Hoy en día es de sobra conocido que, entre el pintor Salvador Dalí y el poeta Federico García Lorca, existió algo más que una simple amistad. Ambos intelectuales, Dalí firme representante del surrealismo, Lorca uno de los mejores poetas y dramaturgos que ha dado este país. (1)
La pluma y el pincel: Lorca y Dalí
De Lorca conocemos su homosexualidad. Uno de los motivos por los que fue asesinado en su Granada natal por el Franquismo en 1936 y la causa de su naturaleza tímida. Al contrario que Dalí, un hombre extravagante y con excesivo amor propio. Además de su “teórica” heterosexualidad. En efecto, Lorca y Dalí eran la noche y el día. Sin embargo, esa característica, las diferencias entre ambos, propiciaron una fuerte amistad en el momento que se conocieron. “Por total antagonismo de ideas, de concepción artística, de personalidad” (2)
Dalí y Lorca se conocieron en 1923 en la Residencia de Estudiantes de Madrid. (3) En estos momentos, Miguel Primo de Rivera daba un golpe de Estado y se hacía con el poder. Primo de Rivera ensalzaba la patria eterna, católica y por su puesto masculina. Es decir, los homosexuales no podían mostrarse en público. Se enfrentaban a la cárcel como poco. Un impedimento más para la relación entre ambos artistas.
Siempre hay una primera vez
Salvador Dalí había estudiado en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. En 1922, contaba con 18 años una personalidad excéntrica y rara. La muerte de su madre Felipa Domenech, unos años antes, había marcado claramente la personalidad del adolescente, concienciado de conseguir la fama como pintor. Siempre fue un enamorado del Siglo de Oro español (ss. XVI-XVII), Diego de Velázquez y la escuela renacentista italiana. (4)
Lorca era seis años mayor que Dalí. En su infancia y adolescencia demostró un don innato para la música. Se convirtió así en un gran pianista. Su llegada a la Universidad de Granada marcaría el inicio de su amor por la literatura. Lorca ingresó en la institución para cursar Filosofía y Letras y Derecho. Federico era una persona muy inteligente y pronto comenzaría a escribir poesía sobre todo en prosa, sobre sus viajes de estudio por España. (5) En ellos ya se plasma el amargor y la angustia que le suponen los desamores, por aquella época todavía con mujeres. Federico se dio cuenta que el problema no lo tenían las mujeres a la que no podía satisfacer; simplemente su orientación sexual no era esa, la estipulada por la sociedad. Lorca era gay y por fin se había dado cuenta.
“¿Qué sabéis de Amor cuando cantáis/ Fuertes escenas que os figuráis,/ Alejados del mar de la vida…? (6)
Fuertes amistades
Lorca había llegado a Madrid unos meses antes que Dalí. Junto a Luis Buñuel y José “Pepín” Bello se hicieron inseparables desde el principio. La admiración que se tenían profesionalmente borraba las profundas diferencias entre los cuatro. Eran asiduos de las verbenas madrileñas y los bares del antiguo barrio de Chamberí, donde se encontraba la “Resi”. (7) Buñuel, Lorca y Dalí, solían visitar un bar de la zona donde una banda de jazz norteamericana amenizaba la estancia.
Será en estos momentos cuando Lorca estrecharía la relación con el pintor catalán. Dalí mostraba apenas interés en las mujeres, lo que no pasó por alto Federico. Se agarró entonces a aquel detalle y sus sentimientos por Dalí no se quedaron en una mera amistad, Federico quería algo más y lo iba a intentar. (8)
(Des)Amor en los felices años veinte
Los inseparables Lorca y Dalí comenzaron un coqueteo erótico. Este continuaba cuando se separaban por medio de cartas cargadas de trasfondo y donde la homosexualidad es el “quid” principal. Federico era mucho más consciente de lo que sentía. Dalí, siempre con sus extravagancias, se sentía cómodo en el papel del que se sabe amado. Pero nunca pasó de ese punto. Coqueteaba, flirteaba, pero no consumaba. Federico siempre lo respetó. (9)
Los textos epistolares que se escriben los artistas dejan entre ver que la relación era algo más que amistad.
“Tú eres borrasca cristiana y necesitas de mi paganismo (…) yo iré a buscarte para hacerte una cura de mar. Serás invierno y encenderemos lumbre”, le escribía Dalí a Lorca en 1928.
