A raíz del éxito de la nueva serie de Netflix, Sandman, ha vuelto al escenario la serie de cómics en los que está basada. En la obra homónima de Neil Gaiman, The Sandman, se nos presenta la historia de Sueño (Dream) o Morfeo, la personificación de los sueños. La saga, que ya era una de las más aclamadas, ha dado el salto a la pequeña pantalla y vuelve a ser tendencia. Pero, ¿conoces el origen de Sandman o el hombre de arena?
Si bien Gaiman mezcla varios seres mitológicos para crear a este personaje – entre otros conceptos metafísicos -, el hombre de arena tiene un origen un tanto peculiar.
Ha llegado el Arenero
Como ocurre con tantas otras leyendas, la historia del hombre de arena (también llamado el Arenero, The Sandman o Mr. Sandman) (1) surge para dar explicación a un determinado fenómeno. ¿Cuántas veces os habéis despertado con molestas legañas en los ojos? Bien, pues esa suerte de «arenisca» es producto de la acción del hombre de arena (2). Su misión es incitarnos al sueño, de ahí que tengamos la necesidad de frotarnos los ojos cuando empezamos a estar somnolientos (3). Gracias a que esparce su arena mágica, tenemos sueños.
Pero la figura de un ser que «vela» por nuestros sueños no es nueva. En la mitología griega tenemos a Hypnos, Morfeo y los Onirios (las mil personificaciones de los sueños) (4).
Si bien no se puede rastrear el origen exacto de la figura del Arenero, lo que sí está claro es que empezó a fraguarse en la cultura anglosajona y celta (5). Aunque luego veremos cómo aparece en cada una de sus leyendas, todas concuerdan en que es quien nos incita a dormir.
El hombre de arena exite para dar respuesta a la pregunta de por qué tenemos legañas en los ojos cuando despertamos (6)
El hecho de que use la «arena» se debe a que era común emplearla para limpiar las casas antiguamente (7), de la misma manera que algunos roedores y aves la usan para darse «baños de arena» y evitar parásitos (8).
«Lo esencial es invisible a los ojos»
Esta es una de las frases más famosas de «El Principito» (9), aunque bien podría serlo del hombre de arena.
Y es que, muchas veces, se le representa como una criatura ciega, incapaz de ver (o de dejarse ver) cuando alguien tiene los ojos abiertos (10). Es por ello por lo que solo puede contar sus historias -los sueños- cuando se está dormido. Y también es la razón por la que tiene una obsesión con cegar a sus víctimas (11).
Esto no es algo nuevo. A lo largo de varias mitologías hallamos diversos personajes parcial o completamente ciegos con poderes extraordinarios. Desde el vidente ciego griego Tiresias (12) hasta uno de los dioses nórdicos más conocidos: Odín. Este se arrancó un ojo en el pozo de Mihmir para adquirir todo el conocimiento existente (13). Y si nos centramos en el folklore inglés y escocés encontramos a Billy Blind (14), un espíritu hogareño recurrente en baladas y canciones que aparece por las noches para hacer diversas tareas.
El hombre de arena tiene muchas caras y diversas personalidades según de qué historia leas. Pero sí se puede distinguir dos claramente: la del ser bueno vinculado a los niños y otra que explora territorios más oscuros…
Dulces sueños con Mr. Sandman
Uno de los cuentistas más conocidos, Hans Christian Andersen, presentó en el siglo XIX a su particular hombre de arena: Ole Lukoje (15). Hay que aclarar que «Ole» es un nombre danés muy común y Lukoje significa «ojo de cerca» (16). En esta historia Ole Lukoje (Mr. Sandman) relata los sueños que tiene un niño a lo largo de una semana. Estos se producen gracias al uso de su técnica mágica de rociar un polvo especial en los ojos de los más pequeños.
Andersen lo describe como una figura masculina, que puede aparecer representada tanto como un infante como un adulto. Lo que no cambia es que viste un abrigo de seda que cambia de color según la luz (17) y, lo más importante, que lleva dos paraguas o sombrillas.
Uno de ellos es para los niños buenos, para otorgarles dulces sueños. El otro, para los traviesos. Aquí se abren dos vías: una por la que estos pequeños no recuerdan lo que han soñado y otra -algo más cruel- por la que les incita a tener pesadillas (18).
