Isis diosa del antiguo Egipto. La vida de la diosa más importante del panteón egipcio fue más complicada de entender que cualquier culebrón de la tele, con más salseo que un programa del corazón.
Es uno de los mitos mas famosos de la Antigüedad. Su historia se remonta hacia el 3000 a.C., cuando el Alto y Bajo Egipto se unieron en un solo país, se inventó la escritura jeroglífica, y así se creó una historia sobre sus orígenes. El escenario para tal mito: El Nilo, que tenía su propio ciclo, naciendo, muriendo y creciendo, todo en el curso de un año (1).
Isis diosa egipcia – reina de todo un poco
Diosa prácticamente universal, que asumiría el papel de otras divinidades. Había nacido para ser importante. Su nombre hacía alusión a la realeza, significaba trono o asiento (2). Y es que los egipcios no dejaban nada al azar.
Pero era algo más que una reina, ésta representaba la magia, era la perfecta esposa y perfecta madre. Todo un chollo de mujer.
Isis estaba casada con Osiris, el dios de la muerte, de la resurrección y la fertilidad, pero también era su hermano. Juntos gobernaron el país, enseñaron a los seres humanos la agricultura, desarrollaron la cultura y algo muy importante: el modo de reverencia a los dioses para que estos fueran la mar de felices y recompensaran al pueblo (3).
La venganza se sirve fría
Como en todo culebrón siempre hay un malo, Seth, el hermano de ambos, que en un momento de envidia preparó un gran fiestón, con 72 invitados ni más ni menos. Allí tenía preparado un precioso ataúd para Osiris, donde lo encerraría de por vida, o eso pensó Seth. Al Nilo tiró la caja que flotó y navegó hasta el mar Mediterráneo (4).
Te ama con la fuerza de los mares – la diosa Isis
Al enterarse de semejante faena, su fiel esposa viajó a lo largo de todo el Nilo en busca del cuerpo de su difunto esposo. Unos niños le señalaron el lugar donde habían visto el ataúd flotando, en las playas de Biblos, Fenicia (actual Líbano). Allí, donde un brezo había crecido en torno al cofre que se eligió como pilar para el palacio de los reyes de Biblos. Entonces la diosa Isis pensó de inmediato un plan para acceder al cofre, sin dar a conocer su identidad. Consiguió ser nombrada institutriz de uno de los hijos de la reina, así tendría el cofre a su alcance. Ante semejante dramón, se las ingenió, con el tiempo, para convencer al rey de devolverle a su excelso marido.
La diosa Isis abrió el sarcófago donde ya se encontraba sin vida el cuerpo de su esposo. Con una profunda pena lloró sobre su cara, se transformó en milano, voló sobre él devolviéndolo a la vida. Escondió a Osiris en la ciudad de Buto (5).
Rendirse no es una opción – el poder de la Diosa Isis
Cuando por fin la diosa Isis creyó que descansaría con su marido de vuelta, Seth encontró el cofre con Osiris y lo mató de nuevo, desmembrando su cuerpo en catorce trozos que repartió por todo Egipto.
Isis recorrió todo Egipto con su hermana Neftis y su sobrino Anubis para reunir los trozos de su hermano y marido. Todos los encontrarían, menos el falo (6), devorado por peces. En cada lugar que encontró un fragmento erigió un templo para venerar la reliquia. La diosa era una mujer muy perspicaz y quería confundir a sus enemigos y que no encontraran la verdadera tumba del dios.
Como poseía tan tremenda magia, Isis recompuso el cuerpo de su marido (7), modeló un pene de barro al que insufló energía, despertando a Osiris con una notable erección y este fecundó a su mujer, concibiendo así a su hijo póstumo Horus, al que cuidó ella sola, protegió y salvó de muchas amenazas. Más tarde vengaría a su padre luchando contra Seth, venciendo y haciéndose con el trono (8).
Isis Diosa egipcia – Modelo para otras religiones
Aunque fuera todo un amor de mujer, en algunos mitos no pasa desapercibido su fuerte carácter, que justifican su gran poder mágico. Incluso algunos textos hablan de una diosa cruel, pero es que una madre por un hijo ¡MA-TA!, como relata la leyenda de la diosa Isis y los Siete Escorpiones (9).
Isis, esposa ejemplar, enseñó la pintura, la música, la danza, el arte de preparar los alimentos y de tejer. Fue considerada como la gran diosa madre y fuerza fecundadora de la naturaleza. El Nilo les bendijo con fértiles tierras (10).
La huella del culto a esta diosa a lo largo de la Historia ha sido de gran influencia. No es de extrañar que con tan buenas cualidades y tan grandes bondades, las religiones venideras no se aprovecharan de ésta como modelo a seguir: Isis y Demeter, para los griegos (11). Bajo el Imperio romano, la sencillez de su culto favoreció la difusión del mismo. De la misma forma en que los cristianos primitivos encontraron también similitudes entre la diosa Isis y la Virgen María. Prueba de ello son las imágenes de Isis lactantes que pueden verse en tantos templos dedicados a la diosa, de gran parecido con las pinturas y tallas cristianas que inundan los museos e iglesias. Y es que como se suele decir, ya está todo inventado…
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