¿Qué es el megalitismo? Básicamente, es un fenómeno ligado a las piedras, más concretamente a las piedras enormes, gigantes (1). En concreto, es una arquitectura monumental, grandiosa, que se da desde el Neolítico hasta el Calcolítico o Edad del Cobre (del 5000 al 2500 a. C. más o menos), aunque su uso y construcción se prolongará más allá en el tiempo (Edades del Bronce y del Hierro) según zonas.
También podemos verlo como una forma de pensamiento simbólico (enterramientos, primeras formas de religiosidad). Su ámbito geográfico es la denominada Fachada Atlántica, a ver, desde Suecia hasta el sur de la Península Ibérica. En el Mediterráneo también se dio esta moda de construcciones ciclópeas, ahí llega hasta la Edad del bronce (1400 a. C. aproximadamente), en incluso en lugares tan alejados como Corea existen esta manifestaciones, pero megalitismo puro y duro es, según los expertos, el de la zona atlántica (2).
El megalitismo – ¿Para qué algo tan grande?
El uso dado a estas construcciones solía ser funerario, es decir, para enterramientos colectivos (o individuales), aunque no en exclusiva, pues también se utilizaron para rituales, por ejemplo. Incluso se ha pensado en observatorios astronómicos.
Lo cierto es que la relación del hombre con el territorio cambia drásticamente. Entre los cazadores-recolectores (los más prehistóricos de los prehistóricos) no existía un concepto de territorio, la aparición de la agricultura, que ata al hombre a un lugar concreto, hace que cambie la relación humano-lugar (3): esta tierra es mía y lo demuestro construyendo un megalito, más o menos sería esto. El megalito actuaría como una especie de centro territorial, una especie de plaza del pueblo, una referencia territorial (4). Algunos de estos monumentos han sufrido un proceso de “cristianización”, como el dolmen cristianizado de Pavia en el Alentejo, Portugal, al cual se ha anexado una capilla, la de San Dinis.
Más teorías sobre el Megalitismo
Algunos han visto en ellos la demostración de que la sociedad deja de ser igualitaria. La producción de alimentos requiere mucho trabajo y el resultado es incierto, puede venir una sequía y adiós cosecha. Lo que haría que unos grupos fuesen más ricos o afortunados que otros. El megalito sería entonces un culto al antepasado “listo”, en el que se enterraría a éste y a su grupo familiar. Aunque, por otro lado, una tumba con muchos difuntos de diversas familias sería un intento de combatir esa desigualdad… Es complicado.
Por otra parte también se ha hablado de la necesidad de trabajo colectivo para su realización (4)…
Tipología del Megalitismo
Las categorías más importantes son las siguientes:
Menhires (los más sencillos, grandes piedras clavadas en el suelo) bien aislados, como los que transportaba Obélix, bien formando alineamientos (como en Carnac, Francia) o formando crómlech (las piedronas se colocan formando círculos, rectángulos, etc.), una variedad son las estatuas-menhir (5);
Dólmenes, que van del simple (una cámara realizada con grandes piedras u ortostatos y cubierta por un túmulo), a otros más complejos con cámaras diversas y que son usados como sepulcros (ejemplo son los cairns bretones, algunos muy decorados como el de Gavrinis). Repito, estas construcciones se cubrían con túmulos de tierra o piedras (6);
Henges o recintos para ceremonias de planta circular o elíptica, solo hallados en la Islas Británicas de los cuales el más famoso es el de Stonhenge.
¿Dónde podemos encontrarlos? Los principales monumentos megalíticos
Existen megalitos tan antiguos como el irlandés de Carrowmore, con tumbas datadas hacia el 4700 a. C.; en Inglaterra los más vetustos aparecen sobre el 3900 a. C.; en Francia, los sepulcros de corredor bretones y normandos datan del V milenio a. C. y no hay que desdeñar los alineamientos de menhires en la zona de Carnac (Bretaña). En la Península Ibérica abundan tanto en la Cornisa Cantábrica como en Portugal (más antiguos éstos y donde dichas construcciones han tenido un uso más prolongado en el tiempo que en otros lugares de la Península); sin olvidarse de Andalucía, donde se encuentran dólmenes de la zona de Antequera (en la provincia de Málaga).
En la zona del mar Báltico nos encontramos, según Muñoz Ibánez, con Sepulcros de corredor y galerías cubiertas como las de Zealand o Funen en Dinamarca y Stävie en Suecia. Estos enterramientos se datan a partir del 3500 a. C. y se mantendrán hasta el Bronce Antiguo… (7)
Megalitismo en el norte peninsular y en Portugal…
Citar, en Asturias los dólmenes del Monte Areo (situado entre Gijón y Candás), donde se han hallado alrededor de una treintena de túmulos; en La Coruña (8) encontramos el dólmen de Dombate con sus ortostatos pintados en negro y rojo y en Valadouro, Lugo, el túmulo de Chan da Cruz. Si viajamos a Portugal podremos ver el Anta Grande do Zambujeiro, en Évora, el Anta das Castelhanas en Santo Antonio das Areias o los Menhires de Sâo Sebastiâo… No sigo, pues la lista es larguísima.
Megalitismo en Andalucía…
Destacar los ya citados de Antequera: Menga, Viera y El Romeral. Bien de Interès Cultural, Patrimonio Mundial (UNESCO) 2016… El más reciente es el del Romeral (1800 a.C.) que posee un corredor y dos cámaras. La más pequeña para ofrendas y la mayor tipo «tholos», es decir, circular, cubierta con una falsa cúpula, donde se ponía al difunto. El más antiguo, 6000 añazos de na, es el de Menga formado por una gran galería. Cercano a éste está el de Viera, más pequeño y con corredor y cámara sepulcral diferenciados.
Como habéis podido comprobar, en España no nos quedamos atrás en estos asuntos pétreos.
Con el tiempo (9) proliferarán las tumbas individuales pero habrá una reutilización tanto del exterior de los megalitos (más enterramientos, lugar donde depositar ofrendas…) como del interior y tanto si se siguen enterrando los difuntos (inhumaciones) como si se incineran (cremaciones). ¿Vinculación con un lugar? Posiblemente.
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