Hace dos días, caminábamos hacia unas terceras elecciones, a punto de alcanzar el año sin la constitución de un gobierno. Así, teniendo en cuenta el contexto político actual en España, es de vital importancia que el ciudadano se planteé qué es lo que está en juego a la hora de volver a emitir su voto. Por supuesto, una pregunta sobrevuela la situación. ¿Por qué les resulta tan complicado a los diferentes partidos políticos, de izquierda y de derecha, llegar a acuerdos o pactos factibles que favorezcan el tan ansiado establecimiento de un nuevo gobierno?
La respuesta, a priori, es más que obvia. Las diferentes fuerzas políticas se clasifican, de manera general, dentro de dos bloques enfrentados. La izquierda y la derecha, las dos Españas de siempre. La una mira como modelo ideal de la actual democracia a la Segunda República, y la otra a la Restauración, respectivamente. Sin embargo, estas dos Españas ya no son las de la Guerra Civil.
Izquierda o Derecha: con la Democracia la cosa cambia
Con la llegada de la democracia, España despertó del letargo en el que se hallaba y abrió sus puertas al mundo. Y con ello, a la tradición política dominante en el contexto internacional del momento: el liberalismo contemporáneo (1). La tradición liberal, al igual que había sucedido anteriormente en el resto del mundo, contaminó a todas las tradiciones políticas españolas. Éstas, desdibujaron sus perfiles para aproximarse a ella. De ahí la relevancia que tiene conocer dicha tradición liberal a la hora de poder comprender las diferentes tendencias políticas actuales de nuestro país.
Izquierda o Derecha: cosa de Liberalismo
El liberalismo contemporáneo está constituido por dos corrientes absolutamente opuestas, que se hallan en las bases de nuestros partidos políticos. Estas dos posturas antagónicas son irreconciliables. Ello nos procura una explicación sencilla y coherente de por qué es tan complicado para nuestros políticos llegar a entenderse y poder negociar pactos satisfactorios para todas las partes. Así, para que el ciudadano comprenda cuáles son los cimientos de las diferentes posturas políticas que se le ofrecen a elección y qué es lo que realmente nos estamos jugando, es esencial e imprescindible exponer y explicar las dos corrientes del liberalismo contemporáneo, con el objetivo de darlas a conocer y ofrecer la posibilidad de sopesar las diversas opciones ante la futura marcha hacia las urnas.
Lo primero a tener en cuenta es que vivimos en la era de la competencia social. Los ciudadanos son individuos que compiten. Ante tal situación, ¿qué es lo que diferencia a las dos tendencias liberales?
La Izquierda y el Liberalismo Social
Desde el Liberalismo Social, que refleja las líneas generales de nuestra izquierda, se apuesta por la igualdad de oportunidades (2). Es decir, por igualar las condiciones de partida en la competencia social. ¿Y cómo se logra? Muy sencillo: a través del establecimiento de políticas públicas en sanidad, trabajo y educación. La apuesta por una sanidad pública, la regulación legal de las condiciones laborales y, por supuesto y como condición básica para lograr la mencionada igualdad, una educación pública a la que pueda acceder todo el mundo, con un buen sistema de becas y precios públicos asequibles para todos los ciudadanos.
Hoy en día, en nuestro país, podemos observar como la sanidad pública se ve severamente amenazada con los temibles recortes. Las condiciones laborales favorecen al empresario y no al trabajador. Y la educación, está cada vez más privatizada, gracias a las reformas educativas, con un sistema de becas que está en extinción y unas tasas a pagar cada vez más elevadas. Resumiendo, desde la izquierda se está apostando por la recuperación de la igualdad de oportunidades y de la justicia social (3). Ello se traduce en derechos y libertades ciudadanas (4), como el derecho a una vivienda digna, o la libertad de expresión.
