Babilonia después de Alejandro Magno: la ciudad del Éufrates bajo el Imperio Seléucida

Babilonia es la ciudad más reconocida y esplendorosa de las civilizaciones mesopotámicas. Además, es una de las más relevantes de la Antigüedad. Durante su bimilenaria historia, la ciudad del Éufrates fue cuna de imperios e importantes avances científicos y culturales (1). La caída del Imperio Neobabilónico (2) en manos persas (539 a.C.) no supuso el final de la historia de los babilonios. Sino que éstos encontraron una nueva era de esplendor bajo el gobierno de Alejandro Magno y la dinastía Seléucida siendo, junto al caso egipcio (3), uno de los principales ejemplos de intercambio, transformación y choque cultural del periodo helenístico. Por esta razón, centraremos el presente artículo a exponer la historia y características de Babilonia bajo el Imperio Seléucida.

Puerta de Isthar Babilonia
La Puerta de Isthar es en nuestros días una de las edificaciones más representativas de Babilonia. A día de hoy, se puede visitar en el Museo de Pérgamo de Berlín. Autor de la imagen desconocido.

Babilonia bajo el Imperio Seléucida (312-127 a.C.)

Tras sus campañas en Oriente, Alejandro Magno había decidido convertir Babilonia en el nuevo centro de su imperio. Sin embargo, su repentina muerte y el caos desatado por las Guerras de los Diádocos (4) (323-280 a.C.) pusieron fin a las aspiraciones de la ciudad a convertirse nuevamente en el centro de un gran imperio. Durante las guerras por el legado alejandrino, Babilonia cambió de manos en numerosas ocasiones. Hasta que el Diádoco Seleuco I “El Vencedor” (5) logró hacerse con el control definitivo de la ciudad y la región, en la Guerra de Babilonia (310-306 a.C.) (6).

Seleuco I Nicatore
Seleuco I. Fuente.

Seleuco ya había sido sátrapa (7) de Babilonia tras el reparto de Triparadisos (321 a.C.). Pero no fue hasta su victoria en esta guerra que se consideró iniciada la era seléucida. La Babilonia post alejandrina se convirtió en un centro de poder político de primer nivel. Aunque su capitalidad fue efímera una vez Seleuco se lanzó a la conquista de más territorios y a la fundación de nuevas ciudades, política que acabó trasladando la sede del poder a Siria.

La Babilonia seléucida

Con un Reino Seléucida consolidado, Babilonia pasó a ejercer un papel simbólico del poder real en Asia Central. La capitalidad se había trasladado al Mediterráneo (8), pero Babilonia se convirtió en la sede del heredero y en su centro de formación (9), hasta el fin de la dinastía en Mesopotamia.

Durante el siglo III a.C., la ciudad recobró su esplendor cultural. Aunque a la sombra de la incipiente Seleucia del Tigris, durante un periodo de paz que duró hasta la campaña de castigo de Ptolomeo III Evergetes (246/245 a.C.) (10) y las rebeliones de los sátrapas Molón y Alejandro (221-220 a.C.)(11).

Imperio Seléucida tras la batalla de Ipsos (301 a.C.)
El Imperio Seléucida tras la batalla de Ipsos (301 a.C.). Fuente: Historiae.

Los reinados de Antíoco III el Grande (223-187 a.C.), Seleuco IV (187-175 a.C.) y Antíoco IV (175-163 a.C.) (12) devolvieron la estabilidad a la región hasta la expansión arsácida del siglo II a.C. (13). La conflictividad dinástica provocada por la derrota ante Roma en el 189 a.C. (14) motivó la inestabilidad interna del reino (15), una realidad que fue aprovechada por los partos (16) para consolidar su independencia y expandir sus propios dominios. Durante el resto del siglo II a.C. griegos y partos pugnaron por el control de Babilonia hasta que en el año 127 a.C. los seléucidas fueron derrotados y los partos ocuparon definitivamente la ciudad en el 120 a.C. (17).

