En la Historia de la humanidad, desde la Antiguedad, se ha privado de libertad y derechos propios a las personas, dejándolas sometidas a su dueño, que lo trataba como mercancía. Estos esclavos surgían, principalmente, por las guerras. Pero con la llegada y el desarrollo del capitalismo, y su progreso, el tráfico de esclavos pasó a formar parte de la economía.
En el capitalismo se vende la idea de que el progreso es bueno. Pero, cuando éste se cimenta en una actividad económica tan ruin y despreciable como el tráfico de esclavos, hay que cuestionarse si todo vale por dicho progreso.
El tráfico de esclavos: ¡un negociazo!
Como siempre, en los grandes negocios no podía participar cualquiera. Se necesitaba una fuerte inversión y era una actividad económica muy arriesgada. Los «buenos» empresarios, que participaban de este tráfico de personas, llegaron a ocupar cargos públicos y poseer titulo nobiliarios. También participaron de este «estupendo» negocio órdenes religiosas e instituciones educativas (1). Vamos la crème de la crème.
Las naciones con grandes flotas también querian su trozo del pastel. Así, consiguieron que los empreserios se agruparan en grandes compañías, que tenían el soporte de los Estados. ¡Todo muy ético! Estas grandes compañias fueron el brazo ejecutor de los Estados para intentar controlar el tráfico de esclavos. Pero este tráfico era tan grande, que gran parte de él se hacía fuera de este control. Todo el mundo quería hacer fortuna con este comercio. Hasta las elites criollas, que eran los descendientes de los europeos que habían nacido en hispanoamerica, querían participar. Y, claro, los Gobiernos coloniales no podían perseguir a todo barco que cruzara el charco.
España también participó en el tráfico de esclavos
España participó desde el principio en este negocio, que se originaba entre África y el continente americano, desde el siglo XVI (2) hasta finales del siglo XIX. El máximo tráfico de esclavos se realizó durante el período de prohibición (3). El capitalismo de entonces satisfacía la necesidad de esclavos africanos que necesitaban las plantaciones de América. Este negocio superó al de otros productos que salían de África, como el oro y el marfil (4).
Los esclavos eran necesarios para trabajar en las plantaciones azucareras. Así como para todos los trabajos duros y de mucha fuerza física. Las pocas mujeres esclavas, se dedicaban a los trabajos domésticos.
Las claves de este negocio. ¿Es legal o es ilegal?
La demanda estaba garantizada: la tasa de mortalidad de los esclavos era altísima. Esto se debía al duro viaje, desde África hasta el Nuevo Mundo. Y también, por las condiciones de vida deplorables que tenían, a su llegada a las plantaciones. Además, la tasa de reproducción era muy baja, debido a las pocas mujeres que se apresaban en África. Los hombres jóvenes y fuertes eran los más codiciados por los negreros. Ellos eran la mercancía perfecta para llegar a destino y realizar los duros trabajos en las plantaciones azucareras.
Al principio, este negocio era legal. ¡Sorpresa! Y en este período, la dimensión del negocio era ésta: 1859 embarcaciones negreras llegaron a los puertos cubanos (5). De éstas, 443 eran españolas y, además, 146 catalanas. Un buen bocado del pastel. El resto, se lo repartían norteamericanos, ingleses, daneses y algunos más (6).
Analizando la parte del pastel catalán
La parte catalana del negocio, que se realizó en el periodo legal, tenía dos líneas. Por un lado, un tráfico entre las aguas del Nuevo Mundo. Estaba realizado por embarcaciones pequeñas, donde se hacinaban unos 46 esclavos. Con un volumen de negocio de casi 31.000 esclavos. La otra linea del negocio, era el transatlántico. Era una evolución del primero y resultaba más rentable. Había 235 esclavos por embarcación, con un número total de esclavos que oscilaba entre 203.000 y 270.000 (7).
Pero, como suele pasar, con la prohibición aumentó la demanda. Así, en la época ilegal, el negocio creció para todos. En La Habana se registraron 682 embarcaciones negreras españolas. Además, se realizaron 220 expediciones negreras catalanas a Cuba. El tráfico de esclavos se dobló. ¡Toma ya!
Las respetuosas familias negreras
En el periodo legal, muchas familias y grandes comerciantes catalanes hicieron grandes fortunas con el tráfico de personas. Pero fue a partir de la prohibición (8), cuando el negocio subió varios escalones en la rentabilidad económica. Entonces, pasó a estar controlado por algunas familias de grandes comerciantes (9) y por grandes personalidades (10).
