El campo de concentración nazi para el arte moderno. La Entartete Kunst

Todo el mundo conoce la manía nazi por la limpieza étnica. Aunque quizá no todos sepan que no solo fueron encerradas y eliminadas millones de personas por cuestiones de «pureza aria». También ocurrió lo mismo con las obras de arte que no encajaban con las ideas nazis. Sus gustos artísticos eran muy clásicos (no es que fueran con náuticos) y les gustaban las formas artísticas grecorromanas. Así que se entretuvieron en hacer una exposición, la Entartete Kunst(1) («arte degenerado») con los cuadros que no estuvieran «bien pintados» o que, por ejemplo, miraran con un ojo para cada lado, como los cubistas.

Cartel Entartete Kunst
Cartel de la exposición. Fuente

Obviamente, tampoco les gustaban las obras de los judíos ni de los comunistas (independientemente de que fueran «arte moderno» o no). Por ello, las que encontraban las requisaban, las enseñaban como ejemplo de obra basura y las destruían. Además, como a algún director de un museo se le ocurriese pagar por una obra «degenerada», se le caía el pelo…

La lista negra

Situándonos en contexto, la Cámara de Cultura del Reich, se encargó de perseguir a todos aquellos artistas cuyas obras consideraban como arte invalido, degenerado o, directamente, basura. Como ya hemos mencionado, solían ser artistas vanguardistas, o judíos, o comunistas; por ello su obra no era válida. Para perseguir este tipo de arte, se establecieron pautas para evitar la propagación de estas obras.

  1. Obra hecha por un judío, bolchevique o algún artista cosmopolita, primero se enseñaba y luego… ¡A la hoguera! Cualquiera diría que para ser artista en la Alemania nazi lo mejor era ser de pueblo…
  2. Los museos que compren esa basura de arte no alemán… ¡Golpe de remo! 
  3. Todos los artistas con conexiones marxistas o bolcheviques no se mencionarán jamás. No vaya a ser que ocurra como con Voldemort. 
  4. Nada de hacer edificios con «forma de caja». Bauhauss = nein, nein, nein.
  5. Las esculturas públicas que no gusten al público alemán serán retiradas inmediatamente; sobre todo la obra de Barlach y Wilhelm Lehmbruck (2). ¡Eso si que es golpe de remo!

En el 37, los alemanes decidieron preparar dos grandes exposiciones. La primera llamada Gran Exposición de Arte Alemán, con este nombre queda claro que era la «buena», donde encontramos el arte aprobado por Hitler, en el que buscaban los valores de la pureza, aspectos heroicos y tradicionales. Y otra, objeto de nuestro artículo, conocida como Entartete Kunst o “arte degenerado”. A modo de contraposición entre lo bueno y lo malo, según el régimen nazi.

La expo de las obras repudiadas; la Entartete Kunst

Fue concebida como una exposición itinerante que visitó una docena de ciudades, tanto alemanas como austriacas. Consiguió con ello mostrar a todo el público ese arte “no-valido” para el Reich (3).

Goebbels exposición Entartete_Kunst
Goebbels en la inauguración. A la izquierda obras de Emil Nolde. Fuente

La exposición de la Entartete Kunst se componía de los cuadros de diferentes artistas que fueron tachados de degenerados por los nazis, todo por no pintar los típicos cuadros de paisajes o desnudos realistas. Los nazis argumentaron que estas obras eran de judíos y bolcheviques y que no eran aceptables para el régimen. Sin embargo, solamente 6 de más de cien artistas que componían la muestra eran judíos.

La exposición estaba planteada para concienciar al pueblo de que este arte moderno era una conspiración contra de los alemanes. Se dividieron las obras en grupos, totalmente despectivos, para agruparlas según el nulo criterio nazi. Por ejemplo, un grupo era el de «La descripción del mundo como un inmenso prostíbulo poblado por la humanidad formada solo por prostitutas y proxenetas», más claro agua.

El montaje estaba absolutamente cuidado, pero no para bien, sino para provocar la burla hacía los autores y sus obras, transmitiendo la sensación de que era un arte malévolo, sucio e impuro. Imagínense que visita un museo y nada más llegar ve las obras dispuestas de forma tan caótica, que si tienes TICs te da un ataque… Y ademas, alrededor de todo el desorden una pintada donde dice: «La naturaleza vista por las mentes enfermas». Y para acabar se acerca a la obra y se encuentran a un actor riéndose y criticandola… Más que en una exposición, pensaría que está ante una performance surrealista ¿no?

Los nazis ganan la partida ¿O la pierden?

Sin duda, los nazis son de sobra conocidos por su cuidado en cuanto a la imagen propagandística. No dudaron en poner en práctica sus conocimientos, ya que lograron su fin. Consiguieron con la exposición dar mala imagen al arte moderno para imponer los estilos más tradicionales. Quizás esta «caza de brujas» contra el arte moderno fue una especie de venganza personal de Hitler… Quizá fue esta tendencia la que truncó su carrera como pintor, cuando, como sabemos, se le impidió estudiar en la Academia de Bellas Artes de Viena(4), dos veces.

Entartete Kunst
Un hombre visitando la exposición. Fuente

El éxito de la muestra fue rotundo, siendo una de las exposiciones más visitadas, con gente de todo el mundo. Acudieron unos tres millones de visitantes. Además de la exposición, Entartete Kunst (5), confiscó y destruyó miles de obras con el fin de impedir su exhibición.

