Polidori y Lord Byron: los «abuelos» de Drácula

¿Qué tienen que ver Polidori y Lord Byron? ¿Y Drácula? Pasen y lean…

“En aquel tiempo apareció, en medio de las frivolidades invernales de Londres, en las numerosas reuniones a que la moda obliga en esta época, un lord más notable aún por su singularidad que por su alcurnia” (1)

Con esta frase inicia John William Polidori su novela “El Vampiro”, y con esta misma frase pone, por primera vez, a un vampiro en  Londres, mucho antes de que el conde más famoso de todos hiciese lo propio casi un siglo después (2).

“Fue en Polonia, en Hungría, en Silesia, en Moravia, en Austria, en Lorena cuando los muertos tuvieron esta manía. Nunca se oyó hablar de Vampiros en Londres ni siquiera en París” (3).

Las historias de familia siempre están llenas de jugosos secretos y de historias olvidadas, y Drácula, no iba a ser menos. La historia de su creación tiene mucho que ver con la de ese “notable lord” y si queréis conocerla seguid leyendo…

Sucedió una noche de verano

Como toda buena historia de terror que se precie, y esta es una de ellas, ya que es la historia de un vampiro, todo empieza una noche oscura y lluviosa de verano, donde unos jóvenes reunidos en una casa se entretienen leyendo historias de fantasmas ¿Suena a guion de peli de terror con adolescentes incautos a que sí? Pues no lo és…

Villa Diodati byron shelley
Villa Diodati

“La noche del  17 de junio de 1816, una lluvia incesante impidió que Mary Wollstonecraft Shelley y su hermana Claire, Percy B. Shelley, Lord Byron y su secretario personal, John William Polidori, pudieran pasear por los exteriores de villa Diodati, en Suiza, o navegar por el lago Lemán” (4).

¿Os suena la historia no? Por lo menos sus protagonistas, sobre todo una de ellas, Mary Shelley (5). Y es que esa velada fue la que dio lugar al monstruo más famoso de todos los tiempos, la criatura del doctor Víctor Frankenstein. Pero no fue el  único que se ideó aquella noche. Como suele ocurrir cuando pensamos en las criaturas clásicas del cine de terror, Frankenstein, su criatura, siempre está acompañada de Drácula, el vampiro.

Pues bien, el idilio de ambos, criatura y vampiro, empezó esa noche en Villa Diodati. Y ha seguido así desde entonces, compartiendo espacio en nuestra imaginación, en el papel y sobre la pantalla o el escenario. Pero de eso ya hablaremos más adelante.

Los habitantes de Villa Diodati

El año de 1816 fue el conocido como “año sin verano”. Esto se debió a una erupción volcánica sucedida el año anterior en la isla de Tambora, Indonesia, y cuyos efectos, ceniza volcánica, perduraron a lo largo de ese año (6).

Precisamente ese año, Lord Byron, el famoso poeta (7), decidió recorrer parte de la geografía europea. Para ello tuvo a bien acompañarse de un joven médico llamado Polidori.  Por aquel entonces Polidori tenía 20 años y su “jefe” Byron, 28 (8). Italia y Suiza fueron los destinos elegidos para dicho viaje. Y fue en Suiza, a orillas del lago Lemán, donde Byron alquiló una villa, Diodati, para pasar una temporada. Cerca de allí, Shelley, su por entonces amante Mary Wollstonecraft (hija) y la hermanastra de esta, Claire Claremont, alquilaron otra villa, Maison Chaupis (9).

