Sabía que estabais deseando que alguien desmontara de una vez la imagen de “chulitos” de los espartanos. Por fin ha llegado la hora. Hoy abordaremos 10 mentiras sobre Esparta y sacaremos la verdad a la luz.
Es indudable que la polis de la antigua Esparta sigue provocando nuestro interés. Grandes y valientes guerreros, estrategias de combate, disciplina, crueldad y sangre a borbotones. Muchos son los mitos, ficciones y mentiras sobre Esparta que se han ido transmitiendo a lo largo de la historia como ciertos. En el caso de la antigua Esparta las pruebas evidencian que, no solo se han perpetuado, sino que se han multiplicado alcanzando cotas de novela fantástica. Los espartanos ya no son hombres, son superhéroes.
Pero ¿de verdad sabes tanto de ellos como crees? ¿O solo te has dejado llevar por un espejismo? Sea como sea, ha llegado el momento de conocer la verdad. Vas a flipar con alguna de estas mentiras sobre Esparta.
Esto es Esparta, ¿o no? Verdades y mentiras sobre Esparta
La polis de la antigua Esparta fue, durante gran parte del periodo arcaico y clásico (1) la ciudad más importante del mundo griego. Compartía con los demás habitantes de Grecia los mismos valores, adoraban a los mismos dioses, practicaban el politeísmo. Y al igual que otras polis, se constituían como una sociedad guerrera y patriarcal, con una economía basada en la agricultura. ¿Y qué pasó? Caminamos, pues, por terrenos pantanosos. En nuestra contra se unen la falta de documentos escritos, como consecuencia de la tradición oral que practicaban y una gran dosis de secretismo fomentado por los mismos espartanos.
Y a partir de aquí, vamos a desmontar chismes y mentiras sobre Esparta.
1. Fake – El rito del nacimiento descrito de aquella manera
El ritual al que eran sometidos los niños en la antigua Esparta no puede faltar en ningún texto sobre los espartanos que se precie. Siglos y siglos de transmisión han adornado, suprimido o inventado partes del ceremonial que, sin duda, lo hacen mucho más interesante y, también, menos verídico. En este momento alcanza cotas de leyenda.
Dice más o menos así:
Cuando un varón nacía en el seno de un hogar espartíata, el padre lo presentaba al consejo de Ancianos (2) Ellos lo examinaban y comprobaban que no estaba enfermo. A continuación, las mujeres lo sumergían en vino. Los bebes enfermizos y epilépticos sufrían convulsiones y los demás salían reforzados con el baño.
Si aceptamos la veracidad de este supuesto, la admisión del niño se producía mediante una prueba eugenésica (3) donde la vida o la muerte del bebé quedaba en manos de los ancianos. Esta información nos llega de la mano de Jenofonte (4) y de Plutarco (5), una práctica a la que nunca asistió, luego hablaba de oídas. Los autores pretendían poner en valor la erradicación del individualismo a favor de la comunidad. Se transmitía así el hecho de que el padre no decidía porque los hijos eran patrimonio de la polis. Obsérvese que he utilizado la palabra “niño” en masculino, las niñas estaban exentas de someterse a dicha prueba (6).
2. Fake – Los que no eran perfectos, ¡a la basura!
Si el niño era rechazado en la ceremonia había que “deshacerse” (7) de él arrojándolo por una sima del monte Taigeto (8). El fake nos dice que los espartanos arrojaban a los «no aptos» (niños, enfermos, deformados o con retraso mental), desde el monte Taigeto hasta un valle conocido como Ceadas (9). Los trabajos arqueológicos, (un periodista logró descender al agujero y tomar algunas excelentes fotografías), sacaron a la luz una gran cantidad de huesos humanos dispuestos. La campaña contó con la participación de varios especialistas (10). Los huesos pertenecían a cautivos mesenios, hilotas (11) condenados a muerte. También encontraron armas de soldados datadas en la Edad Media.
