Cuando llega el mes de junio todo se tiñe de arcoiris. España es uno de los mejores países para las personas LGTB, aunque se siguen produciendo agresiones y la discriminación está más que presente. ¿Cómo hemos llegado hasta aquí? En apenas medio siglo, el panorama español ha dado un cambio radical en todos los niveles. Desde la dictadura franquista al 2021, vamos a hacer un breve recorrido por la historia del movimiento LGTB en España.
Vagos y maleantes. La homosexualidad criminalizada
Todo el mundo conoce la persecución nazi a los judíos, así como a otras minorías étnicas. También hubo un colectivo muy maltratado en los campos de concentración, los que llevaban el triángulo rosa invertido (1): los homosexuales. Aunque unos años antes del ascenso de Hitler, ya había empezado a fraguarse el movimiento homosexual/homófilo (2).
En España es a raíz de la Guerra Civil cuando, tras asentarse la dictadura franquista, se criminaliza a la figura del homosexual. Pese a que durante la II República uno de los escritores de la Constitución salió en defensa de la libertad sexual y reproductiva (3).
Desde 1954, la Ley de Vagos y Maleantes incluye a las personas homosexuales (4). Es cuando la Iglesia y la medicina se unen para criminalizar a las personas no heteronormativas. Aunque varios intelectuales españoles ya se habían exiliado o, como Lorca, los habían matado (5).
«A los homosexuales, rufianes y proxenetas (…) que exploten menores, enfermos mentales, mendigos y lisiados [penas de]:
a) internados en un establecimiento de trabajo o colonia agrícola (6)»
Habéis leído bien. En Tefía y en Fuerteventura se crearon campos de concentración especiales para homosexuales (7). Aquí hacían trabajos forzados y recibían palizas y castigos constantes. Hasta 5.000 personas se detuvieron por «un comportamiento gay» durante el franquismo (8).
De Stonewall al M.E.L.H (Movimiento Español de Liberación homosexual): el inicio del movimiento LGTB en España
El 28 de junio de 1969 se produjeron en Estados Unidos los (mal) llamados Disturbios de Stonewall y que serían el pistoletazo de salida del movimiento LGTB a nivel mundial. La redada en uno de los bares de ambiente más conocidos, el Stonewall Inn, y la detención de dos de las asistentes supusieron un cambio radical (9).
En España el movimiento LGTB está más influenciado por su contraparte francesa y las reivindicaciones de mayo del 68 (10), aunque los sucesos de Stonewall motivaron a dar el primer paso.
En esta primera etapa de clandestinidad se busca la despenalización de los homosexuales. Por ello, en 1969 nace en Barcelona el Movimiento Español de Liberación Homosexual (M.E.L.H de ahora en adelante) (11).
Redada de violetas (12)
En 1971 se consigue la derogación de la Ley de Vagos y Maleantes y se sustituye por la Ley de Peligrosidad y Rehabilitación Social (13). Esta ley reconducirá el enfoque criminal al patológico. Ahora la persona homosexual es un enfermo al que hay que curar.
«En el año 70 los homosexuales éramos para el Estado un peligro social y unos corruptores de menores; para la medicina unos enfermos mentales (…), para la Iglesia los peores de los pecadores (…) y para la sociedad lo peor de lo peor (14)»
Es ahora cuando se empieza a buscar la «cura» contra la homosexualidad. Médicos como Gregorio Marañón formularán opciones para sanar a los «desviados», como inyecciones de testículos de animales para aumentar la testosterona (15). Las más comunes eran las terapias de conversión, el electrochoque e incluso las lobotomías, como expuso el psiquiatra Juan José López Ibar en un congreso internacional (16).
Del triángulo rosa invertido al gorro de dos rayas cruzadas
En todas las cárceles se habilitó una planta para homosexuales y se crearon dos penales específicos: una para pasivos en Huelva y otra para activos en Badajoz (17). Su distintivo, las dos rayas cruzadas en el gorro.
«Cuando un policía quería hacer méritos, detenía a gays pobres (18)»
Las penas oscilaban entre los 3 meses y los 4 años, además de dos años de destierro a más de 100km de su domicilio original. Hubo entre 30 y 40 condenas al año y de 1970 a 1978, se encarceló a 1.000 homosexuales, casi siempre de clases bajas (19). Cabe destacar la terrible experiencia de Antonio Ruiz (20).
Cuando hablamos de encarcelados nos solemos referir a hombres, dado que no se hacía raro ver a dos mujeres «solteras» viviendo juntas. La sexualidad de las mujeres no estaba reconocida y quedaba supeditada a la masculina. Si una mujer mostraba abiertamente su homosexualidad, el destino era casi siempre el manicomio y siempre ocultándolo (21).
