El partido de exhibición que cautivó a Stalin

Durante la primavera de 1936, Nikolai Starostin decidió retirarse del fútbol profesional (1). El exfutbolista fue asignado como el nuevo director del Spartak de Moscú. Starostin tuvo la brillante idea de contratar a un técnico especializado para que entrenara a los jugadores, por lo que incorporó al checo Antonin Fivebr como míster de la plantilla (2).

El 6 de julio de ese mismo año, se celebró la Jornada de la Cultura Física con un exuberante desfile en la Plaza Roja moscovita. Aleksandr Kosarev, presidente del Komsomol (3) y miembro de la comisión que organizaba el evento, decidió promover un partido amistoso de exhibición para animar el acto oficial. El político había intervenido en la fundación del Spartak de Moscú (4) y era íntimo amigo de Starostin. De esta forma, se encargó de que el encuentro lo disputaran dos categorías del club capitalino.

Imagen de archivo del partido amistoso. Fuente: Marca.com

El Spartak de Moscú, intentando divertir a Stalin

Los políticos temían que el balón golpeara a Stalin en la jeta, y el líder, como agradecimiento, les organizara un viaje con pensión completa a Siberia

Su propuesta suscitó diversas dudas e incertidumbre entre los dirigentes soviéticos. La mayor parte de los críticos temía que la pelota golpeara en alguna alta personalidad del Estado, ya que los máximos mandatarios de la URSS, encabezados por Stalin, iban a presenciar en directo el partido en una tribuna, que estaba localizada en el mausoleo de Lenin. Kosarev tenía la convicción de que el amistoso iba a disputarse, pero antes, necesitaba solventar un gran problema. El político no sabía cómo iba a establecer un terreno de juego sobre el empedrado de la Plaza Roja. Y Kosarev decidió elaborar una gran alfombra de fieltro de más de 10.000 metros cuadrados de longitud con la que cubrir toda la superficie.

Fabricando, con nocturnidad y alevosía, una alfombra más grande que la de Aladín

La alfombra se construía de noche, ya que durante ese periodo, las autoridades decretaron prohibir el acceso de los vehículos a la plaza. A lo largo de ese tiempo, más de 200 deportistas de todas las secciones del Spartak de Moscú, desde los jugadores juveniles hasta los futbolistas afamados del primer equipo, cosían con agujas de zapatero y con hilo los retales de fieltro que cubrirían el adoquinado.

Antes del amanecer, los deportistas enrollaban la alfombra para no impedir el tránsito de los coches por la zona. Mientras unos jugadores iban elaborando los retales de fieltro, otros futbolistas pintaban la alfombra de verde para que tuviera un color similar al césped (5). El cuerpo de bomberos moscovita trató de paralizar las obras, pues temían que la temperatura del rollo pudiera ocasionar que el barniz de la pintura se inflamara y provocara un incendio incontrolable (6). Los trabajos no se suspendieron, porque Starostin persuadió a todos sus contactos políticos para que ningún dirigente soviético suprimiera la iniciativa.

El 5 de julio de 1936, los deportistas terminaron de pintar las líneas del terreno de juego con cal (7). En ese instante, se acercó Kosarev con dos oficiales del NKVD (8). Los policías estatales temían que algún futbolista se cayera y se lesionara gravemente delante de Stalin, ya que creían que la alfombra no era una protección suficiente para los futbolistas, debido al duro empedrado de la plaza.

Starostin se acercó a Kosarev y a los oficiales, y le pidió a Aleksei Sidorov, jugador del Spartak, y que estaba pintando el punto de penalti en ese momento, que se tirara al suelo. Sidorov le hizo caso y se incorporó rápidamente sin un rasguño aparente. Los oficiales quedaron conformes con la intervención del futbolista y dieron su conformidad para que se realizase el choque. El día de la exhibición, el deportista jugó el partido con un gran moratón en su pierna, producto del golpe con el adoquinado.

El servicio del NKVD trató de boicotear el amistoso por todos los medios, porque este organismo estaba asociado con el Dinamo de Moscú, el máximo rival del Spartak moscovita (9). Los miembros del club sentían una gran envidia, pues nunca habían logrado ostentar tal grado de reconocimiento público estatal. De esta forma, la rivalidad entre los dos equipos capitalinos había trascendido la delgada línea de la competición deportiva.

