La organización de los Masones siempre ha sido descrita como un espacio totalmente masculino. Sin embargo, desde hace bastantes siglos, las mujeres quisieron formar parte de estas federaciones intelectuales. Así se abrieron paso usando algunas estrategias. Pero ¿Qué es eso de la masonería? Y, ¿mujeres masonas?
¿Qué es la masonería?
La masonería es una sociedad secreta que surgió en torno a la Edad Media con el fin de impulsar valores morales e intelectuales. En ella, sus miembros se agrupan en logias en las que se establecen unas jerarquías determinadas. Las logias era grupos de personas que se reunían en torno a un mismo objetivo que normalmente era secreto porque no podía darse a conocer al público.
Las logias actúan como organizaciones base y suelen estar agrupadas bajo una entidad superior conocida como la Gran Logia (1).
En la masonería existieron dos corrientes: la regular y más conservadora que seguía las reglas tradicionales. Y la liberal, también conocida como adogmática, que no está basada en ningún estándar que admitía mujeres masonas en sus filas. Se rigen por el principio de libertad absoluta, y además, en ellas se permiten los debates de cualquier tipo de tema.
Muchas de estas organizaciones se han asociado con la religión, sin embargo, no todos los masones son creyentes o religiosos. Son solamente los más conservadores los que cumplen con los preceptos de la Iglesia.
Las mujeres masonas
La presencia de las mujeres masonas no es algo reciente. Aunque parezca lo contrario las mujeres han estado presentes en estas organizaciones prácticamente desde su origen. Es cierto que al ser unas sociedades tan tradicionales han preferido dejar la presencia de las mujeres al margen de su historia pero esto no significa que no hayan existido mujeres masonas que hayan tenido influencia en la masonería (2).
Y entonces, ¿quiénes fueron las mujeres masonas? ¿Cómo accedieron a estas organizaciones tan aparentemente estrictas?
La primera masonería que presenta mujeres entre sus miembros data de la Edad Media. Se trata de la masonería operativa basada en el oficio de la construcción. Las mujeres formaban parte de la misma pero no tenían acceso a ningún cargo de importancia. Aún así les dejaban entrar y participar en ellas aunque siempre en calidad de “madres de”, “esposas de” o “hermanas de”. Es decir, seguían dependiendo de los hombres para poder acceder a estas organizaciones.
Presencia femenina
La evidencia de la participación de mujeres está en los documentos realizados por las cofradías, donde se mencionaba que los hombres y mujeres deberían trabajar unidos como buenos hermanos y hermanas (3). Un ejemplo aparece en el Poema “Regius” dedicado a las hilanderas de Londres:
“But together as syster and brothers”.
El papel de las mujeres
La libertad “vigilada” de las mujeres que accedieron en calidad de madres, esposas o hermanas duró muy poco. En 1723, se imponen las Constituciones de Anderson. Mediante ellas se establecía que las mujeres no podían acceder a las logias porque no eran seres plenamente libres. A pesar de estas nuevas reglas impuestas hubo mujeres que se sentían atraídas por la masonería. En la Francia de la época muchas mujeres se reunían en sus salones para debatir solas o con hombres algunos asuntos intelectuales. Ni ellas ni los Papas pudieron soportar la idea de que aquellos hombres de la masonería estuvieran hablando solos y a puerta cerrada sobre asuntos que todo el mundo desconocía.
Ante estas limitaciones, las mujeres se rebelaron creando las masonerías de adopción (4). Por lo tanto, es ahora cuando podemos hablar de una presencia femenina más o menos libre en este tipo de organizaciones. Estas nuevas organizaciones no eran más que logias masculinas a las que se les adosaba, ¡y nunca mejor dicho!, una rama de la logia principal en la que podían participar mujeres (5). Lo que aún no sabían estas mujeres masonas es que aún les quedaba mucho por andar en esto de la masonería.
A pesar del pequeño avance no podemos ser optimistas, es cierto que las mujeres volvían a tener acceso a la masonería pero su papel era totalmente masculino. Las logias de adopción fueron como un pegote para no escuchar las quejas de aquellas mujeres que tenían familiares masónicos y después de las Constituciones de Anderson habían sido totalmente expulsadas.
Y ¡por fin! Las logias mixtas
Las logias de adopción tuvieron fecha de caducidad y desaparecieron con la Revolución francesa. Reaparecieron durante primer Imperio pero fue durante un período muy corto en el que la propia Josefina actuó como Gran Maestra (6).
En el siglo XIX las logias de adopción dan paso a unas logias más igualitarias para las mujeres masonas: las logias mixtas y, posteriormente, las logias femeninas. En ellas se planteaban que la mujer debería aspirar a la iniciación encontrándose a sí misma adoptando actitudes y papeles que desarrollaban su propia identidad (7).
Mujeres masonas famosas
La protagonista de estas nuevas logias mixtas fue una francesa que co-fundó “Le droit Humain” . Esta era una organización pionera en la mixticidad y por primera vez contaba en sus cargos relevantes con una mujer masona, María Deraismes (8).
Esta logia se crea en 1892 bajo dos planteamientos fundamentales; la plena igualdad y fusión entre los hombres y mujeres y el establecimiento de una estructura internacional. Es decir, la logia contaba con federaciones nacionales autónomas que se integraban en una Organización Común Mundial. Hoy en día, esta logia sigue teniendo las mismas características y está presente en 50 países de los diferentes continentes (9).
La presencia española
En el caso de España las logias mixtas aparecen en el Sexenio Democrático. Entonces empieza a haber problemas con aquellas logias que habían adoptado a mujeres. En 1892 Miguel Morayta establece a partir del boletín del GOE (Gran Oriente Español) que las mujeres masonas no pueden ser admitidas en las federaciones y logias sino que le designan un rito especial llamado de adopción(10).
Así, en 1893 se establece un estatuto en el que se dice que todas las logias de adopción han de estar supervisadas por hombres masones que al menos ostenten un cargo de maestro. Ante todas las limitaciones impuestas a las mujeres, hay dos mujeres masonas que se rebelan. Es el caso de Rosario de Acuña y Ángeles de Ayala. Estas luchan por la libertad de las mujeres masonas en estas sociedades e incluso tocan temas de feminismo. Uno de los eventos más relevantes en el que destapan sus opiniones acerca de la masonería femenina es la inauguración del Colegio del Gran Oriente Nacional de España donde juntas hacen un discurso sobre la presencia de la mujer en la masonería y brindan en nombre de la emancipación de la mujer en la sociedad (11).
La masonería queda ilegalizada durante la Dictadura franquista y no habrá otras organizaciones femeninas hasta el año 1980 cuando se funda una de las logias más importantes “La Gran Logia Simbólica” que finalmente admite mujeres masonas en todas sus filas e incluso existen grandes maestras entre ellas (12).
Y lo consiguieron: logias femeninas
Las mujeres masonas fueron durante siglos constructoras de catedrales, fuentes de cultura, dramaturgas, revolucionarias, etc. Mujeres de todas las clases sociales que luchaban para construir un mundo mejor. Su camino no fue fácil y, aunque al principio solo tuvieron presencia en compañía de sus maridos u otros familiares de género masculino, poco a poco empezaron a tener influencia.
Las logias de adopción fueron un pequeño avance hacia la formación de logias femeninas. Resultaron un arreglo fácil para callar las bocas de las mujeres masonas más revolucionarias. Sin embargo, conforme la sociedad fue avanzando consiguieron logias mixtas en las que las mujeres se convirtieron en un ser de pleno derecho.
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