Cuestión de derechos
Dichos derechos, con el auge del liberalismo conservador (la derecha), han ido desapareciendo a favor del enriquecimiento de una pequeña parte de la sociedad. El poder se ha concentrado en manos de esos pocos y la miseria y la pobreza han aumentado para la gran mayoría. Sólo hay que echar un vistazo a la España actual para verlo. La libertad de expresión se ve terriblemente amenazada por la ley mordaza. Y para comprobar qué ha pasado con el derecho a una vivienda digna, sólo tenemos que acudir a las numerosas noticias sobre desahucios a lo largo y ancho del país. Y estos casos sólo son un ejemplo.
Desde la izquierda se defienden estas bases igualitarias porque el fin principal que se persigue es el bienestar social. Es decir, el libre desarrollo individual, el de todos (y no sólo el de unos pocos “privilegiados”). Para ello, la izquierda observa como necesaria una amplia acción reguladora por parte del Estado. Esto es, un fuerte intervencionismo estatal. Para lograr así la ya mencionada igualdad de oportunidades y la justicia social, que eviten la discriminación social. El Estado debe garantizar a los ciudadanos ciertas condiciones y recursos, que igualen sus condiciones de partida en la competencia social, sin los cuales no les sería posible alcanzar su pleno desarrollo. Desde esta posición, muestran una gran sensibilidad hacia las desigualdades y las injusticias sociales que el desarrollo del capitalismo ha generado. La izquierda apuesta por una democracia representativa, basada en una ciudadanía activa y participativa.
La Derecha y el Liberalismo Conservador
Sin embargo, la tendencia opuesta, el Liberalismo Conservador, que refleja a la perfección las líneas básicas de la derecha, se muestra completamente hostil hacia el intervencionismo estatal. Para ellos el derecho de propiedad es el derecho más absoluto, y la acumulación ilimitada un fin en sí mismo. Defienden el capitalismo salvaje y el individualismo radical. Están claramente despreocupados por las desigualdades y las injusticias sociales. Además, reducen la igualdad a la mera igualdad ante la ley. Y también, se niegan a cualquier proceso de redistribución de la riqueza. Para resolver los problemas causados por la desigualdad, en lugar de acudir a la justicia social, apuestan por la caridad privada.
Todo esto se traduce en la privatización de los servicios públicos de sanidad y educación. Así lo podemos observar en la España actual. Las ayudas y los subsidios por parte del Estado, son cada vez menores. Percibimos recortes y más recortes en pensiones, becas, sanidad, educación, etc. Y una regulación legal de las condiciones laborales que defiende los intereses del empresario y no del trabajador. Un gran triunfo para el capital y la gran empresa, frente a un ciudadano de a pié desamparado.
Consideran que la actividad reguladora del estado es un terrible error. Y lo es porque provoca la pasividad del individuo y lo convierte en adicto a las ayudas del Estado. Lo convence de que la caridad se ha convertido en derecho. Así, afirman que la justicia social conduce al paternalismo y a la omnipotencia estatal. Nos lleva “hacia el camino de servidumbre”, como lo describió Hayek (5). De esta manera, apuestan por una democracia protectora (del derecho de propiedad principalmente) y elitista.
¿Izquierda o Derecha?
Ya tenéis planteadas ambas corrientes, en líneas generales. Y no es difícil encontrar las similitudes que mantienen con los dos bloques políticos enfrentados en nuestro país. Así como entender por qué está siendo tan complejo el proceso de diálogo entre ellos. Y es que ambas tendencias tienen intereses muy diferentes y contrapuestos, profundamente incompatibles. Inclinar la balanza hacia la igualdad de oportunidades y la justicia social o hacia el individualismo posesivo y el capitalismo salvaje, estará en manos de los ciudadanos. Sólo queda hacer una buena lectura de los diferentes programas electorales y reconocer en el trasfondo de todos ellos a un liberalismo o al otro. ¿Qué decides? ¿Izquierda o Derecha? ¿Derecho o caridad?
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Philippe Fournbasar: excelente tu análisis. Estamos muy acostumbrados a basar nuestras opiniones en afirmaciones de otros…. es como cortar y pegar. Pero por suerte todavía existimos las personas autodidactas y con pensamiento propio.
Elemento típico de Red Liberal y de los chicago’s boys. Ejemplo de los que se leen un libro de los que leyeron a Hayek o Mises, pero no a Stuart Mill, y que se creen entendidos. Sus argumentos siempre son similares y no los cambian desde hace años.
