Pensar en el Islam, es hacerlo en Mahoma, La Meca o el tan famoso Paraíso. Es decir, un lugar de descanso mejor que Marina d’Or, donde va todo buen creyente. Pero, ¿dónde van los pecadores? Pues al infierno islámico, mucho menos conocido, que no tiene nada que envidiar al peor de los castigos cristianos.
Rebelde sin causa. Iblís: el ángel caído (1) del infierno islámico
La soberbia es uno de los grandes pecados capitales, relacionado con la desobediencia y la rebelión contra las normas establecidas. Pero si nos pensamos que Lucifer es patrimonio exclusivo del cristianismo, estamos muy equivocados. El famoso ángel que pasó del cielo al infierno en cero coma, tiene también su versión en el Corán.
Cuando Alá creó a Adán, todos los ángeles se arrodillaron delante suya. Menos uno, Iblís, a quien no le gustó mucho la idea de tener que agacharse delante de un ser que había salido del barro. ¡Él, a quien el mismo Alá había creado del fuego, nada menos, estaba muy por encima! (2). Alá, cabreado, le preguntó que por qué no se humillaba delante de su creación (3). Pero Iblís, sin bajar los humos, le soltó que era mucho más valioso y que intentaría, con todas sus fuerzas, acabar con su creación (4).
Desde ese día hasta el momento del Juicio Final, Iblís tentaría a todos los hijos de Adán para separarlos del camino de Alá (5).
Ya es tarde para arrepentirse. El día del Juicio Final ha llegado
El Fin de los Tiempos es algo extendido en muchas religiones, y el Islam no iba a ser una excepción.
El mundo se acabará (dejando atrás el calendario maya y paranoias posteriores), cuando el ángel Israfil (6) toque su trompeta (7). Al tercer toque, todos los muertos saldrán de sus tumbas. Mientras tiene lugar este momentón a lo The Walking Dead, las montañas empezarán a derrumbarse y el cielo se cubrirá (8). ¡Que no falte tensión en el ambiente! Una vez resucitados, hombres y mujeres se reunirán en una llanura frente a Jerusalén (9). Allí, en un mismo día (10), Alá les interrogará uno a uno y pesará sus actos en una balanza (11).
Para mantener la tensión hasta el final, los resucitados tendrán que pasar la última prueba: cruzar el puente Sirat (12), que separa el Paraíso del infierno. Donde, dependiendo de si la balanza se inclina a favor de buenas acciones o no, podrás disfrutar del Paraíso o despeñarse y caer a las llamas del infierno (13).
El infierno islámico y sus 7 niveles: torturas a la carta
La palabra «infierno» tiene nombres distintos en la tradición musulmana. Éstos se añaden dependiendo de los castigos de los que hable el Corán. ¿Preparados para el fuego de Mordor?
– Al-Nar: éste es el infierno en sí. El que todos tenemos en mente, con las llamas (14).
– Jahannam: de éste podemos decir que es el nivel más light del infierno isámico, dentro de lo que cabe. Su nombre viene del griego Gehena, «profundidad» (15). Está reservado para los musulmanes que no se han portado muy bien en la vida (16).
– Saqar: llamado «fuego del infierno» (17) o «lugar abrasado por el sol» (18). A esta parte del infierno islámico iban a parar todos los zoroastras (19). ¿Y estos quiénes eran?, os preguntaréis. Pues adoradores de Ahura Mazda, deidad creadora y todopoderosa del Imperio persa.
– Sair: «Infierno ardiente». Es la parte del infierno islámico donde caerán de cabeza todos los sabaenos (20), es decir, los habitantes del mítico reino de Saba. Famosos por ser grandes comerciantes, empezaron a controlar territorios en el sur de Arabia, extendiéndose hasta que fueron derrotados por los musulmanes.
– Al-Jahim: éste era para todos los idólatras (21), es decir, adoradores de esculturas e imágenes. Aquí hay sitio para todos.
– Laza: horno enorme. Allí muchos pecadores se quemaban el pelo, sin ningún miramiento, y desaparecían para siempre de manera general (22).
– Al-Hutamah: es uno de los sitios más gore, lleno de difamadores, que eran despedazados (23).
– Y, por último, Al-Hawiya: el gran abismo (24). Es la zona del infierno islámico para los hipócritas y falsos creyentes (25).
Además, por si tu tortura no te gusta e intentas escapar o cambiarte de bando, todos los niveles estaban separados por muros de fuego y tinieblas (26).
¿Demonios o guardianes en el infierno islámico?
«Entrad, se les dirá, en estas puertas de la gehena permaneceréis eternamente» (27).
Según el Corán, los «afortunados» que vayan al infierno, se encontrarán con una gran puerta custodiada por guardianes (28). Éstos la abrirán y les dirán que nada de lloros, que ya les habían avisado en el mundo terrenal del suplicio que tendrían (29).
Una vez dentro, les atarán con cadenas en el cuello (30) y estarán vigilados por diecinueve ángeles (31). Estos, al mando de Malik (señor todopoderoso del infierno) (32), les conducirán a sus torturas sin ningún miramiento (33).
El árbol Zakkum: botánica infernal
Humo pestilente (34), trampas (35), animales esperando para atacar a los más incautos (36)… en el infierno islámico cabe de todo, hasta árboles. Eso sí, siniestros como ellos solos, llenos de insectos y veneno (37).
El Corán nombra especialmente a uno: Zakkum. Éste crecía en el fondo del Infierno (38) y de él comían los condenados (39) hasta casi reventar (40). Seguido de un vasito de agua hirviendo, para que les quemara las entrañas (41), por si se te hacía bola.
Infierno islámico Vs. Paraíso
La religión muestra siempre unas pautas morales y de comportamiento para ser mejores personas. Sin embargo, no hay nada que despierte más la imaginación y de más juego que el lado oscuro. Lo prohibido siempre es tentación.
Pese al morbo, el Infierno y el Paraíso siguen el mismo esquema. Si el Paraíso tiene bosques (42), guardianes majos (43), frutos y bebida (44), y niveles perfectos (45), el Infiernos también, pero pensados para hacerte la eternidad insoportable. Conocemos mucho mejor el infierno cristiano, donde los condenados serán empujados al fuego eterno. Pero, como hemos dicho al principio de este artículo, el infierno islámico no tiene nada que envidiar.
Mahoma y la primera Constitución
La Reina de Saba según la Biblia, el Corán y el Kebra Nagast
Por qué Satán es una cabra: el dios griego Pan reinventado
Khronos la Historia, como nunca te la enseñaron. Echa un vistazo a nuestra nueva web: Revista de artículos online de Historia.