Estos capitalistas no querían perder su negocio y se oponían al tratado de abolición. Para ello, utilizaron a la prensa catalana, que se mostraba muy preocupada por la pérdida del negocio. Además, mostraba muy poca empatía hacia los esclavos y sus derechos. El tráfico de personas en esta época era un negocio más. ¡Viva el capitalismo!
¿Qué paso con los beneficios del tráfico de esclavos?
Los indianos eran los españoles que emigraban a América, para cambiar de vida y hacer fortuna. Dedicaban sus años jóvenes a crear sus capitales, en negocios de todo tipo. Éstos, podian tener relación directa con el tráfico de esclavos. O con empresas que facilitaban todo lo que este negocio necesitara. Cuando volvían a Cataluña con sus fortunas, invertían sus ganancias en crear, consolidar y expandir el tejido industrial catalán de finales del siglo XIX y principios del XX.
Sus inversiones también estaban presentes en el sector inmobiliario y en el sector financiero (11). Estas inversiones iban a destacadas empresas catalanas (12).
Debido al gran beneficio, los principales poderes económicos catalanes defendieron el esclavismo hasta el final. ¡Toma ya! Las presiones por parte de Reino Unido para abandonar el trafico de esclavos eran cada vez más fuertes. Es por ésto que en Barcelona se creó la Liga Nacional Antiabolicionista (13). Con ella pretendían defender los intereses económicos de los esclavistas. Sus promotores fueron grandes personalidades e instituciones catalanas (14).
También hubo personalidades españolas en contra del trafico de esclavos (15) y crearon la Sociedad Abolicionista Española (16). Ésta desarrolló su labor en España, singularmente en Madrid. Estaba formada por significativos políticos liberales, progresistas y radicales. Su objetivo fue la plena abolición de la esclavitud en las Antillas españolas: Puerto Rico y Cuba.
El capitalismo y sus miserias
El capitalismo es un sistema económico basado en la propiedad privada de los medios de producción y en la libertad de mercado. Desde su origen, en la Inglaterra del siglo XVI, ha servido para beneficiar a una clase social, en detrimento del resto de la sociedad.
Durante el siglo en que el capitalismo se dedicó a crear un mercado de esclavos a escala global, generó riquezas traficando con la carne humana de África. El ser humano vivió uno de los episodios más oscuros de la historia.
Respondiendo a la máxima capitalista de satisfacer las necesidades del mercado, se trató a seres humanos como a meras mercancías. Eran cosas con las que comerciar, no personas. De este tráfico, se beneficiaron los países que participarón en él y su burguesía. Estos burgueses acumularon riquezas, que invirtieron en la revolución industrial. Así, continuaron con la explotación de la clase trabajadora de sus países. ¡Todo para seguir acumulando riquezas!
Sobre el papel, se terminó la esclavitud. Pero el capitalismo se reinventa
Fue la lucha de muchos personajes relevantes y la constitución de asociaciones abolicionistas, los que crearon la oposición a la esclavitud en Cataluña y en el resto del mundo. Así, la abolición de la esclavitud se consiguió, en teoría, en el siglo XIX. Pero, en la actualidad, en el mundo hay unos 21 millones de víctimas de trabajos forzosos. 19 millones de estas personas son explotados por particulares o empresas. El resto, son explotados por los Estados o por grupos rebeldes. De los explotados por particulares o empresas, 4,5 millones son víctimas de explotación sexual forzosa. Lo que se conoce como «trata».
Estos trabajos forzosos generan unos beneficios ilegales de 150.000 millones de dólares. Los esclavistas actuales ganan unos 4.000 dólares por cada persona que es explotada por particulares o empresas. Y repito: 4,5 millones son víctimas de explotación sexual forzosa. La explotación sexual genera, aproximadamente, 21.800 dólares por víctima. Y si es un menor, el beneficio sube hasta los 30.000 dólares (17).
Hay que ser conscientes de estas cifras para poder afirmar que la esclavitud esta abolida completamente. El capitalismo la depreda todo. En los paises occidentales hemos vivido en un capitalismo «amable». La parte negativa del progreso de Occidente lo han pagado otros países y sus gentes. Pero cada vez más ciudadanos de los paises occidentales están viviendo en la parte oscura del capitalismo. El problema, es de todos.
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