3. Fake – Los espartanos eran analfabetos
En Esparta la cultura se transmitía de forma oral. Apenas dejaron nada por escrito, un poco a la manera de Sócrates (12). Y, aún así, es muy osado afirmar que los espartanos eran unos ignorantes. No olvidemos que los antiguos griegos, en general, cultivaban y admiraban el conocimiento. Los espartanos, también. En Esparta encontramos una rica tradición oral, con poemas muy bellos y elaborados. La mayoría de los ciudadanos aprendían a leer y a escribir. La agogé incorporaba los versos de Alcmán y de Tirteo (13) o de filósofos como los retóricos o los estoicos, representados por Esfero de Borístenes (14) o músicos, como Terpando de Lebos, inventor de la lira. Los artesanos laconios eran capaces de alcanzar una factura en las piezas de cerámica con un nivel sorprendente.
4. Fake – La educación o agogé los hacía invencibles
El conjunto de leyes de las que se hacen eco autores como Jenofonte en su Constitución a los lacedemonios inician, en gran medida, la idea de sociedad cruel y disciplinada que ha llegado hasta nosotros. Y no es que no lo fuera, cruel digo, lo era y mucho.
Licurgo – El mítico legislador espartano
Hasta el día de hoy, nadie puede acreditar la veracidad de la existencia de Licurgo, el famoso legislador. La mayoría de los investigadores admiten que hubo varios “licurgos” y que este sistema educativo no surgió en un momento determinado, más bien se implantó de manera progresiva en el tiempo, entre los siglos VII al V a.C.
La agogé se consideraba obligatoria desde los siete hasta los veinte años. A los siete años, los niños eran separados de los padres y organizados en grupos de edad (15) a cargo de un responsable, un chico de más edad, revestido de autoridad. La férrea disciplina a la que eran sometidos pasaba por caminar descalzos, comer frugalmente y protegerse de la intemperie por un sucinto tribón, un manto corto.
Los niños espartanos sí tenían padre
Respecto a la tan difundida sentencia de la falta de compromiso de los espartíatas en la educación de los hijos, es necesario puntualizar que el padre seguía siendo el “propietario” de la descendencia. Al fin y al cabo, los hijos eran sus herederos. Sirva como ejemplo la llamada Estela de Damonón. La estela a la que hago referencia es un monolito conmemorativo del triunfo en el que encontramos constancia de la participación a la vez de un padre y de su hijo, en edad de asistir a la agogé, en unos Juegos Olímpicos. El niño que era enviado a la agogé no rompía del todo los vínculos con su familia. El hijo disfrutaría, por lo tanto, de un permiso especial para acudir a los Juegos en compañía de su padre. ¡A los juegos o al futbol! (hoy en día)
5 Fake – Los espartanos eran todos iguales
La traducción del griego de la palabra homoioi es igual. Sin embargo, la tan cacareada igualdad de los espartanos se pone en duda a poco que profundicemos en las fuentes (16) La agogé disfraza las enormes desigualdades que había entre ellos. Desigualdades de tipo económico, por supuesto.
Cuando se dice que, una vez culminado el periodo de formación, a cada espartano se le hacía entrega de una parcela de tierra, no todas las parcelas eran iguales. Una parcela de tierra fértil produce mucho más que aquella que se cultiva en terreno pedregoso. La concentración de las mejores parcelas de tierra en manos de unas cuantas familias es un hecho que ha sido ocultado en las fuentes con interés. ¿Quién puede creer que un ciudadano con solvencia se conformase con una parcela poco productiva? ¿Acaso no había individuos ambiciosos entre ellos?
El origen de los conflictos sociales que motivaron las reformas en el reparto de la tierra a lo largo de diferentes reinados, Agis II, (17) por ejemplo, nos debe llevar a pensar en lo fácil que sería sacar el dinero fuera de Esparta y evitar así que pasara a manos comunes. Y de hecho, así lo acreditan los espartanos que se exiliaban, (porque sí, había opositores), por enfrentarse a las políticas de diferentes basileos o reyes, a lo largo de la historia. Muchos de ellos encontraron refugio en sus propiedades situadas en otras polis como Corinto o Argos, en espera de una situación más favorable a sus intereses (18). Siempre hubo ricos y pobres.
6. Fake – Todos practicaban la homosexualidad
La pederastia en la antigua Grecia no tiene nada que ver con la conducta delictiva. Se consideraba como una relación necesaria entre un varón adulto y un varón adolescente. Sabemos que se daba también entre mujeres, pero las fuentes no se refieren a esta modalidad explícitamente). Era aceptada por la familia del joven y legal.
