Mariana Pineda. Heroína del pueblo asesinada por la libertad

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El 26 de mayo último sufrió en Granada la pena de muerte doña Mariana Pineda, vecina de aquella ciudad. Sorprendida en su casa por la Policía, el 13 de marzo próximo anterior, se encontraron en ella una bandera revolucionaria a medio bordar y varios objetos análogos; y empezadas las diligencias por la Policía y seguida la causa por el Tribunal con toda actividad, el delito de doña Mariana Pineda ha sido probado plenamente.

                                                                                 Gaceta de Madrid, 7 de junio de 1831

La inmensa mayoría de nosotros no hemos escuchado el nombre de Mariana Pineda, y si nos suena debe ser de “oídas”. Por ello, vamos a recordar a una mujer de la historia conocida como una heroína liberal, que tuvo una corta vida y una inmerecida muerte.

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Retrato de Mariana Pineda. Fuente: Lombardafolk

Mariana Pineda nació en 1804 en Granada. Su padre era natural de Guatemala y pertenecía a una familia noble –hijo del oidor de la Chancillería de Granada-, y su madre descendía de padres humildes y modestos, labradores de Lucena (Córdoba). De este amor que no entendía de diferencias sociales nació Mariana Pineda. Este nacimiento puso fin a la romántica aventura, puesto que la madre exigía garantías que estabilizaran su situación legal y, al no lograrlo, huyó con Mariana. Poco después el juzgado militar le arrebató a la niña con cuatro meses de edad, y ya no volvió a verla jamás. El padre falleció al poco tiempo y Mariana creció con la familia de José de Mesa, al contacto de las disciplinas escolares y adquiriendo altas dotes intelectuales (1).

Y en este contexto ¿qué estaba pasando en España? Tras la Guerra de la Independencia, mientras los españoles luchaban contra los ejércitos imperiales, la ausencia del rey valió para que las Cortes de Cádiz aprobasen la Constitución de 1812. Estas serían abolidas a su regreso, cuando asumió el poder absoluto y hubo de enfrentarse a un país arruinado por la guerra. Se anularon así las medidas modernizadoras de las Cortes de Cádiz (2).

¿Qué hizo Mariana Pineda ante esta situación? Empezó a involucrarse con la causa liberal –y en contra de los partidarios del absolutismo y del rey Fernando VII-, influenciada por su padre adoptivo José de Mesa. En reuniones clandestinas conocería también a Manuel de Peralta y Valle, con quien contrajo matrimonio en Granada. A partir de esto, Mariana jamás se separaría de la causa liberal que la conduciría a la muerte con apenas veintisiete años (3).

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Juan Martín Díaz, El Empecinado. Óleo sobre lienzo (ca. 1881). Autor: Salvador Martínez. Fuente: Museo del Prado

Una de sus grandes hazañas heroicas fue intentar salvar de la cárcel a Juan Martín, conocido como El Empecinado, que suponía un gran peligro para las aspiraciones absolutistas de Fernando VII.
Por eso y sin motivo que lo justificase, ordenó su prisión en la cárcel de Roa (Burgos). ¿Cuál era el plan? Mariana debía viajar desde Granada hasta Roa para averiguar en qué lugar estaba encerrado exactamente, ya que al ser mujer levantaría menos sospechas. Y ¿consiguió salvarlo? Pues no. Se piensa que alguien hiciera llegar a Fernando VII la noticia de que un grupo armado pretendía liberar al prisionero. La consecuencia fue la muerte de El Empecinado con las manos atadas a las cadenas, centinelas asaeteando con sus bayonetas, y rematado en la horca allá por 1825. Tras esto, Mariana pasó a ser una mujer que no se limitaba a hablar de conspiraciones, sino que había tomado parte destaca en una de ellas, incluso metiéndose en la boca del lobo.

En los años siguientes fue arrestado en prisión Álvarez de Sotomayor, primo lejano de Mariana Pineda y muy conocido en los ambientes liberales. De Sotomayor era un militar irreprochable: fue capitán de un ejército de 107 hombres que logró vencer a más de 500 oponentes de la armada francesa. ¿Cuál fue la hazaña que tuvo que afrontar Mariana para salvarlo? Debería utilizar un disfraz de fraile capuchino, puesto que la mayoría de los condenados a muerte pedían permiso para ser visitados por capuchinos, así que no levantarían sospechas (4). La noche del 26 de octubre de 1828 resultó un éxito puesto que Mariana y Álvarez de Sotomayor consiguieron salir de la prisión. Al día siguiente, toda la ciudad conocía la noticia de la fuga de la cárcel de un condenado a muerte, y de boca en boca se contaban los detalles del suceso con notable regocijo por parte de los liberales.

En este periodo, Andalucía era la región donde se organizaron la mayoría de las conspiraciones contra el absolutismo de Fernando VII: su proximidad a Gibraltar convertía a Andalucía en un lugar idóneo donde los más significativos conspiradores podían refugiarse, y entre ellos se encontraba Álvarez de Sotomayor. A mediados del año 1830 entendieron que había que dar el golpe definitivo ya que en Europa se habían puesto las cosas muy en contra de Fernando VII. En Francia habían logrado destronar al rey Carlos X y nombrar como monarca a Luis Felipe de Orleáns, quien había jurado una constitución muy liberal (5).

