Durante la Primera Guerra Mundial tuvieron lugar los primeros combates aéreos de la historia (1). Eran duelos a corta distancia, los pilotos incluso llevaban armas de fuego para poder disparar a sus oponentes en caso de tenerlos al alcance (2). Durante el conflicto, la aviación fue cobrando cada vez más importancia, y con ella los pilotos. Y uno de los pilotos más conocidos fue Manfred Von Richtofen, apodado el Barón Rojo por dos motivos: El primero, el llamativo color rojo de su aeroplano, y el segundo, que a lo largo de su trayectoria logró abatir a ochenta y dos enemigos.
Los orígenes del Barón Rojo
Manfred Von Richtofen nació en 1892, en el seno de una familia noble prusiana. Como hijo de noble, ingresó en el ejército por tradición familiar. Empezó en un destacamento de caballería (3), participando tanto en el frente oriental como en el occidental. A pesar de que sus acciones bajo fuego enemigo le sirvieron para ganar la cruz de hierro, la caballería cada vez tenía menos peso en la guerra del siglo XX.
Las ametralladoras relegaron las actividades de la caballería a un segundo plano (4). Von Richtofen vio cómo sus compañeros participaban en la guerra, mientras él quedaba apartado en las trincheras. Como pelar patatas y servir agua no era lo que él esperaba de la guerra, solicitó unirse a la Luftstreitkräfte (5). La solicitud fue aceptada, y en 1915, Von Richtofen pasó a formar parte de una fuerza de reconocimiento aérea (6).
El Barón Rojo alza el vuelo
Manfred Von Richtofen inició su carrera en la aviación sobrevolando el frente ruso, realizando operaciones de reconocimiento. Esas misiones de reconocimiento, le sirvieron para obtener la licencia de piloto (7). Dichas misiones consistían normalmente en localizar objetivos y señalárselos a la artillería para que esta pudiera atacar las posiciones del enemigo.
Tras varias misiones en cielo ruso y francés, conoció al conocido piloto Oswald Boelcke (8), quien lo alistó en un nuevo escuadrón de pilotos denominado Jasta 2. Fue Boelcke quien le enseñó a manejarse a los mandos de un avión, y quien le dictó las reglas por las que se regiría durante los combates aéreos (9) Es en ese momento cuando empieza a demostrar sus dotes de piloto. En septiembre de 1916 abate a su primer enemigo, un piloto británico. Poco después sumó cuatro bajas más, ganando el título de “As del aire” (10).
El Barón Rojo toma los cielos
A medida que avanzaba la guerra, la lista de bajas de Barón Rojol crecía. Con dieciséis victimas a sus espaldas, es colocado al frente de su propio escuadrón, el Jasta 11, en el que también estaba su hermano (11). Fue en esa época cuando mandó que su Albatros D.III (12) fuera pintado de rojo. Ese hecho, sumado a su condición nobiliaria, le dieron el sobrenombre de Barón Rojo (13). Eso, y el hecho de que a lo largo de la primavera del 1917 (14) abatiera a alrededor de cincuenta y dos pilotos enemigos.
Eso lo convirtió en una celebridad, puesto que no solía ser habitual que los pilotos llegaran a abatir tantos a tantos enemigos. Esto era debido a que la guerra en el aire era sorprendentemente cercana y no era sencillo abatir a un enemigo.
En junio de 1917 fue puesto al mando de su propia unidad de pilotos. Llamada oficialmente Jagdgeschwader I, fue bautizada por los medios alemanes como El Circo Volador (15). Fue en julio de 1917, mientras el Circo Volador se enfrentaba a un grupo de aviones británicos, cuando el Barón Rojo fue herido de gravedad en la cabeza, y su avión se estrelló (16).
El último vuelo del Barón
A pesar de no ser letal, la herida sufrida en julio de 1917 fue grave para el Barón Rojo. Fue sometido a varias operaciones con el objetivo de retirar astillas que habían quedado clavadas en su cráneo, pero, aun así, la herida dejo secuelas (17). A pesar de que los médicos no lo recomendaban, Von Richtofen regresó al campo de batalla como piloto en octubre de 1917. Y no lo hizo nada mal. A pesar de las condiciones en las que se encontraba, logró derribar a 18 aviones más, alcanzando así la cifra de ochenta y dos aeroplanos derribados. Pero había indicios de que no era el mismo. Se había vuelto más temerario, olvidando las reglas de su mentor.
El 21 de abril de 1918, se empeño en la persecución de un piloto canadiense (18), lo que favoreció que otro piloto lo sorprendiera (19), conduciendolo a una zona donde Richtofen se encontró con fuego intenso de tropas australianas (20). Von Richtofen realizó un aterrizaje forzoso cerca del río Somme, donde las tropas australianas acudieron al lugar del aterrizaje, y quizá escucharon sus últimas palabras. Las fuerzas británicas sacaron el cuerpo de Von Richtofen del avión y se aseguraron de darle un funeral con todos los honores. Sí, el Barón Rojo era su enemigo, pero también había sido un digno adversario (21). El cuerpo del letal aviador fue enterrado en una villa cercana a Amiens después del funeral realizado por las fuerzas de la Commonwealth.
¿Quién acabó con el letal Barón Rojo?
Debido a las circunstancias de su muerte, no se sabe con exactitud quien fue el responsable de poner fin al reinado aéreo de Manfred Von Richtofen. Aun hoy en día se sigue debatiendo si fue alguno de los soldados australianos que dispararon desde tierra o bien alguno de los pilotos que estuvieron implicados en la última batalla del Barón rojo.
Los informes forenses indican que la muerte del Barón fue causada por una bala que lo alcanzó en el torso, provocándole la muerte al estrellarse. Las fuentes oficiales, no obstante, dan al capitán canadiense Roy Brown el honor de haber derribado al temido Barón Rojo.
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