Polidori Mary y Percy Shelley Lord Byron Claire Claremont
Polidori, Mary y Percy Shelley, Byron y Claire

El intercambio de visitas entre ambos grupos pronto fue algo habitual. Y con esas visitas llegaron las habladurías: se comentaba que ambas damas “dormían” con ambos caballeros, Byron y Shelley. Hasta el dueño de una casa cercana llegó a alquilar telescopios a los curiosos que ardían en deseos de ver lo que el pérfido Byron y sus amigos perpetraban tras aquellos muros (10)

Pero, aunque no es de todos conocido, los ya mencionados no eran los únicos huéspedes de la villa en aquel verano. La condesa Potocka, una dama de la alta nobleza polaca y supuestamente antigua amante de Napoleón, y Matthew Gregory Lewis completaban el elenco. M.G. Lewis, además de íntimo amigo de Byron, es el autor de una de las obras más importante y pilar de la literatura gótica, “El Monje” (11).

John William Polidori, el pobre “Polly Dolly»

Con ese apelativo tan “cariñoso” era como se solía referir a Polidori Lord Byron (12). Pero, ¿quién era  el “pobre Polly”? Pues si Mary Shelley es la madre de la criatura de Frankenstein, Polidori es el padre del vampiro. Lo siento, él fue antes que Stoker.

John William Polidori nació el 7 de septiembre de 1795. Su padre era Gaetano Polidori, un literato toscano, que había trabajado como secretario del dramaturgo Alfieri, y como traductor de Milton y Walpole (13).

Se educó en el Colegio Católico Romano de Ampleforth (Yorkshire), y estudió medicina en Edimburgo. Se graduó y consiguió su título de médico a la muy temprana edad de 19 años. Siempre tuvo inquietudes artísticas, se le daba bien el dibujo y sentía gusto por el arte y la literatura (14).

En  abril de 1816 entró a trabajar bajo las órdenes de lord Byron, como su médico personal y acompañante en un viaje por Europa:

“Ser el compañero diario e íntimo de un hombre tan grande como Byron, visitar escenarios extranjeros en su sociedad, viajar a la tierra natal de su propio padre, a la que miraba con entusiasmo y cuyo idioma estaba naturalmente familiarizado, para lanzarse así a una carrera que promete el máximo desarrollo y satisfacción para su empresa tanto literaria como profesional, todo esto puede haber parecido la realizacíon de un sueño casi demasiado bueno para ser verdad” (15)

Las peleillas de Polidori y Lord Byron

Aunque la experiencia tendría que haber sido de lo más estimulante y beneficiosa para el joven Polidori, la cosa no terminó como esperaba… “Polly Dolly” sacaba de quicio a Byron y este  hacía de él el centro de sus burlas y sarcasmo. A inicios de septiembre, tras finalizar su estancia en Suiza, Byron despidió a Polidori (16). De vuelta a Londres, continuó su carrera como médico, aunque finalmente decidió abandonar y comienzó a estudiar en el Colegio de Abogados (17).

En agosto de 1821, decidió acabar con su vida y se suicidó tomando ácido prúsico. Tenía 26 años y deudas de juego  que no podía saldar (18).

Sexo, drogas y monstruos en Villa Diodati

Como ya hemos visto, el libertinaje campaba a sus anchas por Villa Diodati. O eso es lo que comentaban las malas lenguas. Aunque estando Byron de por medio seguro que todo era cierto y más (19).

La idea de que el consumo de drogas en la villa era algo habitual es, podríamos decir, otra de las “leyendas urbanas” que rondan entorno a esos días. Es cierto que entre los poetas románticos era habitual el uso del opio (20) como estimulante a la hora de crear. También es casi dado por hecho que el propio Percy Shelley administraba dosis de dicha sustancia a una adolescente Mary Shelley (21).

El opio “infierno y medicina al mismo tiempo, panacea y veneno por igual”. Seguramente esa dualidad, bien/mal, era lo que tanto atraía de esta droga a los románticos (22).  Era consumido bajo la forma de láudano y el tomarlo para aliviar el dolor era algo de lo más habitual en aquella época, como tomarse una aspirina vamos (23). Es más que probable que éste  estuviera detrás de los episodios paranoicos vividos ente aquellas paredes.

