La Primera Guerra Mundial, conocida como el primer conflicto entre las principales potencias mundiales por conseguir el control de los mercados y las industrias, resultó un punto de inclusión para la vida de las mujeres. La guerra se ha estudiado desde un punto de vista económico y político pero, ¿qué sucedió durante la revolución de 1917? ¿Cuál fue el rol de las mujeres en el conflicto? ¿Cómo se organizaron para gestionar el mundo que los hombres habían dejado vacío? Bienvenidos a la historia de las mujeres en la I Guerra Mundial.
Las mujeres en la I Guerra Mundial
Para muchas mujeres la guerra se convirtió en una especie de liberación. La guerra afectó a muchos ámbitos de sus vidas. Las mujeres en la I Guerra Mundial se dedicaron a trabajar en los roles que los hombres habían dejado vacíos. De pronto, se hallaron en una situación que la historia les ofrecía por primera vez. Se hallaron frente a las tareas de hombres, en los sillones vacíos dejados por los ellos (1).
Las tropas necesitaban nuevos refuerzos y así aparecen nuevas formas de trabajo para ellas (2). Algunas mujeres que se dedicaban a la servidumbre doméstica comenzaron a ampliar sus áreas de actuación trabajando en diferentes sectores como la mecánica, la administración y la conducción. Algunas se dedicaron a la instalación del gas o la conducción de trenes, grúas y autobuses (3).
Derribar las barreras
La guerra se convirtió en un medio por el cual se eliminaron algunas de las barreras que separaban los trabajos masculinos de los femeninos. Las mujeres se convirtieron en operarias, montaron aviones, trabajaron en las fábricas de municiones, en los ferrocarriles, y en las minas. Se convirtieron en la primera fuerza de la retaguardia y en el campo, su trabajo resultó imprescindible para la supervivencia de todos los seres humanos (4).
La guerra supuso una mayor visibilidad de la labor de las mujeres y de la influencia que estas podían tener en la sociedad. La guerra les dio la oportunidad de entrar en nuevas profesiones, adquirir nuevas habilidades y ganar la confianza en sí mismas para influir en cuestiones económicas y políticas (5). En definitiva, una forma de derribar las barreras.
Activismo político en la revolución de 1917
Durante la guerra, las sufragistas no pararon sus campañas. El activismo político cobró fuerza, se usaron las redes que facilitaban los trabajos de la guerra para crear nuevas iniciativas. Sobre todo, para ayudar a todos aquellos que tuvieran necesidades en sus casas (6).
Algunos ejemplos de estas acciones ocurrieron en Gran Bretaña. En 1915, “The Glasgow Women´s Housing Association” ejerció una acción directa para prevenir el desahucio de la familia de un soldado que no podía pagar el alquiler. Las mujeres formaron piquetes y una huelga callejera que se extendió por todo Glasgow. Después de ello, el gobierno introdujo una restricción para el pago de la renta a través del Rent Restriction Act (7).
La revolución de 1917
En muy poco tiempo, la guerra colocó a las mujeres en los lugares centrales de producción. Esto permitió derribar algunas barreras. Cambiaron sus roles en la sociedad y se dedicaron a sectores que anteriormente eran exclusivamente masculinos, sin embargo, tenían unas condiciones diferentes: muchas horas y poco salario (8). En los últimos años de la guerra comenzaron a realizar huelgas en las que revindicaban el siguiente slogan: “mismas horas, mismo salario” (9).
Muchas mujeres se rebelaron contra las condiciones que estaban viviendo. En estas reivindicaciones, pedían dos cosas fundamentales: mejores condiciones de trabajo y alimentación para sus familias.
8 de marzo
Una de las más famosas reivindicaciones ocurrió el 8 de marzo de 1917 en Rusia. Desde comienzos de 1917 la ciudad de Petrogrado (Hoy San Petersburgo) era una ciudad devastada. El país estaba inmerso en la Primera Guerra Mundial y los precios de algunos productos como el carbón se habían disparado. Prácticamente la mitad de la clase obrera eran mujeres. El número se había incrementado porque muchos hombres se encontraban en el frente. A parte de dedicarse a sectores propiamente femeninos en la época como la industria textil habían accedido a otras tareas más exclusivas de los hombres como las imprentas o la industria metalurgia (10).
Aquel 8 de marzo, las mujeres, algunas trabajadoras y otras esposas de soldados, salieron a las calles reivindicando “para para sus hijos” y el “retornos de sus maridos a las trincheras” (11).
El 8 de marzo se convirtió en un día memorable para la historia, el día que las mujeres rusas se levantaron. De acuerdo con Alexandra Kollontai:
“El Día de las Mujeres Trabajadoras de 1917 se volvío memorable en la historia. Ese día las mujeres rusas levantaron la antorcha de la revolución proletaria»
Si te interesa ampliar la infromación sobre el 8 de marzo, te recomendamos uno de nuestros interesantes artículos. Aquí
Las mujeres en la I Guerra Mundial
La relación entre las mujeres y la guerra siempre ha sido ambivalente, debido a la presencia de las mujeres en todos los ámbitos de la vida:
“La guerra era un negocio gestionado por militares en el que los civiles se transformaban en intrusos o marginados” (12).
Solo aquellas mujeres que tenían ocupaciones propias de hombres jugarán parte efectiva en la contienda (13). Podían ser ajenas al frente, pero en el caso de la I Guerra Mundial tuvieron un papel esencial (14). Para esta contienda era necesaria la movilización popular, no se diferenciaba entre hombres y mujeres porque en este caso el activismo también era una obligación para el género femenino. Por ello nos encontramos con mujeres que se dedican a diversas tareas como el llamamiento a filas de hombres, las acciones caritativas, vistas a heridos en los hospitales, realización de cuestaciones en económicas para las organizaciones de socorro entre otras (15).
El fin de la I Guerra Mundial
El papel de las mujeres en la I Guerra Mundial y su apoyo a la sociedad en esos momentos facilitó la concesión del derecho a voto en 1918. La creencia popular sostiene que el derecho a voto fue un acto de generosidad por parte del gobierno de coalición. Algo así como un reconocimiento realizado por las mujeres durante la guerra. En cualquier caso, significó la culminación de los diferentes movimientos sufragistas surgidos durante años.
Pero en 1918 cuando la guerra llega a su fin, en las novelas y diarios de mujeres el tono era de total agotamiento. Al final de la guerra la escritora Cinthya Asiquith escribe en sus diarios: “Una tiene que volver a mirar a largo plazo, en lugar de a lo inmediato, y al final seremos, plenamente conscientes de que los muertos no lo están solo mientras dura la guerra” (16) Y las mujres aprovecharon la oportunidad de derribar barreras.
Una nueva época
Mientras trabajaban perdían a sus seres más queridos hombres, parejas, hijos, padres, etc. En los años posteriores la cantidad de matrimonios se redujo. Las mujeres utilizaron sus energías en tareas diferentes a buscar un marido y la crianza, canalizando otras preocupaciones. La guerra, que había abierto el frente occidental, costó la vida de millones de jóvenes provocando una ruptura en el orden del mundo. Se acabaron las certeras y se dio paso a una nueva época, radical y difícil que facilito las conquistas de las mujeres y que continúa hasta hoy (17).
No te pierdas más artículos interesantes en nuestra revista Khronos Historia.