Os voy a poner un poco en situación, antes de hablar de Mad Jack el loco. Es indudable que, a día de hoy, el mundo del cine (no hablemos del mundo de los videojuegos) ya nos tiene más que acostumbrados a unos héroes de acción que pese a ser tiroteados, golpeados, y pasar mil y una calamidades, siempre logran salir airosos. Claros ejemplos son los casos actuales del escurridizo Jason Bourne (1) o el temible John Wick (2).
Aunque nadie puede negar, pese a los ejemplos citados anteriormente, que el auténtico boom del cine de acción y sus héroes se encuentra en el siglo pasado (s. XX). Concretamente en las décadas de los 80 y 90. Es aquí donde tenemos la mayor acumulación de leyendas del género. Desde Rambo (3) o el coronel John Matrix (4), que era capaz tanto de levantar enormes troncos de árboles valiéndose de un solo brazo, como de destrozarte con sus artes marciales, hasta Neo (5), que paraba las balas con sólo levantar su mano. Aunque quizás nuestro personaje sea más parecido a un William Wallace (6) moderno. Y es que Mad Jack el loco, nuestro protagonista, tiene un poco de todos.
La realidad siempre supera a la ficción
A cualquiera de nosotros, las hazañas de estos personajes de película, supervivientes solitarios, nos resultan auténticas fantasmadas. Y , aunque están muy bien para nuestro entretenimiento, se alejan bastante de la realidad… ¿O no?
Si os digo que en la década de los 40 un hombre se enfrentó a los nazis con una espada (claymore), un arco y una gaita (7), ¿os lo creeríais? Pues así fue. Estamos ante el Rambo, el William Wallace, o cualquier otra comparación que se os ocurra, de la Segunda Guerra Mundial. Su nombre, John Malcolm Thorpe Fleming Churchill. Para los amigos Jack Churchill el peleón, El loco Jack o también conocido como Mad Jack (8). Y no, no es pariente de Winston Churchill. Sea como sea, y por muchas comparaciones que se nos puedan ocurrir y motes varios, estamos ante un claro ejemplo del dicho popular la realidad siempre supera la ficción.
Este héroe de acción era ya un veterano del ejército británico cuando participó en la Segunda Guerra Mundial. Aunque tenía poco de soldado (al menos en un primer momento) y mucho de artista. Nadie lo diría teniendo en cuenta las diversas condecoraciones que recibió. Como la de la Orden del Servicio Distinguido (DSO), la Cruz Militar (MC) o la Estrella de Italia, entre otras.
¿Un soldado artista? o ¿un artista soldado?
En su vida militar anterior a la guerra destacó en tocar la gaita y en el tiro con arco. Después se convertiría en el “John William Rambo Wallace”, que luchó contra los nazis. De ahí que no resulte extraño que dejase el ejército e intentara ganarse unas pelillas dedicándose al mundo de la moda o del cine. Se puede ver como extra en películas como Un yanqui en Oxford, El ladrón de Bagdad (9) o Ivanhoe (10). En esta última, participó una vez terminada la guerra. Pero el destino le tenía reservado un papel protagonista.
En 1939 participó, representando a Gran Bretaña, en el Campeonato Mundial de Arco, en la ciudad de Oslo (11). Pero el estallido de la Segunda Guerra Mundial lo llevó de nuevo a enrolarse voluntariamente en el ejército. Su primer destino, Francia.
Empieza la leyenda de Mad Jack el loco
Fue enviado con la Fuerza Expedicionaria Británica a territorio galo. Se dio a conocer por realizar emboscadas, con espada y arco en mano, a las tropas nazis. De esta forma, retrasó el avance alemán; y ayudó, en la medida de lo posible, a que sus compañeros lograran salvarse de una más que segura aniquilación, por parte de los nazis, a través de Dunkerque (12), un episodio clave del conflicto. En una de estas múltiples hazañas en territorio francés, consiguió abatir a un sargento alemán con su arco. Después de esto, entró de forma voluntaria en los denominados comandos británicos (13). Comenzó así la leyenda de un auténtico héroe de acción.
