Luis Belluga: el cardenal guerrero, político y benefactor

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Luis Antonio Belluga y Moncada, el Cardenal Belluga, nació en Motril (Granada) el 30 de  noviembre de 1662. Alcanzó el obispado de Cartagena-Murcia en 1705. Después, Clemente XI lo elevó a Cardenal. Fue, además de un destacado religioso, un verdadero guerrero, además de político durante el reinado de Felipe V. Y es que tuvo un papel muy importante en la implantación de la Casa de Borbón en España. Porque contribuyó militarmente a la victoria de las armas felipistas en diversas batallas. ¿Cómo? Pues comandando tropas y rechazando con éxito algunas ofensivas austracistas (1).

Infancia, carrera eclesiástica y obispado de Luis Belluga

Huérfano desde la más tierna infancia, Luis Belluga quedó al cargo de un sacerdote amigo de su familia. Los Religiosos Mínimos de San Francisco de Paula lo educaron. Pronto mostró gran vocación sacerdotal y, cuando tenía catorce años, lo ordenaron sacerdote de primera tonsura. Realizó estudios en Granada, en el Colegio de Santiago. Más tarde, pasó al Colegio de Santa Mª de Jesús en Sevilla. Allí obtuvo una beca que le permitió licenciarse y doctorarse en Teología. En el Archivo Histórico de la Universidad de Sevilla se encuentra su expediente de limpieza de sangre y la toma de posesión de la beca, en enero de 1686 (2).

Tras doctorarse, comenzó a ser muy apreciado por sus dotes de eficaz administrador, ganando por oposición la canonjía magistral. Y lo nombraron canónigo lector de la Catedral de Zamora. Después ganó la canonjía de Córdoba, conociendo la Congregación de Sacerdotes y Oratorio de San Felipe Neri y siguiendo su regla a partir de entonces. Allí estuvo hasta 1705, cuando pasa a ocupar la diócesis de Cartagena. Por entonces, ya era ferviente partidario de la causa borbónica, cosa que no pasó desapercibida  tiempo después.

El cardenal Luis Belluga y Moncada
P. Pedemonte. Retrato del Obispo Belluga. 1763. Fuente: Región de Murcia Digital.

La carrera política y militar de Luis Belluga: la Guerra de Sucesión

Comienza en Murcia-Cartagena su época más activa como obispo. Y se convierte en un personaje destacado en el campo político, siendo nombrado Virrey y Capitán general de los reinos murciano y valenciano y, como decíamos, tomando partido por el bando borbónico en la Guerra de Sucesión. (Cuando la Casa de Austria se enfrentó a la Casa de Borbón). Como líder militar comandó tropas en algunos enfrentamientos de la guerra. En Orihuela, el marqués de Rafal, austracista, movilizó una partida muy activa. En Murcia, contó con el apoyo del alguacil mayor de la Inquisición. Y, en Cartagena, con el comandante de la flota de galeras.

El primer golpe significativo fue la captura de Cartagena, con ayuda de aquel último, por el almirante británico Lake. Luego, cayeron en poder del marqués Elda, Novelda, Elche, Albacete, Chinchilla, Almansa y Alicante. En agosto, los pro austriacos se acercaban a las afueras de Murcia. Esto obligó al obispo Belluga a ordenar la rotura de los diques del azud del río Segura, inundando la huerta para defender la ciudad.

Finalmente, se enfrentaron en la llamada Batalla del huerto de las bombas, el 4 de septiembre de 1706. El resultado fue favorable para Belluga y los felipistas, obligando a los derrotados partidarios del archiduque a huir a Orihuela. Después, contraatacó en la batalla del Albujón, tras lo que recuperó Cartagena.

Una vez sometido el sur del reino de Valencia, Belluga trató de apoderarse del norte del mismo, aún ocupado por las tropas del archiduque. De este modo, se llegó a la famosa batalla de Almansa, en 1707. Entonces, los borbónicos, bajo el mando del duque de Berwick, vencieron de manera decisiva a los  hombres del Archiduque Carlos de Austria. Y tomaron rápidamente el reino valenciano (3).

Batalla de Almansa
Batalla de Almansa. Museo del Prado. Fuente.