¿Fue bueno  o malo para los artistas? Realmente varios artistas sufrieron rechazo a raíz de la exposición(6), pero fue algo muy breve y en círculos muy concretos. Sin embargo, la muestra reforzó la imagen de muchos artistas y sus obras ganaron gran valor, sobre todo en los sectores opuestos al nazismo. Por otro lado, en su mayoría, las obras expuestas no se conservan, ya que fueron destruidas o han desaparecido.


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Referencias y bibliografía

Referencias

(1) La muestra “Entartete Kunst” se inauguró el 19 de julio de 1937 por Joseph Goebbels, mientras que la Casa del Arte alemán se inauguró un día antes, el 18 de julio, por Hitler.

(2) Barlach fue un escultor alemán conocido por su posicionamiento en contra de la guerra, tras su participación en la Primera Guerra Mundial. Sus esculturas antibelicistas le causaron graves problemas ya que fueron consideradas «arte degenerado» y fueron confiscadas en su mayoría. En el caso de Wilhelm Lehmbruck fue tachado de artista degenerado después de muerto, por sus obras donde representaba la miseria producida por la guerra a través de personajes de rostros anónimos y bajo un estilo expresionista.

(3) Ziegler, presidente de la Cámara de Cultura del Reich y organizador de la exposición de la Entartete Kunst, dijo la siguiente frase como descripción de la exposición: “Lo que están viendo son los productos enfermos de la locura, la impertinencia y la falta de talento. Necesitaría varios trenes de carga para limpiar nuestras galerías de esta basura”.

(4) Es de sobra conocida la faceta de Hitler como pintor. Su carrera se truncó al ser rechazado dos veces en la Academia de Bellas Artes de Viena (en 1907 y 1908). Esta comenzaba a apostar por corrientes artísticas más modernas y, por tanto, rechazó la obra de Hitler debido a su toque más clásico. Quizás esto propiciara su venganza contra el arte moderno, al ser un artista frustrado.

(5) El decreto de persecución contra el llamado “arte degenerado” fue firmado por Hitler en 1937.  Este llevó a la confiscación de obras tanto de museos como de colecciones privadas.

(6) Como curiosidad, Goebbels era admirador de la obra de Emil Nolde, después tachado como artista degenerado, y poseía varias de sus obras en su propia casa. Pero, tras una visita de Hitler, se le acuso de tener el gusto desviado. Enseguida el Ministerio de Propaganda destruyó las piezas de Nolde y comenzó una campaña contra su imagen. En esta Nolde sufrió una gran represión por parte del Tercer Reich. Se retiraron de museos y galerías un millar de obras firmadas por él y, además, se le prohibió seguir realizando obras pictóricas.


Bibliografía 

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José Cristóbal Chimeno
Graduado en Historia del Arte por la Universidad de Zaragoza y en posesión del Máster en Análisis y Gestión del Arte Actual por la Universidad de Barcelona.

3 COMENTARIOS

  1. Evidentemente los nazis tuvieron fallos, pero respecto al arte…conocían bien lo que es la belleza y el daño que puede hacer una obra desviada. Creo que a pie de calle todos estamos de acuerdo en que lo llamado arte moderno, no es más que una porquería y un sucio negocio que corrompe el alma. Se percibe en el artículo la clara opinión del autor, que termina reduciendo el arte clásico a paisajes y desnudos realistas. No todas las vanguardias e innovaciones son dañinas, pero la mayoría así lo demuestran.

    • En mi opinión, creo que estás equivocada. Las vanguardias surgieron como respuesta a los Neos y a la tradición de las Academias y del canon. No creo que todo el mundo esté de acuerdo conque el arte moderno sea una porquería, ¿acaso consideras el Guernika un sucio negocio que corrompe el alma? O a Dalí… Sí que es cierto que al no responder al canon grecorromano la gente ya empieza con el «no lo entiendo» y por eso no le gusta. El arte tiene que transmitirte algo, igual que la música. Las vanguardias respondían a un contexto y no creo que fueran dañinas de por sí.

    • Precisamente, lo que despertaron las vanguardias fue el «rechazo al cambio y a la libertad de creación» sin dejarse llevar por reglas académicas y tener que hacer una obra que fuese catalogada como resultado del arte clásico que era lo que tenía paso libre.

      Como dato curioso, en su día, el arte barroco (que ahora consideramos dentro de lo clásico) fue titulado como una vergüenza y un arte feo. Por aquel entonces, no tenían el conocimiento que tenemos ahora ni tampoco querían cambiar las formas. ¡Qué es eso de añadir curvas en la arquitectura! ¡Qué es eso de no limitar espacialmente un cuadro! Burrada. Así era titulado el Barroco.
      Ahora mismo pocos pensarían que un cuadro de Rubens es feo o de Caravaggio.

      Con esto quiero dar a entender que si por algo se conoce a la mente humana, es por arraigarse a los ya conocido, a las normas estipuladas y no por el cambio. De tal manera, las vanguardias son preciosas y ayudaron a romper con esa cárcel clasicista que llevaba siglos estancando a la sociedad.

      Eso no quiere decir que no nos encante el clasicismo. ¡A mí me encanta! Pero entendamos que también puede haber otras corrientes, muy diferentes.
      No todos quieren vivir en una Francia clásica. Ni yo, ni Caravaggio, ni Rembrandt, ni Rubens etc. Todos aportaron cambios y ¡menos mal! Les doy las gracias, a ellos y a todos los que estén por venir.

      Un saludo 🙂