Las mujeres en la Historia son las grandes olvidadas y el caso de la filosofa de la que vamos a hablar no iba a ser una excepción. «Llamadme Lou Andreas» fue una de las primeras reclamaciones de esta filosofa rusa de finales del siglo XIX. Lou Andreas Salomé era la pequeña de cinco hermanos. Desde la más tierna infancia dio pruebas de su rebeldía. ¡¡¡Se cambió el nombre a los 17 años!!! (1).
¿Rebelde con o sin causa? Si quieres conocer a Lou Andreas un poco mejor, sigue leyendo.
Primeras inquietudes de Lou Andreas Salomé
Si sabemos algo de su vida fue por su relación con filósofos e intelectuales como Nietzsche o Freud (2). Pero debemos reconocer su labor como pensadora, filosofa y, en sus últimos años, psicóloga. Aunque nació en un contexto en el que era casi imposible ir a la universidad siendo mujer, buscó alternativas para formarse. Para ello irá a la biblioteca de la ciudad y allí conocerá a su futuro formador: Hendrick Gillot (3).
Primeras dudas religiosas
Lou Andreas era creyente y cristiana, le gustaba leer a Spinoza pero se cuestionó la existencia de Dios cuando entró en contacto con diversos textos. Desde muy joven, fue muy imaginativa y se inventaba historias. En ellas el papel de Dios fue crucial debido a su continua relación con lo protestante (4). Perdió la fe muy pronto pero continuó teniendo dudas sobre ello en otros momentos de su vida. Rechazó todo lo religioso e incluso se negó a confirmarse. Un verdadero problema porque este sacramento era un trámite esencial en la Rusia de aquella época. De hecho, si no estaba confirmada, no podía viajar a Zúrich para ir a la universidad. La Confirmación era un sacramento obligatorio para poder sacarse el pasaporte.
Al final, consiguió el pasaporte gracias a que su amigo Gillot se ofreció para hacerle una ceremonia íntima de confirmación en una aldea de Holanda. Fue precisamente donde se cambió el nombre por el de Lou Andreas.
Lou, por donde pasa deja huella
Lou Andreas marca un antes y un después en todas las personas con las que se encuentra. Incluso uno de los más importantes profesores de teología de la universidad de Zúrich de la época, Emmanuel Biedermann. Este profesor le dedicó unas palabras, definió a Lou Andreas como una chica poco común, llena de contradicciones, infantil a la vez que independiente y casi nada femenina (5).
¡Vaya con el profesor de teología!
Su relación con el psicoanálisis
Lo curioso de su historia es que fue su madre quien la envió a la universidad. Lo hizo, ¡oh sorpresa!, después de conocer que el predicador Gillot se había enamorado de ella. Así empezó a estudiar filosofía y religión en la Universidad de Zúrich. La primera universidad europea en admitir a mujer en sus aulas.
Allí se declara seguidora de Kant, Hegel y Schopenhauer y cuestiona a los hombres en algunas de las reuniones intelectuales. Tuvo incluso la valentía de dar discursos sobre la libertad de las mujeres. Una mujer que desde el principio se cuestionó las directrices que se les habían impuesto a las de su mismo género.
La vida en Roma
Uno de los momentos más importantes de su vida fue su viaje a Roma en 1881. Su madre quiso acompañarla para curar su enfermedad: la tuberculosis. Gracias a una amiga de la familia, Mawilda Von Meysenburg, conoció a los grandes filósofos de la época como Nietzche o Pau Rée. Los llamaban Trinidad por la gran amistad que les unía.
A pesar de que se les consideró un trío amoroso, Lou Andreas Salomé siempre dejó muy claro que no estaba interesada en tener relaciones sentimentales. La filosofa rechazó a ambos porque nunca creyó en el amor. Un ejemplo más de como su vida fue una lucha contra todas las convenciones femeninas. Ella se relacionaba con ambos filósofos pero mantuvo su personalidad e identidad intactas (6). Defendió la primacía de la razón y la independencia de las emociones reflejando los primeros indicios del psicoanálisis.
Gracias a su relación con Nietzche y Reé empezó a interesarse por las cuestiones de la sexualidad. Cuestionaba la educación de la sexualidad femenina y se preguntaba constantemente por qué las mujeres no fueron formadas para prevenir los embarazados.
La «psicoanalista» olvidada
Lou pasó de puntillas en la historia del psicoanálisis porque lo que conocemos de ella siempre ha estado sujeto a sus supuestas relaciones sentimentales con los filósofos. Algunas de sus biografías son dignas de un programa del corazón, sin embargo no podemos negar que sus teorías marcaron un antes y un después en las cuestiones del narcisismo y la sexualidad femenina (7).
En su primera obra » El narcisismo y la sexualidad femenina» refleja los indicios del psicoanálisis. Pero no lo pudo poner en práctica hasta que tuvo 50 años, momento en que se comprendió que era un sistema útil, que podía reflejar muchos aspectos de la vida humana, además de una profesión a la que pudo dedicarse definitivamente (8).
¿Influyó en las mujeres de su época?
Lou Andreas Salomé estaba en contra de las normas y reglas que la sociedad había impuesto a las mujeres. Renunció al matrimonio y al amor y también rechazó la religión, por tanto dejó de lado todas las imposiciones morales y femeninas. Para ella, el matrimonio es la pérdida total de la independencia femenina (9).
Puso patas arriba la Historia porque también se atrevió a cuestionar el comportamiento de los hombres. Sus Discursos sobre las libertades en Zúrich se hicieron muy famosos y calaron hondo en la sociedad. Cuestionó a sus compañeros e hizo las primeras reclamaciones de igualdad. A la hora de discutir con ellos siempre les planteaba la cuestión de si harían lo mismo si ella fuera un hombre.
Todo su pensamiento puede verse en una frase que dice sobre sí misma:
“No soy capaz de vivir según modelos ni nunca podré servir de modelo de nadie, en cambio, estoy segura de que moldearé mi vida a mi modo, sea cuál sean las consecuencias”.
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