Vida entre muerte: La maternidad durante el Holocausto judío

Está claro que uno de los acontecimientos más importantes y bellos en la vida de muchas mujeres es traer un bebé al mundo. El nacimiento de un hijo/a suele inundar de felicidad la vida de cualquier deseosa mamá, quien siempre luchará instintivamente para que su retoño crezca sano y fuerte. En este artículo te hablaremos sobre la maternidad durante el Holocausto judío.

Sin embargo, hay muchas personas que tuvieron que experimentar esta maravillosa experiencia dentro de uno de los lugares más aterradores y crueles que han existido a lo largo de la Historia, los campos de concentración nazis. ¿Cómo se podía ser mamá dentro de un campo de concentración? Si quieres saber cómo era la lucha de una madre por mantener a su hijo/a con vida en un lugar atestado de muerte, ¡sigue leyendo!

La maternidad durante el Holocausto y en la sociedad nazi

En plena Segunda Guerra Mundial, el papel de la mujer alemana era fundamentalmente el de procrear. Tener ese don era algo magnífico y digno de celebrar. Era completamente necesario engendrar vida para que la supremacía de la raza aria no tocase su fin…

En cambio, la situación era bastante diferente si hablamos de una mujer judía. El antisemitismo reinaba entre la sociedad y, en oposición a la mujer alemana, la procreación judía se veía como una completa amenaza al principal objetivo nazi: acabar con la cultura semita radicalmente. (1)

En algunas zonas, como Lituania, a la mujer practicante del judaísmo se la llegó a prohibir quedarse embarazada. Los médicos judíos tenían la obligación de informar a las autoridades sobre cualquier embarazo semita, así como impedir que este se llevase a cabo. La no interrupción del embarazo significaba la muerte, tanto de la madre como del médico en cuestión. (2)

Para “vaciar” los ghettos de judíos, se trasladaban multitud de personas a los campos de concentración y la figura femenina comienza a tener gran relevancia por su capacidad reproductora. Así que, se comienza a deshumanizar a la mujer. El objetivo es quitarle valor, vejarla y humillarla. Es víctima de abusos sexuales y de múltiples maltratos. La mujer se convierte en el blanco perfecto para el desahogo del odio alemán. (3)

¡Bienvenidas a los campos de trabajo!

Las mujeres, cuando llegaban a los campos de concentración, pasaban por una selección acorde con sus cualidades físicas dependiendo del trabajo que iban a realizar.

Maternidad durante el holocausto judío y la sociedad nazi
Mujeres y niños haciendo cola hacia al infierno. Fuente.

Posteriormente se examinaba su cuerpo, eran golpeadas, cortaban su cabello, rasuraban sus partes íntimas y, algunas, fueron mutiladas genitalmente. (4) A continuación recogemos uno de esos testimonios:

“Nos pusieron en fila y nos hacían entrar en pequeños grupos en un barracón donde nos obligaban a desnudarnos a toda prisa y desgarraban la ropa de las mujeres que se negaban a desnudarse… nos tendían en una mesa de metal, fría como el hielo, e inspeccionaban todos los orificios naturales del cuerpo… era una humillación absoluta”. (5)

El principal objetivo: la esterilidad de la mujer judía

El menú en los campos de concentración dejaba mucho que desear. La malnutrición estaba a la orden del día y esto producía diversas enfermedades como la anemia y la amenorrea o pérdida de la menstruación. Los médicos no hacían absolutamente nada para curar la amenorrea pues en el avance de esta enfermedad deja a la persona estéril y esto era perfecto para sus macabros planes. (6)

Niños malnutridos. Fuente.

Mutilaciones, experimentos pseudocientíficos, operaciones quirúrgicas, radiaciones, inyecciones, comida contaminada con tóxicos, eran el día a día para esterilizar a las mujeres judías. Fue tal la obsesión, que también se llevaron a cabo estas prácticas en niñas que ni siquiera se habían desarrollado sexualmente. (7)

Maternidad durante el Holocausto judío – Entre miseria y muerte

Nada más llegar al campo de concentración, las mujeres eran separadas de sus bebés radicalmente. Otra opción era que, si las mamás tenían agarrados de la mano a sus hijos y se negaban a soltarlos, iban junto a ellos a las cámaras de gas. Por esta razón, algunos de los trabajadores de los campos de exterminio intentaban que las madres dejasen a los niños al cuidado de su abuela o alguna anciana para, al menos, salvar la vida de la madre. (8) Como nos podemos imaginar, esto acarreaba un profundo dolor, desconcierto, inseguridad y ansiedad.

Pero, ¿qué sucedía si una mujer llegaba encinta al campo? Pues lo más probable era que se le practicase un aborto forzoso o se asesinase al bebé tras dar a luz. (9) La maternidad durante el Holocausto fue horrible.

No obstante, dependiendo del aspecto físico que aparentase la gestante al llegar al campo de concentración, esta iría a una cámara de gas o a trabajos forzados. Incluso, si la mujer embarazada estaba sana y se mostraba con vitalidad y fuerte, sería dirigida a las cámaras de gas Zyklon-B sin piedad. Madre e hijo eran asesinados, y todo como parte del operativo nazi para crear una raza superior. Así mataban dos pájaros de un tiro y se dejaban de tonterías. (10).

