Hola queridos lectores. Esta vez, os traigo una historia muy alejada de los temas que suelo tratar. No os voy a hablar sobre guerras ya olvidadas o heroicos soldados. Esta vez mi relato se centra en una historia de horror, en la que realidad y ficción se mezclan. He de confesar que soy un gran fanático de género del terror, da igual el formato: literatura, cine, videojuegos, teatro… simplemente, me encanta. Por ello, Sawney Beane debía formar parte de los pedacitos de Historia que os cuento.
Todo comenzó porque un buen amigo me dijo que una película del famoso Wes Craven, gran maestro del cine de terror (1), se basaba en una historia escocesa. La película en cuestión era Las colinas tienen ojos (2). La trama es bastante sencilla: una familia sufre la avería de su auto en un zona inhóspita que alberga una familia de mutantes endógamos caníbales. El resto os lo podéis imaginar perfectamente. Movido por la curiosidad, busqué el relato escocés en cuestión y, ciertamente, la película estaba basada en él; pero con algunas diferencias. Ahora sentaos, poned música ambiental, apagad las luces y disfrutad de la historia de terror que voy a contaros.
Sawney Beane, el monstruo de Galloway
Sawney Beane nació en el condado de East Lothian (3). Las fechas sobre su nacimiento difieren, pero la más aceptada es que fue durante el gobierno de Jacobo I (4) en Escocia. Hijo de una familia humilde, heredó el oficio de sus padres, techar tejados y cavar zanjas, oficios duros del nivel más bajo. Harto de esta vida, decidió partir del hogar familiar acompañado por una mujer acusada de brujería, Agnes Douglas, conocida como Agnes la negra (5).
Desde luego los antecedentes de ambos no presagiaban nada bueno. Decidieron establecerse en Galloway, en una cueva de esta localidad costera, alejados de cualquier ciudad y de cualquier contacto humano. Un día, Sawney Beane, acosado por el hambre y ante la imposibilidad de conseguir comida, mató a un viajero y lo arrastro a su cueva. No le interesaba su dinero, le interesaba su carne. Con este primer acto de canibalismo, nació la leyenda del demonio de Galloway.
Una familia de caníbales
Con el tiempo, la “feliz” pareja trajo descendencia al mundo. Las fuentes no son precisas, pero describen un gran número de hijos y nietos, nacidos de relaciones intrafamiliares, un auténtico clan de monstruos nacidos de los dos pecados más antiguos de la humanidad: el incesto y el canibalismo. Al parecer, la actividad asesina del clan de Beane duró veinticinco años (6). Debido a lo alejado de la zona y a que la cueva quedaba parcialmente oculta por las mareas, las autoridades tardaron mucho tiempo en darse cuenta de lo que sucedía. Además, los despojos de las víctimas eran arrojados al mar, limpiando todo rastro de los horrendos crímenes.
La cacería de la familia Beane
A pesar del cuidado que ponían en ocultar los crímenes, los rumores y el miedo empezaron a extenderse por la zona de Galloway. Las acusaciones sin pruebas empezaron a ser algo común. Según las crónicas, más de 1000 personas habían desaparecido (7), y esto llevó a un estado de histeria generalizada.
Un día, una pareja que recorría el paraje costero sufrió una emboscada a manos de Sawney Beane y su familia. El hombre contempló como mataban a su mujer, pero logró huir y dar parte al magistrado de Glasgow (8), el cual trasladó el caso a la autoridad real. Jacobo I primero mandó una expedición de 400 hombres con sabuesos de caza, con el fin de acabar con el clan caníbal. Recorrieron la costa y los sabuesos detectaron el hedor de los cadáveres en descomposición. Rápidamente, entraron en la cueva, pero no estaban preparados para lo que moraba en su interior.
La cueva de los horrores
Las descripciones que nos han llegado son totalmente dantescas. El clan ya sumaba unos 50 miembros, entre mujeres, hombres y niños. Todos vivían en un estado salvaje en las entrañas de la tierra, rodeados de los restos de sus víctimas.
“Piernas, brazos, muslos, manos y pies de hombres, mujeres y niños, estaban colgados de cuerdas como buey seco. Una gran cantidad de extremidades yacían en salazón, una gran cantidad de dinero, plata y oro, con relojes, anillos y espadas, pistolas, y gran cantidad de ropajes, tanto de lino como de lana, y un número indeterminado de otros cosas, que habían tomado de los asesinados estaban apiladas o colgadas en los laterales de la cueva”(9).
Lo soldados lograron apresar al clan y fueron llevados a Edimburgo para afrontar la justicia del rey.
La muerte del demonio
Sawney Beane y su familia fueron forzados a excavar tumbas para los restos que se hallaron en la cueva. Se les declaró culpables de múltiples asesinatos, canibalismo, blasfemia y otros muchos crímenes. Su sentencia, una ejecución terrible.
“A los hombres les serraron piernas y brazos; murieron de desangramiento tras algunas horas. La esposa, hijas y nietas, fueron testigos del justo castigo que fue infringido en los varones, luego fueron quemadas vivas en tres hogueras. Todos en general murieron sin signos de arrepentimiento; pero maldijeron e insultaron de las más abyectas formas hasta el último aliento de vida”(10).
De esta terrible guisa acabó el clan caníbal de Sawney Beane.
¿Propaganda o verdad?
Ahora, una vez contada esta historia, tenemos que ser conscientes de que puede ser un bulo, una fake new del siglo XVIII. El relato es muy inconsistente: las cifras y las versiones nunca coinciden, no hay registros oficiales del juicio, ni cartas, ni noticias, ni nada de nada. Las versiones que conservamos del relato datan de la revuelta jacobita (11), un movimiento que quería poner a una casa escocesa en el trono inglés. Quizás todo fue un invento para difamar a los escoceses, y es que ¿quién querría a una nación de caníbales al mando?
Sin embargo, investigaciones arqueológicas actuales han desenterrado huesos humanos en la zona de los crímenes, lo que puede dar pie a cierta verosimilitud en esta historia (12). La posibilidad más lógica es la mezcla de realidad y ficción. Historias sobre canibalismo verídicas, ya que eran una realidad en época de hambrunas, que tomaron cuerpo en una figura inventada (13). Esta historia posteriormente fue usada como arma política para difamar a los candidatos escoceses al trono de Inglaterra (14). Y es que, queridos lectores, no debemos subestimar el poder de una historia de terror bien contada.
PD: Espero que hayáis disfrutado con este macabro relato, si tenéis alguna sugerencia o petición dejadlo en los comentarios o en nuestras redes sociales. Como siempre os dejo con un canción ¡Hasta la próxima!
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