“Los monstruos de Shelley & Wollstonecraft”

“L. B. repitió algunos versos de Christabel de Coleridge sobre el pecho de la bruja; luego se hizo el silencio. De repente Shelley, llevándose las manos a la cabeza, salió del cuarto corriendo y chillando con una vela en la mano. Se echó agua en la cara y luego le dimos éter. Mientras estaba mirando a la Sra. S., había pensado de pronto en la historia de una mujer que le habían contado, que tenía ojos en lugar de pezones, y esto se apoderó de su mente y le sumió en el horror” (24).

Alguien se pasó con el láudano… verdad Shelley…

“Al posar mi cabeza sobre la almohada, no podía dormir, ni se podía decir que pensara. Mi imaginación, espontáneamente, me poseyó y me guio, dotando a las sucesivas imágenes que surgían en mi mente con una viveza muy superior a  los habituales límites de la ensoñación. Vi, con los ojos cerrados, pero con la aguda visión mental, vi al pálido estudiante de artes impías arrodillado junto a la cosa que había ensamblado” (25)

El uso de drogas para crear monstruos que nos aterren es algo más habitual de los que creemos, verdad Stephen… ahora entendeis eso de “tú también flotaras…” (26).

Cuentos de fantasmas y otras criaturas

Si los días transcurrían largos a causa de las inclemencias del tiempo, las noches podemos pensar que se hacían eternas. Y después de estar todo el día encerrados en casa, buscar un entretenimiento nocturno no sería fácil.

En una de sus escapadas a Ginebra, Polidori había adquirido un volumen de un libro titulado Phantasmagoriana, que contenía una selección de leyendas alemanas traducidas al francés (27). Juntos comenzaron a leer los fantasmagóricos relatos de dicho libro. Una noche, según cuenta Mary Shelley en su prólogo a Frankenstein, Byron propuso un concurso. Cada uno de los huéspedes de villa Diodati debería escribir su propia historia de fantasmas (28).

Todos se pusieron manos, o más bien pluma, a la obra. Byron, Shelley, Polidori y Mary W. cumplieron con el reto propuesto, aunque unos con mayor fortuna que otros.  “17 de junio. Las historias de fantasmas las comienzan todos menos yo” (29).

La historia de Mary Shelley ya todos la conocemos, Frankenstein o el moderno Prometeo. Pero, ¿qué escribieron los demás? Pues Percy Shelley escribió los esbozos de Los Asesinos, una novela que pasó sin pena ni gloria (30).

“Shelley, más apto para encarnar ideas y sentimientos bajo los rayos de una brillante imaginería y la música de los versos más melódicos que adornan nuestro idioma que para inventar la maquinaria de un cuento, comenzó uno basado en las experiencias de la primera etapa de su vida” (31)

¿Qué escribieron Byron y el pobre Polidori? Estamos, ahora sí, ante el quid de la cuestión! Por fin el Vampiro entra en escena

Polidori y la cabeza de calavera

Aunque la idea popular es que Polidori escribió su relato El Vampiro en villa Diodati, lo cierto es que su historia no tenía nada que ver con ningún revenido (32).

“18 de junio. Comienzo mi historia de fantasmas después del té” (33). Según cuenta Mary Shelley la historia de Polidori se trataba sobre una  “idea espantosa” de una dama con cabeza de calavera. Esto era consecuencia del castigo por cotillear por una cerradura, a través de la cual ve algo muy horroroso e impactante (34).

La obra que Polidori escribió en villa Diodati fue Ernestus Berchtold o el moderno Edipo, publicada en 1819 (35). Lo cierto es que la historia no tiene nada que ver con lo que cuenta Shelley. No hay ninguna mujer con cabeza  de calavera, aunque la idea mole y mucho. La historia narra una relación amorosa y posterior matrimonio de un joven suizo con una muchacha que posteriormente se revela como su hermana (36).

