Konnichiwa (1) queridos lectores. Hoy vuelvo a traeros un relato de la tierra del sol naciente. Quizás una historia muy conocida, pero no por ello menos apasionante. Nuestro protagonista es considerado el mejor duelista de la historia de Japón. Una persona de la que es difícil escribir, pues leyenda y hechos reales se mezclan en su figura. Hoy hablaremos de Miyamoto Musashi.
La infancia de Miyamoto Musashi – un guerrero
Musashi nació en el 1584, en el seno de una familia de la nobleza terrateniente del Japón feudal (2). Su padre, Munisai, era un famoso maestro de varias artes marciales, incluyendo el combate desarmado y el uso de dos armas en esgrima. Sin embargo, la infancia de Musashi no fue feliz. Su padre se divorció de su madre y esto llevó a que la relación con éste fuera tumultuosa. Broncas y golpes fueron frecuentes (3). Esto forjó el carácter de nuestro protagonista, que siempre mostró desprecio por su seguridad personal.
Este carácter temerario le llevó a que con 13 años se enfrentará a su primer rival en un duelo. Un samurái llamado Arima Kihei desafió a aquél que se atreviese a un duelo de habilidad (4), con la esperanza de enfrentarse al famoso Munisai. Sin embargo, se encontró con su joven hijo. Kihei pensó que esto era una vacilada por parte del joven y no tomó en serio a su contrincante. Un grave error. Musashi, muy fuerte y desarrollado para su edad, armado con una enorme espada de madera de entrenamiento – arma que usaría en más duelos – le aplastó la cabeza de un golpe certero.
El viaje de perfeccionamiento de Miyamoto Musashi
El siguiente paso que tomó el joven espadachín fue renunciar a su cómoda vida de noble y dedicarse a vagar por Japón para meditar y practicar con la espada. Su petate solo tenía un poco de ropa, una cantimplora de bambú, papel y pincel para escribir y por supuesto, una espada. Durante este retiro, libró duelos en los caminos contra otros samuráis (5). Poco a poco, iba definiendo en su mente qué estilo de combate era el más óptimo para cada situación.
En el 1600, puso a prueba todo lo aprendido en la batalla de Sekigahara, donde a pesar de sus esfuerzos, su bando fue derrotado y tuvo que escapar, para evitar unirse a los mas de 70.000 muertos. Durante unos años mantuvo un perfil bajo, hasta que en 1604, atravesó las puertas de la ciudad de Kyoto con la intención de enfrentarse a una de la mejores espadas de todo Japón.
En Kyoto, dos hermanos – un rival a batir
La familia Yoshioka de Kyoto era famosa por ser los instructores de esgrima del Shogun (6). En el tiempo en el que Musashi atravesaba las puertas de la ciudad, dos hermanos destacaban en esgrima: Seijuro y Deinshichiro. El mayor, Seijuro, estaba considerado el mejor espadachín de la familia, con una técnica y un nivel de concentración sin parangón. Miyamoto Musashi, ni corto ni perezoso, desafió a Seijuro. En un páramo, a las afueras de la ciudad, cruzaron espadas. Ésta es una crónica del encuentro:
“Muhashi y Seijuro lucharon con la fuerza del dragón y del tigre, pero un golpe de la espada de madera de Musashi dejó inconsciente a Seijuro. Escapó con vida, pero decidió abandonar las artes marciales y hacerse sacerdote budista” (7).
Entrar en el sacerdocio era una manera de purgar la vergüenza de la derrota. El hermano menor, Deinshichiro, tuvo otra idea: derrotar al hombre que había vencido a su hermano. Otro duelo fue pactado, esta vez acabo peor. Musashi desarmó y mató a Deinshichiro, acabando con la generación más joven de la familia Yoshioka. Musashi abandonó Kyoto, perseguido por muchos de los estudiantes de los espadachines derrotados (8). Pero su fama había crecido considerablemente.
