¡El gran día ha llegado! Han venido los Reyes Magos y han dejado regalos a todos los niños que se han portado bien. Pero, ¿realmente sabemos por qué dejan regalos? ¿Quiénes eran los Reyes Magos de Oriente? ¿Cuál es su origen? ¿Por qué celebramos el Día de los Reyes Magos? Estas son todas las preguntas que, por lo menos a mí, me han surgido más de una vez. Pero, por fin he tenido la oportunidad de poder poner respuesta a cada una de ellas.
El mal llamado «Día de los Reyes Magos»
Sí, habéis leído bien, el 6 de enero no se celebra el día de los Reyes Magos. En realidad, en la liturgia se denomina Epifanía (1). Lo que se celebra realmente es la manifestación de Jesús al mundo pagano. Y se hace a través de la adoración de los Reyes Magos ante el Mesías. Que se haya elegido el 6 de enero para esta celebración viene por influencia de diversas fiestas paganas (2). Curiosamente, también se celebran este día, como ocurre con la Navidad y el Solsticio de Invierno (3).
Por lo tanto, tenemos que aceptar que es un día totalmente cristiano católico. Aún así, el Día de los Reyes Magos va más allá de la religión, reduciéndose a un común: hacer felices a millones de niños, y no tan niños.
El origen del Día de Reyes
Como todos sabemos, y si no ya están los villancicos para recordádnoslo, el origen de todo está en Belén (4). El niño Jesús nace el 25 de diciembre y recibe la visita de sus majestades el 6 de enero. Y como mi intención no es quitar la magia a este día, me he puesto en plan historiadora emocional y he decidido reconstruir los hechos.
Imagino la escena en el pesebre: el niño, con 13 días de vida, recibe la llegada de estos reyes de Oriente. No nos podemos olvidar de la que se lía después de la charla que tienen con Herodes (5). Independientemente de lo creyente o no creyente que seas, ¿no os parece fascinante éste momento?
Sin embargo, este bello relato ha pasado a la Historia y será recordado por los regalos. Exactamente, los que entregan los Reyes Magos al niño: oro, incienso y mirra (6). Y esto, marcará una tradición, que aunque no sepamos exactamente cómo empezó, así llegará hasta nuestros días.
Breve historia de los «reales» reyes
Nuestros Reyes eran de la India, Persia y Caldea (actual Irán e Irak). Increíblemente, iniciaron su viaje por separado y se juntaron en Jerusalén. Una vez juntos, fueron hasta Belén. A partir de ahí ya no se separaron, incluso murieron al mismo tiempo y fueron enterrados en la India. Sus restos fueron depositados en un relicario (7). Éste fue trasladado desde la India a Constantinopla y después a Milán, para terminar en Colonia (Alemania), donde se encuentran hoy en día. Se dice que el relicario fue abierto y, en él, se hallaban los tres esqueletos. Lo más sorprendente es que las calaveras corresponden a un joven, a un adulto y a un anciano.
El autor de esta obra opina, casi con toda seguridad, que no se tratan de los cuerpos de nuestros protagonistas. Sin embargo, afirma que «esos esqueletos sí nos conectan con el remoto siglo VI y con el intrincado tapiz de historias medievales sobre las más misteriosas figuras del Nuevo Testamento» (8). Otros críticos sugieren que su origen era Persia, Yemen o Arabia. ¡La duda está servida!
Entonces, ¿existieron o no existieron los Reyes Magos de Oriente?
Creo que esta pregunta nos la hemos hecho todos, por lo menos, una vez en la vida. Sí, ya somos mayorcitos y sabemos que los Reyes Magos no existe, que son los padres. Pero, ¿en algún momento de la historia existieron los Reyes Magos?
Aunque nos parezca increíble, la única fuente que tenemos para saber quiénes eran estos personajes es la Sagrada Biblia. Sin embargo, cuando vamos al Evangelio de san Mateo empezamos a sentirnos un poco engañados. En ningún momento se menciona ni que fueran 3, ni el origen ni, mucho menos, el color de piel. Tampoco sabemos nada de su lugar de procedencia, ni cómo se trasladaron hasta Belén. Este es el escaso fragmento en el que se mencionan (9):
«Después de nacer Jesús en Belén de Judea en tiempo del rey Herodes, llegaron a Jerusalén desde el Oriente unos magos, diciendo: «¿Dónde está el rey de los judíos que nació?» Pues vimos su estrella en Oriente, y hemos venido a adorarlo»
Escrito en las estrellas
Si analizamos el texto con detalle, podemos obtener varias palabras clave que han sido objeto de estudio a lo largo de los años.
La palabra que más llama la atención es la de “magos”. Los estudiosos están de acuerdo en que Mateo se refería a sabios (10). Es decir, lo más seguro es que se tratase de hombres de ciencias y con conocimientos de astronomía bastante altos, como para ser guiados por una estrella.
Otra palabra es «estrella». Todos entendemos que se refiere a la estrella fugaz y así la representamos nosotros cuando la dibujamos. Lo cierto es que en ningún momento se indica que fuese una estrella fugaz. Mirándolo por el lado bueno, esto nos permite explicar “científicamente” que los reyes podrían haberse guiado por una estrella, y que se parasen cuando ésta estuviera en paralelo a ellos (11).
