Asurbanipal de Asiria fue el último gran rey del imperio asirio, cuyo origen hay que buscarlo al norte de Mesopotamia (1). Se trata de uno de los primeros grandes imperios de la historia (2) y, sin duda, de los que peor fama o prensa tuvo (3) de toda la Edad Antigua. Y es que los asirios organizaron el primer ejército verdaderamente “profesional” (4). Este contaba con armas de hierro (5) y unidades especializadas para el asalto a ciudades amuralladas (6) y de caballería (7).
“Asirio” deriva de Aššur. Era el nombre, tanto de la principal ciudad-estado de la zona (8), como de la deidad tutelar de la urbe (9). Y fue Paul-Émile Botta (10) quien acuñó el término “asiriología”. Lógicamente, es la ciencia que estudia la historia de la Mesopotamia antigua (11). La historia asiria se prolonga por más de veinte siglos, del 2600 al 600 a.C. (12). Y destacó en el último siglo (13), ya que logró colocarse como la principal potencia hegemónica mundial. Asurbanipal (14) (680 a.C. – 627 a.C.) fue el último gran monarca, ya que a su muerte se inició el colapso del imperio.
La llegada de Asurbanipal al poder
Asurbanipal fue un rey instruido. Tenemos constancia de su capacidad de leer y escribir en varios idiomas (15) y de su interés por «pasar a la historia». Y es que se preocupó tanto de dejar constancia escrita de los principales acontecimientos de su reinado, como de crear la más importante biblioteca (16) del mundo.
A la muerte de su padre, se dividió el imperio (17) entre Asurbanipal, que se quedaba con el trono Asirio como «rey de reyes», y su hermanastro, Samashsumukin, al que se le asignó el reino vasallo (y tributario) de Babilonia (18). Asurbanipal estuvo obligado durante todo su reinado a mantener continuas guerras y emplear sus tropas de forma permanente. Bien para reprimir las revueltas secesionistas, o para rechazar las amenazas de los reinos y pueblos vecinos (19).
Un ejército para controlarlos a todos
El primer objetivo de Asurbanipal (20) fue completar la conquista y control de Egipto (21). Tras una rápida (y salvaje) campaña, logró colocar en el trono egipcio a sus candidatos: Necao I y su hijo, Psamético I (22). Tras Egipto, se enfrentó a los elamitas, un reino vasallo (23). Allí, ocasionó un nuevo baño de sangre, tras la rápida y aplastante victoria de las tropas asirias.
En estas mismas fechas, el vecino reino de Lidia envió un mensaje solicitando auxilio al gran monarca, ya que estaba sufriendo ataques por parte de los cimerios (24). Tras el envío de un contingente de tropas imperiales, los lidios no tuvieron problemas en vencer a los invasores, que regresaron a sus tierras en 665 a.C.
Mientras la mayor parte de las fuerzas asirias se encontraban ocupadas en Elam y Lidia, una alianza de persas, cimerios y medos aprovechó para atacar Nínive, la capital del imperio asirio. Así, forzaron a Asurbanipal a cerrar un acuerdo de ayuda militar con los escitas (25), que resultó ser suficiente como para poner en fuga a los invasores.
Asurbanipal y la traición de un hermano
El medio hermano de Asurbanipal, Samashsumukin (26), se rebeló en el 652 a.C. Y consiguió aunar bajo su bandera a gran cantidad de aliados, deseosos de liberarse del yugo asirio (27).
A pesar de la aparente fortaleza y cantidad de los rebeldes, los asirios terminaron por obtener una victoria total. Ocuparon la mayoría de los principales enclaves enemigos, incluyendo la propia Babilonia. La tomaron al asalto en 648 a.C. y la saquearon. En cuanto a Samashsumukin, se desconoce si se suicidó o fue ejecutado. A su muerte, se nombró un nuevo gobernador: Kandalanu (28).
Tras la caída de Babilonia, las tropas de Asurbanipal iniciaron una campaña de castigo contra Elam. Así, procedieron a una serie de matanzas, saqueos y pillajes sistemáticos. Además, destruyeron las defensas de las plazas claves del territorio. Una vez asegurado el pago periódico de tributos y la colocación de líderes favorables a su causa en las ciudades y el trono elamitas (29), optaron por retirarse (30).
El final del reinado de Asurbanipal y estertores del imperio
La última de las campañas de Asurbanipal tuvo lugar en la península arábiga. Varios jefes y reyezuelos aprovecharon para intentar liberarse del vasallaje asirio. Los árabes rebeldes no tuvieron ninguna oportunidad contra las poderosas tropas reales. Estas los aplastaron e iniciaron una nueva operación de castigo en la región.
El imperio asirio era «un gigante con pies de barro» por lo que, mientras que en el territorio propiamente asirio el poder real estaba muy limitado por los grandes señores (31), en los territorios conquistados ejercía un poder absoluto, pero sin mecanismos de legitimación. Por ello, eran odiados por sus vasallos, que aprovechaban cualquier ocasión para librarse de ellos.
Hay discrepancias con respecto a la fecha de inicio del reinado del sucesor de Asurbanipal. Según las distintas fuentes, podría ser entre el 636 y el 627 a.C. (32). Como la propia extensión del imperio les obligaba a luchar, muchas veces simultáneamente, en varios frentes, los asirios se fueron debilitando. Así, se inició su decadencia, que sobrevino muy rápidamente (33).