Grupo de mujeres y niños dirigiéndose a las cámaras de gas de Auschwitz - maternidad durante el holocausto judío
Grupo de mujeres y niños dirigiéndose a las cámaras de gas de Auschwitz. Fuente.

En algunos campos de concentración como el femenino de Ravensbrück, al principio, llegar embarazada no era problema, pues las hacían trabajar de igual modo. Cuando nacían los niños, estos eran enviados a orfanatos. Pero con el tiempo la situación se complicó y al nacimiento de estos bebés los médicos solían deshacerse de ellos delante de las propias madres. En estos casos los niños eran asfixiados, ahogados o estampados contra la pared de la habitación. (11)

En otras ocasiones, como en algunos campos de concentración croatas a manos de los ustachas, a las mujeres se les abría el vientre para arrancarles el feto, además de sufrir la mutilación de sus senos. (12). En todos los casos, abominables crímenes de lesa humanidad contra la población civil más indefensa.

Única opción de supervivencia del bebé

¿Qué era lo más importante para un nazi? Defender su raza, ¿no? Pues esta era la única oportunidad de que una judía pudiese dar a luz a su hijo e intentar mantenerlo vivo. Muchas de las mujeres, dadas las pésimas condiciones de vida en los campos de concentración, se veían obligadas a mantener relaciones con alemanes. En ese caso y si los expertos “garantizaban” que ese niño podía contener una cantidad mayoritaria de sangre pura, aria, entonces la mujer podría continuar con su embarazo. (13)

Eso sí, las limitaciones en el día a día de esa mamá y su bebé serían importantes, por lo que el recién nacido tendría muchas probabilidades de fallecer. (14)

Bebé superviviente de los campos nazis, aunque mutilado. Fuente.

Vamos a acabar este artículo haciendo referencia a aquellas enfermeras que arriesgaron su vida por salvar la de alguna mujer y niños/as judíos/as. Estas, secretamente, intercambiaban las pulseras identificativas por otras pertenecientes a judíos ya exterminados. (15) De esta forma, el número que los identificaba se perdía en la nada y sería más fácil salvar sus vidas. Entre tanto odio y oscuridad al menos brilló un poquito la compasión; tal vez fueran ángeles disfrazados de enfermeras…

Se cumplen 75 del Holocausto. Si recordamos estas atrocidades es para que nunca jamás vuelvan a ocurrir.

La memoria es un deber. A continuación, la dama que aparece en el vídeo nos relata una historia de resiliencia y solidaridad entre mujeres. Merece la pena escucharla.



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Referencias y bibliografía

Referencias

(1) Beteta, 2012, p. 114.

(2) Novillo, 2017-2018, p. 18.

(3) Beteta, 2012, pp. 115-117.

(4) Beteta, 2012, pp. 117-119.

(5) Beteta, 2012, p. 118.

(6) Beteta, 2012, p. 120.

(7) Beteta, 2012, pp. 121-123.

(8) Novillo, 2017-2018, p. 19.

(9) Riquelme, 2004, p. 42.

(10) Novillo, 2017-2018, p. 19.

(11) Cenoz, 2017, pp. 12-13.

(12) Cuervo, 2017, p. 213.

(13) Proyecto Giosué, 2017-2018, p. 10.

(14) Proyecto Giosué, 2017-2018, pp. 10-11.

(15) Cenoz, 2017, p. 20.

Bibliografía

  • Beteta,Y., 2012, “La feminidad normativa y la violencia sexual en el III Reich. La deconstrucción de las identidades femeninas y la explotación sexual de las mujeres en los campos de concentración y exterminio”, El Futuro del Pasado: revista electrónica de historia, nº 3, Madrid, pp. 107-135.
  • Riquelme, H., 2004,“La medicina bajo el nazismo: una aproximación histórico-cultural», Medicina UPB, vol. 23, nº 1, Universidad Pontificia Bolivariana, Medellín, Colombia, pp. 25-47.
  • Cuervo, B., 2017, “Los campos de concentración nazi”. Historia digital, vol. 17, nº 30, pp. 186-230.
  • Novillo, L., 2017-2018, Mujeres en el Holocausto, Trabajo Final de Máster, Facultad de Filosofía, UNED.
  • Poyecto Giosué, 2017- 2018, Colegio Galaxia. [En línea] Disponible en: https://www.edu.xunta.gal/centros/cafi/aulavirtual2/pluginfile.php/49200/mod_resource/content/1/Proyecto_GIOSUE.pdf  (25 de abril de 2020).
  • Cenoz, N., 2017, Investigación y Experimentación médica durante el Nazismo, Trabajo Fin de Grado, Universidad Pública de Navarra, Pamplona.
  • Imagen principal: https://porfirioflores.org/2018/08/18/la-mujer-que-realizo-abortos-para-salvar-a-las-madres-de-los-nazis/
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