La mañana del 26 de abril de 1937, amanecía la ciudad de Guernica, (1) sin tener la mayor idea de lo que se avecinaba. Lo que ocurrió en aquella localidad vasca, no tuvo ni tiene sentido.
La era del terror – Guernica y la Guerra Civil española
Os pongo en contexto. El bando sublevado que dirigía el general Francisco Franco, contaba con dos aliados: el III Reich alemán de Adolf Hitler y la Italia fascista de Benito Mussolini. Dos grandes ejércitos, que, junto al sublevado, fueron demasiado para una II República Española, que contaba en ese momento, con la ayuda de las Brigadas Internacionales, (2) únicamente. La URSS de Stalin suministró material bélico al Gobierno Republicano, previo pago de una buena suma de oro. Pues bien, en ese contexto, la ciudad de Guernica, no representaba ninguna amenaza para el bando sublevado.
Un ensayo criminal – El bombardeo de Guernica
La fábrica de armas y el puente a las afueras de la ciudad, sí eran un objetivo estratégico. Los alemanes fueron los encargados de llevar a cabo la “misión”. La Legión Cóndor, iba a descargar bombas sobre los objetivos. O por lo menos eso quisieron vender a la población, posteriormente. La verdad, es que la ciudad quedó arrasada, el puente y la fábrica intactos. Fue un ensayo criminal, para probar unos aviones bombarderos y cazas, que luego bombardearían infinidad de ciudades europeas en la Segunda Guerra Mundial. (3)
Guernica – objetivo civil
La ciudad de Guernica, se unía a Madrid y Durango, como objetivos civiles bombardeados en una guerra. En la carretera de Málaga hacia Almería, la población civil también fue ametrallada en su retirada. Pensarían que en la guerra todo vale y lo pusieron en práctica. Sin moral. Hasta la Guerra Civil Española, las ciudades con población civil sin fortificar, no se atacaban. Los avances de la aviación en la década de 1930, favorecieron la “nueva guerra”. Más cruel si cabe. (4)
La Guerra Civil española y los intelectuales
Estos bombardeos no pasaron desapercibidos en el mundo. Sobre todo, el de Guernica. La prensa internacional, recibía crónicas de periodistas que se encontraban en las mismas ciudades. El mismo Pablo Picasso, se enteró del desastre por el periódico. Afincado en Francia, sería el encargado de pintar un cuadro para la Exposición Internacional de París. El Gobierno Republicano tenía reservado un pabellón. La inspiración de Picasso fue la ciudad de Guernica, su destrucción por las bombas. El encargo se lo hizo el pintor Josep Renau, director general de Bellas Artes. El Gobierno republicano, buscaba apoyo para la causa, y lo encontró en ilustres como, el escritor Pablo Neruda o el pintor malagueño. En su mayoría gente de cultura. (5)
¿El “Guernica” en una España Franquista? No es no.
Como todos sabemos Franco ganó la guerra en 1939. Quedó entonces instaurada la dictadura hasta la muerte del general en 1975. Durante ese periodo de tiempo, las personas disidentes del régimen, o bien se exiliaron, o bien fueron condenadas a muerte. Ilustres escritores como Antonio Machado, políticos republicanos como Manuel Azaña, pudieron exiliarse; otros como Federico García Lorca o Miguel Hernández, murieron en su país por defender unos ideales.