“En cuanto a la alegación de la Sra. Shelley de que la (inexistente) dama con cabeza de calavera fue castigada por `espiar por el ojo de una cerradura´, no existe tal incidente en Ernestus Berchtold; Sin embargo, hay un pasaje en el que una tal Julia busca resolver un misterio mirando `a través del friso de un armario en busca de madera´. Su cabeza después de esta inspección, permanece exactamente como era antes». (37).

Pero entonces, ¿dónde está el vampiro?, ¿si Polidori escribió El Vampiro, porque no hay ninguno en esa historia? Pasemos ahora a responder estas preguntas y a conocer al Vampiro en persona…

Lord Byron y «El entierro»

Sólo nos queda por conocer qué fue lo que aquella “fastamagórica” noche de verano escribió el más grande de los poetas, Lord Byron.

Aunque fue él el instigador del concurso literario, no terminó su relato.  Publicado posteriormente (1819) bajo el título de El fragmento de una novela, Byron escribió la inacabada historia de un…VAMPIRO!! (38)  ¡Por fin lo hemos encontrado!

El Entierro, también se conoce con ese nombre, narra en apenas cuatro páginas, la historia de un joven que emprende viaje junto a un amigo. Dicho amigo en apariencia fallece, aunque deja precisas instrucciones sobre como proceder en su entierro (39).

La idea para este relato seguramente Byron la sacó de una obra suya publicada en el año 1813, Giaour. Ambientada en Turquía, es la primera aproximación de Byron a los vampiros. Tuvo gran éxito, en parte por estar escrita por Byron. Es una de las  primeras aproximaciones fantásticas al mundo de los vampiros que llegará a la literatura occidental (40).

“Arrancado tu cuerpo del sepulcro, primero te enviarán como Vampiro para rondar en torno a tus hogares cual fantasma cruel, y de tu raza chupar toda la sangre. A media noche secarás la fuente vital de tu hija, tu mujer, tu hermana, aunque abomines el fatal banquete en que por fuerza buscará sustento tu lívido cadáver animado. Tus víctimas sabrán, antes que expiren, que este demonio fue su mismo padre, y te maldecirán como tú a ellas ¡flores muertas de un tallo maldecido!” (41).

Polidori el despechado

Tras finalizar su viaje a Suiza, Byron despidió a Polidori. Esto no debió de sentar muy bien al pobre Polly. “Polidori admiró, padeció y deseó en silencio a Lord Byron” (42), por lo cual no debe de extrañarnos que se sintiera como una de sus múltiples amantes abandonadas y despechadas (43).

Tras ser despedido, Polidori tuvo una conversación con una tal condesa de Breuss. En esa conversación, se habló de la historia incompleta de Byron. Dicha dama sintió curiosidad y preguntó a Polidori si podía hacerse algo al respecto, algo como terminar dicha historia (44).

Dicho y hecho. Polidori obedeció la petición de la dama y terminó el relato.  Según el propio Polidori, dicha terea no le llevó más de “tres ociosas mañanas a su lado”, según cuenta en un par de cartas enviadas a dos editores (45).

El Vampiro, así es como llamó Polidori a su relato, fue una venganza hacia Byron. No sólo por el hecho de tomar “prestada” la idea que éste había tenido y mejorarla, sino que su objetivo era mostrar a su antiguo jefe como un arrogante, cruel y seductor Lord (46).

Lady Lamb, la otra literata despechada

Resulta que a Polidori eso de “tomar prestadas” las ideas de otros se le daba de maravilla. Como no le llegaba con usar el relato de Byron, usó para su propia historia elementos de otra publicada con anterioridad, Glenarvon.

Esta obra fue escrita por una antigua amante de Byron, Lady Caroline Lamb. Publicada sin autor, esta obra presentaba un protagonista de una extrema crueldad con sus amantes. Aunque no había nombres, pronto se supo quienes eran los verdaderos protagonistas. Fue una venganza de la despechada Lady Lamb hacia su examante (47).

