Sioux, Apaches, Cheyennes, Cherokees, Arapahoes, Pies Negros, Iroqueses, Semínolas y un largo etcétera (1) Si nos atenemos al prototipo de indio de las películas del oeste ellos eran: fuertes guerreros, grandes cazadores y celebraban rituales y danzas en honor a la Madre Naturaleza. Usaban arcos y flechas con plumas de colorines y pequeñas hachas conocidas mundialmente como tomahawks (2) Ellos. ¿Y Ellas? ¿Qué sabemos de ellas aparte de tener grandes ojos negros, espesas pestañas y un par de larguísimas trenzas? Ninguno de vosotros sabía que también existieron jefas de estas tribus como Wilma Mankiller, Alice Brown o Mildred Cleghorn. Mujeres nativas norteamericanas como Wilma Mankiller que alcanzaron puestos de poder hasta convertirse en jefa de la nación Cherokee.
Alejándonos de los estereotipos
Los antropólogos calculan que antes de la llegada de los europeos a los territorios de América del Norte existían más de trescientas tribus y que estas fueron desapareciendo como producto de una cruenta colonización. En la actualidad sobreviven más de dos millones de indígenas americanos. La mitad de ellos en reservas indias. Eso es más de un millón de personas. Lo que mucha gente no sabe es que, entre sus filas, despuntaron algunas mujeres y no todas atendían al nombre de Pocahontas, (por cierto, significa “pequeña silenciosa”) Y sabes que me estoy mordiendo la lengua. Algunas alcanzaron la jefatura de sus tribus como es el caso de Wilma Mankiller, jefa de la nación Cherokee
Wilma Perla Mankiller (3)
Wilma Mankiller lideró su tribu como jefa de la Nación Cherokee durante diez años (4) Nació en Oklahoma, de padre Cherokee y madre holandesa. El apellido de la familia, Mankiller, hace referencia a un rango militar Cherokee (5) En 1942, durante la Segunda Guerra Mundial, el ejército de Estados Unidos se apropió de la tierra de muchas familias Cherokee, incluidos los Mankiller. La familia se vio obligada a trasladarse, en concreto, a San Francisco. En 1963, a la edad de 17 años, Wilma Mankiller se casó con un ecuatoriano y tuvo dos hijas. (6)
Wilma Mankiller Jefa de la nación Cherokee (7)
Lo inusual es cómo alcanzó el alto mando de su tribu. Una mujer que fue elegida en 1987 y reelegida en 1991 con una victoria aplastante. A lo largo de la historia y como es habitual, el liderazgo de la nación Cherokee lo ejercían los hombres. En verdad, esto contrasta con la cultura y el valor del sistema tradicional Cherokee. La tribu a la que pertenece Wilma Mankiller incluía a ambos sexos en puestos de liderazgo, aunque con distintas capacidades.
Wilma Mankiller – Una mujer valiente
A lo largo de los diferentes mandatos, Mankiller revitalizó la nación Cherokee a través de proyectos de desarrollo comunitario (8). Los proyectos incluían la creación de empresas hortícolas de propiedad indígena y la mejora de las infraestructuras, como el suministro de agua corriente o la construcción de una central hidroeléctrica. Su administración fundó el Departamento de Desarrollo de la nación Cherokee. Fortaleció la escuela secundaria y con ello, aumentó la población Cherokee (9)
De tú a tú con Obama – Mankiller y las negociaciones federales
Mankiller mejoró las negociaciones federales. Y ayudó a preparar el camino para la relación fructífera entre el gobierno de EEUU y los Cherokees.
El mismísimo Barak Obama dijo de Wilma Mankiller que, como primera jefa de la nación Cherokee, sirvió de inspiración para las mujeres en todo Estados Unidos.
«Antes de mi elección», dice Mankiller, «chicas jóvenes Cherokee nunca habrían pensado que podrían crecer y convertirse en jefe».
