La Dinastía Julio-Claudia (1) caracteriza una época de terror e incertidumbre para la historia, donde emperadores como Tiberio, Calígula, Claudio y Nerón son protagonistas de aparente locura.
Pero… la que se lleva todo el protagonismo en este caso es una mujer. Pese a que la historia de Roma siempre ha tapado el rol de las mujeres (2) que fueron grandes en su época, la importancia de Agripina la Menor (bisnieta del divinizado Augusto, hermana del peligroso Calígula, sobrina del taciturno Claudio y madre del demente Nerón) es indiscutible (3).
Julia Agripina, mujer de armas tomar
Agripina fue una de las mujeres que enfrentó en toda su vida las desgracias y escándalos de su familia, ya desde la sospechosa muerte de su padre Germánico (4) y el destierro de su madre, Agripina La Mayor. Cuando murió Tiberio, Calígula se hizo con el poder, pero la situación de Agripina no mejoró. Su hermano, al cabo, no dejaba también de ser un sádico que acabó enloqueciendo y que no dudó en desterrar a sus hermanas por una conspiración que nunca existió salvo en su cabeza.(5)
Agripina, por aquel entonces, ya se había visto obligada a casarse con Cneo Domicio Enobarbo, un auténtico psicópata que disfrutaba viendo sufrir a los demás. Con él tardó diez años en procrear un niño de nombre Lucio Domicio Enobarbo, quién más tarde sería conocido como Nerón.
Relaciones incestuosas, matrimonios y escándalo familiar – La escandalosa vida de Agripina la Menor
La historia de las relaciones de Agripina es escandalosa. Desde que Calígula se hizo con el control del imperio, las cosas se pusieron más turbias de lo pensado. Calígula amó incondicionalmente a sus hermanas de tal manera que cuando quiso tener un heredero, este debía ser de sangre pura, ¿Qué era lo mejor? Tenerlo con sus hermanas Agripina y Drusila. Tras un menage a trois infructuoso, las desterró como quien no quiere la cosa. Acaso… ¿fueron caprichos del niño mimado? O… ¿fueron celos?
En su estrategia, Agripina logró convencer a Claudio de que adoptara a Nerón y lo casara con su hija Octavia» (6)
Luego de ser desterrada de la capital, Agripina fué salvada por su tío Claudio, quien terminó siendo emperador. Qué mejor cosa que seguir tu vida de lujos cuando en vez de estar con un solo familiar podéis estar con dos e incluso tres, dijo una vez Agripina. Se casó con un señor que su tío le había presentado, pero mágicamente fue asesinado (7) y así, todos sus bienes le fueron entregados a la viuda. Esto no fue suficiente para Agripina, más tarde se liaría con su tío Claudio para ejercer el poder como suprema autoridad, ¿Quién lo diría, no?
Madre e hijo – Agripina y Nerón
Agripina consiguió que Nerón se casara con Octavia, hija de Claudio para que este adoptara y nombrara sucesor a su hijo. Tras la muerte de Claudio, Nerón finalmente se hizo emperador y su madre se salió con la suya. Con tanta sed por el poder, Agripina quiso manejar a su hijo cómo un títere para poder ejercer el control absoluto del Imperio, pero si de algo no sabía Agripina, era de que pronto llegaría su final y todo lo que estaba planeando sería en vano.
Una nueva mujer, Popea, apareció para ejercer gran influencia sobre Nerón. El chaval se enamoró y se quiso casar con ella. Desgraciadamente para él, Agripina estaba muy contenta con su nuera Octavia e impidió el divorcio.
Un trágico final – La muerte de Agripina
La única forma de que Popea no siguiera siendo la segunda, era ejecutar a Agripina y exiliar a Octavia de Roma. En el año 59 Popea hace realidad su sueño y un centurión ejecuta a Agripina para siempre.(8)
“Los asesinos rodean el lecho y primero la golpearon en la cabeza con bastón, cuando ya el centurión desenvainó su espada para darle muerte, ella mostrándole sus entrañas le gritó: hiéreme en el vientre, y al momento acabaron con ella cosiendo a cuchilladas” (9)
Así murió Agripina, señalando su vientre como símbolo de que ahí estuvo su hijo, y él mismo, junto con su amante, la mandaron asesinar. Como en toda historia, luchar por el poder tiene sus consecuencias. Así fue Agripina, una mujer en un mundo donde los hombres ejercían el poder y el control sobre todo lo que tenían en su camino.
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