El activismo en las sombras: el MELH
Armand Fluvià y Francesc Francino crearon la que sería la primera asociación moderna de defensa de los derechos de las personas homosexuales en España. El MELH nació clandestinamente en 1969, dando comienzo al movimiento LGTB en España.
El MELH se asentaba en tres pilares fundamentales: máxima precaución y discreción, colaboración plena y eficaz dependiendo de las posibilidades de cada miembro y completa unión y camaradería (22).
«[Gay] es un homosexual que se acepta a sí mismo, se reconoce como tal y lucha por sus derechos (23)»
Al tratarse todavía de una asociación ilegal, se dividieron las acciones en cuatro grupos que tendrían su primera reunión el 10 de julio de 1972 en casa de Fluvià (24). Ese mismo año empezaría a publicarse AGHOIS. El boletín se vendía como un suplemento de la revista Arcadie «para nuestros amigos españoles», publicada en Francia (25).
Sin embargo, el prefecto de París les avisa de que la Interpol y el Ministerio de Asuntos Exteriores español están al corriente de la publicación (26). Sopesaron llevar la producción a Suecia, pero hubo un hecho que cambió el devenir del MELH.
En 1973, Armand Fluvià recibió la llamada de alguien que quería recibir la revista. Era uno de los policías de la Brigada de Investigación Social (27). Los habían descubierto. El boletín dejó de publicarse y el MELH desaparecía para renacer tras la muerte de Franco.
El movimiento LGTB en España sale del armario
Muerto el dictador, explotó la conquista de la tan ansiada libertad en España, incluido el movimiento LGTB.
«Teníamos que conseguir la libertad en el momento en que el resto de la población alcanzara la libertad (28)»
En 1975 el MELH resurgiría de sus cenizas, convirtiéndose en el Front d’Alliberament Gay de Catalunya (de ahora en adelante FAGC). El FAGC, de carácter revolucionario, partía de un análisis marxista (29).
El FAGC tenía como símbolo el triángulo rosa invertido, las cuatro barras que simbolizaban la tierra oprimida y el puño alzado (30). Era el primer grupo que trabajaba de forma abierta -aunque ilegal- en defensa de los derechos de las personas LGTB (31). Su objetivo era la derogación de la Ley de Peligrosidad y Rehabilitación Social y animó a la creación de grupos homólogos en el resto de España (32).
Se creó el Institut Lambda, que pretendía ayudar a las personas LGTB (33). Nacieron grupos de carácter humanístico y cristiano, fundados por sacerdotes suspendidos por haberse declarado abiertamente homosexuales (34). Junto con el Documento de los 24 psiquiatras (35), que aportaba una base racional y científica a la conducta contra la homofobia y la patologización de las personas homosexuales.
Además, dieron mucha importancia a la presencia internacional con la participación de Fluvià en el Orgullo en 1975 en Nueva York (36).
«¡No tenemos miedo, nosotros somos!»
El 28 de junio de 1978 se convocó la primera manifestación del movimiento LGTB en España. El FAGC, junto con el movimiento feminista, el movimiento vecinal, sindicatos y partidos de izquierdas ocuparon Las Ramblas con orgullo.
El principal objetivo de esta manifestación era la derogación de la ley de Peligrosidad y Rehabilitación Social y la amnistía de los presos homosexuales (37). Participaron 5000 personas y parecía que todo iba bien hasta que llegaron a la altura de la fuente de las Canaletas (38). Ahí apareció la policía para dispersar con golpes y balas de goma.
«Tanto stonewall como barcelona como madrid tuvieron algo en común: todas las protestas terminaron por estar encabezadas por personas trans (39)»
La manifestación la precedían gays y lesbianas, pero quienes hicieron de escudo y pararon los ataques de la policía fueron las mujeres trans a las que en un principio no se les dejó ir primera línea por la «mala» imagen que pudieran dar (40).
El evento se saldó con tres heridos y la detención del médico Oriol Martí, acusado de insultar a la autoridad. Martí pasó 52 días en la cárcel la Modelo de Barcelona y fue gracias a la firma de un documento exigiendo su liberación por 36 organizaciones políticas, sindicales y civiles por lo que se le concedió la libertad (41).
El movimiento LGTB en España: el Orgullo llega a Madrid. Los gatos se visten de arcoiris
El año 1978 es clave en varios aspectos. A nivel internacional, Gilbert Baker crea la archiconocida bandera arcoiris que será el emblema de todo el movimiento LGTB, también en España (42).
