A lo largo de sus casi dos mil años de historia, la Iglesia se nos ha mostrado de muchas y muy variadas formas. Se nos ha presentado como representante de la única y verdadera religión salvadora y redentora de todos nuestros pecados. También como recaudadores de impuestos para ganarnos el cielo. O como principal sustento del Antiguo Régimen. Hoy nos vamos a centrar en su faceta más revolucionaria. Se trata de su cara más beligerante y, posiblemente, de la situación más odiada por las grandes élites eclesiásticas: la Teología de la liberación (1).
El socialismo llegó a los católicos: la Teología de la liberación
¿La qué…? La Teología de la liberación. O dicho en cristiano (y nunca mejor dicho), acercar la Iglesia a los pobres y ser parte de ellos. Esta doctrina surge entre los miembros más bajos en el escalafón de la Iglesia católica. Ocurre a mediados del siglo pasado, como forma de protesta contra el alejamiento que había tenido ésta frente a su verdadero público. Se habían olvidado de los más pobres y los más necesitados.
Así es como nacen los que serán conocidos en España como “Curas Rojos” y en América Latina como “Curas Guerrilleros”. Aquí viene el momento culmen de todo… Fue la alta jerarquía eclesiástica la que les acusó de ser unos marxistas (2); además de tergiversar la palabra de Jesús y, por ende, de Dios. Para la Iglesia católica, los pobres de los que hablaba Cristo no eran los mismos de los que hablaban esos curas rebeldes. ¡Manda bemoles!
Poco a poco, este pensamiento fue escalando dentro de la Iglesia. Finalmente alcanzó a altos miembros, como obispos o cardenales (3).
Los curas se levantan en armas
No, no habéis leído mal el título. Ya podéis quitar vuestra cara de asombro y continuar leyendo. En las décadas de los 70 y 80, miembros activos de la Iglesia deciden tomar las armas (4). Pretendían demostrarle al mundo entero que estaban dispuestos a hacer todo por los pobres. Sin embargo, no se tiene que entender esto como si fuera algo habitual. Si ya es raro que alguien se enrole en una guerrilla, lo es más aun que un cura decida ir a pegar tiros por sus fieles pobres. Lo curioso de esta situación es que no fueron ni uno ni dos los curas, frailes y monjas que fueron a luchar, literalmente, por sus feligreses.
El Papa te puede regañar como tu padre
Dentro del movimiento guerrillero juega un papel fundamental Ernesto Cardenal (5). Este sacerdote nicaragüense se vinculó en su país al Movimiento sandinista (6). Durante una visita del papa Juan Pablo II éste increpó, delante de todas las cámaras en pleno aeropuerto, a Cardenal por su participación en movimientos subversivos y apóstatas contrarios a la doctrina de la Iglesia. La imagen del cura guerrillero arrodillado delante del Papa dio la vuelta al mundo.
Aun estamos aquí
Pese a que los movimientos armados han ido decayendo poco a poco en América, esta teología no ha desaparecido, si no todo lo contrario: ha echado raíces y se ha ido introduciendo poco a poco dentro del ADN iberoamericano.
Quizás han abandonado las armas y han dejado de pegar tiros y bombazos, pero sus ideales aun están presentes y muy vivos.