La sociedad en la Babilonia seléucida

Dentro del contexto de la Mesopotamia helenística, el caso de la Babilonia seléucida es el mejor documentado para construir un relato sobre las relaciones entre griegos y no griegos. Como ya se ha mencionado anteriormente, Babilonia había perdido su imperio dos siglos antes de la entrada de Alejandro Magno en la ciudad del ascenso del Seleuco I al poder. No obstante, la sociedad babilónica no se disgregó con su imperio. Sino que continuó funcionando bajo la guía de los sumos sacerdotes de los templos, los satammu, personalidades que a partir de este momento ejercerían de interlocutores entre la sociedad babilónica y la dinastía reinante (18).

Tetatracma de plata seléucida del año 280 a.C.
Tetatracma de plata seléucida del año 280 a.C. donde aparecen un toro (Anverso) y un elefante (Reverso) junto al epígrafe griego “Rey Seleuco”. Fuente: Numismatics.

Pese a que los Seléucidas se apoyaron insistentemente en las élites locales, también motivaron la emigración de población greco-macedonia a sus dominios. La ocupación de este nuevo grupo población se dirigió, por un lado, a enclaves de nueva fundación y, por otro, a ciudades nativas (19).

Una polis en la Babilonia seleúcida del siglo II a.C.

Durante buena parte del periodo seléucida Babilonia se mantuvo intacta, con la excepción de la presencia de una guarnición militar (20). Sin embargo, la situación cambió drásticamente durante el reinado de Antíoco IV Epífanes (175-163 a. C.). Este asentó una comunidad griega en la ciudad y les otorgó el rango de polis. Es decir, un grupo de ciudadanos autónomos del poder babilonio y de la monarquía (21).

Poco se sabe sobre las relaciones entre griegos y babilonios en este momento. Tanto es así, que la fundación de una polis en Babilonia está en duda, pues la crónica (22) que narra el establecimiento de colonos griegos está muy fragmentada. Aun así, sí que se han registrado algunas tensiones entre griegos y babilonios debido, por un lado, al miedo de los segundos a perder sus tierras en favor de los primeros y, por otro, a la inestabilidad política de los Seléucidas y la expansión parta en el siglo II a.C. No obstante, los conflictos no evitaron que se desarrollasen expresiones culturales mixtas, como la producción de figurillas de terracota con elementos de ambas culturas (23).

El gobierno de la Babilonia seléucida

Durante este periodo se han identificado tres entidades administrativas independientes en la  Babilonia seléucida. Por un lado, el gobierno babilonio de la ciudad, encabezado por el satammu del Templo de Esagil (24). Por otro, el epistatés (25) griego, que lideraba la comunidad helénica de la ciudad. Y, por último, los agentes reales, que se encargaban de regular la autonomía de las dos primeras y que estaban a cargo del gobernador de la ciudad.

Cada uno de estos grupos tenía sus propias instituciones propias como, por ejemplo, la justicia. Aunque en el caso babilonio éstas son más conocidas que su contraparte griega. De igual manera, dentro de las dos comunidades existían representantes del rey que, en colaboración con los demás agentes reales, intervenían en la política de la ciudad y regulaban la autonomía de la misma.

Finalmente, la sociedad babilónica se completaba con dos grupos sociales más: los laoi o campesinos y los esclavos de los templos que, a diferencia de los tres grupos mencionados anteriormente, carecían de participación política y administración propia.

¿A quién no le va a gustar una Babilonia seléucida?

La Babilonia seléucida fue una Babilonia privada de su poderío militar pero revitalizada a nivel cultural por sus nuevos señores greco-macedonios. La fragmentación de las fuentes no impide atisbar el dinamismo de la sociedad babilónica en convivencia con la hegemonía helénica y las demás culturas del Próximo Oriente, dando como resultado una nueva era de esplendor cultural que, si bien no devolvió a Babilonia a su status de capital imperial, sí que permitió a la ciudad volver a ser un centro de referencia del mundo antiguo en los tiempos de la hegemonía del mundo griego en Oriente. Pese a su revitalización cultural, la dispersión de su población y la fundación de nuevas capitales en el Tigris motivará la definitiva desaparición de la ciudad en el siglo I d.C.



