¡La cosa está que arde! Felipe V y el Alcázar de Madrid

El Real Alcázar de Madrid fue una alcazaba musulmana transformada en pabellón de caza desde la Edad Media (1). Un idílico sitio rodeado de bosques y bellos jardines. Después, bastión militar, al que finalmente Carlos I puso ojitos cuando llegó de los Países Bajos (2).

Cada cual lo decoró a su antojo iniciando una nueva reforma: patios, capillas, cámaras reales, fachadas, etc. Aquel sitio se les quedaba pequeño y es fácil reformar y ampliar cuando hay dinero, sobre todo si es ajeno…

Antes de continuar, no se extrañen si buscan las coordenadas del Real Alcázar de Madrid en el GPS y éste les marca el Palacio Real, ¿pensaban que semejante bloque clasicista lleva ahí toda la vida?

Alcázar de Madrid
Vista del Alcázar de Madrid, en la Planimetría de Pedro Texeira, 1656.
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A rey muerto, rey puesto… Llega el primer Borbón, Felipe V: lo español no molaba tanto.

Con la muerte del enfermizo Carlos II, no en vano apodado «el hechizado» (3), llega una nueva dinastía al trono de España. Felipe V, popularmente conocido como «el animoso», (4) era el primer monarca Borbón. Por ser tan afrancesado, ¡que poco gustaba a los madrileños y poco le gustaba lo madrileño! Éste encontraba el Alcázar de Madrid como un edificio de poco gusto (un símbolo rancio de un régimen desfasado). Con tantas reformas se había convertido el palacio en una variopinta mezcla de estilos, que él mismo transformó al gusto parisino. Aún así, este rey pijotero acabó viviendo en otras residencias (5). Aunque debió ser una tarea muy complicada la de contentar a un monarca de carácter depresivo, calzonazos, que vestía siempre que podía la misma ropa, se encerraba días enteros en la cama sucia y se mordía a sí mismo (6), entre otras «virtudes» (7).

Felipe V
Felipe V a caballo de Jean Ranc, 1723.
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¡Arde el Alcázar de Madrid!

El descontento de Felipe V terminaría un aciago día de Nochebuena (8). A las 00:15, repicaban las campanas avisando de un incendio originado en la habitación del pintor de la corte Jan Ranc, donde se descontroló una chimenea y el fuego saltó al cortinaje hasta dejar todo reducido a cenizas. El Alcázar de Madrid fue una fogata durante 4 días.

Para complicarlo aún más, solo dejaron entrar a los cortesanos y religiosos a rescatar lo valioso, no vaya a ser que algún indeseable se quedara con un cuadro ahumado. Arrancaron los lienzos de sus marcos y arrojaron por la ventana otros muchos, como Las Meninas. Esta joya de Velázquez salió ilesa de casualidad, pero con la mejilla de la «cuqui» infanta Margarita dañada.

El desastroso incendio acabó con una muerte, dos fachadas calcinadas y la torre del Príncipe en pie. Sin olvidar las 500 pinturas perdidas de valor incalculable y un 60% de objetos artísticos desaparecidos  para siempre. Y Madrid sin Alcázar, lamentablemente.

Hagamos un catálogo

Las pinturas salvadas fueron retiradas a conventos y otros edificios particulares próximos al Alcázar de Madrid (9). Muchos lienzos, por ejemplo, fueron restaurados a base de «remiendos» de otras pinturas. Con este maltrecho suceso se decidió llevar a cabo un inventario de piezas salvadas (10), que no fue del todo fiel a la realidad, repetido hasta en dos y tres ocasiones. Hasta la muerte del rey no tuvieron muy claro qué hacer con tantísimas obras rescatadas. Entonces se decidió que ocupasen las paredes del nuevo palacio, edificado sobre las ruinas del antiguo alcázar de los Austrias.

A la ocasión la pintan calva. Felipe V bajo sospecha

Las oportunidades se deben aprovechar cuando se presentan y si no que se lo pregunten a Felipe V…

Si bien, las hipótesis sobre las causas del incendio, en un principio, acabaron cayendo sobre pintor Jean Ranc, el origen del suceso sigue sin estar claro. No es de extrañar, pues, que este pintor de la Corte de Felipe V, con tanta culpa encima, falleciera a los 6 meses por una fuerte depresión. Además, el palacio estaba siempre vigilado las 24 horas, raro, raro. Por otra parte, si sumamos lo poco que agradaba el edifico al monarca y la extraña ausencia de la Familia Real ese día, el traslado previo de algunas de las obras de arte y la rapidez con la que surgió la propuesta de crear un nuevo palacio en ese mismo lugar… la sospecha de que «el monarca sopló no para apagar las llamas, sino para avivarlas», era inevitable.

