Hace no mucho, Facebook decidió cerrar temporalmente el perfil de un usuario por haber compartido una imagen que ellos consideraban “inapropiada”. Dicha imagen, era ni más ni menos, El origen del mundo, de Coubert (1). Una maravillosa obra de arte, que cualquiera puede admirar en el museo de Orsay, en París. Parece que está bien para un museo, pero no para las redes. La hipocresía y la doble moral, se cuelan por todas las rendijas de la vida. Y las redes no iban a ser ajenas a esta dinámica. Si os dijera que los museos están llenos de porno, seguramente os escandalizaríais. Pero es cierto. Hay muestras de arte porno por todas partes. O ¿cómo creéis que daban rienda suelta a su imaginación nuestros antepasados, antes de que existieran publicaciones como Playboy?
Arte porno a lo largo y ancho de la Historia
Yo hombre, tú mujer, ¡¡UNGA, UNGA!!
¿Sexo y pasado?… Seguro que vuestra mente ha viajado a la India. Porque, ¿quién no conoce el Kamasutra (2)? Sí, ese compendio del arte amatorio hindú, que tuvo tan buena acogida entre el público occidental. Es bien cierto que los templos hindúes, en muchas ocasiones, están decorados con figuras humanas recreando posturas sexuales; pero no fueron los primeros en crear arte porno.
De hecho, no necesitamos irnos tan lejos para tener representaciones de carácter sexual. Aquí mismo, en la Península Ibérica, tenemos buenas representaciones artísticas de carácter “erótico festivo”.
De todas las representaciones de arte paleolítico (3) que podríamos encuadrar dentro de esta categoría, quizás las más conocidas sean las Venus. Son figurillas femeninas, de grandes pechos y caderas, de las cuales no se sabe a ciencia cierta su función. Fueron diosas de la fecundidad, muñecas, fetiches sexuales… ¿Arte porno prehistórico?
En yacimientos como El Pendo (4) y La Madeleine, se han encontrado figuras como las de las Venus, pero que representarían falos. ¿Su función? Pues sucede como con las anteriores. Aunque puede ser que estemos ante los primeros consoladores de la Historia.
Las paredes de las cuevas también se decoraban con atributos masculinos y femeninos. Como es el caso de las vulvas de Tito Bustillo (5), Cellier o la Ferrassie. Y ya antes de que los hindúes nos mostraran posturas sexuales, las pinturas de Los Casares (6) o La Mache, instruían al hombre y a la mujer prehistóricos (7).
Lo clásico siempre está de moda
Si seguimos avanzando en el tiempo, y nos desplazamos hacia el Mar Egeo, veremos como a los griegos les gustaba pintar “cochinadas” en las cerámicas más que a un tonto un lápiz, les iba el arte porno. Si revisamos las cerámicas griegas, veremos cómo aparecen representaciones sexuales de todos los tipos y colores. Las representaciones de corte homosexual eran algo a la orden del día, ¡y parece que nadie se escandalizaba (8)!
Os voy a hacer una recomendación cinematográfica, Una Jaula de grillos. Hay una escena espléndida relacionada con una vajilla y unos jovencitos “jugando” (9).
¿Os acordáis de los falos de época prehistórica? Pues si hacemos caso a las cerámicas griegas, las griegas y los griegos sí los usaban como consoladores.
Los romanos tenían las mismas costumbres que los griegos, en lo que a falos se refiere. Así, abundan los restos arqueológicos de dichas “herramientas”. No hace falta más que darse una vueltecita por el Museo Arqueológico de Tarragona (10) para ver que no son pocos los falos que hay en sus vitrinas. ¿Os imagináis los productos de cualquier sex-shop expuestos en un museo, cual obras de arte? No, ¿verdad? Pues supongo que a los usuarios de dichos consoladores jamás se les hubiera pasado por la cabeza. Pero ahí los tenéis.
