Junio se ha erigido como el mes del Orgullo LGBTQ+ en gran parte del mundo. Muchas ciudades se tiñen de arcoiris para celebrar las identidades no normativas y reivindicar los derechos que -aún hoy en día- siguen sin ser contemplados. Sin embargo, tras la fiesta y las carrozas parece que se ha olvidado el verdadero origen de esta celebración. El 28 de junio de 1969, en Estados Unidos, se produjeron los llamados «disturbios de Stonewall» que dieron lugar a la lucha por los derechos de las personas LGBTQ+ (1). Y Stormé DeLarverie tuvo mucho que ver en este asunto.
Este año, el mes del Orgullo (mal llamado solo Gay) se vio desplazado por el movimiento Black Lives Matter. Es importante tener en cuenta esto, dado que las tres mujeres que pusieron la semilla de la revolución de Stonewall eran negras. Marsha P. Johnson (2), Sylvia Rivera (3) y Stormé DeLarverie fueron la reivindicativa trinidad de este movimiento. Igualdad racial y la defensa de una identidad propia se fusionan en estos tres nombres, que parecen haberse olvidado en la vorágine multicolor.
De las tres, quizá la menos conocida sea Stormé DeLarverie. La mujer que pasó de ser un Drag King de renombre a la apodada la «Rosa Parks de Stonewall».
Señores y criadas
Stormé DeLarverie nació en 1920 (4). Fue el fruto de la relación entre un adinerado caballero blanco y su criada afroamericana en Nueva Orleans (5). Sin embargo, no hay registros de su fecha de nacimiento, dado que el matrimonio interracial todavía era ilegal (6). Por ello, solían celebrar su cumpleaños el 24 de diciembre.
Louisiana no parecía ser el mejor sitio para criar a una niña mestiza, y la pequeña Stormé DeLarverie sufrió bullying por ser una chica racializada (7). Era atacada tanto por chavales negros -que no la incluían en sus grupos por ser hija de un hombre rico y blanco- como por blancos -por su ascendencia afroamericana- (8).
Algunos de los peores ataques la dejaron con la pierna inmovilizada y con una tremenda cicatriz tras ser abandonada en una verja (9). No obstante, Stormé DeLarverie intentó defenderse de sus agresores, como en una ocasión en que golpeó las cabezas de dos chicas que la acosaban (10). En vistas a que la vida de Stormé corría peligro, su padre decidió enviarla a un colegió privado en otra ciudad donde pudiera estudiar en un entorno más seguro (11).
Había una vez… un circo
Tras terminar los estudios básicos, Stormé DeLarverie pasó su adolescencia en el Circo Ringling Bros montando caballos (12). En uno de los espectáculos, sufrió un accidente que le impediría volver a la pista.
«Un día me desperté y dije, ¡oh! la palabra era queer. así era como nos llamaban. Usaban esa palabra a modo de insulto» (13)
Fue durante sus años en el circo cuando descubre su homosexualidad. A los 18 se enamoró de una compañera, Diana, una de las bailarinas del circo. Diana sería el amor de su vida durante los más de 25 años que vivieron juntas (14).
Viéndose incapacitada para seguir con sus números circenses, decide mudarse a Chicago con su novia (15). Una de las razones por las que intentó huir de Nueva Orleans en cuanto pudo, es que temía ser asesinada tanto por su condición biracializada como por lesbiana. A partir de este momento, no volverá a tener contacto con su familia (16).
Stormé DeLarverie: la joya de la corona (17)
Durante la década de los 40 cantó en una banda de jazz bajo el nombre de Stormy Dale (18). Una de sus mejores interpretaciones era la de «Since I fell for you» (19). También cantó y actuó en el Radio City Music Hall, en el Teatro Apollo de Harlem y en el famoso local de Copacabana, entre otros (20).
Seis años después, con una pequeña gira europea de por medio, visitó a sus amigos Danny Brown y Doc Brenner en Miami (21). Estos acababan de comenzar con el proyecto de la Jewel Box Revue, y le pidieron ayuda para sacar adelante el show (22). El papel de Stormé sería como Drag King. Muchos de sus conocidos le insistieron que no lo hiciera, que aquello afectaría negativamente a su reputación (23). Pero a ella no la importó:
«Era muy sencillo. lo único que tenía que hacer era ser yo misma y dejar que la gente usara su imaginación. Aquello nunca me cambió. Yo seguía siendo una mujer» (24)
Lo que comenzó como algunas actuaciones a lo largo de un semestre se convirtieron en 14 años (25). Es a raíz de este momento cuando comienzan sus años de estrellato.
25 hombres y una mujer
En 1955, Stormé DeLarverie se convirtió en la presentadora de la primera revista drag racialmente integrada de EE. UU. Su estilo se inspiraba en Dinch Washington y en Billy Holiday, a quienes conocía en persona (26).
En el espectáculo, se animaba al público a identificar quién era la única mujer que cantaba. Con su traje a medida y a veces con bigote, Stormé DeLarverie resultaba identificable en varias ocasiones (27). La Jewel Box Revue fue tremendamente subversiva para la época, dado que la segregación seguía a la orden del día. La audiencia era racialmente mixta y en ella se mezclaban tanto gente de los clubs de ambiente como ajenos a este mundo, que jugaban a descubrir a la fémina (28).
Pero Stormé DeLarverie no solo vestía con atuendos masculinos en las actuaciones, sino que su ropa de calle tampoco era nada «femenina». Con un pelo corto y su apariencia andrógina, no es de extrañar que muchas lesbianas butch (o marimacho en castellano) encontraran un referente en esta cantante (29).
