La historia de la brigadista Ilsa Kulcsar es una historia olvidada de amor y lucha en el Madrid bombardeado de la Guerra Civil Española. Una vivencia romántica entre dos personas de diferentes países unidos por una ideología y acompañada por entramados políticos, feminismo, luchas internas y exilio.
Cuando ni el amor ni la guerra entienden de fronteras… Ilsa Kulcsar
Ilsa Kulcsar fue una austriaca que se enroló en las Brigadas Internacionales para ayudar al bando republicano en la Guerra Civil Española. Llegó a Madrid cuando la ciudad estaba asediada por el ejército franquista y los bombardeos de la aviación alemana; nada más comenzar la defensa de Madrid, en noviembre de 1936. En la defensa participaron las Brigadas Internacionales, gracias a las cuales, la capital de España resistió y no fue tomada por las tropas franquistas.
Aunque el papel de Ilsa Kulcsar no estuvo en el frente, sino en la retaguardia. Pudo encontrar un puesto en la Oficina de Prensa de la República (1). En ella se trataba de dar la información de la Guerra Civil Española desde el bando republicano a la prensa internacional. Al frente de la Oficina estaba Arturo Barea (2). En ella trabajaban periodistas de todos los países e Ilsa Kulcsar pudo encontrar ese puesto de trabajo gracias a sus conocimientos. Hablaba alemán como lengua materna, dominaba el inglés y el francés a la perfección. Además, tenía un buen manejo del ruso y del holandés, y entendía las lenguas escandinavas. Llegó a Madrid con nociones básicas de castellano y acabó aprendiéndolo a los pocos meses. Sin embargo, Arturo sólo dominaba el francés, además de entender el inglés escrito según nos cuenta en sus memorias de La Forja de un rebelde (3).
Una imagen de la desunión del bando republicano
Pero la aventura de Ilsa Kulcsar en España no se limita a la retaguardia ni al trabajo de censora y las relaciones con la prensa extranjera. Su vida está marcada por el amor, la defensa de la República, el feminismo y, como no, las luchas internas de la Guerra Civil Española entre comunistas y socialistas. Unas luchas que, como podemos ver en la imagen de la brigadista Ilsa Kulcsar(4), no se limitan a España, sino que afectaban a varios países europeos como Francia, Alemania, Austria y Rusia.
En primer lugar, hablando del amor, hay que decir que Ilsa Kulcsar estaba casada cuando se enroló a las Brigadas Internacionales para luchar en España. Su marido era Leopoldo Kulcsar (5). En España, tuvo una relación con Arturo Barea, quien se divorció de su mujer y dejó a su amante por tener una vida junto a Ilsa Kulcsar. Esta sería la mujer con la que se exiliaría primero en Francia y luego en Inglaterra. En 1937, en plena Guerra Civil Española, Ilsa Kulcsar hizo un viaje en coche de seis días enteros del Madrid asediado a París, tan sólo para pactar con su marido el divorcio.
Con el ejemplo de Ilsa Kulcsar podemos ver que las mujeres también lucharon en la Guerra Civil Española, especialmente en el bando republicano (6). Ilsa es una de ellas, además de tener un rol importante entre los defensores y defensoras de Madrid, llegó a hacerse famosa durante la Guerra. Aunque esto hizo que muchas mujeres españolas la odiasen. Un ejemplo es Constancia de la Mora (7), quien quiso apartar a Arturo Barea e Ilsa Kulcsar de la Oficina de Censores enviándolos a Valencia.
Luchas internas y exilio junto a Arturo Barea
En cuanto a las luchas internas, Ilsa Kulcsar fue acusada de traidora en varias ocasiones. Hubo varias denuncias contra ella por parte de ciertos sectores comunistas, especialmente de comunistas alemanes (8). Se la acusaba de revisionista, traidora y trotskista. Y aunque llegó a declarar ante tribunales populares por estas denuncias nunca se demostró que fuese una traidora a la causa republicana. Quedó absuelta e incluso fue defendida por los comunistas rusos que estaban en España (9).
Posteriormente, debido a la tensión vivida en la retaguardia, fue Ilsa quien dio la idea de exiliarse a Arturo. Ambos estaban en Barcelona cuando esto sucedió, ya que habían sido llevados desde Valencia a la capital catalana por el SIM (Servicio de Inteligencia Militar) tras una denuncia contra Ilsa Kulcsar. Tanto Arturo como la brigadista se temían que fuese una denuncia política y les fuesen a dar “el paseo” en Barcelona. Al llegar a la ciudad condal, el marido de Ilsa Kulcsar, Leopoldo, la estaba esperando para completar el divorcio.
Pasados unos meses, Leopoldo murió en París y tanto Ilsa como Arturo, asentados en la Barcelona de aquel entonces, deciden exiliarse pasando una frontera que posteriormente muchos españoles pasarían en busca de la libertad, por la Junquera y Le Perthus, hasta llegar a Perpignan. Del sur de Francia consiguieron ir a París sin tener los medios suficientes. Ilsa Kulcsar y Arturo trabajaron como traductores en un París con ambiente de guerra (10).
Finalmente, tanto Arturo Barea como Ilsa Kulcsar se exilian en Londres, por la inminente llegada de la Segunda Guerra Mundial y los riesgos que Francia corría. En Londres establecieron su residencia habitual como muchos españoles (11), hasta 1957. En ese año murió Arturo Barea. Ilsa Kulcsar decidió regresar a su país y establecerse en Viena. Allí trabajó como responsable de formación del SPÖ (12) hasta su fallecimiento en 1973. Ni Ilsa Kulcsar ni Arturo Barea pudieron ver el sueño que les unió. Querían ver una España democrática, pero ambos murieron antes que el dictador Franco.