¡Oh, la Navidad! Época de regalos, paz, amor y… monstruos. Las navidades pasadas ya os hablé de Krampus, el demoníaco ayudante de San Nicolás. Pues bien, siguiendo con la tradición de tener unas creepy christmas (1) esta vez os hablaré sobre Grýla, la ogresa de la Navidad islandesa. Porque no todo va a ser dulces, regalos y villancicos…
Érase una vez… Grýla
Todos los cuentos de nuestra infancia, comienzan con esta frase. Cuentos que están llenos de terror y crueldad, pero que la magia de Disney y el paso del tiempo han logrado borrar. Madrastras que quieren el corazón de sus hijastras (2). Madrastras que fuerzan a sus hijastras a la esclavitud infantil (3). ¡Jod… con las madrastras! Suicidio juvenil por un amor no correspondido (4). Brujas que comen niños (5)… Stop! Ajá, aquí quería yo llegar… Seguro que la historia de Hansel y Gretel os suena, ¿verdad? Una horrible anciana que come a niños. Pues esta seguro que era “prima” de Grýla.
Grýla es una ogresa, o troll gigante, que devora a los niños que se portan mal. Sí, sí, no es una bruja, vale. Pero es una mujer fea y vieja que come niños. Que típico… Parece cómo si esa fuera la única fuente de alimentación de las mujeres que se salen de la norma social… ¡También comemos otras cosas!
Grýla y la oscura Edad Media
El mito de Grýla es posiblemente, y con casi toda la seguridad, el más antiguo de la mitología/folclore islandés (6). Tenemos noticias de ella por primera vez en el s.XIII, concretamente, a través de dos Sagas: Slendinga Saga y Sverris Saga (7). En ellas aparece por primera vez el nombre de Grýla. De hecho, en la segunda de ellas, en la Sverris Saga, uno de sus capítulos recibe el nombre de Grýla (8). Esto nos puede dar una idea de la importancia de este personaje. Un texto dedicado a narrar la historia de un rey tiene dedica uno de sus capítulos a ella (9).
En esta literatura, los trolls, ogros y gigantes eran muy comunes. Se usaban para explicar las formaciones rocosas y las montañas (10). Trolls convertidos en piedra que ahora son montañas. Esta imagen estamos cansados de verla en multitud de cuentos y películas, desde Tolkien hasta Michael Ende (11).
Aunque había varias ogresas, el nombre de Grýla es el que ha pasado con más relevancia desde la tradición oral. Su nombre está asociado a la ogresa comedora de niños desobedientes… (12).
“Abajo viene Gryla de los campos exteriores
Con cuarenta colas
Una bolsa en su espalda, una espada
Cuchillo en su mano,
Viniendo a tallar los estómagos de los niños
que lloran por carne durante la Cuaresma” (13).
¿Quién es Grýla?
Ya hemos visto que se trata de una ogresa. Principalmente comedora de niños malos. Pero como todas las tradiciones orales, su aspecto varía a lo largo de los siglos y se adapta a las “modas” de las distintas localidades.
Su aspecto es gigantesco y grotesco, con pezuñas en vez de pies (14). También tiene varias colas, aunque su número no está claro: trece, quince, o incluso cuarenta (15). De esas colas colgarían cien sacos, de cada una de ellas, con veinte niños dentro de cada uno (16). Así, la buena de Grýla andaría cargando con unos 30.000 niños…
Otras historias cuentan que tiene 300 cabezas, con tres ojos en cada una de ellas (17). Los números respecto a Grýla realmente aterrorizan, casi tanto como debía de hacerlo su aspecto…
En lo que todas las historias coinciden es en su buen oído. Un oído realmente excepcional, que como si de un sonar se tratase, la ayuda a detectar a los niños malos: “Grýla te va a hervir vivo, roe tu corazón, succiona la piel de tus huesos y lame tu grasa de sus dedos” (18). Ante este panorama, más vale portarse bien, que aquí no te dejan carbón si has sido malo…
En la actualidad siguen existiendo cuentos sobre Grýla . Uno de los más populares es el escrito por Jón Árnason:
“Gryla tiene tres cabezas y tres ojos en cada cabeza… Horriblemente dotada de una uñas largas y curvas, ojos azules helados en la parte posterior de la cabeza y cuernos como una cabra, sus orejas cuelgan hasta los hombros y se unen a la nariz delante. Ella tiene una barba en su mentón que es como hilo anudado en un tejido con nudos que cuelgan de él, mientras sus dientes son como rocas quemadas en una parrilla” (19).
La adorable familia de Grýla
¿Familia? Los ogros también tienen su corazoncito, ¿o que os pensabais? Son capaces de amar y formar una familia. Y eso es lo que hizo Grýla: casarse y tener hijos, como buena ogresa.