Un abrazo compañera.
Nunca habia visto tantos Zascas Juntos y tan respetuosos… Enhorabuena por el artículo Ana.
¡Muchas gracias Antonio!
Todos los datos que expones Philippe son muy interesantes y tu visión es respetable, aunque no la comparta. ¿Podrías facilitarnos de dónde extraes todas esas cifras y porcentajes a los que aludes?
¿Es la derecha española liberal en lo económico? Lo del rescate a los bancos no es más que un ejemplo añadido del fracaso del sistema socioeconómico capitalista en el que vivimos, regido por la supuesta ley de la oferta y la demanda… aunque a costa de que la ciudadanía tenga que pagar las fechorías de los poderes financieros y los especuladores… http://www.publico.es/actualidad/capitalismo-dia-mas-incompatible-democracia.html
Eso de que los precios de la energía dependen de lo que salga en el BOE… poco dependen desde mi punto de vista, cuando se permite que pese a lo que establece nuestra Carta Magna. Vamos a recordarla: Título VII. Economía y Hacienda, art. 128, 1 : «Toda la riqueza del país en sus distintas formas y sea cual fuere su titularidad está subordinada al interés general» y respecto al intervencionismo «devastador» del Estado y las energías, Título VII. art. 128, 2: «Se reconoce la iniciativa pública en la actividad económica. Mediante ley se podrá reservar al sector público recursos o servicios esenciales, especialmente en caso de monopolio y asimismo acordar la intervención de empresas cuando así lo exigiere el interés general». Pues bien, eso que tú criticas de nuestro sistema democrático (refrendado por nuestra querídisima constitución, no se cumple). Ya que el precio de la luz sigue subiendo mientras que la pobreza energética asola a la ciudadanía en virtud de mantener el beneficio de unos pocos señores y políticos corruptos. En un país serio y del mundo «desarrollado» esto no debería permitirse. http://www.elmundo.es/economia/2015/10/20/5626187fca474195608b45c7.html
http://www.20minutos.es/noticia/2891359/0/pobreza-energetica-causa-miles-muertes-anuales-espana/
Respecto a tus cifras donde alabas a las multinacionales y criticas a las pymes, me encantaría conocer tus datos, ya que yo no manejo los mismos. Como tú mismo sostienes, parece lógico que las pymes tengan que apretar más a sus pocos empleados frente a las grandes empresas, debido a que, ni de lejos, cuentan con la misma presión fiscal. http://www.expansion.com/pymes/2016/03/21/56ec3c7022601de8638b4650.html
Y por último, en cuanto a la Ley de Seguridad Ciudadana o «Ley mordaza» (aquí tendríamos para hacer un especial), ¿qué no hay problemas? Partiendo de que el manifestante queda «totalmente» desprotegido ante el juicio personal del agente de policía, si a eso le sumamos la violencia desproporcionada que han venido acostumbrando los antidisturbios de este país… (pasate por alguna manifestación, para sentir el miedo y el pánico que se experimenta tú mismo). Con ello, tienes una mezcla explosiva y una violación del derecho a la protesta. Sin ir más lejos en este artículo, se expone que al día la policía multa a 30 personas al día por «faltas de respeto» a los agentes desde que entró en vigor la Ley Mordaza. Puedes manifestarte, sí, también pueden detenerte de forma arbitraria, pasarte seis horitas en el calabozo e incluso pillar algún palo y «dormir sin sábanas», sólo por la voluntad personal de un individuo.
http://www.eldiario.es/sociedad/sanciones-diarias-Policia-Ley-Mordaza_0_489951750.html
Y sobre eso de que no hay ningún problema desde su aprobación… te dejo algunos ejemplos grotecos http://www.lamarea.com/2016/07/01/ano-la-ley-mordaza-multas-grotescas-alimentan-miedo-protestar/
Posdata: magnífico análisis sobre 70 años de la URSS sistema, que al igual que el nuestro, tuvo sus aciertos y sus errores. http://www.culturabolchevique.com/2012/01/cinco-cosas-que-nunca-agradecimos-la.html
Sin ir más lejos, algo le debemos a esos «comunistas que comían niños» de no ser por ellos, quizás ahora hablásemos alemán , aunque visto lo visto en el ascenso de ciertos movimientos europeos, a algunos quizás no les disgustaría. ¡¡¡Saludos!!!