El obispo-guerrero

Las actuaciones de Luis Belluga en la defensa del reino debieron hacer saltar muchas alarmas institucionales. Pues no era frecuente que un obispo convocase las milicias locales, demandase dinero y avituallamientos a las ciudades y villas para el sostenimiento de las tropas. Y que, desplazando a militares profesionales, él mismo las encabezara y dirigiese hasta el frente, como efectuaría el granadino en enero de 1706, en el socorro de Alicante. La imagen del obispo-guerrero, que había sido usual en otros momentos, se expandió por toda la península resaltándose que:

«[…] con botas y espuelas anda a caballo, con un Santo Cristo en la mano, capitaneando gran número de gente de entrambos estados, y haciendo prodigios» (4).

Sus obras piadosas y benéficas

Ante todo, el Cardenal Belluga es recordado en la comarca del bajo Segura  por la fundación de diversos lugares de colonización. Estos, bajo su auspicio, se convirtieron en pueblos que permitieron poner en roturación y cultivo gran cantidad de terrenos anegados y pantanosos. Esas llamadas Pías Fundaciones obtuvieron un término municipal, ciudadanos y otros privilegios que les dieron importantes privilegios.

Se lograba así un doble objetivo. Por un lado, el saneamiento de la zona, evitando los constantes brotes de fiebres tercianas. Y, por otro, la puesta en cultivo de nuevas tierras, necesarias para la mejora de la economía. Destacó el pueblo de Nuestra Señora de los Dolores, que acabó llamándose Dolores y otras poblaciones cercanas. También realizó una mejora importante de los colegios. Además, creó el Seminario de Teólogos y construyó hospicios, hospitales y otros proyectos (5).

La enemistad con el Rey y el traslado definitivo de Luis Belluga a Roma

Por la negativa del rey Felipe V para cambiar la capital del reino propuesta por Belluga, abandonó el virreinato. Poco después, en 1719, sería nombrado cardenal por el papa Clemente XI. Nombramiento que, en principio, se negó a aceptar, pero que acabó asumiendo. Para entonces Belluga:

«Laborioso, emprendedor y de firmes convicciones, su apoyo a la causa Borbón no le apartó de su interés prioritario, la defensa de los intereses de la Iglesia. Por ello se opuso a las medidas regalistas del monarca en materia eclesiástica …» (6).

El rey Felipe V
Copia de Miguel Jacinto Meléndez. Retrato de Felipe V. 1708. Escorial. Fuente: Pinterest.

Esta oposición hizo que la relación con el rey se fuese deteriorando. Así, en 1723, Luis Belluga renunció a la mitra de Cartagena y se trasladó definitivamente a Roma. En la ciudad eterna y hasta su muerte, en 1743, desarrolló una intensa labor en la Curia vaticana, en las distintas congregaciones en las que participó. Destaca la realizada en la de Propaganda Fide.



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Referencias y bibliografía

Referencias

(1) Vilar, 2001.

(2) Pruebas de la genealogía, limpieza vida y costumbres del Bachiller Luis Antonio Belluga y Moncada. 1885-1886.

(3) Posadas Chinchilla, 2011.

(4) Gonzñalez Cruz, 2002, p. 259.

(5) Crespo, 2005, pp. 149-154.

(6) López-Guadalupe Muñoz, 2003-2004, pág. 71


Bibliografía

  • Crespo, A., 2005, «Homenaje de Murcia al Cardenal», revista Murgetana, nº 112, Real Academia Alfonso el Sabio.
  • Gonzñalez Cruz, D., 2002, Guerra de religión entre príncipes católicos. El discurso del cambio dinástico en España y América (1700-1714), Madrid.
  • López-Guadalupe Muñoz, J. J., 2003-2004, «El mecenazgo artístico del Cardenal Belluga: la Capilla de la Virgen de Los Dolores en la Iglesia Mayor de Motril», Imafronte, nº. 17.
  • Posadas Chinchilla, F., 2011, «Eminentísimo Belluga : CCCL Aniversario del nacimiento del Cardenal Belluga y Moncada», Cardenal Belluga y Moncada. [En línea] Disponible en http://cardenalbellugaymoncada.blogspot.com.es/ (22 de mayo de 2022).
  • Pruebas de la genealogía, limpieza vida y costumbres del Bachiller Luis Antonio Belluga y Moncada. 1885-1886. AHUS Sº 22. [En línea] Disponible en http://fondosdigitales.us.es/fondos/libros/872/ (22 de mayo de 2022).
  • Vilar, Juan B.: El cardenal Luis Belluga. Ed. Comares, Granada, 2001.
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