Stormé DeLarverie: la «Rosa Parks» de la comunidad LGBTQ+ (30)
«Fue una rebelión, un levantamiento, una desobediencia a los derechos civiles, no un maldito motín» (31)
El 28 de junio de 1969 varias personas disfrutaban de la noche neoyorquina en el pub Stonewall Inn (en el barrio de Greenwich Village). Era uno de los locales de ambiente y mixto más renombrado de la ciudad.
Durante la noche, se produjo una redada policial. Si bien era algo relativamente común, la policía nunca se había interesado por aquella zona, por lo que pilló por sorpresa a los asistentes (32). A raíz de la presión policial, comenzaron los altercados. Varios grupos vieron cómo una mujer era esposada (una lesbiana butch, como aparece en informaciones posteriores) y conducida al furgón desde el bar bruscamente (33).
Trató de forcejear durante diez minutos, a lo que el agente respondió golpeándola con el bastón, haciéndole una herida en la cabeza. Mientras sangraba, le asestó un puñetazo y gritó a la muchedumbre que se agolpaba a su alrededor (34):
«¿Por qué no hacéis algo?» (35)
Aquello fue la gota que colmó el vaso. La multitud, incendiada, terminó de saltar contra la policía y contra un sistema que perseguía a personas no normativas.
Si bien nunca terminó de quedar claro si esa mujer fue Stormé DeLarverie, testigos directos y ella misma sostienen que Stormé fue esa lesbiana, cuyo acto desencadenó las manifestaciones y protestas de Stonewall (36), que se prolongarían durante cinco días y que serían el germen de la defensa de los derechos de las personas LGBTQ+.
La vida de Stormé DeLarverie tras Stonewall
Para Stormé DeLarverie los sucesos de Stonewall no supondrían un antes y un después en su vida, aunque sí fue un punto de inflexión a nivel general. Un año después, en 1970, perdería al amor de su vida por un cáncer: Diana, la bailarina con la que llevaba desde los 18. Stormé DeLarverie siempre llevaba una foto suya en la cartera a modo de recuerdo (37).
A partir de entonces, comenzaría a custodiar los bares de lesbianas de la zona, en especial el Henrietta Hudson, regentado por su amiga Lisa Cannistraci. Trabajó como segurata no solo en este local, sino también en otros bares gays que no tenían o no podían costearse la seguridad, como el Rubyfruit (38).
«Caminaba, literalmente, como una súper heroína gay por las calles del centro de Manhattan» (39).
Durante los 80 y los 90 se podía ver a Stormé DeLarverie patrullando las calles neoyorquinas con su atuendo masculino, flirteando tímidamente con algunas barwomen (40) y poniendo los puntos sobre las íes a quien osara meterse con «sus bebés» (como se refería a personas jóvenes de la comunidad LGBTQ+) (41).
Con su permiso estatal de armas, no era raro verla por la 7ª y la 8ª Avenida al acecho de lo que llamaba «fealdad»: cualquier forma de intolerancia, intimidación o abuso a sus bebés (42). Desde luego, pocos osaban encararse a esta abuela con pintas de sheriff, que no dejó de rondar las calles hasta los 85 años.
Tormenta (Stormé)
Con el apodo de una de las mutantes de los X-men más famosas nos referimos también a Stormé DeLarverie. Durante los 90 fue miembro de la Asociación de Veteranos de Stonewall, así como Jefa de Seguridad, Embajadora y Vicepresidenta (43). Por si fuera poco, también organizó campañas y acciones para mujeres y niños maltratados. Cuando la gente le preguntaba porqué hacía eso, ella respondía siempre lo mismo:
«Si la gente no se hubiera preocupado por mí cuando estaba creciendo, con mi madre negra, criada en el sur, no estaría aquí» (44).
La «guardiana de las lesbianas en el Village» vivía en el Hotel Chelsea (45). Era la base de operaciones de artistas, actores, músicos y otra gente famosa hasta que le atacó la demencia. Cuidada por su amiga Lisa Cannistraci, pasaría los últimos años de su vida en el auspicio de Brooklyn.
Stormé DeLarverie y la habitación 609
Este era el número de habitación en el que residía Stormé DeLarverie después de que sus amigos pelearan por encontrarle un lugar seguro donde pudiera ser cuidada correctamente.
Con ayuda de la Asociación Judía y de la SAGE, lograron brindarle la vida que merecía un icono de la lucha por los derechos de las personas LGBTQ+, aunque con grandes dificultades (46). Esto pone de manifiesto no solo la soledad que sufren las personas mayores, sino los problemas añadidos si se trata de personas LGBTQ+, así como el problema de la sanidad en EE. UU. y la falta de recursos para tener en cuenta a gente tan importante para su Historia (47).
A consecuencia de la demencia, Stormé DeLarverie a veces creía que seguía en el Hotel Chelsea, pero los acontecimientos de su infancia y de Stonewall permanecían frescos en su memoria (48). Seguía recibiendo visitas de sus bebés y conservó su característico instinto protector hasta que murió la noche del 24 de mayo de 2014, mientras dormía, a los 93 años.
«Se negó a elegir. No vivió como hombre ni como mujer. Vivió la vida de Stormé, y aquello de ella me encantaba» (49).
¿Te has quedado con ganas de más?
Aquí tienes los documentales y películas que se han hecho sobre Stormé DeLarverie:
- Stormé, de Sam Basset
- Stormé: The Lady of the Jewel Box, de Michelle Parkerson
- The Crossing Boundaries Exhibit in Manhattan
Khronos la Historia, como nunca te la enseñaron. Echa un vistazo a nuestra nueva web: Revista de artículos online de Historia.