Polidori debió de pensar aquello de que la unión hace la fuerza, y cual amante despechada, decidió usar parte de la historia de Lady Lamb. Ni siquiera trató de disimularlo, ambos protagonistas tienen el mismo nombre, Lord Ruthven y ambos tienen como modelo a Byron (48).

El Vampiro, ¿de Polidori o de Lord Byron?

El 1 de abril de 1819 la New Monthly Magazine publicaba una nueva obra del gran poeta Lord Byron, The Vampyre. A tale.  Sí, en efecto, la publicación del cuento de Polidori fue atribuía en un principio a Lord Byron. Según el editor, Henry Colburn, dicho cuento llegó a sus manos acompañado de una nota en la que se indicaba que el texto era obra de Byron, Shelley y Polidori. Colburn dedujo inmediatamente que el cuento pertenecía a la pluma del gran Byron (49).el vampiro john william polidori personajes

Polidori había dejado en manos de la condesa Breuss el relato que había escrito a petición suya, como ya vimos, y no volvió a saber nada de él hasta que apareció publicado cuatro años más tarde (50).

No se sabe a ciencia cierta si fue por ingenuidad o como estrategia de ventas, que el editor atribuyera a Byron dicha obra. Incluso se llegó a decir que había sido una estrategia del propio Polidori para conseguir publicar su relato (51). Lo cierto es que El Vampiro cosechó un gran éxito, llegando a cinco ediciones seguidas. Hasta el propio Goethe comentó que “es lo mejor que ha escrito Byron jamás” (52).

Al mes siguiente de su publicación, The New Monthly Magazine publicó una carta de Polidori, en la cual se explicaba la confusión en cuanto al autor, reconociendo este su autoría y reconociendo así mismo la “inspiración” en un relato de Byron (53).

A pesar de esto, la obra siguió atribuyéndose a Byron a lo largo del siglo. Incluso en posteriores reimpresiones se acompañaba de prefacios referentes a Byron y a la noche en villa Diodati (54).

“Me refiero a Lord Byron, […]: no he podido leer su Vampiro, ya que la mera idea de un vampiro, si es que la entiendo bien, me produce un inmenso escalofrío” (55).

Lord Byron, el vampiro

El papel de Byron como artífice del vampiro fue doble. Como ya hemos  visto fue modelo (Lord Ruthven) y narrador de la historia (El Entierro).

Byron trató el tema de los vampiros tanto en Giaour como el El Entierro, pero seguro que nunca imaginó que él mismo sería la perfecta inspiración para el vampiro. Aunque parece que sus primeras líneas de El Entierro sean premonitorias de esa “relación” amor-odio con Polidori:

“En el año 17…, después de haber meditado por algún tiempo sobre la probabilidad de viajar por países que hasta ahora los viajeros no frecuentan, partí en compañía de un amigo, a quien me referiré como August Darvell. Era unos años mayor que yo, un hombre de fortuna considerable y familia de linaje” (56)

Polidori hablando por boca de Byron…

La encarnación del mal

La fama de Byron era sobradamente conocida en toda Europa. Goethe dijo de Byron que estaba poseído por una “atracción demoníaca” irracional, que ejercía una gran influencia sobre los demás. Flaubert  dice de él que es alguien que “no creía en nada sino en todos los vicios, y en un Dios vivo que solamente existe para hacer posible el placer del mal” (57).

Lo que hacemos en las Sombras Byron
personaje de Lo que hacemos en las Sombras claramente inspirado en Byron

Byron era la perfecta encarnación del mal, y le gustaba regodearse en esa aura demoníaca que lo envolvía, “asume ante el inmenso auditorio de su época el papel del amante fatal que lleva a la consumación el amor maldito” (58).

Por un período de 30 años, desde 1820 hasta 1850, la figura del vampiro estuvo asociada a la figura de Byron de una manera indisoluble. “Caballero satánico que ejercía su derecho señorial llevando a jóvenes debutantes a su perdición” (59).