Lo que está claro es que la tragedia fue el pretexto perfecto para derrumbar por completo el viejo Alcázar de Madrid y levantar un nuevo palacio (11). Una obra sumamente costosa que podría haberse arreglado con una reconstrucción del Alcázar. Casi 30 años después se terminaría de edificar el Palacio Real de Madrid.

El Palacio Real: la morada de reyes y republicanos

Carlos III estrenó el palacio (12) y Alfonso XIII fue el último rey que vivió allí. Sin embargo, Manuel Azaña, presidente de la II República, sería el último Jefe de Estado en ocupar sus estancias como vivienda habitual. Hoy, no busquen al rey Felipe VI en ese impresionante palacio, no lo encontrarán. Demasiado destartalado y poco acogedor para nuestro monarca. Por eso, actualmente solo se utiliza para actos de protocolo, recepciones de gala para diplomáticos y eventos culturales.

¿Casualidad o destino? Desde luego, no faltan razones para creer que Felipe V se salió con la suya, o tuvo mucha suerte con este incendio (intencionado por él o no, nunca lo sabremos) que le ayudó a conseguir la mansión que tanto deseó. ¡Y es que no hay mal que por bien no venga!   

Palacio Real de Madrid
Proyecto de Filippo Juvara para el Palacio Real de Madrid.
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¿Sabes que una localidad valenciana hay un cuadro de Felipe V boca abajo?


Referencias y bibliografía

Referencias

(1) Herencia Trastámara. Dinastía castellana que reinó en la Corona de Castilla y de Aragón; el Reino de Navarra y de Nápoles.

(2) Arias Rierea y Alba Carcelén, 2007, p. 331.

(3) Carlos II falleció el 1 de noviembre de 1.700.

(4) 1686-1746.

(5) Barbeito, 1992, p. 175.

(6) Así relató el historiador Pedro Voltes el deterioro mental de Felipe V durante su vida.

(7) Barbeito, 1992, p. 199

(8) En el año 1734.

(9) Aterido, Martínez Cuesta y Pérez Preciado, 2004, p. 60.

(10) Partiendo del primer inventario hecho por Felipe IV en 1666 donde se describen 953 obras.

(11) El 5 de abril de 1738. Proyecto de Filippo Juvara, realizado por su discípulo Juan Bautista Sachetti.

(12) En el año 1764.


Bibliografía

  • Arias Rierea, E., Alba Carcelén, L., 2007, «Los leones de Matteo Bonuccelli conservados en el Museo Nacional del Prado. Aportaciones a la historia desde el incendio del Alcázar hasta la actualidad a través de su restauración», Velázquez: esculturas para el Alcázar, Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, Madrid, pp. 331-344.
  • Aterido, A., Martínez Cuesta, J., Pérez Preciado, J.J., 2004, Colecciones de pintura de Felipe V e Isabel de Farnesio, Industrias Gráficas Caro S.L., Madrid.
  • Barbeito, M., 1992, Alcázar de Madrid, Servicio de Publicaciones del COAM, Madrid.
  • Cervera, 2014, «Así fue el misterioso incendio que destruyó el Alcázar de Madrid y cientos de cuadros», abc.es, 14 de noviembre de 2014. [En línea] Disponible en: https://www.abc.es/madrid/20141114/abci-alcanzar-madrid-incendio-misterio-201411131650.html (18 de febrero de 2019).
  • Checa Cremades, F., 1994, El Real Alcázar de Madrid: dos siglos de arquitectura y coleccionismo en la corte de los reyes de España, Editorial Nerea, Madrid.
  • Ferreiro, 2017, «El incendio que destruyó el Alcázar de Madrid en la noche de Navidad. El final del Alcázar de Madrid, residencia de los Austrias», elretohistorico.com, 25 de diciembre. [En línea] Disponible en: https://elretohistorico.com/incendio-alcazar-palacio-madrid/ (18 de febrero de 2019).
  • Martínez Leiva, G. y Rodríguez Rebollo, A., 2015, El inventario del Alcázar de Madrid en 1666: Felipe IV y su colección artística, Editorial Nerea, Madrid.
  • Tovar Martín, V., 2001, «El Alcázar de Madrid» en Castillo Oreja, M. A. (coord.), Los alcázares reales : vigencia de los modelos tradicionales en la arquitectura áulica cristiana, Fundación BBVA, Sevilla.
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Sara Martín Martín
Historiadora del Arte por la UCLM. Poseo un Máster en Arqueología y Patrimonio por la UAM. Apasionada del antiguo Egipto y del arte moderno.

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