Y es que Dalí era extravagante en todos los sentidos, en el sexual también. Sus gustos sexuales eran un poco atípicos. Disfrutaba viendo a parejas practicar sexo. Dalí era un voyeur. Exigió a Federico que se acostara con Margarita Manso como paso previo a una relación entre los dos. El poeta granadino aceptó la oferta, sin embargo, Dalí nunca aceptaría pasar del erotismo y el coqueteo. Federico lo intentó siempre, incluso publicando en 1925 la «Oda a Salvador Dalí» en la Revista Occidente. (10)
Complicidad entre Lorca y Dalí
Mucho tiempo después, Dalí contaría en una entrevista con el historiador Max Aub que Federico había intentado estar con él físicamente en 1926 durante una de las estancias del poeta entre Cadaqués, Barcelona y Figueras. El pintor había comenzado el servicio militar y había invitado a pasar unos meses con él a Federico. Las fotos de esos días que hemos conservado revelan la complicidad de ambos. Era normal verlos cogidos de la mano, incluso en la playa con ropa de baño, abrazados y posando juntos. (11)
Lorca criticado…
Federico nunca se rindió e intentó conquistar a su buen amigo. Sin embargo, a partir de 1928, la relación de ambos va a sufrir un giro. Sería Luis Buñuel el principal motivo de distanciamiento entre los artistas y la crítica que hará Dalí del Romancero Gitano de Federico, una de sus mejores obras. (12)
Buñuel había leído la obra del granadino y no le había gustado. Buñuel y Dalí estaban fuertemente influenciados por el surrealismo, corriente artística a la que pertenecían. Esperaban que Lorca rompiera con el pasado como habían hecho ellos.
Así le exponía Dalí a Lorca su crítica
“Tu poesía está ligada de pies y manos a la poesía vieja. Tú, quizá creerás atrevidas ciertas imágenes, o encontrarás una dosis crecida de irracionalidad en tus cosas, pero yo puedo decirte que tu poesía se mueve dentro de la ilustración de los lugares comunes más estereotipados y más conformistas.”
Estas palabras no sentaron bien a Federico. La cosa no se quedó ahí. Buñuel estaba trabajando en dos obras cinematográficas, en las que participaría Dalí.
Lorca pasa al contrataque
Lorca criticó con fervor Un perro andaluz (1929), ya que se ofendió por el título. Se expresaba así: “Una mierdecita así de pequeñita y el perro andaluz soy yo”. La otra película en la que trabajaron Buñuel y Dalí fue La Edad de Oro (1930). (13)
En este momento la relación se enfrió. Salvador Dalí conocería a Gala, una inmigrante rusa con la que terminó casado. La bella mujer inspiraba al pintor para sus cuadros y se enamoró de ella. Gala, conocedora de lo que Federico sentía por su marido, siempre receló del poeta granadino. Cuentan que Lorca era tabú en la casa de los Dalí.
La injusta muerte de Federico
Federico García Lorca acabó asesinado en Granada. La madrugada del 18 de agosto de 1936 fue separado totalmente del que fue su gran amigo Salvador Dalí. (14)
No pudo ser nada más entre Lorca y Dalí
Lo que empezó siendo una gran amistad entre Lorca y Dalí no pudo pasar a más. Por más que Lorca intentara conquistar al pintor catalán gracias a su fina prosa. Es difícil entender el porqué no hubo nada más sexual en aquella relación. Uno analiza las cartas que se escribieron ambos artistas y las fotos existentes y puede pensar que eran una pareja. Sin embargo, no fue así.
Salvador Dalí disfrutaba del voyeurismo, no de las relaciones sexuales tradicionales, de las que disfrutaba Lorca.
El mismo Dalí reconoce que:
“Federico como todo el mundo sabe está muy enamorado de mí, y probó a darme por culo dos veces, pero como yo no soy maricón y me hacía un daño terrible, pues lo cancelé en seguida y se quedó en una cosa puramente platónica y en admiración”.
Férrea disciplina la de Dalí
El pintor catalán había recibido una educación severa de su padre y estaba aterrorizado con las ETS (enfermedades de transmisión sexual), lo que también provocaría su gusto por la masturbación. (15) Fue uno de los motivos por los que la relación no pasó a más. Para Dalí, Lorca era su fruta prohibida, su curiosidad…
La muerte del poeta granadino sentó como un tiro en Dalí. Desde entonces, Federico aparecería en los dibujos del raro pintor catalán. Indudablemente, Salvador se sentía culpable de la muerte de su gran amigo por no haber hecho algo más para que Lorca saliera del país. Dalí se encontraba trastornado, no quería ni comer. Sus enfermeras recuerdan como apenas se le entendía una frase: “Mi amigo Lorca”. (16)
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