La figura del vampiro aristocrático, que de ahora en adelante va a llenar nuestra imaginación, tiene sin duda su origen en Byron, el lord de figura elegante, pálido, avído de saciar su apetito con vidas virginales a las que destrozar, satánico y embaucador, en definitiva, irresistible (60).

La invasión de los Vampiros tras Polidori

El éxito de la obra de Polidori hizo que El Vampiro se extendiese rápidamente por toda Europa. En vida de su autor, la obra fue traducida al francés, alemán, español y sueco (61).

Así mismo se realizaron diversas adaptaciones teatrales que estuvieron en escena hasta mediados del s. XIX. En aquella época, el tema de los derechos de autor no existía, así que el tomar la obra de Polidori y modificarla con “ánimo de lucro”, estaba a la orden del día (62).

A los pocos meses de su publicación se estrenó la English Opera House de Londres y en el Theatre Royal de Dublín, una versión teatral de El Vampiro firmada por Charles Nodier, quien introdujo algunos ligeros cambios, como la ubicación, Escocia (63).

Tanto compañías teatrales profesionales como amateurs, o universitarias hicieron que los vampiros estuvieran en los escenarios de Londres, Dublín, París, new York, Viena, y un sinfín más (64).

La evolución de El Vampiro

A los pocos meses del estreno de la obra de Nodier, apareció la “novelización” de la misma, bajo el título de La novia de las islas, de James Planché. Libreto de un melodrama romántico, que llevado al teatro introdujo una novedad mecánica en la escena vampírica, la “trampilla de los vampiros”, un mecanismo que permitía hacer desaparecer a los personajes de manera sorprendente a través de las paredes y el suelo (65).

La evolución literaria el Vampiro (Byron, Polidori, Nodier, Planché) dio como resultado final  Der Vampyr, la ópera de Heinrich Agust Märschner (1827).

“Nacía una nueva modalidad de creación literaria asociada desde entonces al mito del vampiro: el exploitaion, el reciclaje/copia/manipulación desnaturalizada de ideas ajenas, con objetivos claramente lúdico-crematísticos” (66).

Como ya decía al inicio de este relato, El Vampiro está desde su inicio acompañado por la Criatura. Esta unión estaba también presente en los escenarios. Y es que el Frankenstein de Shelley no se libró de tener su propia versión teatral. De hecho, ambos, solían compartir cartel,  emparejados en “sesión doble” en los teatros de terror y teniendo mayor presencia en los escenarios que sobre el papel (67).

el Vampiro criatura frankenstein
Un siglo después, el Vampiro y la CRiatura siguen compartiendo espacio en escena.

Plodori, Lord Byron y su herencia de sangre

El último estadio de la evolución de El Vampiro podríamos decir que la llevó a cabo Bram Stoker. Está más que claro y evidente que su Conde es legítimo heredero del Lord: aristócrata, cruel, seductor con el género femenino, necesitado de la sangre para poder existir…

Stoker. Fuente: Wikipedia.

Sin Byron, sin Polidori, el mito del vampiro como lo conocemos actualmente, nunca habría sido posible. Toda la literatura posterior, todas las representaciones posteriores del no muerto, tienen la inequívoca huella de aquella fantasmagórica noche de verano de 1816…



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Referencias y bibliografía

Referencias

(1) Polidori, 1819, p. 255.

(2) La obra de Bram Stoker “Drácula” fue publicada en 1897. En ella el conde vampiro abandona su Transilvania natal para llegar a la bulliciosa Londres y sembrar el terror.

(3) Voltaire, 1764, p. 11.

(4) Navarro, 2010, p. 19.

(5) Morillas Cobo, A., «Mary Shelley, más allá de Frankenstein: la reina maldita de los románticos», Khronos Historia.

(6) Groom, 2020, pp. 104-105.

