¿Qué fue la Segunda Guerra Sino-Japonesa?
La Segunda Guerra Sino-Japonesa tuvo lugar en China Oriental y en Océano Pacífico, se llevó a cabo desde el 7 de Julio de 1937 hasta el 9 de septiembre de 1945 (durante la Segunda Guerra Mundial).
Podemos considerar esta guerra como muy dañina debido a que causó casi todas las muertes de las víctimas de la Guerra del Pacífico. Esta guerra fue fruto de las consecuencias de la Primera Guerra Sino-Japonesa (1984-1986), además el Imperio Japonés perseguía una política exterior destinada a ampliar su influencia política y militar, así como el acceso a diferentes recursos de esta zona.
El percance del Puente de Marco Polo fue el detonante de la Segunda Guerra Sino Japonesa. El objetivo era que el Gobierno chino se rindiera frente al imperialismo japonés pero, al no ser posible, la guerra continuó.
Antecedentes de la Segunda Guerra Chino Japonesa
Tras la Primera Guerra Sino-Japonesa, Japón contaba ya con la posesión de Taiwán y seguía con la marcha de sus planes de expansión. Japón poseía innumerables privilegios mayoritariamente comerciales, los cuales se acordaron en el Tratado de Versalles al finalizar la Primera Guerra Mundial. Esto provocó que parte de la población tuviera rencor al Imperio nipón, creándose “el Movimiento del Cuatro de Mayo”, iniciado por estudiantes chinos descontentos con las concesiones.
A partir de 1931, Japón establecía el estado títere de Manchukuo (en Manchuria) ante una China impotente, gobernada por el partido nacionalista Kuomintang (KMT) que se mostraba incapaz de asegurar la integridad nacional.
La Invasión japonesa y primeros Combates
La tensión estalló en guerra abierta en julio de 1937 tras el incidente del Puente de Marco Polo (a 20 kilómetros de Pekín). Todo comenzó cuando las tropas japonesas creyeron erróneamente que uno de sus hombres era prisionero de los chinos. Se produjo entonces un enfrentamiento entre ambos ejércitos. Sin embargo, cuando se descubrió el malentendido los japoneses llegaron a pedir disculpas a China, pero estas no fueron aceptadas por el alto mando chino que mandó luchar contra los japoneses en el norte (bombardeando los barcos de la marina japonesa).
La violenta reacción provocó la movilización del Ejército Imperial Japonés y en poco tiempo se había impuesto en la región de Pekín y Tianjin. Entonces atacó Hangzhou, en el sur. El rápido avance japonés obligó al gobierno del Kuomintang a abandonar la capital (Nankín) y replegarse en el interior.
Pese a la superioridad numérica del ejército chino (incluso duplicaban en número a los japoneses) la superioridad tecnológica y en disciplina de los japoneses hicieron que su avance fuera imparable. En menos de un año, el ejército japonés ya había ocupado la mayor parte de la franja costera oriental de China.
Al igual que en Manchukuo, los japoneses crearon otros regímenes títeres como en Mongolia, Pekín y Nankín. En eta última ciudad, las tropas japoneses entraron en diciembre de 1937 provocando una extraordinaria violencia en la masacre de Nankín (muriendo entre 20.000 y 200.000 víctimas, según las fuentes).
Estabilización del Frente
La invasión nipona, supuso el final de la persecución del KMT al Partido Comunista de China. Ambos se vieron obligados a colaborar. Esto permitió al Partido Comunista a reagruparse y controlar varias regiones.
A inicios de 1938 el KMT ordenaba un contraataque en el que 600.000 soldados chinos sorprendieron a 240.000 nipones. Aunque la tecnología japonesa demostró su superioridad, haciendo que los chinos fracasaran.
