Pues sí, hay un monarca que es persona non grata en la ciudad de Xátiva (Valencia). Es, ni más ni menos, que un Borbón. Pero no un Borbón cualquiera, sino el primero de todos: Felipe V, al que conoceréis por otros grandes éxitos como la pérdida de Gibraltar o la Guerra de Sucesión.
Para saber qué les hizo a los habitantes de Xátiva para que aun hoy en día le sigan guardando rencor tendremos que remontarnos al siglo XVIII. En Khronos Historia te lo vamos a contar.
Todo comenzó con El Hechizado
En el año 1700, tras morir Carlos II sin descendencia, hereda el trono Felipe de Anjou que era nieto de Luis XIV de Francia (1). Este nombramiento no les hizo ninguna gracia a los Austrias que, evidentemente, barrían para casa y apoyaban al archiduque Carlos (2).
Además, un rey francés en España podía suponer una posible unión entre ambos países. ¡Francia y España unidas! Ni de broma.
Austria no podía permitir tal complot, así que llamó a sus coleguitas ingleses y holandeses para parar ese intento de hegemonía y dejar a todos claro que quien se atrevía a retar a Austria tendría sus consecuencias… Además, Austria también contaba con apoyos dentro de España en la zona aragonesa. Todo apuntaba a una guerra civil entre la corona de Castilla y Aragón.
Tras varios enfrentamientos en distintos escenarios se produjo uno de los más decisivos: la batalla de Almansa (3). Las tropas castellano-francesas vencieron y pasaron sin demasiados problemas a Valencia. Y aquí es donde entra en juego Xátiva.
La ciudad de la discordia
Xátiva había permanecido fiel a los austracistas, pero la cosa se puso fea cuando Felipe V ganó la batalla y decidió tomar represalias por haberle traicionado. Y vaya si se ensañó. Tanto, que mandó quemar la ciudad (4) y devastar todo lo que se le pusiera por delante. A pesar de que muchos allegados al rey le solicitaron y aconsejaron que no lo hiciera no hubo manera de convencerlo.
Y «bautizó» de nuevo a la ciudad
Además, cambió el nombre de la ciudad por el de San Felipe (a humilde no le ganaba nadie). Nombre que ha mantenido hasta que en el siglo XIX. Con las Cortes de Cádiz, fue rebautizada con su denominación original, Xátiva. Desde entonces, a sus habitantes se les conoce con el poco agraciado nombre de Els Socarrats (los quemados).
“La obstinada rebeldía con que hasta los términos de la desesperación resistieron la entrada de mis armas los vecinos de la ciudad de Xátiva (…) empeñó mi justicia a mandarla arruinar para extinguir su memoria (…) y escarmiento de los que intentasen seguir el mismo error”
Real Orden de Felipe V, Madrid, 21 de noviembre de 1707
Y después de la tormenta…
San Felipe fue privada de la libertad foral que los Austrias le habían permitido. El castellano se estableció como lengua administrativa y el Estado se centralizó. Eliminaron instituciones, Cortes, etc (5). Vamos, que les aplicó un 155 en toda regla.
Esta espinita se les quedó clavada a los setabenses durante cientos de años y su forma de reivindicar su animadversión hacia este personaje fue colgarle boca abajo.
Josep Amorós
La idea de darle la vuelta a la imagen de su majestad El Animoso surgió en los años 50 (6) del siglo XX. En Játiva lo han mantenido en esa incómoda postura con intención de continuar esta particular «batalla» contra el Borbón. Allí no les gustan los pseudo-nerones. Manías que tienen unos.
Además, el hecho de ser el único lugar donde han osado colgar la imagen de un monarca en una posición poco digna, ha provocado que un cuadro sin especial relevancia artística (realizado por Josep Amorós) se convierta en todo un símbolo de la ciudad.
Es el súper ventas de Xátiva, su particular Guernica.
¡Qué casualidad!
Pero aún hay más. Si para los setabenses, el 19 de junio es un día negro por la conmemoración de tan fatídica efeméride, imaginaos la póker face que se les puso a los lugareños cuando el actual sucesor, Felipe VI, fue proclamado rey ¡el 19 de junio! Justo 307 años después de que su pariente y tocayo arrasase la ciudad. Inquietantes casualidades de la Historia.
Fin de la contienda
Felipe V se proclamó vencedor de a Guerra de Sucesión al trono (7) y el resto de potencias le reconocieron como rey de España. Para compensar, se estableció que éste no podía acceder al trono francés. Además, España perdió prácticamente todos los territorios que le quedaban. Pasó a ser, a partir de entonces, una potencia de segunda en el panorama internacional.
En fin, que con todo el reparto de territorios, Inglaterra salió más contenta que unas castañuelas de la contienda y aprovechó bien todos los «souvenirs» que le dimos, convirtiéndose en la gran potencia mercantil (8).
España acabó bastante escaldada porque el desplume fue importante. Eso sí, nos quedamos hasta 1746 bien a gustito con nuestro campechano Felipe V, o si no, preguntad a los de Xátiva.
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MUY BUENA INFORMACIÓN , GRACIAS!