(7) Lord George Gordon Byron nació en Londres el 22 de enero de 1788. Murió de meningitis el 19 de abril de 1824 en los pantanos de Missolinghi (Grecia), a donde había llegado el año anterior para sumarse a los insurgentes griegos que peleaban por la independencia contra los turcos. Lord Byron heredó el título y las propiedades de su tio abuelo, William, el quinto barón Byron. Estudió en la universidad de Cambridge. Viajó durante un par de años por España, Portugal y Grecia. A su regreso ocupó un lugar en la cámera de los Lores. Sáez, 2019, p. 20.

(8) Polidori, 1816.

(9) Klinger, 2018, p. iii.

(10) Klinger,2018, p. iii.

(11) Navarro,2010, p. 19. “El monje” (1796), escrita por M.G. Lewis a los 19 años, es junto con “El Castillo de Otranto” (1764) de Horace Walpole, uno de los pilares de la denominada literatura gótica. De ella H.P. Lovecraft dijo que era “una obra maestra de verdadera pesadilla”.

(12) Siruela, 2019, p. 79.

(13) Siruela, 2019, p. 79. Alfieri fue un prolífico dramaturgo, poeta y escritor italiano del s. XVIII. Walpole está considerado el padre de la literatura gótica. Milton fue un poeta e intelectual inglés, considerado en muchas ocasiones a la misma altura, en importancia, que Shakespeare para las letras inlgesas.

(14) Polidori, a petición del editor de Byron, el Sr. Murray, y por una remuneración de 500 libras esterlinas, recogió su viaje con Byron en un diario. Unas veces con detallafas anotaciones, otras veces con notas más escuetas sobre los hechos del día. Polidori, 1816.

(15) Polidori, 1816.

(16) Groom, 2020, p. 107.

(17) Polidori, 1816.

(18) Polidori, 1816.

(19) La fama de mujerioego de Lord Byron era de sobra conocida por todo el mundo, así como su estilo de vida más que libertino.

(20) Skal, 2017, p. 60.

(21) Skal, 2017, p. 60.

(22) Carvallo, 2012.

(23) Esta tintura de opio, preparada con la fórmula del alquimista Paracelso, era pos entonces el único calmante eficaz contra el dolos y se vendía libremente. Los poetas Goethe, Novalis, Percey Shelley, Lord Byron, Wordsworth y John Keats fueron asiduos bebedores de laúdano que incluía entre sus componentes vino español, opio, azafrán, clavo y canela. Carvallo, 2012.

(24) “Luego, respirando en voz alta,/como una que se estremeció, ella se desató/ el cíngulo de debajo de su pecho:/ su túnica de seda y su chaleco interior/ se puso de pie y a la vista/ ¡Mirad! Su pecho y la mitad de su costado,/ horrible, deformado y pálido de tono./ ¡Un espestáculo para soñar, no para contar!/ ¡ y ella debe dormir junto a Christabel! “ . estos fueron los versos que tanto alteraron a Percy Shelley. Polidori, 1816.

(25) Kilinger, 2018, p. 315.

(26) Stephen King ha reconocido publicamente que, durante un periodo de su vida fue politoxicómano, se bebía y se metía en el cuerpo todo lo que pillaba, incluso lejía y jarabe para la tos. Durante esa época fue cuando escribió “It”, pero no lo recuerda como él mismo también ha admitido. Carvallo, 2012.

(27) Phantasmagoriana, ou recueil d´Histories d´aparitions, de spectres, revenents, Fantômes, etc; traduit de l´allermand, par un amateur (Phantasmagoria, o una recopilación de historias de apariciones, espectros, revenidos, fantasmas, etc; traducidos del alemán por un “amateur”) publicado en 1812. Navarro, 2010. p.20

(28) El prólogo de Frankenstein fue escrito por Shelley 15 años después de aquella noche en cuestión, por lo que es probable que las informaciones sobre dicha velada que nos transmite, estén alteradas, como sucede con la “ausencia” deliberada de su hermana, amante de Byron, en ellas. Siruela, 2019, p. 37.

(29) Polidori, 1816.

(30) Sáez, 2019, p. 20.