Siendo estudiante de Filosofía y escritora, es decir, una persona culta y bien informada, creo que podrías haber escrito algo más serio y con menos tópicos.
El tópico más grave es presuponer que la derecha española es liberal en lo económico. ¿Qué tiene de liberal convertir a España en el infierno fiscal que es ahora? ¿o el rescate de las cajas a costa del contribuyente? Ya te lo digo yo: nada de nada. Eso no es liberalismo, sino socialismo puro y duro.
Por otro lado, ya me dirás en qué se parece el capitalismo salvaje al hecho de que los precios de la energía dependan de lo que salga en el BOE, de que más de la mitad del precio del carburante sean impuestos, o de que el sector público en España constituya aproximadamente un 45% del PIB…y así te puedo poner muchos ejemplos. Si esto es capitalismo salvaje, entonces Canadá, Reino Unido, Australia o Nueva Zelanda, donde el Estado tiene menos peso y hay mucha más libertad económica que aquí, deben ser una jungla en la que sus habitantes luchan por sobrevivir a duras penas, ¿no?.
En cuanto a la reforma laboral, si te parece tan terrible, ¿cómo te parece entonces la ley anterior del PSOE, que entre 2007 y 2011 mandó a 2’3 millones de personas al paro frente a las 400.000 personas que han perdido su empleo entre 2011 y 2015, ya con la nueva ley?
Por otro lado, es falso que las grandes empresas se hayan beneficiado de la mayor facilidad de despido: entre 2011 y 2014, las pymes destruyeron 870.000 empleos, mientras que las grandes empresas crearon 33.000. Es decir, han sido las pymes quienes han ahorrado costes de despido, no las grandes empresas. Otro dato de regalo: las grandes empresas han incrementado los sueldos medios un 4%, al contrario que las pymes, que los han recortado.
Una pregunta: ya que simpatizas con ideas que abogan por la igualdad más absoluta, y que en tu artículo alabas las virtudes de la izquierda española acerca de la igualdad, de la justicia social, etc…, ¿qué te parece la legislación laboral anterior en la que los trabajadores indefinidos están muy protegidos, mientras que los trabajadores temporales apenas lo están? Insisto, una de las causas por las que muchos trabajadores fueron al paro es esta.
En cuanto a la Ley de Seguridad Ciudadana, o ley mordaza como la llamas tú, decir que la libertad de expresión está en peligro ya denota que no te la has leído, ¿me podrías decir por favor qué derechos te ha quitado esta ley? ¿A expresarte? Lo dudo, pues no creo que hayas tenido problemas para escribir este artículo. ¿A manifestarte? Lo dudo, en España se celebran manifestaciones a diario y que yo sepa, no hay ningún problema…entonces, ¿qué derechos te han cercenado?
Por último, me asombra muchísimo que digas que «La tradición liberal, al igual que había sucedido anteriormente en el resto del mundo, contaminó a todas las tradiciones políticas españolas». Deja que te diga que, si bien las democracias liberales tienen muchos defectos, en 200 años todavía no ha surgido un sistema mejor que las reemplace…ni siquiera el marxismo-leninismo con el que simpatizas, que estuvo vigente en Rusia durante 70 años y no trajo más que miseria y atraso, así como la negación del individuo y una represión brutal.
Que cuestiones mi formación, mi inteligencia o mi cultura, o todas ellas, para comenzar tu argumento, por el simple hecho de defender ideas o posiciones políticas diferentes a las que defiendes tú, ya dice mucho sobre ti.
En cuanto a la seriedad de mi artículo (y los supuestos tópicos en los que caigo), en él puedes encontrar la bibliografía que me avala y en la que me baso; ¿en cuál te basas tú? Yo no presupongo nada, repito, me baso en una bibliografía. Precisamente, parafraseándote, «el rescate de las cajas a costa del contribuyente» es una decisión muy pero que muy liberal conservadora. Tu afirmación en ese mismo párrafo de que la derecha española no es liberal, sino socialista…ni siquiera merece mi respuesta.