El 26 de junio de 1978 se celebró el Día de la Liberación Homosexual. Aunque en Barcelona habían prohibido cualquier clase de manifestación, Madrid se armó de valor y las personas LGTB salieron por primera vez a la calle (43).
«Sindicalistas, feministas, madres solteras, representantes de presos, de movimientos sociales y personas trans desfilaron por madrid (44)»
El Frente de Liberación Homosexual de Castilla (FLHC) consiguió la autorización para la manifestación (45). Entre 7000 y 9000 personas lucharon por la derogación de la Ley de Peligrosidad y Rehabilitación Social. El recorrido era entre O’Donnell y Menéndez Pelayo, siguiendo la valla del Retiro (46) y obtuvo gran cobertura mediática (47).
Tras la Constitución de 1978, se logró tumbar la Ley que encarcelaba a los homosexuales. El primer objetivo estaba conseguido, ahora había que pelear por legalizar las asociaciones.
Lo nuestro sí que es Mundial: movimiento LGTB en España en los ’80
La nueva década dejó paso a las reivindicaciones sociales y a la lucha contra la intolerancia.
A principios de los 80 se instaura una nueva clase de homofobia liberal. Se tolera la homosexualidad «pero en su casa». Se busca silenciar la condición homosexual, se critica la pluma y todo lo relacionado con la expresión LGTB («no entiendo porqué tiene que haber un Orgullo Gay, ¿por qué no hay un Orgullo hetero?») (48).
También es ahora cuando se producen las últimas grandes redadas a locales de ambiente. Como es el caso de Barcelona durante el Mundial de fútbol de 1982. Antes del evento, el delegado del Gobierno en Barcelona decidió cerrar algunos bares LGTB para mostrar «una buena imagen de la ciudad a los visitantes» (49).
La respuesta fue inmediata. Los empresarios de más de 30 bares se pusieron por primera vez en huelga y pusieron la bandera arcoiris con un Naranjito abanicándose y vestido de «loca» bajo el lema «Lo nuestro sí que es mundial» (50).
El otro gran hito fue la derogación del artículo del Código de Justicia Militar que castigaba la homosexualidad con hasta 6 años de cárcel, además de la expulsión del ejército y el deshonor (51). Así como la desvinculación de la homosexualidad con el escándalo público y la corrupción de menores y la destrucción de las últimas fichas policiales de homosexuales del franquismo (52).
Viciosas, bolleras, truchas, tortilleras… Las lesbianas también existen en el movimiento LGTB en España
En 1983 grupo de lesbianas feministas celebraron las I Jornadas de Sexualidad (53). Si ya de por sí la sexualidad de las mujeres no existía, cualquier cosa fuera de la heteronormatividad estaba totalmente invisibilizada.
«Estamos bastante cansadas de que la gente nos pregunte porqué somos lesbianas (…) la sociedad podría preguntarse a sí misma porqué es heterosexual (54)»
Así, surgieron varias campañas tanto en Madrid (No se prive), Barcelona (Lo que el viento nos traerá) y el 8M en Euskadi (55). La vinculación entre feminismo y lesbianismo no es espontánea. Muchas sáficas se sentían más amparadas dentro del movimiento feminista que en las asociaciones para homosexuales (mayoritariamente gays). Al igual que varias mujeres trans, empezarán en esta década la configuración de asociaciones y espacios propios (56).
Fue clave la detención por escándalo público de Arantxa Serrano y Esther Olassdo, militantes de Mujeres Internacionalistas, por besarse en público en la Puerta del Sol (57). Después de dos días en comisaría y sufriendo abusos policiales, las liberaron por la acción de centenares de mujeres que organizaron la primera gran besada pública el 23 de octubre de 1986 (58).
La lucha contra el asesino silencioso: el SIDA
A principios de los 80 se diagnosticó el primer caso de SIDA en España. Diez años después, 7000 personas murieron a causa del Síndrome de la Inmuno Deficiencia Adquirida.
El movimiento LGTB en España, en un primer momento, no tomó cartas en el asunto al considerarse propaganda lgtbfóbica, dado que se acusaba a los gays y a las prostitutas (muchas mujeres trans) de ser los portadores del virus (59). Justamente nace ahora la primera asociación de personas trans AET – Transexualia (60).
Sin embargo, al ver que no existía apoyo estatal, comenzaron a crearse grupos y comités para ponerle freno a la pandemia. Es el caso del COGAM (Colectivo LGTB de Madrid) y el Teléfono Rosa, el primer servicio de información para homosexuales que además ofrecía gratuitamente la prueba del VIH (61).