Siguiendo con el glorioso Imperio romano, cabe decir que las representaciones de carácter sexual eran comunes. Ya que la vida sexual, al igual que en Grecia, no era algo tabú, como ocurrirá con la llegada del cristianismo (11).
Otra referencia, esta vez televisiva, Spartacus: Sangre y Arena. Sexo, sangre y sudor a partes iguales (12).
Ora et labora et fo…
La idea preconcebida que teníamos de la época medieval (religiosidad rigurosa, cinturones de castidad, nada de arte porno y demás familia), se vino abajo gracias a una exposición inaugurada en París en 2014. El amor cortés (13) se llamaba. En ella, a través de miniaturas medievales y diversos textos, nos dejaban claro que Juego de Tronos está bien documentada en lo que a sexo se refiere.
La activa vida sexual de los monjes quedaba perfectamente dibujada. Ésta incluía tríos, escenas homosexuales, la práctica del adulterio (masculino of course), y la regulación de la prostitución.
Además de las miniaturas, no podemos olvidarnos de la gran cantidad de esculturas sexuadas que decoran las arquitecturas medievales. Las más comunes, mujeres mostrando explícitamente su sexo. Ora, et labora et fo…. ejem.
El renacer de lo clásico
Si los indúes tenían el Kamasutra, el hombre renacentista tenía I Modi, también llamado Los 16 placeres. Ya os podéis imaginar el resumen del libro. Dieciséis posturas sexuales reflejadas en preciosos grabados. Eso sí, todas las parejas que aparecen son matrimonios famosos de la Historia (14).
Son muchos los pintores que hacen uso de la figura femenina en sus obras: Tiziano, Rubens, Giorgione… Y, curiosamente, mujeres desnudas, por exigencia del guión supongo. Aunque compartan plano con hombres perfectamente vestidos.
La mujer desnuda mirando directamente al espectador, insinuante, es un tipo de composición que se va a repetir a lo largo de los siglos. Desde la Venus de Urbino, hasta las chicas Vargas. Esta composición nos puede dar una pista más que evidente de a qué iban destinadas estas obras… Ahora si que era arte porno.
Recordemos que, en la mayoría de los casos, estas obras eran encargos privados, por mecenas generosos, masculinos, y destinados a las estancias privadas de estos grandes amantes del arte… Hay dos capítulos de esa gran serie española, El ministerio del tiempo, dedicados a Velázquez y a Goya, en los que queda más que claro como la nobleza amaba el arte… (15).
¡Que impresión nos hemos llevado!
Llegados ya al siglo XIX podemos ver que las cosas no cambian demasiado. Las nuevas tendencias artísticas descubren el arte japonés, y se dejan llevar por su estilo y temática. Los japoneses tampoco eran nada tímidos a la hora de plasmar las relaciones sexuales, vamos, cómo hoy en día. Así, son comunes los dibujos eróticos más o menos explícitos (16).
Artistas como Toulouse-Lautrec, Klimt y Egon Schiele (17), además de sus obras más conocidas, tienen un gran repertorio de dibujos al estilo japonés. Y no por su técnica, sino por lo explícitamente sexuales que son. Tenemos que recordar que la mayoría de las modelos de estos artistas eran prostitutas y no tenían reparos a la hora de mostrarse “abiertamente” al artista.
A parte de éstos, se sigue usando el esquema que ya vimos en el renacimiento: la mujer desnuda, insinuante. Y es que, aunque es un momento de renovación artística, de ruptura con la academia, había cosas que era muy difícil cambiar. La mujer sigue siendo objeto artístico, pero no artista (18).
De todos los artistas y obras que hemos visto anteriormente, el que se lleva el AVN (19) de oro es Courbert. Con él empezamos y con él terminamos. Con el origen del mundo de la censura en Facebook, del porno explícito en los museos y con el origen de este artículo.
La moraleja de todo esto sería: queridos niños y niñas, si queréis ver porno y que vuestros padres no os castiguen, consumid arte.
¿Ya te vas? ¿Te atreves a descubrir más artículos de Historia que te dejarán con la boca abierta?
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