Es poco conocido el affaire que la CIA y el Partido Comunista Español tuvieron a principios de los años cuarenta. El objetivo fue colaborar en la conocida como Operation Banana para sabotear y recabar información de las fuerzas franquistas, hasta que los americanos cambiaron de opinión y entonaron el “in Franco we Trust” (1). Todavía no se llamaba Agencia Central de Inteligencia (CIA), era la Office of Strategic Services (OSS).
Los planes de Estados Unidos para pararle los pies a Hitler y contener a Franco
En ese momento todo estaba en ebullición, eran los primeros años de la dictadura en España y corría la Segunda Guerra Mundial. Franco se perfilaba como otro líder fascista para los aliados, aunque mantenía una fingida neutralidad que estos le permitían, todo sea dicho, mientras no se saliera mucho del tiesto. Por ello, tras recuperar el norte de África de manos de los nazis y sus colaboradores, los americanos idearon un conjunto de operaciones de espionaje y sabotaje para conocer los movimientos de las fuerzas franquistas, con la intención de estar preparados en caso de que Franco decidiera ayudar a Hitler para recuperar el norte de África.
Estados Unidos se ve como futura potencia hegemónica (2) y empezará a vender su cantinela de defensor de la democracia y la libertad. Esto animó a la militancia clandestina en España, que pensaron que si Estados Unidos derrotaba a Hitler, harían lo mismo con Franco. (3)
Una vez que los aliados habían controlado totalmente el norte de África excepto la parte del Marruecos español, la OSS pondrá en marcha una operación de espionaje ayudados de refugiados republicanos de los campos de concentración del norte de África. Paradójicamente los americanos habían mantenido abiertos los campos de concentración pro-alemanes.
Heroes antifascistas: repúblicanos, campesinos y comunistas
Los hombres escogidos serían integrantes del Partido Comunista y formarían parte del equipo de la OSS en una de las operaciones más secretas de los americanos durante la Segunda Guerra Mundial. Para ello montaron una academia de entrenamiento clandestina en Argel (5); allí se formaron en técnicas de guerrilla y espionaje, por si Hitler quería recuperar el norte de África y era necesario desestabilizar a las fuerzas franquistas y alemanas; y para saber que tramaban Franco y Alemania.
Los dirigentes del comité africano del PCE dieron el visto bueno a las operaciones, ya que para ellos se trataba de un servicio antifranquista que estos amigos iban a hacer a España (6). Pensaban que la lucha que llevarían a cabo junto a los americanos, era una lucha contra el fascismo hasta las últimas consecuencias. También opinó lo mismo Negrín, que no podía creer que Franco sobreviviera en un mundo de democracias victoriosas (7), se equivocaba…
Se escogió como base para introducir a hombres y materiales las faldas de las sierras orientales de Málaga, llenas de cañones estrechos que permitían la movilidad desde las playas hasta la sierra de forma clandestina (8). Los agentes, que se moverían por toda la costa se servirían de los contactos que los comunistas tenían con la resistencia armada, llevada a cabo por grupos de huidos (9) de la durísima represión franquista (8) en la sierra. Gracias a estas operaciones se fortalecieron los grupos de guerrilleros, llegándose a confundir los objetivos de los americanos con los de la propia guerrilla y la resistencia del PCE, que acabaría por capitanear el movimiento de los maquis gracias a estos hombres traídos desde las costas de África.
Los españoles que participaron en estas operaciones creían estar luchando contra el fascismo. Por ello se jugaron la vida las veces que fueron necesarias para conseguir la información que necesitaban los americanos. Un oficial de la OSS señaló en uno de los informes internos de la agencia, que los integrantes españoles del equipo nunca recibieron ni pidieron ningún dinero, ellos no trabajaban por dinero (10), creían estar luchando por una causa común junto a los americanos. Para ello hicieron uso de la red clandestina del PCE en Málaga y Melilla, comprometiendo a muchos de los comunistas que la integraban para ayudar a los americanos a conseguir sus fines. En cierta manera se convirtieron en espías al servicio del Tío Sam.
Estados Unidos abandona a los españoles
Pero como era de esperar, el principal objetivo de los Estados Unidos era preservar sus intereses imperiales, tal como se vio cuando acabó la Segunda Guerra Mundial. A medida que estaba más clara la derrota de Alemania e Italia, la suerte del pueblo español quedó enteramente en manos del dictador. Desde la diplomacia estadounidense se hizo lo imposible por desvincular a los americanos de las acciones de la Operation Banana que ellos mismos habían planeado en el norte de África y que ahora atribuían enteramente a los comunistas, prometiendo a Franco invulnerabilidad en su territorio.
Los que pudieron escapar de las redadas realizadas por las fuerzas franquistas se escondieron en el monte y pasaron a formar parte de la guerrilla antifranquista. Estos hombres habían combatido contra las tropas franquistas en la Guerra Civil y contra los nazis en Francia y ahora lucharían en el maquis andaluz contra las fuerzas de la dictadura, hasta que fueron totalmente derrotados en 1952 como la última fuerza antifascista de Europa. Eran hombres que afirmaban conocer el plan secreto Estados Unidos (12) para invadir la Península y acabar con Franco trayendo de nuevo la democracia y la libertad a España, pero solo pudieron ver como los aliados los dejaban olvidados y los entregaban a cuarenta años de férrea dictadura.