El marido de Grýla se llama Leppalúdi, y es al igual que ella, un ogro devorador de niños (20). Es muy perezoso, y lo único que hace es esperar sentado a que Grýla traiga “la comida”, a mesa puesta vamos. Normal que Grýla estuviera siempre de mal humor…
Grýla y Leppalúdi tuvieron veinte hijos. Los últimos, gemelos, cuando Grýla tenía cincuenta años. Estos murieron siendo aún bebés (21).
Parece que Leppalúdi sólo era vago para conseguir comida… Tuvo un hijo fuera del matrimonio llamado Skröggur. La madre de dicho niño era una joven llamada Lupa. Había sido contratada por Leppalúdi para cuidar de Grýla y sus hijos cuando esta cayó enferma… Sin comentarios… (22).
Leppalúdi no era el primer marido de Grýla. Su primer marido se llamaba Boli, y con el tuvo a sus hijos más famosos, los Yule Lads, de los que os hablaré en breve. Boli murío de viejo. Tras su muerte, Grýla tuvo otro marido, al cual se comió porque se aburría con él (23). Ojito con la ogresa… Yo aún no me explico como Leppalúdi se atrevió a serle infiel…
Los hijos de Grýla
Ya os he contado que Grýla fue una prolífica madre. Eso de comer niños debía de hacerla fértil que te pasas. Sus hijos más conocidos son los Yule Lads, los niños de Yule. ¿Qué qué es Yule? “Es la apropiación, by the face, que hicieron los cristianos de la festividad del solsticio de invierno. Es decir, Yule para los pueblos germánicos, o Saturnalia para los romanos”, palabra de Morillas.
Pues parece ser que sí hay “elfos” en esto de la Navidad, o pequeños ogros. Pero, como buenos hijos de su madre, son de todo menos alegres y simpáticas criaturas. De hecho, en 1746 se prohibió de manera oficial a los padres atormentar a sus hijos con los Yule Lads (24).
Los Yule Lads son 13. Todos tienen su propia personalidad y son distintos. Aunque a todos les guste atemorizar y trastornar a la gente.
Aunque se les llama niños, en realidad son adultos, y su aspecto puede recordarnos a los enanos de Blancanieves. Su misión en Navidad es dar regalos a los niños. Pero para ello se van turnando. Así, durante los 13 días anteriores a la Navidad, van visitando, uno por uno las casas. Los niños dejan en las ventanas sus zapatos y, si han sido buenos encontrarán a la mañana siguiente en ellos un regalo, si han sido malos, tendrán una patata podrida (25).
Los 13 Yule Lads (26)
Stekkjastaur. Es el primero en llegar, la noche del 12 de diciembre. Le encanta robar ovejas, atormentarlas y beber su leche. En las casas, va directo a la nevera y se bebe la leche.
Giljagaur. Es el segundo en aparecer. Al igual que a su hermano, le encanta colarse en los establos a robar leche. Si entra en tu casa, te robará todos los producos lácteos que tengas.
Stúfur. Es el más joven de todos los hermanos. Le encanta lamer las cacerolas y comer los restos pegados en ellas.
Þvörusleikir. A este flacucho le encanta lamer las cucharas de madera que se usan para hacer pasteles.
Pottaskefill. Tiene al igual que su hermano Stúfur el vicio de lamer cacerolas. ¡Cuidado con dejar una olla llena de comida! No dejará nada de nada…
Askasleikir. Este pillo se esconde debajo de las camas, esperando que te duermas para robar “askur”, una especie de bol pequeño.
Hurðaskellir. Si oís portazos de noche es culpa suya. Le encanta, y cuanto más tarde mejor. El chirrido de las bisagras es su música favorita.
Skyrgámur. Su plato favorito es el Skyr, el yogourt islandés. No dejará ni uno en casa.
Bjúgnakrækir. Le pierden las salchichas. ¡No dejará ni una!
Gluggagægir. Es un mirón. Y le encanta mirar por las ventanas, espiando y viendo que puede robar.
Gáttaþefur. Tiene una nariz muy larga que le sirve para detectar pan. El que más le gusta es el laufabrauð, típico de la Navidad islandesa.
Ketkrókur. Su plato favorito es la carne ahumada. Siempre lleva un gancho con el que poder robarla.
Kertasníkir. Es el último de los hermanos en hacer su aparición, el 24 de diciembre. Le gusta robar velas para luego comérselas.
La mascota de Grýla: el Gato de Yule
¿Me parece haber visto un lindo gatito?… Pues va a ser que no. ¿Qué tipo de mascota podría tener una ogresa como Grýla? Pues una terrorífica y enorme, no podía ser de otra manera.
