En época Victoriana la India era considerada la joya de la corona (1) del Imperio británico. En contraposición, la vecina Irlanda se había convertido en un dolor de muelas para los gobernantes de Londres. Era un territorio conflictivo para el Gobierno británico. De hecho, los ingleses llevaban intentando evitar una posible independencia de Irlanda prácticamente desde su conquista en el siglo XII.
De los orígenes a la organización para la independencia de Irlanda
Las reivindicaciones para la independencia de Irlanda eran variadas, dado que se mezclaban cuestiones de diverso tipo. Tanto religiosas, como económicas, políticas y sociales. De todas maneras, los irlandeses se dieron un buen hostión de realidad al ver que nadie les hacía ni caso. Por esta razón acabaron por juntar todas las quejas en cuatro núcleos de propuestas:
Primero, el reconocimiento de la Iglesia católica como la propia de los irlandeses. Una de las principales reivindicaciones era terminar de una vez con los pagos de diezmos (2) a una Iglesia que ni siquiera era la suya.
En segundo lugar, una reforma agraria para permitir vender o conservar las tierras arrendadas. Además, así si les pegaban la patada, podrían recibir una pensión por las molestias.
En tercer lugar, exigían unos alquileres más adecuados al nivel de vida del campesinado medio irlandés. Los terratenientes británicos exprimían a las clases bajas irlandesas hasta dejarlas sin una maldita moneda. Ante esto los irlandeses plantearon dos soluciones. Una, irse y emigrar de su país, en busca de las oportunidades que no les daban en su propia tierra. Dos, quedarse y arriesgarse a la hambruna en un país cada vez con menos medios.
Por último, reclamaban la autonomía política. Para que los británicos hicieran el imbécil gobernando la isla, por lo menos podrían disfrutar de las ventajas que pudieran sacar de eso.
Para que nos unos gobiernen idiotas, mejor que nos gobiernen NUESTROS idiotas
Tras el surgimiento del Partido de la Nueva Irlanda a mediados del siglo XIX, comenzó una ola de republicanismo que exigía la independencia de Irlanda, y que comenzaría con la fundación de la Sociedad Feniana (3). Fundada en los Estados Unidos por John O’Mahoney y Michael Doheny, fue cuna del nacionalismo irlandés más extremista, impaciente con las medidas llevadas a cabo por los autonomistas irlandeses. Los más radicales los acusaban de tibios y pactistas, ofreciéndose como verdaderos defensores de la independencia de Irlanda.
Este partido surgirá poco antes de la Guerra Civil Americana con claros tintes de lucha armada contra los invasores británicos de lo que ellos consideraban sus tierras. Un sentimiento de rebeldía que alcanzaría su pico más alto a comienzos del siglo XX, con la fundación del Partido Independentista Sinn Fein. (3)
La metedura de pata del Reino Unido y cómo intentaron arreglar el desastre
Tras años de “quiero y no puedo” de los diferentes Gobiernos británicos por entablar una mejor relación con los irlandeses, el entonces primer ministro Gladstone (4) aprobó que la Iglesia oficial de Inglaterra dejara de ser la oficial en Irlanda. Así, se retiraba la obligación del pueblo irlandés a pagarle impuestos a la Iglesia británica. Era un primer paso para la independencia de Irlanda.
Un año después también aprobó la reforma agraria tan ansiada por los irlandeses. Sin embargo, esta reforma resultó un verdadero pluf, ya que los terratenientes británicos se la pasaron por el forro con muy poca vergüenza. Obviamente, esto acabó por cabrear, y mucho, a los campesinos irlandeses. Estos se vengaron de ellos organizando una red a lo largo y ancho de la isla que iba boicoteando todas las granjas británicas en las que se sabía que habían expulsado a campesinos irlandeses.
Mientras tanto, los diputados irlandeses acabarían abriéndose paso hasta el Parlamento británico, convirtiéndose en parte necesaria para hacer Gobiernos. Debido a esa necesidad de apoyo de los diputados irlandeses, el primer ministro (5) acabó hincando la rodilla ante los deseos nacionalistas irlandeses. Así, pactó un proyecto de Ley de Autonomía que se aprobaría (6), pero que no se convertiría en Ley hasta dos años después, fruto de las innumerables piedras que pusieron los Unionistas, irlandeses que lucharon a brazo partido para que la Isla Esmeralda siguiera siendo british. Así, la implantación de la ley que acabaría por dar a Irlanda la autonomía dentro de la Corona británica, la Home Rule Act, sería ratificada en 1914.
«Hasta aquí hemos llegado»: cómo el cabreo de Irlanda acabó explotando
No obstante, la Home Rule fue suspendida durante la I Guerra Mundial (7) bajo la excusa de centrarse primero en ganar la Guerra para poder ocuparse de los asuntos del Imperio. Sin embargo, un grupillo de independentistas radicales organizó la llamada «Revolución de Pascua”, en la que irlandeses radicales se montaron lo que hoy en día en España llamaríamos un CDR para liarsela al Gobierno británico mientras estos estaban mas concentrados en la I Guerra Mundial y poder conseguir la independencia de Irlanda.
La Home Rule Act constituyó un tema de gran cabreo para el Ulster (8); una región de Irlanda de mayoría abiertamente protestante y más amiguis de los ingleses que de sus compatriotas del sur y que no querían ni oír hablar de la independencia de Irlanda.
Viendo que el Sinn Fein iba a montar jaleo por toda la isla, los irlandeses del Ulster acabarían decidiendo que les iba más la fiesta con la Corona británica que la de la de los independentistas irlandeses. Mientras, el Sinn Fein reclamaba la total independencia de Irlanda, de absolutamente toda la isla.
“La Revolución de Pascua” (9), que fue totalmente aplastada a base de plomo (como diría Pablo Escobar); haría que los irlandeses más radicales se cabrearan todavía más con los británicos. Esto lo recogió el Sinn Fein para ganar 77 de los 106 escaños en las siguientes elecciones. Viendo que tenían la sartén por el mango, montaron un Gobierno clandestino, el Dail Eireann (10). Así, certificaban la ruptura con el Imperio británico mediante una Declaración de Independencia a modo de «Sí, el problema eres tú».
«Contigo no, bicho»: el Ulster contra Irlanda
Mientras tanto, el Ulster, oliéndose lo que estaba pasando y que los irlandeses del sur buscaban bronca, decidieron demostrar que ellos la tenían más grande, creando la Ulster Voluntary Force (11). Ante esto, los irlandeses del sur decidieron contraatacar con un «pa chulo yo», creando los Voluntarios Irlandeses de McNeill.
Toda la tensión acabaría por explotar en enero de 1919 , inicio de la Guerra de Independencia de Irlanda. El entonces primer ministro(12), desesperado por acabar las hostilidades, decidió proponer un acuerdo de paz que señalaría el fin de la contienda y el nacimiento de la República de Irlanda.
Sin embargo, si ya a los irlandeses les fastidiaba tener un juramento de fidelidad a la Corona británica, el hecho de que Irlanda fuese dividida en dos partes fue algo que las partes más radicalizadas del nacionalismo irlandés jamás aceptaron y que consideraron como una bajada de pantalones. Este hecho sería arrastrado por siempre por el nacionalismo irlandés y daría lugar a años de conflictos, siendo además la mecha que explotaría con el nacimiento del grupo terrorista Irish Republican Army (13) en los años 90; conocidos por asesinar sistemáticamente a miembros y simpatizantes del Ulster.
Puedes encontrar más historias de la Historia en Khronos Historia
¿Qué te hizo robar mi trabajo (cráneo en el cilindro) para el título de este artículo?