“Recuerden, recuerden, el 5 de noviembre. Conspiración, pólvora y traición. No veo la demora y siempre es la hora para evocarla sin dilación”.
¿Quién, a día de hoy, no ha escuchado, o al menos no le suena la oración anterior?
El 5 de noviembre es una fecha que no nos dice mucho; sin embargo, los ingleses ese día celebran lo que se conoce como la Noche de Guy Fawkes o la Noche de las Hogueras que viene a conmemorar la Conspiración de la Pólvora (1). Desde que en 2006 la novela gráfica V de Vendetta, de Alan Moore, fue llevada a la gran pantalla, la fecha y su simbología ha traspasado las fronteras británicas.
Aunque la novela es de los 80, no podría estar de más actualidad, porque el conocido grupo Anonymous ha adoptado la máscara de V como su carta de presentación, con esa sonrisa tan peculiar(2). Además, todos los movimientos sociales, motivados por la crisis económica de 2008, que al que más o al que menos le ha achuchado su cartera, han utilizado a V como símbolo de protesta frente a gobiernos considerados conservadores y anacrónicos, y a las grandes multinacionales que controlan la economía. Al mismo tiempo, nos previene contra los “populismos” y los discursos mesiánicos; como lo ocurrido en las elecciones estadounidenses en las que ha ganado el rubio de moda del momento, organizador de eventos como Miss Universo y misógino, Donald Trump; frente a la exsecretaria de EE.UU. y supuestamente cómplice de vender armas a los insurgentes de Libia, Hilary Clinton, que al menos posee una sólida carrera política.
Cabe preguntarse por qué V de Vendetta, no sólo ha sido, es y será un referente y un símbolo de lucha contra el poder opresor, sino que se consolida como una obra de referencia dentro del ámbito histórico. Como decíamos en el articulo de Khronos The Big Bang History. Aprende a conocer la historia con tus superhéroes favoritos.
El régimen dictatorial inglés que nos plantea la novela, presidido por un fanático con ansias de poder, se presenta como un régimen “necesario” para evitar el hundimiento del país, bien por una epidemia provocada -por el propio gobierno-, o por futuros ataques -inventados también por el gobierno- de países enemigos de Inglaterra. Hay referencias a una realidad alternativa de la II Guerra Mundial donde el partido Fuego Nórdico llega al poder presentándose con sus insignias y sus desfiles como el “elegido” que evitará la ruina, en este caso, de Gran Bretaña. Prácticamente lo mismo que el partido Nazi hizo al presentarse como salvador para vengar la humillación pueblo alemán después de la I Guerra Mundial y la Paz Dictada (DIKTAT) (3). El Partido Conservador liderado por Margaret Thatcher, también conocida como la Dama de Hierro (4), llega al poder ante un Partido Laborista desgastado, tanto por las protestas del invierno de 1978 como por el fracaso del referéndum escocés (5) del mismo año. Es decir, se presenta, al igual que el partido Fuego Nórdico y el partido Nazi, como la única alternativa y salida posible a la crisis que estaba viviendo el país. Hacen uso del miedo para llegar al poder.
Alan Moore no sólo critica la política conservadora de la Dama, sino que se atreve a compararla con un régimen dictatorial, ya que sus políticas de privatización y control social sumen a Inglaterra en un contexto que para mucha gente era el necesario en aquel momento, pero que para otra fue excesivo y controlador. Compara pues el régimen conservador inglés con un régimen dictatorial como el del señor del segundo bigote más famoso de la historia -después del Groucho Marx-, Hitler; invitando al lector a la reflexión y crítica de lo que estaba sucediendo. Relaciona la Alemania nazi con la Inglaterra de Thatcher mediante la propuesta de V de Vendetta, mostrando la delgada línea entre los autoritarismos y algunos gobiernos con exceso de poder.
Pero las similitudes van más allá. Tenemos al líder carismático, casi mesiánico, que guiará a su pueblo a la gloria. Ello lo consiguen sabiendo llegar a las emociones y sentimientos más profundos de la gente con discursos directos, demagógicos y deterministas, que solucionan todos los problemas. Destaca entonces la propaganda fraudulenta en los medios controlados, que invita al miedo -inmigrantes que se hacen con los puestos de trabajo, por ejemplo-, pero que ofrece esperanza -levantar muros-.
Otra similitud son los campos de concentración. En V de Vendetta estos campos supuestamente son para los infectados; sin embargo, son campos para la gente que piensa diferente o son diferentes (6) y también para la investigación en busca de nuevas armas biológicas. Por lo que respecta a los campos de concentración nazis son más que conocidos. (7)
La última similitud: la policía secreta. En V encontramos a los “Bolsas Negras”, que como la policía privada de Hitler, la Gestapo, y las furgonetas de vigilancia y antidisturbios ingleses, realizaban tareas de control ciudadano.
El cómic permanentemente incita a la reflexión. ¿Debemos callarnos lo que pensamos únicamente porque nos conviene? ¿Está la supervivencia por encima de nuestra dignidad? ¿Es posible ser libre sin estar seguro? El tema es universal y hoy, como se dijo, adquiere mayor relevancia que nunca. Asimismo estamos ante un ejemplo de cómic que será una obra para la posteridad, tratando a través de hechos ficticios situaciones reales de una época convulsa, dejando entrever el sentir general de la sociedad e incitándola a la rebelión y al inconformismo contra gobiernos poderosos, que aunque no llegan a ser regímenes totalitarios se acercan peligrosamente en sus formas.
“El pueblo no debería temer a sus gobernantes, los gobernantes deberían temer al pueblo.” V de Vendetta
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