El guerrero comando
Ya alistado en los comandos británicos, fueron muchos los frentes donde combatió Mad Jack el loco, y muchos sus éxitos. El sonido de su gaita lo precedía, intimidando así a sus enemigos, para después cargar contra ellos espada en mano al grito de “¡comando!”. Si no que se los digan a las tropas nazis de Vaagso (Noruega). El loco Jack comandó a una de las compañías destinadas allí para enfrentarse a los alemanes (14). Lo hizo al ritmo de The March of the Cameron Men (15), tocado con su gaita. O que se lo pregunten a los cuarenta y dos prisioneros alemanes que tomó, armado con su espada en Salerno (Italia) (16).
El héroe es capturado
Por si lo anterior fuese poco, también participó en la llamada Misión Maclean, en 1944, en Yugoslavia. Aquí apoyó a los partisanos de Tito desde la isla adriática de Vis. Es en esta empresa donde fue capturado (17). Se quedó solo y sus tropas fueron completamente eliminadas. No le quedó otra cosa que coger su gaita y tocar el tema Will ye no come back again? (18), mientras esperaba su fin. Una explosión de granada lo dejó KO. No iba a ser todo un camino de rosas para nuestro protagonista. Ahora estaba en manos del enemigo.
Terminará en el campo de concentración de Sachenhausen (Alemania). Una prueba más para nuestro héroe de acción. Prueba que superó al lograr fugarse junto con un oficial de la RAF, a través de un desagüe abandonado; como si del propio Steve Mcqueen se tratase (19). Lograron llegar hasta la costa báltica, cuando fueron nuevamente capturados. Fue cerca de la ciudad costera de Rostock, muy cerquita del mar y de su pase a la libertad (20).
La suerte vuelve a estar de su lado
De camino al campo de Tirol (Austria), tuvo que esperar una oportunidad para volver a hacer uso de sus habilidades de escapista. Pero esta oportunidad no llegó. Porque, una unidad regular del ejército alemán, dirigida por Wichard von Alvensleben (21) se encargará de su liberación. Mientras él, y alrededor de ciento cuarenta prisioneros más, estaban siendo trasladados por tropas de las SS, dicha unidad, que había sido puesta sobre aviso de los altos rangos de los prisioneros, intercederá para que los liberen (22). La suerte vuelve a estar con Mad Jack el loco.
La guerra llega a su fin
Es 1945, nuestro “John William Rambo Wallace”, viendo que en Europa la guerra contra Alemania estaba a punto de terminar, y siendo como era un hombre/héroe de acción, pidió el traslado al frente del Pacífico para luchar contra los japoneses. Aquí la guerra era más intensa. Lamentablemente para él, EE.UU. lanzó las dos bombas atómicas sobre Hiroshima y Nagasaki, puso fin a la guerra (23).
El inolvidable Mad Jack el loco
Mad Jack el loco, el héroe de acción, ha dejado una huella imborrable en el mayor conflicto bélico que ha sufrido el mundo. Sin embargo, su vida siempre estuvo llena de excentricidades. Y el final de la Segunda Guerra Mundial no iba a ser el final de su aventura. Se formó como paracaidista y fue destinado a Palestina. Allí, participó en la guerra durante los años 1947 y 1948. Destacando en acciones como contraviniendo la órdenes británicas de mantenerse fuera del combate. O también correr en ayuda, junto a otros doce de sus soldados, de un convoy médico (24).
Años más tarde se convirtió en instructor de paracaidismo militar en Australia. Allí encontró su nueva pasión: el surf (25).
Finalmente, retirado del servicio militar, regresó a Inglaterra en 1959. Y, como buen héroe de acción, Mad Jack el loco, se lleva a la chica y crea una familia a la que cuidará hasta su muerte en 1996 (26). Para el recuerdo nos quedan su espada, su arco y su gaita. Recuerdos de lo que sin duda es un símbolo de una época y una vida épica y temeraria a partes iguales.
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