El partido estaba más preparado que las luchas de pressing catch 

El día 6 de julio de 1936 se produjo el amistoso de exhibición en la Plaza Roja, en donde compitieron la plantilla titular y el equipo reserva del Spartak de Moscú (10). El partido no fue un verdadero espectáculo deportivo, sino más bien se ejecutó una función teatral, debido a que cada segundo de juego estaba previamente predeterminado en favor de la satisfacción del público. El resultado del amistoso y el modo de materializar los goles estaban predefinidos anteriormente, pues los futbolistas pactaron el número de tantos que marcaría cada equipo y la forma de anotarlos.

Spartak de Moscú partido ante Stalin
Imagen de archivo sobre los preparativos del partido de exhibición. Fuente: El Mundo.es

Este acuerdo se realizó para enseñar a los dirigentes soviéticos, y a Stalin en particular, las acciones más espectaculares y entretenidas del deporte rey, con el fin de que se sintieran atraídos por el fútbol. La exhibición tenía que durar unos 30 minutos, pero los organizadores habían acordado que si Stalin mostraba cualquier gesto de aburrimiento durante el partido, el choque finalizaría ipso facto. Existía una estipulación verbal entre Kosarev y Starostin, en la cual el político tenía que sentarse en la tribuna del mausoleo de Lenin junto a Stalin. Si Kosarev observaba que el máximo mandatario soviético no estaba disfrutando con el amistoso, éste tendría que agitar disimuladamente un pañuelo blanco. Ante ese gesto, el encuentro se suspendería de golpe.

Se la colaron a Stalin 

Sin embargo, Stalin mostró mucho interés en el juego y estaba muy entretenido contemplando el duelo entre los dos clubes del Spartak. De este modo, el choque duró unos 43 minutos, por lo que los jugadores tuvieron que improvisar durante 13 largos minutos. Tras el pitido final, el partido acabó con un resultado de 4- 3 favorable a la plantilla titular del club moscovita, y el público aplaudió y estalló de alegría por el gran fútbol desplegado por ambas escuadras, ya que era totalmente desconocedor del arreglo previo del marcador.

La cabeza pensante que ideó la coreografía fue Valentin Pluchek, el director del Teatro de la Sátira de Moscú. El artista cobró unos 5.000 rublos por su trabajo, y alcanzó una gran fama entre los políticos y los deportistas conocedores del amaño. El Spartak de Moscú ganó ese año la medalla de oro de campeones de la URSS. El club también obtuvo grandes éxitos extradeportivos tras el amistoso de exhibición, ya que logró la atracción de Stalin, consiguió el apoyo de los estamentos populares moscovitas, debido a que su fundación estaba alejada del aparato represor estatal, y recibió el amparo de grandes personalidades culturales, pues diversos artistas se reunían en el Café Nacional para charlar de las novedades deportivas del Spartak de Moscú(11). Esto se debía a que Andrei Starostin, hermano de Nikolai, fue un jugador de fútbol muy erudito, que se codeaba con los artistas moscovitas de la época.

El que no llora, no mama. Otro encuentro en la Plaza Roja para contentar a los envidiosillos del Dinamo

Tres años después, el 18 de julio de 1939, se celebró un nuevo amistoso de unos 30 minutos de duración en la Plaza Roja de Moscú (12). El partido fue disputado por el Dinamo de Moscú y el Spartak de Moscú, y concluyó con un pobre empate sin goles. La organización de este encuentro sirvió para destensar las tirantes relaciones existentes entre los dos clubes moscovitas, puesto que los dirigentes del Dinamo continuaban molestos por el hecho de que el Spartak de Moscú hubiera sido la entidad que introdujera a Stalin en el mundo del fútbol.


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Referencias y bibliografía

Referencias

(1) Nikolai Starostin, capitán de la Selección de la URSS y jugador del Promkooperaciya, acordó con Aleksandr Kosarev, secretario del comité central del Komsomol, y con Ivan Pavlov, presidente de la cooperativa de producción del sector de la alimentación, la fundación de una entidad deportiva vinculada a la propia Promkooperaciya.

