Por casi todos es conocida la canción de: «¡¡María Cristina me quiere gobernar, y yo le sigo, le sigo la corriente, pero que no me diga la gente que María Cristina me quiere gobernar!!» (1). Pero, ¿de dónde procede?. Y ¿quién era María Cristina?. Pues no era otra que María Cristina de Borbón y Dos Sicilias.
Todo queda en familia
Esta señora con tanto ritmo fue María Cristina de Borbón y Dos Sicilias, la última de las cuatro esposas con la que el rey Fernando VII (2) contrajo matrimonio. María Cristina llega al trono el 8 de diciembre de 1829, en el palacio de Aranjuez (3). Fue la real protagonista del futuro cambio de 180 grados que iba a dar España (4).
El 9 de diciembre se desposa con Fernando. Ella sólo tenía 23 años y él 45. Sin embargo, este sutil detalle viene acompañado de que era la hija de su hermana. Es decir, su sobrina carnal.
Don Fernando «Tenorio»
Tras haberse casado ya tres veces, y no haber podido heredar varón como descendiente, mucha de esa responsabilidad se le achacaba a su gran miembro. Quizá la fama de latin lover, su fogosidad y el hecho de que fuera poseedor de una deformación genital (macrosomía) (5) que hacía que su miembro fuese inmenso en volumen y apariencia, hacían que muchas mujeres estuvieran «quejosas» a la hora de realizar coitos. Aunque, por otro lado, también era apodado Fernando VII «El Deseado» (6).
El escritor francés Merimeé, que lo había observado con sus propios ojos, lo describía como “ fino como una barra de lacre en la base, y tan gordo como el puño en su extremidad; además, tan largo como un taco de billar”.(7)
¡Obras, obras!
El mismo día de la llegada de María Cristina, o mejor dicho, esa misma noche, como homenaje y obsequio, se encendió un árbol de pólvora consiguiendo la iluminación los jardines del Real Sitio (8). Nuestro Don Juan pensó que quizá no era suficiente. Así que añadió a su lista de agasajos la instalación de la fuente de Hércules y Anteo en la entrada del Real Sitio (9). También comenzó las reformas del Real Coliseo de Carlos III y las fuentes del Jardín del Príncipe (10).
María Cristina de Borbón y Dos Sicilias: de sobrina a Regente
Cuando faltaba poco para cumplirse el primer aniversario de boda de María Cristina y Fernando, el 10 de octubre de 1830, la reina da a luz a la que va a ser la heredera al trono de España: Isabel II (11). Aunque, para que la pequeña Isabel pudiese acceder al trono, se tuvieron que tomar una serie de medidas. Como la Ley Sálica o la Constitución de 1837 (12).
Tras la muerte de su esposo en 1833, María Cristina toma el poder como reina regente de España (1833-1840), hasta la mayoría de edad de Isabel II (13). Su único problema es que era la reina desconocida.
«La mujer de talante brusco y gozosa pasión.»(14)
El cortejo de un guardia de Corps
María Cristina y el sargento Agustín Fernando Muñoz, guardia de Corps al servicio de la reina, se conocieron cuando ésta se hallaba dando un tranquilo paseo por su humilde palacio, hasta que fijó su atención en este señor, que estaba de guardia. Aumentando el gustillo por saber más de este misterioso Agustín, la reina tomó la iniciativa. Acercándose a éste, le preguntó si no estaba cansado. A lo que obtuvo una respuesta que fue de gran agrado: «En Servicio de Su Majestad, no puedo cansarme nunca» (15).
Todo muy romántico e idílico, ya que María Cristina estaba casada, y de este hombre, no se sabía si contrajo nupcias o por el contrario, estaba soltero (16).
Los tranzacos de María Cristina de Borbón y Dos Sicilias
Otra de las noches, cuando la regente volvía, tras un tórrido encuentro con su amante, a la habitación conyugal, su dama de confianza le preguntó si realmente el cambio le compensaba… Ya que si las habladurías eran ciertas, el rey estaba bastante bien dotado (17).
María Cristina respondió que no, que el sargento «también tenía un buen trancazo» (18). El único problema es que este desafortunado comentario lo hizo abriendo la puerta de la habitación donde se encontraba su marido (19). Quién, aunque se hallaba en las últimas, el oído no lo había perdido. María Cristina tuvo que dar las explicaciones pertinentes, y éstas no fueron más que: «así es como se les dice a los catarros en Tarancón», ciudad de nacimiento de Agustín.
Aunque el doctor (20) del rey se encontraba en los aposentos, y sabedor de que aquello no era cierto, no fue capaz de llevarle la contraria a la reina. Así que se comenzó a difundir por palacio dicho término (21). Y de ahí, a las calles, donde «trancazo» era sinónimo a resfriado.
De corsés ceñidos a bambitos de la abuela
Tras morir Fernando VII, Maria Cristina no guardó el luto ni un año, y a los pocos meses se casó con su amante Agustín. Uno de los motivos por los que esta boda entre María Cristina y el sargento fue en secreto era debido a que ambos pertenecían a clases sociales distintas. Así, si la reina no quería perder sus poderes y su mandato, no se debía hacer eco de la noticia.
Su vida fue sido una sucesión de anécdotas e historias, en primer lugar, su segundo matrimonio secreto durante la Primera Guerra Carlista (22). Las nupcias las ofició un amigo del novio tan sólo tres meses después de que el monarca falleciese. Este «afortunado» caballero era sargento de la Guardia de Corps (23), llamado Agustín Fernando Muñoz y Sánchez (24).
Pero el misterio duró poco, ya que de este matrimonio nacieron nada mas y nada menos que 8 hijos morganáticos (25) (hijos de un matrimonio de personas de diferentes rangos sociales). Los intentos de María Cristina por intentar esconder sus embarazos eran de lo más ridículos, ya que solía llevar vestidos anchos. Pero la gente no es tonta y al final, los nueve meses, se notan (26).
Las coplillas de escalera dedicadas a María Cristina de Borbón y Dos Sicilias
En la Guerra de Independencia cubana (27) éstos se la dedicaban a María Cristina de Habsburgo (28), la nueva regente española.
Cuando de verdad esta canción ha tenido su melodía y ritmo habaneros ha sido por obra de Ñico Saquito en los años 30 (siglo XIX) (29). Aunque en España se convirtió en número uno en los ’50. Si bien es cierto que se añadieron alguna que otra estrofa, lo grabó obteniendo un gran éxito prácticamente al momento. En conclusión, el motivo real de la canción se olvidó.
María Cristina de Borbón y Dos Sicilias: un exilio, un desfalco y una trata de esclavos.
Fue exiliada (30) en un par de ocasiones. También se le acusó de desfalcar las arcas del reino y de tener negocio de tráfico de esclavos. – Entre otros muchos, como el de destinar a un bolsillo secreto grandes cantidades de dinero, es decir, la Caja B de la Reina (31) -. En conclusión, una reina de armas tomar.
Aunque hay que «agradecerle» que se sigan utilizando dos palabras que ella misma introdujo al lenguaje castellano (32). Estas son: carca, equivalente a algo rancio, atrasado, retrógrado; y guiri, para referirnos a alguien extranjero que no habla nuestra misma lengua materna.
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