Por todos son conocidas las maravillosas obras de Goya: «La Maja Desnuda», «La Duquesa de Alba»…pero, ¿qué hay detrás de cuadros como «Saturno devorando a sus hijos» o «El Aquelarre»?
Durante toda la Edad Moderna y gran parte de la Edad Contemporánea, en España y por extensión, en Europa, hay presencia de brujería. Una creencia activa cada día, sobre cada gesto y acto en la vida, (como con la mítica Ouija)
Creencias inventadas por los romanos. ¡Cómo no!
Como muchas cosas de nuestra vida tienen un origen histórico y la brujería y creencias no iban a ser menos. Eso si, ha ido evolucionando dependiendo del lugar y también, del tiempo. Quedó muy presente sobretodo en el ámbito rural. Este mundo de espectros, ánimas y hadas que viven en bosques, corresponde con un método utilizado por el mundo cristiano y deriva del mundo clásico, los griegos y los romanos tenían mucha imaginación a la hora de inventar seres poderosos.
Todos estos espíritus animistas se hacen realidad y aparecen a su voluntad, siendo denominados como Benandanti: espíritus nocturnos que controlan la naturaleza. ¡Imagínate que gracia encontrarlos!
Paulatinamente estas creencias van cambiando de significado, se satanizan. Se convierten en demonios, brujos y brujas de la tradición clásica:la celebración de los Aquelarres
Según el historiador italiano Carlo Ginzburg , son espíritus que se encargan de mejorar las relaciones entre las personas y la naturaleza, espíritus protectores de las comunidades y se ocupan de poner en marcha los procesos naturales que anuncian el final de las comunidades agrarias.
Mujer Bruja – Las brujas de Goya
Ya no se muestran estos seres animados como protección nocturna en las realidades rurales, sino que cometen atrocidades (como sacrificios de niños… ese tipo de cosas que dan mucho miedo en las pelis), apoyadas en relatos y acusaciones del Tribunal de la Inquisición, porque ya saben el dicho, con la Iglesia hemos topado.
Se ha extendido la teoría de que es una idea creada por los más estudiosos y poderosos de la época (que en ese momento, eran muy poquitos) para poder explicar todo aquello que no podían «demostrar» mediante la ciencia, que en la época de la Ilustración, estaba muy de moda. Eso sí, son dejar de tener presente a los romanos, los que verdaderamente montaron todo el lío.
Esta «plantilla» de brujas, demonios y aquelarres será perfectamente retratado por uno de los autores más importantes de la Historia de la pintura española, Goya. Gracias a la evolución de su técnica, que paulatinamente se acerca al impresionismo (3), consigue recrear un aura perfecta para “la celebración de los Aquelarres”. Estas pequeñas reuniones de amigas servían ara ofrecer sus servicios al diablo y, además, a sus pequeños bebés (un «babyshower» pero con invitados especiales).
Cabe destacar que la concepción de las mujeres como brujas muchas veces estaba unido al hecho de que sabían leer o escribir o, por otro lado, presentaban algunos «rasgos» poco comunes en la época como un pensamiento crítico. Es por ello que, automáticamente, eran condenadas.
El círculo de los Ilustrados
Estos cuadros, en realidad, son una dura crítica por parte de intelectuales como Francisco de Goya o Leandro Fernández de Moratín (el escritor de El sí de las niñas, típico libro que te mandaban leer en el instituto), que participaban en las tertulias de los Duques de Osuna en su palacio de “El Capricho”, que sólo viendo el jardín que queda ahora, podemos hacernos una idea de como era su «casita». Este matrimonio fue el que encargó estos cuadros al pintor mañico.
Si nos centramos más en la obra, Tal y como advirtió en su momento el historiador Baudelaire, en la obra de Goya
“ES DIFÍCIL PRECISAR EL PUNTO EN EL QUE LA REALIDAD Y LA FANTASÍA SE CONFUNDEN”(4).
Los personajes de la última etapa de Goya no se encuentran acompañados del desagradable séquito de viejas y cabras, puesto que ya no considera el mal como algo ajeno, venido del exterior, si no que amenaza sus protagonistas.
Akelarres y más akelarres
Entre ellos, el pintor da cuenta del contexto social de esta época y estos pensamientos, tanto en El Aquelarre del Museo Nacional del Prado, donde se representa el rol de la mujer en su aspectos más feo y «poco atractivo» como en La Romería de San Isidro, que muestra las distintas clases sociales. (Lo que nos gusta a los madrileños la pradera, San Isidro y su fiesta), reunidas en esta romería nocturna, donde hace una clara referencia a la amenaza que suponía la Inquisición y eso que se libraron de ella en 1812, con la famosa constitución de «La Pepa«(5).
En esta última etapa de su vida, recluido en «La Quinta del Sordo», su estilo deformará la imagen potenciando los «efectos»: dibujo pobre, color a base de manchas, juegos de luces, texturas, materia… Sus grabados serán negros, destacará porque será a través de este negro como expresará «la luz» de la Ilustración, una época no tan buena según las pinturas de Goya. Esto viene derivado a su salud deteriorada y su confinamiento en su finca, cada vez más alejado del mundo real y conectando con otros mundos de fantasías extrañas.
Visiones religiosas ¿Y por qué no?
La mayoría de los estudiosos de la obra de Goya afirman que en esta temática de brujas y demonios se puede interpretar en tres direcciones: interpretando lo popular, como una muestra de las creencias del pueblo llano; comenzando con las nuevas técnicas impresionistas y , por último, descubriendo gustos estéticos en lo feo y horrible.
Lo que se pretende mostrar en este articulo, por lo tanto, es el imaginario supersticioso y terrorífico que había en la España del siglo XIX, a través de uno de los pintores que mostró este género con una tremenda técnica con obras seleccionadas de dos épocas diferentes del propio genio aragonés.
Estos extraños seres se relacionan con las inquietudes de Goya. Los espíritus se hacen «uno» en el propio individuo, siendo por tanto el origen del Romanticismo (6). Es por ello que todos estos seres, al final, forman parte del mundo cotidiano, de sus gentes, costumbres y culturas. A día de hoy, podemos ver algunos ejemplos con los gatos negros, espejos rotos…
En definitiva, la obra de Goya ha sido tremendamente estudiada, pero con este artículo, se puede plantear una perspectiva totalmente nueva. La brujería y la superstición, a lo largo de la historia, ha sido un tema tabú, pero que el pinto maño en su ingenio, supo verlo como una tema a criticar por el y sus «amigotes ilustrados». Queda mucho por investigar sobre este tema…
Khronos la Historia, como nunca te la enseñaron. Echa un vistazo a nuestra nueva web: Revista de artículos online de Historia.