Este ambicioso proyecto trataba de ligar el poder político del Komsomol con el peso económico del sector de la alimentación, con la intención de poder competir en igualdad de condiciones con los grandes clubes de la capital, que eran el CSKA de Moscú, que estaba asociado al ejército y el Dinamo de Moscú, que estaba vinculado con la policía. De esta forma, surgió el Spartak de Moscú.

(2) Antonin Fivebr había sido anteriormente entrenador del Valencia y del Brescia. Antes del inicio de la Liga soviética, en  el otoño de 1936, el técnico se marchó a Leningrado, y fue sustituido por Mijail Kozlov, que era un catedrático de Juegos Deportivos en el Instituto de Cultura Física de Moscú.

(3) Komsomol: acrónimo de Kommunisticheski Soyuz Molodiozhi (Unión Comunista de la Juventud). Era una organización juvenil del Partido Comunista, que tenía la función de introducir a los jóvenes en la ideología socialista.

(4) Los responsables de la nueva sociedad deportiva buscaban un nombre que representara al equipo, y con el que cautivar el corazón de las clases populares. Existen dos versiones diferentes en relación a cómo se gestó la elección de la denominación del club moscovita. Andrei Starostin, hermano de Nikolai, aseveró que el propio familiar observó un libro sobre Espartaco que estaba encima de su escritorio, y le pareció un nombre que representaba los valores de un atleta, ya que el esclavo tracio era un individuo con coraje, con hambre de victoria, con habilidad, con fuerza y con firmeza en la lucha. De esta forma, la institución deportiva se denominó Spartak de Moscú.

La otra interpretación del nombre indica que Nikolai recordó un enfrentamiento ante un club alemán, llamado Spartacus, durante una gira que hicieron en Alemania, defendiendo la camiseta de la Selección de la URSS. Al futbolista le gustaba ese nombre, porque evidenciaba un espíritu indomable.

(5) Starostin, N., 1989, p. 32.

(6) Edelman, 2009, pp. 78-113.

(7) Para otorgar un mayor grado de espectacularidad y para delimitar mejor las proporciones del campo, los deportistas fabricaron una pista de atletismo en torno al terreno de juego.

(8) En 1923, el sistema de competición liguero sufrió una gran reforma, debido a que sólo fueron aprobadas las asociaciones deportivas que estuvieran vinculadas directamente a distritos territoriales, a empresas o a sindicatos de trabajadores. Algunos dirigentes soviéticos no cumplieron con la legislación. Felix Dzerzhinski, fundador de la policía secreta bolchevique, creó el Dinamo de Moscú en 1923. Este club no estaba vinculado a ninguna empresa o sindicato, ni estaba asociado a alguna organización territorial. Ese mismo año, el Ejército Rojo también fundó el CSKA de Moscú.

Estos equipos se gestaron como un método para controlar a la población y para difundir los postulados del régimen a través del deporte. Los máximos dirigentes soviéticos contemplaban el fútbol como un elemento educativo y formativo, y no lo concebían como un espectáculo competitivo.

(9) Starostin, N., 1989, p. 33-35.

(10) Riordan, 1994, pp. 42-54

(11) Starostin, A., 1964, p. 173.

(12) Curletto, 2018, pp. 71-78.


Bibliografía

  • Curletto, M. A., 2018, Fútbol y poder en la URSS de Stalin, Altamarea Ediciones, Madrid.
  • Edelman, R., 2009, Spartak Moscow, A History of the People’s Team in the Workers’ State, Cornell university press, New York.
  • Riordan,J., 1994, The strange story of Nikolai Starostin, football and Lavrentii Beria, Taylor & Francis Group, Glasgow.
  • Starostin, A., 1964, Bol´soc futbol, Sovetskaia Rossiia, Moscú.
  • Starostin, N., 1989, Futbol skvoz´gody, Sovetskaia Rossiia, Moscú.
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Eduardo Acín Garcés
Grado en Periodismo y Máster en Historia Contemporánea. Actualmente estoy estudiando el Grado de Historia. "Escribiendo recuperaba retazos de paz y volvía a ser un HOMBRE. Ni mártir, infame o santo. Un HOMBRE normal que mira al futuro y al pasado", Primo Levi en "Si esto es un hombre".