1945, algo se cocía en el extremo occidental asturiano. ¿Una fabada? ¿Arroz con leche? ¡No! Se trataba de una presa, con su central eléctrica y todo, el futuro embase de Salime.
Aunque tardaría unos diez años en inaugurarse, fue durante un tiempo la mayor del país y la segunda de Europa. Esta obra faraónica sería inaugurada por aquel señor bajito que aparecía bajo palio a la salida de misa y que nos gobernó casi cuarenta años, no me acuerdo de su nombre… ¡Salió en el NODO y todo!
¡Esto se inunda!
El embalse de Salime, sobre el río Navia, motivó la desaparición de pueblos y aldeas (Salime, San Feliz, A Barqueira, etc.) con sus iglesias y cementerios, tanto de Asturias como de la vecina Lugo. También sus tierras de labor e instalaciones agrícolas y ganaderas se vieron afectadas lo que obligó al personal a trasladarse (a Avilés, Gijón, Bilbao… a Buenos Aires). Por otro lado, se edificaron cuatro poblados (Eritaña, La Paicega, Vistalegre y El Campín) para albergar a los tres mil trabajadores temporales que se necesitaron para la construcción y también a sus familias (1). Pero en realidad, este artículo, aunque no lo parezca, va de arte.
Arte en el embalse de Salime
Promovida por Hidroeléctrica del Cantábrico y Electra del Viesgo para aprovechar el agua del río Navia (2), lo estético fue aportado por dos artistas asturianos. Los Vaquero, padre e hijo: Joaquín Vaquero Palacios y Joaquín Vaquero Turcios (3). No en vano, el padre del primero (Narciso Hernández Vaquero, importante empresario), abuelo del segundo, claro, sería fundador y presidente de la hidroeléctrica asturiana de 1939 a 1958 y otro de sus hijos Pedro, director de la misma empresa. ¡Todo queda en casa!
Me lo hace como que quede bonito
En el diseño participarían un equipo de ingenieros y, como arquitecto, Vaquero Palacios. La central está incluida en el Movimiento Moderno (4) y es testimonio del afán del artista por la integración de las artes, de la obra de arte total. En esto coincide con movimientos artísticos internacionales como la Bauhaus (5) alemana. La empresa quiso que esta obra causase impresión, favorable supongo, no solo en el aspecto técnico sino también en el estético, ¡y vaya si impresiona!
El arquitecto realiza sobre el aliviadero de la presa terrazas y miradores como “boca de ballena”, desde la que se puede contemplar el conjunto. En cuanto a la fachada de la central, el Vaquero Palacios diseña un conjunto de relieves que representan la producción de electricidad en tonos rojizos que resaltan sobre el hormigón gris. Vaquero Palacios realizaría, con el tiempo, otras obras de envergadura parecida y aspecto similar, también en Asturias, como la Central Hidroeléctrica de Proaza en los años sesenta (6). Si algo gusta ¿por qué no repetirlo?
Por dentro también, oiga, pero no se pase
En el interior hay que destacar la sala de turbinas. Aquí la pintura mural es la protagonista (como se ve en la foto), e intervienen padre e hijo.
En uno de los muros, la composición es más bien abstracta y reproduce una descarga eléctrica entre dos polos. Ésta la realiza Vaquero Turcios, mientras que su padre acomete la decoración del muro de enfrente. En él, narra el proceso de construcción de la central desde la propuesta de realización, los consejeros, los ingenieros, los obreros, los directores y también los propios artistas. Los protagonistas del centro de la composición son los obreros, destacando una imagen de una mujer sosteniendo a un obrero muerto en accidente de trabajo, lo mismo que si fuese una Piedad (emulando a Miguel Ángel y su Piedad Vaticana). También se hace referencia a la desaparición de los pueblos bajo el agua del embalse de Salimes. Otros elementos destacables del interior son el refugio, salita circular que pretendía ser un lugar de descanso pues la central es muy ruidosa, y la sala de control.
También en los alrededores…
La casona destinada a la Dirección, en el pueblo de Grandas de Salime, que hoy sigue usándose para reuniones, eventos y como eventual alojamiento por parte de la empresa gestora del salto; y la iglesia del poblado de La Paicega (7) en el vecino concejo de Pesoz, son otras exitosas intervenciones de Palacios relacionadas con el salto de Salime.
En la actualidad…
La central sigue hoy funcionando y repartiendo electricidad por la Cornisa Cantábrica a diestro y siniestro, además es visitable (8). Los poblados están más o menos en ruinas (en el de Vistalegre existe un hotel en la antigua Casa de Ingenieros, pero el Campín y la Eritaña están totalmente arruinados, en La Paicega solo sigue en pie la iglesia). En 2001, Vaquero Turcios retocó los murales introduciendo algunas modificaciones, como el añadido de los retratos de Einstein, Freud, Planck y Picasso en las ménsulas centrales que soportan una pasarela. En su día, esas imágenes, fueron censuradas, personajes evidentemente sospechosos para el régimen (Picasso reconocido comunista, Einstein simpatizante socialista…) No se por qué, pero me viene a la cabeza aquello de ¡Muera la inteligencia!
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