“Ya conoces el gato de Navidad,
ese gato era enorme.
La gente no sabe de donde vino
ni a que lugar fue” (27).
Jólaköturinn es su nombre. Es el gato de la Navidad o Yule. Es un enorme gato negro que aparece, igual que su dueña, en Nochebuena. Sus orígenes, como dice la estrofa anterior, no son demasiado claros. Aparece en diversos poemas desde el s.XIX, siempre asociado al nombre de Grýla (28).
Es muy común en la mitología escandinava relacionada con brujas y magos, que estos fueran capaces de invocar a un ser llamado “gato troll”. Vaya sorpresa… brujas y gatos… jamás lo hubiera imaginado… Los ingredientes usados para dicho conjuro de invocación incluían uñas y huesos de hombres muertos, entre otros. Este gato era una especie de “sirviente”, que cumplía las órdenes de quien lo invocara (29).
Wiskas de humano
Jólaköturinn también tiene gusto por la carne humana. Aunque a él le dan igual niños o adultos. ¡Wiskas de carne humana para el gato de Yule! Si Grýla se comía a los niños que se habían portado mal, este particular gato es todo un fashionista… Si no has recibido ropa como regalo y no te la pones, ¡te comerá! (30). ¿A que ahora ya no os parece tan mal regalo ese pijama o ese par de calcetines…?
El tema de su “obsesión” con la ropa nueva puede tener dos explicaciones. Una sería los padres, ¡sorpresa! Para que los pequeños aprecien el regalo de ropa en vez de juguetes, ¿qué mejor que inventarte un gato caníbal? La otra enraizaría con la tradición de los granjeros de darle ropa nueva a sus trabajadores cada año (31).
Este malvado gato es muy popular aún hoy en día. Parte de esa popularidad se debe a un poema de 1932 (32) escrito por Johánnes úr Kötlum (esos versos del inicio). Al final de este artículo, podréis disfrutarlo en forma de canción de la mano de Björk, la famosa cantante islandesa.
La evolución del mito de Grýla
Hasta el s.XVII no fue cuando la figura de Grýla se vincula con la Navidad. Es entonces cuando se convierte en la madre de los Yule Lads (33). En ese momento, tanto Grýla como sus hijos eran unas criaturas bastante aterradoras. Ya os conté como estuvieron prohibidos.
A partir del s.XIX un cambio se produce en el aspecto y actitudes de estos siniestros personajes. Cambian y se vuelven más amables. Ya no hacen travesuras ni comen niños. ¿La culpa de este cambio? ¡Santa Clavos! (34). La proliferación de la figura de Papá Noël, tanto en Europa como en América, hizo que los Yule Lads comenzaran a “mimetizarse” con él. Gordas barrigas, barbas blancas y ropas de colores llamativos. Nada de robar comida, sólo dejar regalos (35).
En los últimos años, los Yule Lads, de la mano principalmente del Museo Nacional de Islandia, están volviendo a sus orígenes y alejándose de Santa: “tratando de que se vistan con ropa andrajosa de los s.XVII y XVIII, llevándolos de vuelta a los marrones y negros, los colores de la lana local” (36).
Grýla y el solsticio de invierno
Hay quienes piensan que la figura de Grýla es la personificación del Solsticio de Invierno. Pensemos que antes los inviernos eran una época realmente dura. Frío y hambre. Condiciones que muchas veces hacían que murieran niños (37).
“Ella era realmente una personificación del invierno y la oscuridad y la nieve acercándose y apoderándose de la tierra nuevamente” (38).
Grýla en los Mass Media
El Krampus tiene sus propias, y aterradoras películas, de las que ya os hablé. Grýla de momento no ha tenido ocasión de llegar a la gran pantalla, pero dadle tiempo. Aunque ambos personajes si compartieron pantalla en la televisión. Concretamente en “Las espeluznantes aventura de Sabrina”. Si no lo habéis visto, os diré que ni por asomo se parece en nada a la Grýla que os he descrito. Ni ogresa, ni gigante, ni horrorosa… Pero no seré yo quien le quite el mérito de acercarnos otras tradiciones y mitologías relacionadas con nuestra Navidad.
NOTA DE LA AUTORA
Todas las ilustraciones usadas en este artículo, salvo que se indique lo contrario, son obra de Brian Pilkington. Junto con el Museo Nacional de Islandia ha elaborado un libro, “The Yule Lads: A celebration of Iceland´s Christmas Folklore”, en el cual se plasma esa vuelta a los orígenes de Grýla y sus hijos de la que ya os he hablado.
No te pierdas más artículos interesantes de Historia de las Religiones en nuestra revista Khronos Historia.