Durante el siglo XX, las relaciones internacionales estuvieron marcadas por la aparición de diferentes alianzas. Tanto es así, que los conflictos bélicos se internacionalizaron. Sabemos que en la Gran Guerra o I Guerra Mundial y la II Guerra Mundial, el conflicto afectó a millones de personas en el mundo y a varios territorios. Entonces surgió la idea de crear la OTAN: una alianza para defender y atacar.
Si atacas a mi amigo, me estás atacando a mí
Con el fin de la II Guerra Mundial y la creación de la nueva ONU (Organización de Naciones Unidas) se intentó que no hubiera de nuevo guerras que involucraran a tantos países. Como veremos, no fue así (1). Comenzaba la Guerra Fría y existían dos bandos: el bloque occidental, comandado por EE.UU., y el bloque soviético, liderado por la URSS. No estaban solos. Como consecuencia del sistema de alianzas internacional, nacían dos nuevas alianzas, está vez, militares. La OTAN (Organización del Tratado Atlántico Norte) o Alianza Atlántica, y, como contraposición, el Pacto de Varsovia, creado en 1955 (2).
La necesidad de la OTAN
La política expansionista que siguió la URSS, tras el fin de la guerra, preocupaba en Europa Occidental y EE.UU. La aparición de gobiernos comunistas en Europa por influencia soviética y el bloqueo de Berlín, precipitaron la aparición de la alianza (3). Así pues, se firmaba el Tratado de Washington en 1949, por el que nacía la nueva alianza. Tan sólo cuatro años después del fin de la Segunda Guerra Mundial. La OTAN, en definitiva, es una alianza militar intergubernamental. Los miembros pertenecientes deben formar un sistema de defensa colectivo. Si atacas a mi amigo, me estás atacando a mí. La Alianza Atlántica se fundamenta en el artículo 51 de la Carta de Naciones Unidas:
“Art. 51.- (…) se reconoce el derecho inmanente de legítima defensa individual o colectiva, en caso de ataque armado” (4).
En el corazón de Europa
La OTAN ubica su sede en Bruselas, Bélgica. Actualmente, cuenta con 30 estados miembros, que abarcan la América Septentrional y Europa. Sin duda, su miembro más importante es Estados Unidos (5). Tras la Guerra de Corea (1950-1953) y el aumento de la tensión entre EE.UU. y la URSS, se creó una estructura militar permanente, bajo la dirección de Estados Unidos.
Conflictos
Tras el fin de la Guerra Fría y la desintegración de la URSS, la OTAN ha intervenido en dos conflictos: la guerra de Yugoslavia (1991-2001) y la guerra de Afganistán tras el 11-S (2001- 2021). Actualmente, el conflicto entre Ucrania y Rusia ha puesto en alerta a la OTAN. Esperemos que se llegue a un alto el fuego, porque después de una pandemia, que nos sigue azotando, este escenario es el peor posible.
España primero sí, luego no, finalmente sí
España no participaría de la Alianza Atlántica hasta después de la restauración de la democracia. En 1981, coincidiendo con el discurso de investidura del presidente Leopoldo Calvo Sotelo, comenzó el proceso de incorporación. Su adhesión sería prácticamente inmediata, el 30 de mayo de 1982 (6).
No todo fueron buenos momentos para las relaciones de España y la OTAN
No tardaría mucho en enturbiarse el asunto. Las elecciones generales de octubre de 1982, daría como resultado la victoria aplastante del PSOE. Felipe González era el nuevo presidente. Durante la campaña, González se posicionó en contra de la entrada de España en la OTAN. Pero, ya sabemos, en la política no todo es lo que parece. España estaba harta de guerra, de violencia, de terrorismo, era una buena baza electoral (7).
Donde dije digo, digo Diego
España iniciaba una etapa de suspensión en la integración militar de la OTAN. Era estado miembro pero no aportaba tropas a la Alianza Atlántica. La entrada de España en la CEE, hizo virar por completo la visión de Felipe González sobre la OTAN (8). El gobierno de España ahora defendía la entrada de España en la OTAN con tres condiciones: la no incorporación a la estructura militar; la prohibición de instalar, almacenar o introducir armas nucleares; y la reducción de las bases norteamericanas en España.
Referendum
Felipe González tuvo que celebrar un referéndum para consultar con los españoles la permanencia de España en la Alianza Atlántica. El 12 de marzo de 1986, ganaba el Sí a la OTAN con un 52,54 por ciento de votos a favor. España finalmente sí fue miembro de la OTAN (9). La integración total en la estructura militar integrada llegaría más tarde, en 1999.
La OTAN sin su máximo enemigo
La situación política y económica de la URSS era insostenible a finales del siglo XX. La carrera espacial y armamentística que mantuvo con Estados Unidos durante la Guerra Fría, colapsaron la economía soviética. Las Revoluciones de 1989, remataron a la moribunda Unión de Repúblicas Socialistas soviéticas (10). Como consecuencia de la derrota del líder, la alianza armada soviética, conocida como Pacto de Varsovia, también desapareció en 1991. Muchos de los países que lo conformaban acabaron uniéndose a la OTAN. ¿Qué haría la OTAN ahora, sin su máximo enemigo?
Los conflictos en Europa no habían terminado
Una alianza para defender y atacar. La seguridad de una parte del hemisferio norte, era su objetivo. La zona de los Balcanes, área conflictiva históricamente, estaba en guerra. En 1991, paralelamente a la disolución de la URSS, la conocida como República de Yugoslavia también se desintegraba. La guerra fue muy violenta y cruda en esta parte del mundo. Los crímenes de guerra se sucedieron entre las distintas naciones, destacando a Serbia. No sería hasta 1995, cuando la OTAN decidió atacar. Era la primera vez que la alianza lo hacía. Su objetivo eran las tropas serbias que atacaban la República de Bosnia y Herzegovina. La segunda operación en 1999, fue contra Serbia y Montenegro. Su objetivo: detener la limpieza étnica en Kósovo (11).
La OTAN en marcha
No tardaría la Alianza Atlántica en volver a tener un objetivo militar. Está vez fuera de su zona de influencia, recordemos el Atlántico norte. El 11-S y el argumento de que Afganistán poseía armas de destrucción masiva, fueron suficiente para que EE.UU. invadiera el país de Oriente Medio. La OTAN activó el artículo 5 del Tratado de Washington, (12) para apoyar el ataque de Estados Unidos. Se encargó principalmente de ayudar al gobierno afgano a proporcionar una seguridad efectiva y el entrenamiento de las propias fuerzas del Estado (13). En Irak, la OTAN se limitó a entrenar a las fuerzas de seguridad. Varios países encabezados por Alemania, disuadieron a la alianza de involucrarse en la guerra iniciada por EE. UU y Reino Unido en 2003.
El futuro de la OTAN
Actualmente, la OTAN y, en concreto, EE.UU., han abandonado Afganistán. Los talibanes han vuelto a recuperar el poder. Por si fuera poco, la invasión de Ucrania, por parte de la Rusia liderada por Vladimir Putin, ha devuelto la guerra a Europa. La OTAN se ha posicionado con Ucrania, a quien le otorgó el estatus de país aspirante. Es triste que, por los intereses de unos pocos, tengan que sufrir muchos.
No a la guerra siempre, en cualquier parte del mundo.
Tenemos que aprender del sufrimiento que ha significado una pandemia mundial. Aprovechar el presente para mirar al futuro y no cometer los mismos errores del pasado.
No te pierdas más artículos interesantes en nuestra revista Khronos Historia.