En este contexto, comienza a pensarse que este futuro golpe va a suponer una auténtica revolución contra el absolutismo, por lo que debería ir acompañado de signos distintivos como el himno y la bandera. Dos himnos serían rechazados en este período: el himno francés adaptado al castellano y el Himno de Riego. Finalmente, decidieron encargar un himno nuevo a un músico de talante liberal, Remigio Fuensanta. En cuanto a la bandera, fue un encargo que gustosamente aceptó Mariana Pineda: en la insignia predominaría el color morado, símbolo del alivio de ese luto del que iba a salir España cuando triunfara la revolución liberal. En el lema debían aparecer las palabras “Libertad” e “Igualdad ante la Ley” (6).

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Reconstrucción aproximada a la bandera de Mariana Pineda (1831). Fuente: Wikipedia

Todo esto iba a buen puerto hasta que el 18 de marzo de 1831 se presentaron en la casa de Mariana Pineda varios hombres, entre ellos un funcionario de policía. En el registro de su casa encontraron veinte letras bordadas en carmesí que reflejaban un lema: Libertad, Igualdad y Ley. Ante la negativa actitud de confesar de Mariana y delatar a los culpables, se personó el alcalde en persona en su domicilio para interrogarla, diciéndole que podía salir bien de este asunto si le daba los nombres de los implicados en la conspiración (7).

Esta contrariedad provocó que fuese arrestada en su domicilio durante cuatro días. Tras el intento de fuga donde fue descubierta, la trasladaron a la prisión del beaterio de Santa María Egipciaca (fundada en el siglo XVI para “mujeres descarriadas”). Durante su arresto, Mariana soñaba con que la revolución encabezada por Espoz y Mina triunfaría y ella saldría en libertad; algo que no sucedió jamás.

El alcalde insistía en que si delataba a los culpables ella saldría en libertad, pero esto no se produjo. Por tanto, Mariana Pineda fue acusada con el objetivo de dar un escarmiento a los liberales, puesto que cada vez más las mujeres se implicaban con la causa.

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Grabado de Mariana Pineda en su ejecución. Fuente: Canarias en Hora

El 23 de mayo de 1831 llegó la conformidad de la ejecución de Mariana Pineda dictaminada por el rey. Seria ejecutada en el Campo del Triunfo en lo alto del patíbulo donde se encontraba el verdugo y un cura (8).

¡Oh, qué día tan triste en Granada,

que a las piedras hacía llorar,

al ver que Marianita se muere

en cadalso, por no declarar!

Federico García Lorca. Romance popular en tres estampas (9).

Durante cinco años permaneció en el olvido su recuerdo, hasta que con la muerte de Fernando VII en 1833 se reverdecieron los ideales liberales y en 1836 el Ayuntamiento de Granada procedió la exhumación de los restos de la considerada como mártir de la injusticia y el absolutismo. Hasta nuestros días ha sido valorada como tal, se han alzado monumentos en su memoria y numerosos literatos han escrito sobre su figura como heroína de la libertad.

Su ejecución no pretendía castigar a los liberales, sino todo lo contrario: castigar la participación de la mujer en la vida política y social de España. Tras su ejecución Mariana se convirtió en una mártir para los liberales y en un símbolo popular de la lucha contras las libertades hasta el siglo XX.


Referencias y bibliografía

Referencias

(1) Rodrigo García, 1984.

(2) González Duro, 2006.

(3) Calvo Poyato, 2013, pp. 257-280

(4) Olaizola Sarriá, 2016, pp. 210-223.

(5) Artola Gallego, 2008, p. 462

(6) Olaizola Sarriá, 2016, p. 247.

(7) Gálvez Ruiz, M.ª y Sánchez Gómez, O., 2008

(8) García Lorca, 1983, p. 69.

(9) Ortiz de Villajos, 1931.


Bibliografía

  • Artola Gallego, M., 2008,  La España de Fernando VII,  Espasa, Madrid.
  • Calvo Poyato, J., 2013, Mariana, los hilos de la libertad, Plaza&Janés, Barcelona.
  • Gálvez Ruiz, Mª y Sánchez Gómez, O., 2008, La Granada de Mariana Pineda: lugares, historia y literatura, Colección, Granada.
  • García Lorca, F., 1983, Mariana Pineda: romance popular en tres estampas, Editorial Don Quijote, Madrid. Reproducción facsímil de la primera edición publicada por “La Farsa” en 1927.
  • González Duro, E., 2006, Fernando VII. El rey felón, Oberon, Madrid.
  • Olaizola Sarriá, J. L., 2016, Mariana Pineda. Un canto a la pasión y a la libertad, Esfera de los libros, Madrid.
  • Ortiz de Villajos, C. J., 1931, Doña Mariana Pineda: su vida-su muerte. Compañía Ibero-americana de publicaciones, Madrid.
  • Rodrigo García, A., 1984, Mariana de Pineda: heroína de la libertad, Plaza &Janes, Barcelona.
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Amelia Agea
Licenciada en Historia del Arte. Máster en Arquitectura y Patrimonio Histórico. Soy una apasionada del patrimonio (la relación entre el pasado y presente). Me interesa la historia de la arquitectura y sus intervenciones, los cambios urbanísticos, la historia de las mujeres... "No saber lo que ha sucedido antes de nosotros es como ser incesantemente niños" Cicerón.

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