La pederastia cumplía un papel educativo, sobre todo en la formación de las clases aristocráticas. Se interpretaba como un rol necesario para la integración en la vida pública y no interfería en absoluto en el papel reproductor de hombres y mujeres. En estas relaciones encontramos una parte dominante, el adulto o erastés, el amante y una parte dominada y pasiva, el joven o erómenos, el amado. Se trataba de una relación temporal. Una forma ancestral de iniciación a la virilidad y a la vida pública (19).
7. Fake – La lambda del escudo y las capas púrpuras
La capa púrpura
Esparta era una de las productoras de púrpura del mundo griego. La costumbre de usar las capas de este color viene de lejos. La fuerza del color provocaba el recelo y el miedo en los enemigos inexpertos y disimulaba la sangre de las heridas.
La letra lambda
La letra en el escudo no se generaliza hasta el s. IV, para chasco de los cineastas que la meten hasta la sopa. Las demás polis también usaban las letras para diferenciarse, por lo tanto, no era algo exclusivo de Esparta. Antes, los escudos se adornaban con las imágenes que cada guerrero elegía: serpientes, gorgonas e incluso moscas a tamaño real.
8. Fake – Las mujeres espartanas eran unas bordes
Las actividades deportivas de las mujeres espartanas (20) han contribuido a crear un estereotipo de mujeres viriles y poderosas, a juego con la hipermasculinidad de sus hombres. Mujeres capaces incluso de ir a la guerra. Una idea de libertad que se equipara con el libertinaje.
En las fuentes (21) aparecen siempre con un mayor nivel de independencia o libertad respecto a las demás griegas. Se presentan como mujeres que no están sometidas a las decisiones del marido o del padre y a las que se les permitía hablar en público. Una distorsión más, tanto ellos como ellas estaban sometidos al Estado. Ninguno era libre de elegir. El Estado controlaba los matrimonios y condicionaba la decisión de las familias.
9. Fake – Nada es lo que parece – La manipulación de las instituciones espartanas
Al acercarnos a la historia de la antigua Esparta nos encontramos con un problema importante y es que fueron las propias instituciones espartanas, las que se encargaron de diseñar la imagen que querían ofrecer de cara a los demás, es decir, sus debilidades militares y fracasos quedaron oportunamente ensombrecidos, si no ocultos, con el fin de mantener el control sobre la población de esclavos, los hilotas. ¿No os suena de algo?
Se fomentó a través del secretismo y de una red de espías estupenda. La culpa de la distorsión, cuando no de la invención, es atribuible a la ausencia de autores espartanos. La historia, la vida cotidiana y las instituciones las conocemos por el relato de extranjeros, o de eruditos a sueldo que nos muestran siempre lo que los espartanos querían que viésemos (22).
El secretismo en la Esparta clásica se utilizó como forma de control del Estado.
El silencio remite al espacio filosófico sapiencial y sobre todo religioso: tiene un uso ritual, sacro e iniciático. Y además, en Esparta, era un codificado y versátil canal de control social y político. «Según apunta el catedrático, experto en Historia de Esparta, César Fornis.
10. Fake – La estatua de Leónidas en las Termópilas
Y para aquellos que se tatúan el busto, erróneamente atribuido, al rey Leónidas, deberían saber que el Estado heleno erigió en 1955 una estatua cerca del paso de Aguas calientes, Termópilas. Esta y otra escultura similar, junto con el busto al que nos referimos, custodiado en el Museo Arqueológico de Esparta, contaron con capital estadounidense para alabar la resistencia de los griegos al invasor. Solo que los donantes de EEUU no pensaban en Leónidas sino en el apoyo recibido durante la II Guerra Mundial o durante la denominada Guerra Fría.
Y para terminar os regalo una curiosidad sobre Esparta
El epitafio encargado por la Liga délfica al poeta Simónides de Ceos:(23)
“Extranjero, ve y di a los lacedemonios que aquí yacemos por haber obedecido sus órdenes”,
Puede ser leído en las Termópilas. Este es un magnífico ejemplo de obediencia militar: cumplir las órdenes hasta el final. Una versión de la batalla traducida al alemán se transmitió a los últimos defensores de Stalingrado.
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