primer Congreso Pedagógico Nacional en Santa Ana Chiautempan Tlaxcala.
Es elegido en dos ocasiones como diputado general de Puebla de México. Como resultado de su actividad política en el gobierno de Lázaro Cárdenas, presidente de México entre 1934 y 1940 es nombrado cónsul general de París. Por tanto, viaja hasta la ciudad para desarrollar su actividad política en el consulado. Se mantiene en París hasta que esta se convierte en el punto de mira de los alemanes. Así, restablece el consulado primero en Bayona pero cuando los alemanes ocupan esta zona se traslada a Marsella donde comienza su labor de protección. Una vez allí instruyó al personal del consulado para ayudar a cualquier persona que solicitaba escapar a México (2).
Política en Marsella
Durante la década de los 30, Francia se había convertido en lugar de refugio para miles de perseguidos que escapaban del nazismo, fascismo y franquismo. La derrota francesa en mayo de los años 40 condujo a la ocupación directa del ejército alemán de las tres quintas partes del país y el establecimiento de un nuevo régimen francés, en Vichy (3).
Ante esto miles de refugiados huyeron al sur intentando ponerse a salvo. Había una gran cantidad de extranjeros entre españoles, alemanes y holandeses. En este contexto, los franceses buscaron posibilidades para deshacerse de la población al mismo tiempo que los refugiados buscaban desesperadamente permisos. Se toparon con un gran caos burocrático, no solo necesitaban un permiso de entrada para otro país sino que también necesitaban «visas en tránsito para pasar por España y Portugal. Pero además era necesario conseguir un documento para salir de Francia conocido como salvoconducto, que era bastante díficil de obetener. Por otro lado, el mayor problema al que se enfrentaban es que otros países no estaban dispuestos a recibir refugiados.
Dada la situación, en agosto de 1940 La Francia de Vichy se convirtió en uno de los únicos países europeos que entregaba judíos a los nazis para su deportación (4).
En este contexto, Marsella cobró una importancia central porque era el único puerto de salida del país. Por lo que fue el lugar de reunión de todos los refugiados que buscaban abandonar Europa. Desde allí, se establecieron Comités de Ayuda algunos destinados al auxilio de republicanos españoles.
Gilberto Bosques y los permisos de viaje
Es en este momento en el que Gilberto juega un papel esencial. Se encontraba en Marsella en los años 40 como cónsul de México y desde su función tenía que coordinar la evacuación de refugiados españoles. Así se dedico a expedir permisos a a aquellos que lo necesitaron, creando un aparato burocrático para facilitar las comunicaciones entre organismos (5).
Con sus actuaciones en Marsella demostró ser un caso de nobleza humana. A comienzos de la guerra en un momento tan convulso, este cónsul mexicano firmó 40 mil permisos para que muchos perseguidos por el nazismo pudieran cruzar el Atlántico y escapar de la muerte. Una de las personas que salvó con la creación de sus documentos fue la filosofa Hannah Arendt, importante teórica judía que escribió sobre el totalitarismo. También entre la lista de personas que dejo salir de Francia se encuentran numerosos intelectuales, escritores y filósofos de nacionalidades diversas como españoles, alemanes, franceses, etc. (6)
Homenaje a la memoria de Gilberto Bosques
Gilberto Bosques fue reconocido como la cara de la solidaridad mexicana. A lo largo de su vida se le dieron varios títulos gracias a sus actuaciones. Por ejemplo, en 1957 recibió el título de Maestrante de la Orden de la Liberación de España, y algunas décadas después, en 1980, recibió la Condecoración de la Estrella de Oro de la Amistad de los Pueblos por parte del gobierno de la República Democrática. El recuerdo de Gilberto también ha sido perpetuado por la pluma de algunos conocidos historiadores como el alemán Friedrich Katz (7).
Al final de sus días en Francia fue capturado por los junto a una decena de diplomáticos de otros países y estuvo un año de cautiverio en una localidad cercana a la famosa ciudad alemana Bonn. Poco después fue liberado, gracias a un acuerdo entre Alemania y México y pudo regresar a su país natal.
Gilberto Bosques sigue vivo gracias a la vasta producción literaria que hizo durante su vida y en ella deja algunas palabras dignas de recordar como estas de 1944:”
HICE LA POLÍTICA DE MI PAÍS, DE AYUDA, DE APOYO MATERIAL Y MORAL A LOS HEROICOS DEFENSORES DE LA REPÚBLICA ESPAÑOLA, A LOS ESFORZADOS PALADINES DE LA LUCHA CONTRA HITLER, MUSSOLINI, FRANCO, PETAIN Y LAVAL.(10)”
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