David contra Goliat
Los que tuvieron la “suerte» de poder abandonar España, siguieron publicando, pintando, en fin, haciendo lo que más les gusta y lo que mejor hacían. Como no, sus obras eran para el régimen como balas de fusil que se clavaban en las mentes de los ciudadanos, y que podían activar sus ganas de pelear, de levantarse, de no vivir de rodillas, sin derechos, sin libertad. Obras de arte que ponían en entre dicho la legitimidad de un gobierno, impuesto por la guerra, sin más argumentos que la fuerza y la violencia. La censura vetaba todas las obras críticas con la guerra y el franquismo. (6)
La libertad del Guernica
El cuadro de Picasso no iba a ser menos. Sin embargo, en este caso, el propio autor malagueño prohibió que la obra volviese a España. Picasso, era comunista y ateo, es decir, enemigo de Francisco Franco. Además, el encargo, fue del Gobierno Republicano, y para apoyar la causa republicana, no tenía sentido, que la obra estuviera en la España que representaba ese odio, ese dolor, que el propio pintor sentía suyo. (7)
Y el Guernica se quedó en el MOMA
Comenzó entonces una ruta por Europa, que la llevó a exposiciones en los países nórdicos y Gran Bretaña. Fue entonces, cuando el pintor malagueño, decidió que la obra permanecería bajo custodia del Museo de Arte Moderno de Nueva York (MOMA). Un museo que siempre tuvo a Picasso y sus colecciones, como uno de los principales reclamos para atraer visitas. (8)
El Guernica en España
Durante los primeros años, ni el pintor ni el dictador, querían que la obra traspasase las fronteras de una España hermética. En 1968, el panorama no era el mismo. La dureza del régimen se había reducido y permitir la entrada de una obra tan conocida, y de un pintor tan famoso, conllevaría un lavado de cara, para la opinión internacional. El almirante Carrero Blanco, encargó a Florentino Pérez Embid, que iniciase los trámites para el regreso a España del “Guernica”. Cuando la noticia llegó a Picasso, se puso en contacto con su buen amigo y abogado, Roland Dumas. Picasso estaba intranquilo por si el objetivo de la España franquista se viera cumplido. Dumas le advirtió que mientras viviera podía estar tranquilo, otra cosa era tras su fallecimiento. Le aconsejó que hiciera un testamento. (9)
Picasso, algo supersticioso se negó, y le encargó al propio Dumas que cumpliera con su voluntad, una vez que no estuviera. Picasso mandó una carta manuscrita al museo neoyorquino. En ella designaba a Roland Dumas como responsable de la obra, y plasmaba su idea sobre la vuelta a España de su creación:
“…Han aceptado enviar el cuadro, los estudios y dibujos a los representantes cualificados del Gobierno español cuando se hayan restablecido las libertades públicas en España”. A las claras, mientras hubiera franquismo en España, el cuadro no volvería. (10)
Por fin: Libertad – La vuelta a la Democracia
El anciano pintor malagueño había fallecido en 1973, sin llegar a ver cumplidos sus deseos: primero, la vuelta de la libertad a España, que encanaba la República; el segundo, que una de sus mayores obras, “Guernica” estuviera expuesta en el Museo del Prado. El primero de los objetivos, llegaría a España con la muerte del dictador Francisco Franco. Aunque como bien sabemos, no del todo. La República, no volvió. La muerte de Franco, inició un proceso de transición hacia una Monarquía Parlamentaria. La República no había vuelto, la democracia sí, y con ella la libertad que anhelaba Picasso. Las voces que pedían la vuelta de la obra a España, se volvieron más fuertes. (11)
El regreso de la libertad
En abril de 1977, coincidiendo con el 40º aniversario del bombardeo de Guernica y las primeras elecciones democráticas después de la Dictadura, muchos fueron los que pidieron la vuelta del cuadro a la propia localidad vasca. La viuda de Picasso, Jacquelline, plasmaría en una carta, los deseos de su difunto esposo:
“El Maestro quería que el cuadro y los bocetos sean entregados al Prado de Madrid”. (12)
El Guernica de vuelta al hogar
a vuelta de la majestuosa obra picasiana estaba más cerca que nunca. Las nuevas Cortes constituidas tras las elecciones de 1977, serían las encargadas de llevar a cabo, esta misión. Tras los primeros contactos con el museo neoyorquino, nada impedía la vuelta a España de la obra. Los estadounidenses estaban de acuerdo, y el principal objetivo de Picasso se había cumplido.
En 1981, la obra llegaba por fin a España. Su primer lugar de exposición fue en el Casón del Buen Retiro, para acabar finalmente, en el Museo Reina Sofía, en Madrid. Hoy en día se encuentra allí. (13)
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