(31) Klinger, 2018, p. 311.

(32) Revenido, o reveniente era uno de los términos usados para referirse a aquellos que volvían de la tumba para alimentarse de la sangre de los vivos. “se ve, dicen, a hombres muertos desde hace varios meses, que vuelven, hablan, marchan, infestan los pueblos, maltratan a los hombres y los animales, chupan la sangre de sus prójimos, los enferman, y , en fin, les causan la muerte: […] Se da a estos revinientes el nombre de upiros o vampiros, es decir, saguijuelas, “ Calmet, 2017, p. 28.

(33) Polidori, 1816.

(34) “El pobre Polidori tenía una idea terrible sobre una mujer con cabeza de calavera, castigada así por espiar a través del ojo dfe una cerradurda –no recuerdo qué vio, algo muy impactante e inapropiado, por supuesto; pero después de reducirla a una condición más baja que el conocido Tom de Coventry, no sabía que hacer con ella y se vio obligado a mandarla a la tumba de los Capuleto, el único lugar apropiado- .” Klinger, 2018, p. 311.

(35) Groom, 2020, p. 106.

(36) Polidori, 1816.

(37) Polidori, 1816.

(38) Byron, 1816, pp. 21-25.

(39) Byron, 1816, pp. 21-25.

(40) Glantz, 2019, p. 17.

(41) Byron, 1813.

(42) Sáez, 2019, p. 28.

(43) Glantz, 2019, p. 16.

(44) Polidori, 1816.

(45) Polidori 1816.

(46) Groom, 2020, p. 107.

(47) Siruela, 2019, p. 80.

(48) Groom, 2020, p. 107.

(49) Groom, 2020, p. 108.

(50) Groom, 2020, p. 108.

(51) Polidori, 1816.

(52) Navarro, 2010, p. 20.

(53) Polidori pedía en dicha carta que se le reconociera como autor de dicho relato, así como una compensación económica acorde al éxito conseguido por el relato. Polidori, 1816.

(54) Groom, 2020, pp. 108-109.

(55) E.T.A Hoffman, Vampirismo: Hoffman, 1821, p. 105.

(56) Byron, 1816, p. 21.

(57) Siruela, 2019, p. 36.

(58) Siruela, 2019, p. 36.

(59) Frayling, 2020, p. 65.

(60) Glantz, 2019, p. 16.

(61) Klinger, 2012, p. xviii.

(62) Navarro, 2010, p. 21.

(63) Charles Nodier fue un prestigioso escritor francés, quien tradujo la obra de Polidori al francés. Sus obras más notables tienen como protagonistas precisamente a vampiro, espectros y brujas, entre otros. Navarro, 2010, p. 21.

(64) Navarro, 2010, p. 21.

(65) Groom, 2020, p. 126.

(66) Navarro, 2010, p. 22.

(67) Groom, 2020, p. 126.


Bibliografía

  • Byron, G. G., 1813, “El infiel ó Giaour”, Cervantes Virtual. [En Línea] Disponible en http://www.cervantesvirtual.com/descargaPdf/el-infiel/ (31 de octubre de 2020).
  • Byron, G. G., 1816, “El Entierro”, en Sáez (ed.), 2019,  Tomo 2. El Vurdalak y otros bebedores de sangre, Editorial del nuevo extremo, Barcelona.
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  • Carvallo, R. N., 2012, “Opio y Literatura”, Suburbano, 27 de mayo de 2012. [En Línea] Disponible en https://suburbano.net/opio-y-literatura/ (31 de octubre de 2020).
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Eva Sanjuán Iglesias
Licenciada en Geografía e Historia por la Universidad de Vigo. Doctorada en Grecia antigua. Hª de las religiones. Master Universitario de Historia, Territorio y recursos patrimoniales. Especializada en hª de género, Tratando de unir mis dos pasiones, los cómics y la historia desde.... hace mucho mucho tiempo, en una galaxia muy muy lejana.....