Miyamoto Musashi monta una escuela y se aburre como una ostra
Musashi continuó luchando contra todo el que pareciese fuerte. En 1607, derrotó a un famoso guerrero experto en el uso del kusarigama (9). Tras esto, decidió trasladarse a la capital del país, Edo, y abrir una escuela de esgrima. Pronto tuvo a un grupo de fervorosos estudiantes que le dotaron de un sustento. Parecía que el joven aventurero sentaba la cabeza. Aun así, le quedó tiempo para entablar más duelos. Famoso es el duelo con Gonnosuke, un hombre que llevaba bordado en sus ropas: «mejor maestro marcial del reino» (10). Musashi, por el contrario, era un desastre. No seguía la moda, su higiene a veces no era la más pulcra… Vamos, que hacía lo que le daba la gana. No obstante el duelo fue rápido, de un golpe derrotó a su pretencioso rival, el cual salió con vida (11).
No obstante, este modo de vida aburría a Miyamoto Musashi, los duelos contra gallitos en el que nadie quería jugarse la vida no eran emocionantes. Así que en 1612 abandonó su escuela y vagabundeó hacia el oeste, con un objetivo en mente.
Duelo a muerte – Miyamoto Musashi vs Sasaki Kojiro, «el demonio de las provincias occidentales»
Sasaki Kojiro era un reputado guerrero, conocido como “el demonio de las provincias occidentales”. Normal por otra parte: vestía del más puro rojo sangre y portaba una espada de enormes dimensiones conocida como “el palo de secar”. Su técnica estaba muy depurada y había derrotado a todo el mundo con el que había luchado. Musashi envió una nota a Kojiro, en la que solicitaba un encuentro “para comparar técnicas”. Los dos mejores guerreros de su momento se enfrentarían para ver quién era mejor.
Decidieron citarse en una pequeña isla, lejos de miradas inoportunas. Kojiro fue al encuentro vestido con sus mejores ropas, una ocasión tal lo merecía. Pero Musashi se retrasaba mucho (12). Kojiro estaba furioso por la falta de respeto, hasta que un bote apareció en la lejanía…
Musashi, vestido con ropajes burdos y una toalla anudada a la cabeza, estaba tallando un aespada de madera a partir de un remo de la barca. Saltó al agua y se puso en guardia al tocar tierra. Los contrincantes se midieron unos instantes y pasaron al ataque. Musashi tenía un corte en la cabeza y su toalla estaba en el suelo, el espadón de Kojiro casi le parte la cabeza en dos. Kojiro estaba en el suelo con sangre saliéndole de la boca. Estaba muerto: la espada de madera de Musashi le había aplastado la caja torácica. Musashi anuló la ventaja de la larga espada de Kojiro creando una espada mayor a partir del remo, un golpe de genio que le permitió conservar la vida (13).
La guerra no lo es todo… ¡Musashi también fue un artista!
Podría hablar de más duelos, pues Musashi lucho más de sesenta veces a muerte y venció en todas (14). Pero también desarrolló otras facetas que merecen la pena explorar. Musashi, con el paso de los años, desarrolló una intensa vida artística, siendo un excelente pintor y un gran calígrafo.
Pero su obra culmen, sin duda, es el Libro de los Cinco Anillos. Una obra donde la filosofía y su experiencia en combatir se funden. El libro abarca temas como la táctica y la estrategia, el desarrollo físico y metal de un guerrero y cuál es el ideal del samurái. Las frases de Musashi son directas, y muestran a un hombre que, a pesar de ser un brutal guerrero, poseía un agudo ingenio y sensibilidad:
“Aunque os esforcéis diligentemente en vuestro propio camino día tras día, si vuestro corazón no está de acuerdo con él, aunque penséis que estáis en el buen camino, desde el punto de vista de la justicia y de la verdad, no es un auténtico camino. Si no seguís un auténtico camino hasta el final, una pequeña maldad al principio se convierte en una gran perversión” (15).
Agradezco de todo corazón a mi amigo Paco que me prestase la novela Musashi: mi enemigo, sin este aliciente no me hubiera lanzado a hablar de este personaje. Espero que hayáis disfrutado con este artículo, para cualquier sugerencia dejad un comentario en nuestras redes sociales. Os dejo con una canción, como siempre. ¡Hasta más ver!
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