Wilma Perla Mankiller, una mujer reconocida
Ganó varios premios, entre ellos la Medalla Presidencial de la Libertad, el Salón de la Fama de Mujeres de Oklahoma, Mujer del Año o el Premio al Liderazgo. Decidió dejar por escrito su legado y así publicó su primer libro: Mankiller: Un Jefe y su pueblo. Se trata de una autobiografía que se convirtió en un superventas nacional. Además Wilma Mankiller es coautora de: Cada día es un buen día: Reflexiones de Mujeres Indígenas Contemporáneas (10)
Wilma Mankiller no fue ni la primera ni la única
A veces Wilma Mankiller se presenta incorrectamente como la primera mujer jefe de una tribu americana nativa. Pero a lo largo del s. XX solo con escarbar un poco en los manuales de historia encontramos otros ejemplos.
Alice Brown Davis – jefa de la tribu Semínola (11)
Esta mujer se convirtió en jefa de la tribu Semínola de Oklahoma en 1922. Creció en territorio indio cerca de Fort Gibson. Sus padres le procuraron una buena educación, la misma que a sus hermanos (12) Alice Brown se quedó huérfana porque sus padres murieron de cólera. A los veintidós años, Brown, se casó con un comerciante europeo-estadounidense de Kansas. El matrimonio regentaba la oficina de correos, una tienda general y un rancho. Tras fallecer su esposo trabajó con su hermano, el jefe Semínola John F. Brown, como intérprete. Tiempo que aprovechó para adquirir un amplio conocimiento de los problemas tribales.
Momentos difíciles – La llega al poder de Alice Brown
La Ley Curtis desmanteló las instituciones cívicas y gubernamentales de las tribus de nativos. La Ley Dawes dividió y parceló sus propiedades. En otras palabras, que solo daban tierras a los indios que estuvieran registrados. ¿Los contáis con los dedos de una mano? Vale. Os sobran la mitad. Y así, el resto del territorio Semínola fue declarado como excedente por el gobierno federal y vendido a los no indígenas. Es decir, les quitaron las tierras por la cara. (13) Por aquellos años, Alice Brown Davis actuaba como intérprete en casos judiciales. Y a la edad de 70 años, Brown fue nombrada jefa de la Nación Semínola por el presidente Warren G. Harding. Los asuntos territoriales tribales siempre fueron su objetivo.
Mildred Cleghorn – Jefa de los Apaches
Esta mujer se convirtió en la jefa de la tribu apache Fort Sill en 1976. El pueblo apache había sido sometido por el gobierno de Estados Unidos a partir de la rendición de Gerónimo en 1886. Cuando Mildred Cleghorn tenía cuatro años, los apaches fueron liberados de su condición de prisioneros de guerra. Después de obtener su libertad, sus padres, que habían nacido bajo la custodia de los Estados Unidos, decidieron permanecer cerca de Fort Sill en Oklahoma. A cada familia se le concedió una parcela de tierra. ¡Qué majos! Pues no. A las familias apaches les entregaron la mitad de la cantidad prometida por el gobierno de los Estados Unidos.
Durante la Gran Depresión, Mildred Cleghorn asistió al instituto y se licenció en economía doméstica. Trabajó durante muchos años como agente de extensión de viviendas para varias agencias, entre ellas la reserva Mescalero Apache en Nuevo México. Trató con Cheyennes y Arapahoes.
Muñecas para la visibilidad de las mujeres indias
Mildred Cleghorn era una mujer inteligente. Durante el tiempo en que trabajó como agente de extensión domiciliaria, se le ocurrió la feliz idea de confeccionar muñecas a las que vestía con la ropa femenina tradicional de las tribus para las que trabajaba. Cada traje fue minuciosamente investigado, confeccionado y adornado. En total, fabricó unos cuarenta, ¡40!, tipos muñecas. Como podéis imaginar el proyecto de las muñecas para de educar a las mujeres euroamericanas sobre las riquísima variedad de las tribus indígenas fue un éxito.
Tanto Wilma Mankiller, Alice Brown o Mildred Cleghorn, nos sirven de ejemplo para desmitificar la imagen de los valientes indios de las pelis del Far West. Estoy convencida de que, partir de ahora, veréis las películas de “indios y vaqueros” desde una perspectiva diferente.