Su objetivo era disociar la homosexualidad con la aparición del SIDA, si bien no se consiguió hasta que afectó a varones heteros (62). Entonces, y siendo España el tercer país con más casos de Europa, el Estado se pone las pilas.
Esto dará lugar a una nueva ola de activismo en la que es fundamental el diálogo con las administraciones públicas. Campañas como SiDA/NoDa y Póntelo, pónselo empezaron a calar en la población (63).
El movimiento LGTB en España y los ’90, el fin de una era
El movimiento LGTB en España, en los 90, tomó dos vías principales. En lo que respecta a las asociaciones, estas se escindieron en facciones más radicales (que buscaban la raíz, cuestionarse el mismo concepto de género) (64) y reformistas (conquista de los derechos civiles y lucha contra la intolerancia) (65).
Los grandes ideales han dejado de ser eficaces y se busca el pragmatismo político y la celebración de pequeños logros. Así, en 1992 y a propuesta del COGAM nace la Federación Estatal de Gays y Lesbianas (posteriormente FELGBT) (66).
La FELGBT es un conglomerado de grupos que buscan la igualdad legal y el respeto social, la incorporación de las lesbianas al liderazgo del movimiento -muy masculinizado- y ser la cabeza visible de las acciones por los derechos de las personas LGTB a nivel nacional (67).
Este nuevo activismo subraya la idea de que la sexualidad también es política y que hay que dialogar con la administración pública. La creación de un teléfono de atención a personas homosexuales para informar del SIDA (el 900 Rosa) o campañas como Vota Rosa (animar a partidos políticos favorables a políticas LGTB) se hacen eco de estas ideas (68).
También es a mediados de los 90 cuando surgen los primeros barrios «gais»: Chueca en Madrid y Gaixamble en Barcelona. A nivel cultural, la recién nacida Fundación Triángulo inaugura la 1ª muestra Internacional de Cine Gai y Lésbico de Madrid (69).
El movimiento LGTB en España y la lucha contra la intolerancia: sangre rosa derramada
El 6 de octubre de 1991 un grupo de siete skinheads asesinaban a Sonia Rescalvo Zafra, una mujer trans, en la plaza de la Ciudadela de Barcelona (70). Los asesinos, pertenecientes al grupo ultra Vanguardia Nacional Revolucionaria, fueron condenados gracias a la acción del FAGC (71).
Dos años después, el 5 mayo, Mariano Gómez, homosexual, es apuñalado en la Casa de Campo. El asesino, un ultra de entonces 19 años, aseguró que lo hizo «en defensa propia» (72). El ataque a Mariano Gómez no fue el único, dado que David Garrido (el asesino), era conocido por su homofobia y dejó tras de sí otra víctima (73). Pasarían dos años hasta que fue condenado.
Lo personal también es político
En esta década ocurre un suceso que deja claro que la cuestión de la sexualidad y de la identidad de género son cosa de política y que la derecha es el nuevo mercurio retrógrado.
En 1992 el COGAM iba a abrir su nueva sede en la madrileña calle Carretas, cerca de Sol. El concejal presidente del distrito Centro Ángel Matanzo, del PP, intenta cerrar el local alegando que no tienen licencia. El 14 de marzo, un día después de la apertura, Matanzo denunció que cesaran la actividad o les clausuraría el local (74).
«El 11 de julio, en señal de protesta simbólica precintamos la junta municipal del centro para dar a conocer a la opinión pública la injusticia por la que estábamos pasando (75)»
Lo más destacable fue el gran escándalo mediático y la solidaridad tanto nacional como internacional que movió. Lo LGTB aparecía en la agenda (76). Aunque habría que esperar hasta febrero del año siguiente para que el concejal fuera destituido y que el COGAM se mantuviese firme (77).
Es por ello por lo que este organismo llegó a configurar una proposición de ley antidiscriminatoria. Esta estaba respaldada por las primeras denuncias por lgtbfobia de la COFLHEE y varios grupos de lesbianas a RENFE (78) e IBERIA (79).
El gran objetivo de los 2000: el matrimonio igualitario
Esta meta ya se había fijado con anterioridad con la Ley de Parejas de 1993 del COGAM (80), pero no será hasta 2005 cuando las personas homosexuales puedan casarse y adoptar en igualdad de condiciones a las parejas heterosexuales.
En 2001 los Países Bajos son los primeros en aprobar el 1 de abril el matrimonio pleno para parejas del mismo sexo, incluyendo la adopción. En España todas las propuestas de la izquierda, en la oposición, son rechazadas por el PP de Aznar (81).