Otro autor profundiza un poco más en los datos históricos situando su origen en Babilonia o Persia: «pues ambos eran centros astrológicos donde los magos eran una casta sacerdotal con mucha influencia» (12). Esta teoría ha podido ser apoyada gracias a un testimonio escrito, el «Auto de los Reyes Magos» (13). En esta obra son definidos como steleros, es decir, astrólogos.
¡Eureka! Los Reyes Magos volvieron a tener su día
Mi pregunta constante durante la investigación ha sido: pero, ¿cuándo se empieza a celebrar esto? Creo haber encontrado una posible respuesta.
Al parecer, la imagen de los Reyes Magos se tuvo en cuenta en las Iglesias de Oriente (14). En el siglo III aparece en Egipto y, para el siglo IV, se ha extendido a Siria y a Jerusalén. Es posible que en un principio sirviese para celebrar la manifestación del Señor a la Humanidad. Simplificando: recordar que ha nacido Jesús a través de acontecimientos como la adoración de los Reyes Magos. Es en este siglo cuando pasan a denominarse «reyes», de la mano de Tertuliano (15).
Más tarde pasó a Roma y a Occidente, a la vez que lo hacía la Navidad. Ahora la Epifanía comenzó a tener otro matiz: la conmemoración de la llegada de los Reyes Magos a través de la adoración al Salvador. ¿Veis cómo ha cambiado el cuento? Se pasó de celebrar el nacimiento de Jesús a través de la adoración de los Reyes Magos, a celebrar la llegada de los Reyes Magos a través del nacimiento de Jesús. Esta es la herencia que nos ha llegado a nuestros días (16).
Los tres Reyes Magos: el nacimiento de una tradición
Si os habéis fijado, hasta ahora no había utilizado el número 3 para referirme a los Reyes Magos. Os explico el porqué. Lo que hoy en día conocemos como los Tres Reyes Magos de Oriente, tuvo su origen en la Edad Media. Esta leyenda ha sido reconstruida a través de la literatura y la imaginería que dejaron nuestros antepasados.
El teólogo Orígenes lo propuso en el siglo III atendiendo a razones bíblicas, litúrgicas y simbólicas. En el siglo V fue aceptado por la Iglesia con el Papa León I el Magno (17). Gracias a una pintura plasmada en la pared de una catacumba, hemos podido ver que la diferenciación del «color» no es algo nuevo (18). Las otras teorías sobre su número se basan en la cantidad de regalos (19). Siempre y cuando cada uno llevase un sólo presente.
Con respecto al nombre, tenemos su aparición en el Evangelio Armenio de la infancia, del siglo IV (20). Otra muestra se trata de un mosaico situado en la iglesia de San Apolinar, en Rávena, Italia (21). En él, aparecen sus Majestades los Reyes Magos con sus respectivos nombres: Melchor, Gaspar y Baltasar. Sin embargo, estos títulos no fueron aceptados hasta que se incluyeron en el Liber Pontificalis de Rávena, a mediados del siglo IX (22).
«No te lo perdonaré jamás, Manuela Carmena. Jamás.» (23)
Me gustaría acabar con este famoso tuit para haceos una pregunta. Sin tener datos relevantes ni exactos, ¿cómo puede haber gente que tenga tan claro cómo eran físicamente o qué ropajes llevaban? ¿Por qué seguimos pensando que son de ese color? ¿Qué hay de la vestimenta? ¿Se trasladaron en camellos?…
Al comienzo del cristianismo se les representaba de una misma raza e iban vestidos con el característico traje persa (24). Es partir del siglo XII, y con la intención de universalizar el cristianismo, cuando se diferenciaron e individualizaron. Se los asocia con las tres edades de la vida y con las tres partes del mundo entonces conocidas: Europa, Asia y África. Con respecto al rey negro, aunque hay algunos antecedentes aislados, la Edad Media ignora el color negro por ser el del demonio y el infierno. La figura del rey negro se volvió habitual a finales de la Edad Media, y se impone a lo largo del siglo XV (25).
La ilusión de una tradición
Imagino que esto es lo bonito del boca a boca. Al igual que comer roscón y dejar comida y bebida para que se repongan de su largo viaje o dejar fuera los zapatos. Es, algo que ocurre y que la gente, incluida yo, practica a lo largo de los años. De este modo, perpetuamos una costumbre que, seguramente, no se celebraría de esta manera en su origen. Lo podríamos llamar un teléfono escacharrado. Pero que quede claro, NO pienso renunciar a mis Reyes Magos!
¡¡Feliz Navidad y que os traigan muchos regalos!!
«Los Reyes Magos fueron considerados protectores de los viajeros y peregrinos, a causa de la rapidez y el éxito de su viaje a Belén. También se les consideraba protectores contra la epilepsia, ya que habían caído antes los pies de Cristo. Sus iniciales G.B.M se usaban en las puertas de las casa y de los establos el 6 de enero, para proteger a las personas y animales contra demonios y brujas» (26)
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