Sigues haciendo una gran crítica al intervencionismo estatal, que para el que no lo sepa, es una postura típica de los liberales conservadores. (El comentario que haces de las eléctricas…no, tampoco se merece mi respuesta. En cuanto a los impuestos…si, muy bien, ¿y qué se hace después con esos impuestos? Te pregunto yo. Porque no están destinados a fines educativos, ni sociales, ni sanitarios…).
Aclaración respecto a lo que dices después: el PSOE es, al igual que el PP, un partido liberalista conservador en la práctica, aunque sigan luciendo las siglas socialistas. Sólo hay que leer su programa político para verlo. Ambas reformas laborales me parecen una basura.
Reitero varias veces a lo largo del artículo que las leyes favorecen a la empresa/empresario y no al trabajador (disculpe usted si no hago referencia expresa a las pymes, no lo encontré necesario). Eso de que las grandes empresas han creado tantos empleos…yo te pregunto: ¿cuáles son las condiciones de esos empleos? Porque las condiciones, importan. El dato que se te ha olvidado señalar es que desde el estado se ayuda mucho más a la gran empresa que a las pymes; no pasa nada, yo te lo apunto.
Repito: el PSOE es liberalista conservador. Date por respondido a todas las alusiones que haces a sus anteriores leyes. En mi artículo no he querido ponerle nombre ni a la derecha ni a la izquierda por mi manía de fomentar el pensamiento crítico, es decir, que la gente lea (los programas políticos por ejemplo), reflexione y se forme su propia opinión.
Ley mordaza la llamo yo y mucha gente más. (Y sí, la he leído y me he escandalizado, porque sí, he observado que hay derechos y libertades en peligro. Tu insinuación, de nuevo, a mi supuesta falta de documentación, vuelve a reflejarte como detractor. Y vuelvo a remitirte a mi bibliografía). En dicha ley, se aprueban por ejemplo sanciones a manifestantes, sanciones a quien ose cuestionar o denunciar (con material fotográfico por ejemplo) a los cuerpos de seguridad, dejando, por ejemplo, en manos de dichos cuerpos la interpretación de qué es una falta de respeto…además de las «devoluciones en caliente», que violan unos cuantos derechos humanos. Dicha ley, también, limita el derecho a huelga (pues varios de los artículos que recoge chocan con este derecho) y la libertad sindical. Y así podría seguir, pero considero que ya ha quedado clara mi postura y mi lectura de la ley. Te parafraseo de nuevo: «¿me podrías decir por favor qué derechos te ha quitado esta ley? ¿A expresarte? Lo dudo, pues no creo que hayas tenido problemas para escribir este artículo» ¡Solo faltaba que como profesional no pudiese ejercer mi trabajo! Quizás eso te gustaría…Ahí has estado bastante demagogo.
Y finalizando, esa frase de mi artículo a la que haces alusión, repito de nuevo, está respaldada por la bibliografía que cito. Si gustas, te la explico: la tradición liberal (en sus dos polos), fue tomando mucha fuerza en el panorama político internacional, por lo que las demás tradiciones acabaron bebiendo de ella (a ver si así te gusta más). El hecho de que haya usado el término «contaminar», no implica que lo haya usado en modo peyorativo. De hecho, a lo largo del artículo defiendo el liberalismo social (que también pertenece, al igual que el conservador, a la tradición liberal). Entiendo que has hecho una mala interpretación.
Eso de que «no ha surgido un sistema mejor», bueno, dime, ¿en qué te apoyas? Porque el sistema actual mueve muchos intereses que estarán encantados de paralizar cualquier sistema alternativo. Y por último, el análisis que haces de la historia rusa…¡Eso sí que es un tópico! Te pregunto de nuevo: ¿fuentes? Y no me valen ni la Cope ni Intereconomía.
Encantada de haber despertado en ti tanta aversión. Un saludo.