La ley hasta la fecha permitía el acogimiento de las parejas de hecho. Aunque el Tribunal Superior de Justicia navarro concede la adopción de dos niñas a una pareja de lesbianas por la madre no biológica (82). Un trámite que se limitaba al mero reconocimiento por parte del padre en parejas heterosexuales, para lesbianas era una cruz.
El 2 de julio, con el gobierno socialista, se aprueba el matrimonio igualitario. Con ello, España se convierte en el tercer país del mundo en legalizar el matrimonio homosexual (83). El 11 de ese mes se celebra en Tres Cantos (Madrid) la primera boda civil entre dos hombres y el 22, en Barcelona, la primera entre dos mujeres (84).
«estamos ampliano las oportunidades de felicidad para nuestros vecinos, compañeros de trabajo, amigos y familiares; y estamos construyenod un país más decente, porque una sociedad decente es aquella que no humilla a sus miembros (85)»
El recurso de la vergüenza
Sin embargo, las 4500 parejas homosexuales que contrajeron matrimonio ese primer año estaban en vilo.
La jerarquía de la Iglesia católica, con Rouco Varela, el Foro de la Familia, Hazte Oír y el PP fueron los grandes opositores a una realidad aceptada por más del 80% de la población entonces. Acusaban al Gobierno de «sentenciar a muerte el matrimonio tradicional» e incluso personas afines a ellos en el poder judicial ponían más trabas o se acogían a la objeción de conciencia para no abordar algunos casos (86).
Por ello, el 28 de septiembre de 2005, 72 miembros del PP firman un recurso de inconstitucionalidad contra la Reforma del Código Civil que había permitido el matrimonio homosexual (87). Alegaban que, por cómo está redactado el artículo 32 de la Constitución, era imposible este reconocimiento («el hombre y la mujer tienen derecho a contraer matrimonio).
Finalmente, el 6 de noviembre el Tribunal Constitucional desestima el recurso.
Orgullo (LGTB) español
«orgullo en el sentido de nuestra dignidad como personas, y lo hacemos con orgullo porque hasta ayer mismo (…) hemos estado en la cárcel y hemos estado pisoteados no solo por la ley sino también por unos valores sociales que nos han excluido (88)»
España es uno de los países más progresistas en cuanto a legislación en materia LGTB. Tanto la ley de Identidad de Género de 2007 para las personas trans (que ahora está pendiente de reforma) (89) como la alineación con organismos públicos para trabajar conjuntamente.
El Orgullo ha pasado de un día hasta casi un mes de eventos donde se mezcla el discurso reivindicativo y crítico de las asociaciones con lo festivo y lúdico de las empresas (90). La manifestación es la guinda a todo ese pastel arcoiris.
Además, desde que se consiguió el matrimonio igualitario, la FELGBT (que incluye la B de bisexualidad desde 2007) ha empezado con años temáticos que cubren el resto de letras. La visibilidad lésbica, la educación afectivo-sexual, las personas trans, el VIH, la infancia y juventud de personas LGTB y los derechos del colectivo a nivel internacional son algunas de estas ramas.
El ámbito cultural con librerías como Berkana o las muestras internacionales de cine gai y lésbico son una parte fundamental, así como la incorporación de personas LGTB en la literatura y en los productos audiovisuales de forma correcta. Además de la lenta pero constante recuperación de la memoria histórica del colectivo (que sigue formando parte de la Historia nacional) (91).
¿El fin de la lucha del movimiento LGTB en España?
Puede parecer que el Orgullo no es necesario. Pero todavía al movimiento LGTB en España le falta mucho camino por recorrer.
En 2006 un hombre asesinó a dos jóvenes gays en Vigo. Fue absuelto por un jurado popular que valoró como real el «miedo insuperable a ser violado», y no entraría en prisión hasta meses después (92).
Actualmente las agresiones LGTBfobas han aumentado, se siguen permitiendo las terapias de conversión por parte de la Iglesia y «salir del armario» continúa siendo traumático para mucha gente (93).
En 2016 las personas LGBT consideraban las agresiones hacia su colectivo «algo normal» o gajes del oficio. Y no se puede olvidar que en 47 países la homosexualidad sigue siendo ilegal (94).
Por un feliz, crítico e inclusivo Orgullo.
¿Te has quedado con ganas de saber más sobre el movimiento LGTB en España?
Pásate por la Librería Berkana, en Chueca. Además de tener literatura de ficción y no ficción LGTB es uno de los lugares emblemáticos del movimiento LGTB en España.
También la recién abierta Mary Read, cerca de Atocha, organiza talleres y charlas en clave transfeminista.
No te pierdas Nosotrxs somos, una serie documental sobre el movimiento LGTB en España en colaboración con RTVE
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