A mediados de 1938, tiene lugar la batalla de Wuhan, la mayor de la guerra. El KMT no estaba dispuesta a perder, movilizando a más de 1 millón de soldados contra 350.000 japoneses. Si perdían, el partido Komintang, prácticamente, sería aniquilado. Consiguieron defenderse con fiereza, aunque perdieron la ciudad, lograran evacuarla para evitar ser aniquilados. Tras esta batalla, el frente empezó a estabilizarse.
A finales de 1938, Japón controlaba el norte y una sección importante del centro de China. Pese a los desastres militares, los gobernantes chinos no estaban dispuestos a rendirse, por lo que las esperanzas japonesas de una victoria rápida se disiparon. Así, la política exterior japonesa desde 1939 se centró en territorios más fáciles que el territorio chino, quedando relegada la ocupación China a un segundo plano.
Aunque los chinos seguirían sufriendo un lento avance japonés, siendo incapaces de organizar ningún contraataque efectivo. La guerra se convertiría en diferentes ofensivas y contraofensivas entre 1939-1940. Suponiendo un auténtico desgaste humano para ambos ejércitos. Pese a que los japoneses tuvieron varios éxitos ofensivos, los chinos seguían resistiendo y sustituyendo las bajas más fácilmente que los japoneses.
Cambio del curso de la guerra y final de la Segunda Guerra Sino Japonesa
La entrada de Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial (a finales de 1941) frenó el avance japonés en China (debido al sobresfuerzo de los nipones en el Pacífico, en Birmania o Guadalcanal). Sumado a que, desde mediados de 1940, los chinos ya habían recuperado la ofensiva, realizando algunos ataques con éxito y recuperando varias regiones.
La rendición de Alemania en mayo de 1945, condenaría el destino final de Japón, permitiendo al Ejército Rojo soviético intervenir en Manchuria , dos días después de que la bomba atómica fuese lanzada sobre Hiroshima y Nagasaki. Estos hechos, forzarían a Japón a la rendición y retirada de Asia continental.
El Escuadrón 731 – Experimentos japoneses terroríficos
Como creo que es algo interesante vamos a conocer algo más sobre como producían armas los japoneses durante esta guerra… Cuando la guerra estaba ya prácticamente finalizada, los japoneses debían borrar los rastros de los horrores.
Una de las prioridades más importantes para eliminar era el Laboratorio de Investigación y Prevención Epidémica del Ministerio Político Kemptai, famosamente conocido como Escuadrón 731. Allí se realizaban terroríficos experimentos con miles de personas de varias nacionalidades (extirpación de miembros, operaciones quirúrgicas… y frecuentemente sin anestesia). Una de las causas principales era que los japoneses planeaban llevar a cabo ataques bacteriológicos en suelo estadounidense.
“Sin nada que envidiar al peor campo de concentración nazi o soviético, el campo del Escuadrón 731 estudió el empleo de patógenos para su uso en guerra biológica, recurriendo para ello a experimentos médicos con seres humanos“ (1)
Conclusión
Esta guerra fue sin duda una de las más largas de la Segunda Guerra Mundial pero aún así no le damos mucha importancia. Podemos decir que fue una de las más duras de librar ya que al Imperio Chino le costó lo suyo, aunque finalmente no saliese perdiendo del todo, y Japón… que no parecía que fuera a rendirse, lo hizo… ¡y ante los soviéticos! pero en el último momento. Sin duda creo que merece la pena saber algo sobre esta contienda y adentrarse en el famoso Escuadrón 731.
La guerra acabó casi un año antes de lo previsto… algo positivo. El final de la guerra supuso la salida de Japón definitiva de territorio chino. Sin embargo, las fuerzas comunistas habían salido muy fortalecidas de la guerra y la intervención soviética en Manchuria. Al poco tiempo, daría comienzo una guerra civil entre los nacionalistas del KMT y los comunistas de Mao-Zedong.
Elaborado por: María L. De la Casa Moreno – alumna de 1º de Bachillerato del I.E.S. Santa Catalina de Alejandría (Jaén).
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