Hambre e impuestos, una mala cobinación: la Grande Jacquerie de 1358

El siglo XIV supuso el fin del crecimiento socioeconómico del siglo anterior. Y esto afectó a todas las estructuras sociales, en mayor o menos medida. En la Europa Occidental, comenzaron a sucederse periodos de malas cosechas (que a su vez motivaron revueltas, como La Grande Jacquerie), que junto con los conflictos bélicos y las epidemias conformaron un panorama bajomedieval duro y conflictivo. Desde la segunda mitad del siglo XIII, se dejaron de cultivar nuevos campos, haciendo muy difícil el mantenimiento de la población. Así, la solidaridad de los siglos anteriores fue sustituida por el individualismo, causado por la epidemia de Peste Negra. Un sálvese quien pueda.

La población campesina tendrá que hacer frente al pago de impuestos reales (1) y de impuestos señoriales. Al intentar pagar primero los reales, los señores feudales perderán poder adquisitivo. Estas pérdidas les llevarán a buscar nuevos medios de ingresos, como la guerra y los saqueos.

Las revueltas (2) rurales y urbanas  fueron la tónica de los últimos compases medievales. Y se sucedieron en varios lugares, como, por ejemplo, la revuelta de los Karls en Flandes, la revuelta campesina inglesa de 1381 o el movimiento irmandiño gallego. En este artículo nos centraremos en la revuelta francesa acontecida en 1358 conocida como La Grande Jacquerie.

la Grande Jacquerie de 1358
La Grande Jacquerie. Ilustración del siglo XV. Fuente.

Un rey francés prisionero y un yerno malvado

Para meternos en harina tenemos que remontarnos a 1337, fecha de inicio de la Guerra de los Cien Años: conflicto entre Francia e Inglaterra. Ambos países llegaron a un periodo de tregua entre 1348 y 1355, forzado por la epidemia de peste. Durante este periodo de paz, el rey de Navarra y yerno de Juan II (3) estableció una serie de pactos con los ingleses e instigó al hijo del monarca francés, Carlos, a hacerse con el trono galo. En abril de 1356, Juan II detuvo y encarceló a su yerno. Paralelamente Eduardo III de Woodstock, conocido como “el Príncipe Negro”, y sus tropas comenzaron a arrasar las tierra cercanas al Loira.

Derrotaron a Francia en Crecy y Calais. Pero la derrota, en 1356, en Poitiers supuso la captura del monarca francés, quien fue llevado a Gran Bretaña como prisionero. Con la captura de su padre, Carlos fue entronizado como Carlos V “el Sabio”.

Con todo esto, nos situamos ahora sí en 1358, bajo un panorama marcado por tres factores. Una gran hambruna, un malestar social generalizado como consecuencia de la negativa evolución del conflicto contra Gran Bretaña y con la Peste Negra causando un gran descenso demográfico. Además, esta epidemia supuso el aumento de los impuestos señoriales que los campesinos debían pagar.

batalla de Mello
Miniatura de la batalla de Mello perteneciente a la crónica de Jean Froissart. Fuente.

Los cronistas: nuestros medios de información

Para poder profundizar un poco más en el desarrollo de esta revuelta medieval, necesitamos a nuestros “reporteros medievales”: los cronistas. Entre los cronistas que pudieron vivir este hecho, destacan Jean de Venette y Jean Froissart. El primero de ellos ofreció una visión del conflicto desde la perspectiva campesina. El segundo, prefirió mostrar los aspectos negativos de los campesinos y las consecuencias que tendría para Francia su triunfo.

La Grande Jacquerie: luces cámaras y acción

La Grande Jacquerie (4) se inició cerca de Beauvois. Una masa campesina comenzó a atacar, saquear y destruir las posesiones de los nobles. El foco central de la revuelta se extendió por Normandía, Picardía y Champaña. Asesinaron a señores feudales, junto con sus hijos y mujeres, por no hablar de que a estas también las violaron.

La rápida expansión de la revuelta se empañó por la falta de organización que llevó a los nobles a reagruparse y, finalmente, derrotar en Mello a los sublevados con la ayuda del rey navarro.

la Grande Jacquerie revuelta campesina Francia medieval
Mapa político del territorio francés. Fuente: proyectomapamundi.

El fin de la Grande Jacquerie: acabamos peor de como empezamos

La derrota campesina trajo como principal consecuencia la dura represión por parte de los nobles. En definitiva, el intento de los campesinos de terminar con la asfixia fiscal a la que los estaban sometiendo, no solo fracasó, sino que su situación se endureció todavía más.

La Grande Jacquerie, ¿revuelta o revolución?

Se califica este hecho histórico como una revuelta, por su carencia de líderes y organización. Sin embargo, podemos hacer una serie de puntualizaciones. Primero, los campesinos se movilizaron bajo la figura de Guillaume Carle. Este era un campesino con grandes dotes militares, ajusticiado al final del conflicto. Por otro lado, los campesinos nunca quisieron acabar con la monarquía. Portaron estandartes con la flor de lis (5), y su objetivo fue la nobleza. Es decir, figuras que reunieron el poder político y militar. Por otra parte, los bienes eclesiásticos no fueron atacados, pues los campesinos respetaban la Iglesia en todo momento.

Mismos problemas mismos métodos

Al igual que los campesinos medievales, hoy en día sufrimos situaciones adversas a las que queremos poner solución. En cierto modo, los episodios violentos de protestas siguen sucediéndose con mayor frecuencia de la que podríamos esperar.

Siete siglos después, seguimos empleando los mismos mecanismos a los empleados en la Grande Jacquerie y otras revueltas campesinas. Parece ser que, en realidad, no nos diferenciamos tanto de aquella sociedad medieval que nos resulta tan lejana…



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Referencias y bibliografía

Referencias

(1) Monsalvo Antón, 2016, p. 197.

(2) Es conveniente diferenciar de forma clara y rápida las revueltas de las revoluciones. Las revueltas son fruto de una reacción espontánea ante una situación insostenible o injusta, sin embargo su objetivo no es llevar a cabo ningún cambio si no dar salida a la desesperación. Tras finalizar, los vencidos serán víctimas de represiones por parte de los vencedores. Las revoluciones se caracterizan organizado, previamente pensado y enfocado a lograr un cambio estructural. Cuentan con un programa ideológico y una estrategia a seguir.

(3) Carlos II “el Malo”.

(4) La denominación de la revuelta como Jacquerie proviene de “Jacques Bonhomme”, sobrenombre con el que los nobles designaban a la población campesina de forma despectiva.

(5) Mollat y Wolff, 1976.


Bibliografía

  • Mollat, M. y Wolf, P., 1976, Uñas azules, Jacques y Ciompi. Las revoluciones populares en Europa en los siglos XIV y XV, Siglo XXI, Madrid.
  • Monsalvo Antón, J. M., 2016, Los conflictos sociales en la Edad Media, Síntesis, Madrid.
  • Nieva Ocampo, G., Correa, M. y Báez, A. (coords.), 2021, Historia de Europa: siglos XIV y XV, La Aparecida, Madrid.
  • Rigault, P., 2012, La jacquerie : entre mémoire et oubli, 1358-1958-2008, Encrage, París.
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Sergio Roncero Cabañas
Estudio Historia en la Universidad de Salamanca.