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Referencias y bibliografía

Referencias

(1) Durante toda su historia, la ciudad del Éufrates no solo se convirtió en el principal centro cultural de Mesopotamia, sino que también destacó en el desarrollo de las matemáticas, la astronomía, la agricultura o la arquitectura. Quizás esta sea la faceta más conocida de Babilonia, más allá de los comentarios bíblicos, gracias a la fama de sus Jardines Colgantes. Además, en Babilonia se producían gran cantidad de textos científicos en varios soportes e idiomas como en la época que nos incumbe, que se producía en griego y en arameo, Beaulieu, 2018, pp. 1-3 y 264.

(2) Durante la segunda mitad del primer milenio a.C. Babilonia estuvo sometida al Imperio Neoasirio, que acabó colapsando tras la rebelión y alianza de los babilonios y los medos en el año 612 a.C. Babilonia sustituyó el poder asirio en el Próximo Oriente, pero su nuevo imperio pronto caería ante el ascenso del imperio de Ciro el Grande de Persia. Beaulieu,  2018, pp. 243-246.

(3) En Egipto los griegos encontraron un sistema estatal y una sociedad tremendamente más compleja de lo que habían conocido en la Hélade. Para mantener el control del territorio, Alejandro Magno y sus sucesores Lágidas adoptaron el sistema de gobierno egipcio y sus costumbres en combinación con la tradición griega. Grimal,  2002, pp. 188-220.

(4) Las Guerras de los Diádocos fueron una serie de conflictos entre las ramas de la familia de Alejandro Magno y los generales de su ejército por el control de un imperio que se extendía desde Europa y Egipto hasta la antigua India. Grimal,  2002, pp. 21-59.

(5) Strootman, 2012, pp. 1-2.

(6) Van der Spek, 2020a, Rev.iv.14-Ledt edge. 2.

(7) El reparto de Triparadisos fue una reorganización administrativa del imperio alejandrino tras el fin de la Primera Guerra de los Diádocos (323-320 a.C.). Grimal,  2002, pp. 38-39.

(8) Tras la batalla de Ipsos del 301 a. C. Seleuco I incorporó a sus dominios Siria, Cilicia y parte de Asia Menor. Con el objetivo de tener una comunicación más directa con el mundo griego y una salida al mar Mediterráneo, el rey seléucida trasladó la capital a la tetrapolis de Siria, cuatro ciudades de nueva fundación que harían de centros de poder para la monarquía, siendo Antioquía del Orontes la capital política. Grimal, 2002, pp. 50; Strootman, 2012, p. 2.

(9) La mayoría de los futuros reyes seléucidas aparecen nombrados en Babilonia antes de ceñirse la diadema regia. Un caso paradigmático fue el de Antíoco I (292-261 a.C.) quién fue educado en Babilonia por Berosos, un académico babilonio perteneciente al Templo de Esagil. Al futuro rey su mentor le dedicó la Babiloniaka, una obra que recogía la historia de Babilonia en lengua griega del que desgraciadamente no nos han llegado más que menciones de otros autores.

(10) Van der Spek, 2020b, L. 2-15.

(11) Polibio, V, 40-48.

(12) Kosmin, 2013, pp.61-79.

(13) Beaulieu, 2018, pp. 265-266.

(14) White, 2020, 7, 31-35.

(15) El reino seléucida siempre estuvo acosado por las luchas dinásticas, algo que empeoró aún más con el intervencionismo romano.

(16) Originalmente conocidos como parnii, los partos fueron un pueblo iranio de la estepa que se asentó en la satrapía de Partia, de la cuál adoptaron el nombre, y desde donde cuestionaron la soberanía seléucida en el siglo III a.C. y acabaron conquistando parte de su imperio en el siglo II a.C. Beaulieu, 2018, pp. 265-266.

(17) Beaulieu, 2018, pp. 266-267.

(18) Igual que su contraparte egipcia, los seléucidas asumieron las costumbres y tradiciones de los pueblos de Asia, especialmente los de Babilonia. Clancier, 2014, pp. 181-182; Zilberg, 2020, p. 21.

(19) La mayor parte de las nuevas fundaciones greco-macedonias tuvieron lugar en espacios con poca densidad urbana, por lo que los nuevos asentamientos se establecieron en los cauces altos del Éufrates, el alto y medio Tigris, Asiria y el valle de Diyala. Respecto al mundo babilónico, el entramado urbano seguía gozando de un importante vigor apesar de la política aqueménida de dispersión de la población. En consencuencia,  los nuevos colonos se asentaron en los espacios urbanos ya existentes.

