El pasado se encuentra en nuestro día a día. Desde el idioma que hablamos y que cada día modificamos con nuevas frases y palabras. Pasando por la idea de qué es ser “mujer” o qué es ser “hombre”. Hasta la idea de cómo amar y cómo ser amados. Todas son construcciones de la historia es decir, conceptos e ideas que se han ido estableciendo a lo largo del tiempo y que aún se practican en nuestro presente. Todo tiene un pasado y por eso decimos que el pasado está vivo. Nosotros le damos vida a esa historia. Vamos a realizar un recorrido por esta breve historia del amor.
Los amorosos Homo Sapiens (1)
Para comenzar nuestra breve historia del amor, vamos a remontarnos a tiempos prehistóricos. El amor mueve al mundo o es lo que se dice. Aunque esté presente en películas, libros, poemas, pinturas, canciones, etc., es difícil hablar del origen del amor. No hay indicios claros de quién dio el primer beso, la primera caricia o el primer abrazo. “Podemos analizar los restos arqueológicos: los sílex (2), restos óseos, trozos de alfarería pero nunca son otra cosa que interpretaciones” de los arqueólogos e historiadores. No obstante, vamos encontrando huellas del amor a lo largo del tiempo.
Aunque en toda especie viva se da el acoplamiento y la procreación, no sería sino hasta la llegada de los Cro-Magnon en las que ya hay muestras de un amor y cuidados hacía otros seres humanos, de forma más compleja y desinteresada. Por ejemplo, “se encontró una tumba de mujer neandertaliana (3), tapizada de flores de los pantanos, que habían ido a recoger al valle más abajo, a varias horas de marcha. Es el uso más antiguo conocido de las flores en los ritos funerarios”. A diferencia de otros hombres prehistóricos, los homo sapiens, poseían un lenguaje más complejo que les permitía expresar emociones, crear arte y en el caso de sus muertos a organizar ritos funerarios, en vez de solo dejar los cadáveres a la intemperie.
Los romanos puritanos
Roma antigua se caracteriza por el ideal de libertinaje, los bacanales (4), la homosexualidad, las estatuas semidesnudas o desnudas. Tenemos una idea errónea de los romanos, en realidad eran tan moralistas y castos como lo serán en un futuro los cristianos. Por un lado, solo se hacía el amor de noche, «sin encender las lámparas (de no ser así, se dice que eso mancilla el sol)».
La homosexualidad era más bien producto de la idea de dominar, “un hombre libre, no debe dejarse hacer por otro hombre ni se pone al servicio de una mujer”. De los romanos, heredaremos la idea de que los hombres no debían de mostrarse sumisos, tiernos, ni perdidamente enamorados.
Poco antes del año 200, a los romanos les dio por convertirse aún más en personas moralistas. Se estigmatizó el aborto, ya no se permitió que las viudas mantuvieran una relación con otro hombre, se castigó la homosexualidad. Así inició otro periodo en el que la sexualidad y el amor se prohíben, sobre todo, para las parejas que no pueden engendrar nuevos ciudadanos.
Breve historia del amor cortés que no es tan cortés
La Iglesia católica fue extendiendo su poder e influencia en Europa, por medio del control social. Con sus reglas definió la idea del amor, el matrimonio y la sexualidad para los siguientes siglos.
A partir del siglo XII, la Iglesia se hizo con el matrimonio, para siempre. El nuevo dogma decía, en pocas palabras, queda prohibido todo matrimonio que se produzca a nuestras espaldas. Se prohibió la poligamia y el divorcio, a menos de que se recurriera a una anulación eclesiástica, es decir, que el hombre pidiera la intercesión de la Iglesia para anular el matrimonio.
Estos cambios dieron paso al famoso amor cortés. Del que se hablaba en poemas y canciones creadas por los músicos de la época, los trovadores (5). En estas canciones se hablaba de caballeros medievales suspirando por la mujer de sus sueños. Se idealizó a una mujer, que debía ser casta, sumisa, casi como un ángel pero que no podía ser tocada por pertenecer a otro hombre. Así que el caballero enamorado de una mujer casada, le dedica todas sus hazañas, le declara su amor, con las miradas en público y con caricias en lo privado. “¡El amor cortés es el adulterio!”
El amor cortés era pura ficción
Pero es un amor esencialmente literario, y se atrincheraba en lo imaginario. Y esto se debía a que a las mujeres se les impuso un ejemplo a seguir: la Virgen María. Ellas, como la Virgen, tenían que permanecer sin mácula (6). También aquí la iglesia estableció que casarse es esencial para procrear nuevos corderos de Dios pero ¡la carne es pecado!. Así que la sexualidad se restringió severamente, al menos para ellas, que debían de llegar vírgenes al matrimonio y solo mantener relaciones sexuales para engendrar.
Breve historia del amor romántico: ¡es un invento!
Y llega el romanticismo en el siglo XVIII. Una época que con sus ideales, aun hoy en día, influye en nuestras mentalidades con la búsqueda del amor romántico. Fue omnipresente en las novelas, en los manuales de comportamiento social, y hasta en la literatura piadosa. En los que se exaltaba el papel de la mujer pura y virginal. El hombre romántico, por su parte, recibió la influencia del medioevo al ser en un caballero que defendía a capa y espada a su angelical novia y se abandonaba a sueños de amores étereos (7).T
Es la época en la que batirse en duelo (8), se convierten en una moda juvenil, casi como los actuales retos de internet. Los duelos se “caracterizaban por tratar de resarcir casi siempre el honor personal del agraviado o por algún asunto amoroso. No se pretendía asesinar al ofensor, sino aceptar ahora el reto de morir antes de humillarse ante la terrible afrenta”. Pero obviamente, por haber armas de por medio, los duelos fueron una práctica que les costaría la vida a muchos hombres jóvenes.
Vestirse de blanco es muy victoriano
Casarse es otro rito en la vida, claro que era importante dado que así se aliaban familias, se unían e incrementaban riquezas y territorios. Mientras más rica o poderosa sea la familia del novio y la novia, más primordial era la boda. Hasta mediados del siglo XIX, se dejaron a un lado los matrimonios concertados para dar paso a los matrimonios por amor.
Durante muchos siglos, el matrimonio fue más un negocio que un momento romántico por lo que el vestido de novia podía ser de cualquier color y muchas veces se adaptaba un vestido de la vida diaria para tal evento. No sería hasta la boda de la reina Victoria (9), con su amado Alberto, en 1840, cuando la reina Victoria llegó al altar, con un vestido blanco de volantes. El uso del blanco se estableció como el tradicional entre las novias, en el mundo occidental, tradición que pervive hasta nuestros días.
Breve historia del amor: la búsqueda del amor perfecto
Después de este paseo breve por la historia del amor, vemos cómo nuestra idea del amor se ha ido moldeando con el paso del tiempo. Nadie escapa a la influencia de las normas sociales ni de los ideales del pasado y del presente. En la actualidad, la gran mayoría aun desea un amor como el amor cortés del medioevo, lleno de suspiros y ensoñaciones. No faltan los que quieren un amor en donde la sexualidad sea desenfrenada, como en las orgías romanas. O para muchos otros la máxima aspiración es un matrimonio por amor, eternamente monógamo y, romántico. Como decimos, hay un amor para cada época y una época para cada amor.
No te pierdas más artículos interesantes en nuestra revista Khronos Historia.