«Pero Ole-Luk-Oie no desea hacerles daño, porque le gustan mucho los niños y solo quiere que se callen para que él les cuente bonitas historias, y nunca se callan hasta que están en la cama y se duermen» (19)
The Sandman is coming
La primera mención al hombre de arena data del siglo XVIII (20). En los diccionarios de la época aparece la siguiente frase hecha: «The sandman is coming«. Y no, no tiene nada que ver con la frase parecida de Juego de Tronos «Winter is coming«, sino que es una forma metafórica de decir que te vence el sueño.
Después encontramos sus raíces nórdicas. El Ole Lukoje o Mr. Sandman es un personaje habitual en países como Noruega y Suecia (donde le llaman Jon Blund) (21), así como en los Países Bajos y Bélgica.
Algo que resulta llamativo es que aparece también en la ex colonia sudafricana holandesa, donde se le conoce como Klaas Vaak (22). ¡Tiene hasta su propia serie de TV y un musical!
Pese a lo que hemos visto, el hombre de arena no es siempre un ser bondadoso que cuida que los niños tengan sueños bonitos. Algunas décadas antes de esta versión más «dulce» de Andersen, E.T.A. Hoffman escribió Der Sandmann.
Mr. Sandman. ¿Felices pesadillas?
Hoffman (23) nos cuenta la historia de Nathaniel, un joven atormentado por la muerte de su padre. Nathaniel asegura que su padre fue asesinado por su socio, quien en verdad es un ser casi sobrenatural: el hombre de arena (24). En el relato ya no aparece la figura benévola, sino que el Arenero -un hombre de avanzada edad- arroja un puñado de su arena mágica a los niños que no quieren dormir.
Hasta aquí es más o menos normal. Figuras como el coco, o el hombre del saco son comunes para asustar a los críos que se portan mal (25). Pero la cosa no acaba aquí. Algunos días después, los ojos atacados por este polvo se caerán, dejando ciego al niño castigado (26). Así, las legañas son los restos de esos granos que tratan de derretir al ojo. Para más inri, el hombre de arena recolecta esos ojos, a su vez, para alimentar a sus propios hijos; que moran en la luna (27). No es de extrañar que este relato traumatizara al protagonista de Hoffman.
Lo siniestro y lo sublime del hombre de Arena
La historia de Hoffmann sirvió a Freud -sí, el padre del psicoanálisis- para su ensayo «Lo siniestro», donde hablaba del horror psicológico y de esos personajes que se usan para dar miedo a los niños (28).
En las leyendas de Suecia y Noruega ya se presenta esa dualidad del hombre de Arena: un ser siniestro y benévolo a la par (29). Un ente que puede otorgar dulces sueños y también usar su ataque de arena contra los incrédulos mientras duermen (sí, como un Pokemon).
La fascinación por el hombre de Arena ha hecho que esté presente no solo en la literatura, sino también en la música y en la pequeña y gran pantalla. A caballo entre la versión edulcorada o «Disney» de Andersen (30) y el horripilante de Hoffman está la propuesta de Neil Gaiman. Resulta curioso cómo, pese a que la obra con la que se relaciona este artículo tenga como protagonista a Morfeo (31). Esto no es baladí, dado que Morfeo es una de las representaciones de los Onirios en la mitología griega y el dador de sueños, al igual que el hombre de Arena. Dos figuras fusionadas en una sola.
Enter Mr. Sandman
Sin lugar a dudas la música se ha vestido con el polvo mágico del hombre de Arena. En 1991 el popular grupo Metallica sacó «Enter Sandman» («viene/entra el hombre de Arena).
Más cercano en su visión a la de E.T.A. Hoffmann por sus tintes oscuros, la canción de Metallica ha sido versionada también por Ghost.
También muy conocida -y anterior por varias décadas- es la canción de Pat Ballard, «Mr. Sandman». Aunque cuando verdaderamente despegó fue cuando la cantaron The Chordettes and The Four Aces en 1954.
El coro de voces, aunque más «alegre» que la canción de Metallica, también esconde un mensaje de soledad y desesperado (32).
Lo que queda claro es que el hombre de Arena ha venido para quedarse… y hacerse con nuestros sueños…
¿Te has quedado con ganas de más?
Puedes empaparte de todo el universo de The Sandman de Gaiman con el primer volumen del cómic editado en 1989. ¡Así que tienes para rato!
Si eres más de series, no te la pierdas en Netflix. ¡Ya está confirmada la nueva temporada!
Y ahora cada vez que escuches los Tik Toks o reels con la canción de Mr. Sandman… recuerda porqué te frotas los ojos cada noche.
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