(20) Esta guarnición militar estaba compuesta por soldados greco-macedonios y bajo el mando de un comandante macedonio desde tiempos de Alejandro Magno, Arriano. XVI; White, 1993, p. 20.

(21) Boiy, 2004, pp. 205-219.

(22) Van der Spek, 2020c, L. 1-14.

(23) Langin-Hooper, 2012, p. 458.

(24) El Templo de Esagil era el lugar de culto de la principal deidad de los babilonios, Marduk, a quién los griegos asimilaron con Zeus. El líder de los templos babilonios era esta figura llamada Una personalidad presente en la mayoría de ciudades de Babilonia, aunque el de la ciudad homónima era quién más relevancia tenía.

(25) El epistatés era presuntamente el gobernador griego de la ciudad de Babilonia. Su figura aparece mencionada en la crónica babilónica de Antíoco IV ,Van der Spek. 2020a. L. 8. El mal estado de la crónica hace que a día de hoy la comunidad científica siga discutiendo sobre la naturaleza de la comunidad griega que Antíoco IV asentó en Babilonia.


Bibliografía

  • White, H., 2020, «Appian, Syrian War, 7», 31-35, Livius, 8 de septiembre de 2020. [En línea] Disponible en https://www.livius.org/sources/content/appian/appian-the-syrian-wars/appian-the-syrian-wars-7/(8 de marzo de 2022).
  • Arriano, L. F., 2013, Anábasis de Alejandro Magno, Traducción de Alura Gonz.
  • Beaulieu, P. A., 2018, A History of Babylon (2200 BC-75 AD), Wiley Blacwell, Medford.
  • Boiy, T., 2004, Late Achaemenid and Hellenistic Babylon, Leuen-Paris-Dupley.
  • Clancier, Ph, Monerie, J., 2014, “Les sanctuaries babyloniens à l’ èpoque hellénistique. Évolution d’ un relais de pouvoir”, Orient-Occident, vol. 19, nº 1, pp. 181-237.
  • Grimal, P., 2002, El helenismo y el auge de Roma, Editorial Siglo Veintiuno, Madrid.
  • Kosmin, P. J., 2013, “Rethinking the Hellenistic Gulf: The new Greek inscription from Barhain”, Journal of Hellenistic Studies, nº 133, pp. 61-79.
  • Langin-Hooper, S. M., 2012, Terracota figurines and social identities in Hellenistic Babilonia, University of California Press, Berkeley.
  • Polibio de Megalópolis, 2008, Historia de Roma (I-VI), Alianza Editorial,  Madrid, Traducción de José Mª Candau Morón.
  • Strootman, R., 2012, «Seleucus», Enciclopaedia Iranica, 16 de abril de 2015. [En línea] Disponible en https://iranicaonline.org/articles/seleucus-kings (8 de marzo de 2022).
  • Van der Spek, B., 2020a, «Diadochi Chronicle (BCHP 3)», Livius, 20 de octubre 2020. [En línea] Disponible en https://www.livius.org/sources/content/mesopotamian-chronicles-content/bchp-3-diadochi-chronicle/ (8 de marzo de 2022).
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  • White, S. y Kuhrt, A., 1993, From Samarcand to Sardis: A new aproach to the Seleukid Empire, Universitiy of California Press, Los Ángeles.
  • Zilberg, P., Hunger, H., Sindall, H., Strong L. R. y Horowitz, W., 2020, “A Babylonian Astronomical Diary in the Abbey Museum, Caboolture, Queensland”, Burried History, vol. 56, pp. 17-23.

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José Ricardo Núñez Pérez
Graduado en Historia por la Universitat de València con una estancia Erasmus en la Università della Sapienza di Roma. Máster en Historia y Ciencias de la Antigüedad por las universidades Autónoma y Complutense de Madrid. Máster en Formación del Profesorado de Secundaria con especialidad en Geografía e Historia por la UNIR. Fundador y administrador del proyecto de divulgación 'Helenismo y Roma' en Instagram, YouTube y Facebook.