La historia de hoy tiene como protagonista a un seminarista irlandés, un puñado de fotografías y un barco. Pero no un barco cualquiera, hablamos del R.M.S. Titanic (1).
El Titanic – Un barco insumergible
El R.M.S. Titanic fue el mayor transatlántico de pasajeros del mundo al finalizar su construcción en 1911 (2). Su viaje inaugural se inició el 10 de abril de 1912 y pretendía unir los puertos de Southampton (Inglaterra) con el de Nueva York (Estados Unidos).
Durante la madrugada del 14 al 15 de abril, el buque colisionó contra un iceberg (3) en el Océano Atlántico frente a las costas de Terranova, provocando el hundimiento del barco «insumergible» en menos de tres horas.
Por lo tanto, ¿cómo es posible que tengamos fotografías impresas del primer y único viaje del Titanic si los pocos pasajeros que consiguieron salvarse subieron a los botes salvavidas únicamente con lo puesto? Pues bien, aquí aparece nuestro protagonista, un seminarista irlandés llamado Francis Browne (4).
Aficionado a la fotografía
Browne, que era un apasionado por la fotografía, quiso aprovechar la ocasión para documentar las vivencias a bordo del barco más caro y lujoso de la historia hasta el momento (5).
Sacó cientos de fotografías, casi todas de primera clase ya que era la zona en la que viajaba gracias al billete pagado por su tío Robert Browne, obispo de Cloyne, hasta su Irlanda natal.
Durante el primer almuerzo en alta mar, Francis compartió mesa con unos millonarios estadounidenses con los que hizo buenas migas. Estos, se ofrecieron a pagarle el billete completo hasta Nueva York, argumentando que estrenar un barco como el Titanic solo se daría una vez en la vida.
Emocionado, telegrafió a su tío para solicitar permiso, ya que los estadounidenses insistían, pero el obispo declinó su propuesta con un mensaje que decía: «BÁJATE DE ESE BARCO, PROVINCIANO». Aunque obedeció sin rechistar, le entristeció la idea de no poder continuar el viaje en el barco más lujoso de la historia.
Última parada, Queenstown
Tras la primera escala en Cherburgo (Francia), donde habían embarcado varios pasajeros de la crème de la crème, el Titanic llegó a Irlanda, concretamente a Queenstown (actualmente Cobh, condado de Cork) a las 11:30 del jueves 11 de abril de 1912.
Aquí embarcaron solo siete titulares de boletos de segunda clase (6) y 113 de tercera clase, mientras que desembarcaron siete pasajeros, uno de ellos, el padre Francis Browne. Dos horas más tarde el buque zarpó rumbo a Nueva York bajo la mirada triste de Francis desde el puerto. Cuatro días más tarde, sucedía la desgracia.
Browne se ordenó sacerdote jesuita, participó como capellán (7) durante la Primera Guerra Mundial (siendo condecorado por su valentía) y continuó disparando con su cámara hasta su muerte en 1960 a los 80 años.
Poco después del hundimiento, las fotografías de Browne corrieron como la pólvora, pero tras el fallecimiento del jesuita fueron olvidadas algo más de dos décadas en el desván de la rectoría donde ejerció como sacerdote, hasta que otro compañero decidió hacer limpieza y las encontró en el interior de un cofre.
Titanic una película de James Cameron
Titanic es una película estadounidense de 1997 dirigida y escrita por James Cameron. La trama, una epopeya romántica, relata la historia de dos jóvenes, Jack (Leonardo DiCaprio) y Rose (Kate Winslet), pertenecientes a distintas clases sociales que se conocen y se enamoran a bordo del transatlántico.
Si bien Jack y Rose son personajes ficticios, otros como Margaret Brown (pasajera de primera clase), Thomas Andrews (diseñador del barco) y Edward John Smith (capitán del buque) son personas que realmente vivieron los acontecimientos históricos del hundimiento del transatlántico en 1912.
También son auténticas las escenas del pecio del barco que figuran en las escenas iniciales, para las cuales se destinaron tres millones de dólares estadounidenses del presupuesto total de la producción.
A continuación, algunas imágenes de la película que representaban escenas originales del barco y de los pasajeros. Muchas de ellas fueron fotografías sacadas por Francis Browne.
El niño de la peonza
En esta imagen podemos observar al pequeño de seis años, Robert Douglas Spedden jugando con su padre Frederic a la peonza (8). La instantánea fue tomada por Francis Browne en algún momento de la tarde del 10 de abril de 1912 sobre la cubierta del Titanic poco después de iniciar el viaje inaugural.
Sabemos que el buque no contaba con los botes salvavidas (9) necesarios para evacuar a todos los pasajeros, y fueron aquellos de primera clase y mediante un cruel orden basado en el estatus social de los pasajeros lo que permitía subirse o no a uno de esos botes (10). El niño y su padre lograron descender del barco en uno de ellos y salvar sus vidas.
Su madre, Daisy Spedden le escribió un cuento titulado Polar, the Titanic bear (Polar, el oso del Titanic); una historia que contaba el viaje, el hundimiento y el rescate desde el punto de vista del osito de peluche del niño (11).
Al igual que en la película «Destino final» (12), la muerte los acechaba y solo tres años más tarde, el pequeño Robert de nueve años falleció tras ser atropellado por un automóvil. Pero la cosa no quedó ahí, años más tarde, el padre del niño, Frederic Spedden sufrió un infarto en una piscina y murió ahogado.
Algunas curiosidades sobre el Titanic
Otro caso llamativo fue el de la superviviente Violet Jessop, una camarera que trabajó a bordo de los transatlánticos R.M.S. Olympic y R.M.S. Titanic, y colaboró como enfermera en el buque hospital H.M.H.S. Britannic.
¿Qué tiene de llamativo esto? Pues que sobrevivió a la colisión del Olympic contra el buque de guerra H.M.S. Hawke en 1911, al naufragio del Titanic en 1912 y al del Britannic en 1916 en aguas griegas a consecuencia del choque contra una mina submarina.