¡Valencia en llamas! Las fallas agermanadas de Carlos V

Carlos V no entraría con buen pie a España. No solo Castilla se mostraría reacia (1). También las Baleares y Valencia resultarían ser una piedra en el zapato para el nuevo monarca (2). ¡No le quería ni Dios! Pero centrémonos en el caso valenciano. Debido a la débil situación de su economía y a la aspiración de unos grupos sociales por mejorar sus condiciones de vida, se originaría un levantamiento revolucionario que asolaría tanto las ciudades como las zonas rurales conocido por el nombre de germanías (3).

Aunque los comuneros castellanos le hayan quitado protagonismo, lo cierto es que ocasionaron verdaderos problemas. Así como que tuvieron una serie de actores bastante interesantes: la Junta de los 13 (una especie de organización democrática), el fenómeno del Encubierto (una especie de justiciero cuya autoría todavía se desconoce) y la cuestión mudéjar.

Hacia la revuelta

La sociedad valenciana se había visto enriquecida gracias al comercio marítimo de sus puertos (4). No obstante, a principios del siglo XVI, una crisis económica afectaría duramente a la región. A ello, se le sumaría un mal temporal de lluvias y una peste en 1519 que agravaría la situación.

La rebelión de las Germanías
Artesanos valencianos tiñendo tejidos rojo

Motivo que echaría para atrás a Carlos V, que debía jurar ante las Cortes valencianas su fidelidad (5). Aunque uno, cuando es joven, puede cometer errores, otra cosa es que fuese tan inocente.

En aquél momento la piratería berberisca (6) también acechaba las costas valencianas. Por lo tanto era necesario que fuese hasta allí y que diese solución para ganarse la simpatía de la población. Vale, pues no… al tío no se le ocurrió otra cosa que ordenar a los gremios que se hiciesen cargo de esta amenaza. No supo lo que hizo. Ya que les dio permiso para que se organizasen en armas.

Artesanos valencianos relacionados con las germanias
Artesanos valencianos confeccionando un traje para un señor feudal o banquero. Fuente: Pinterest.

De esta manera el movimiento nacería de la mano de los gremios de la ciudad (7). Ya que eran el colectivo económico más vulnerable. Por un lado, tenían que competir con la presencia de capitales extranjeros en su sector (8). Mientras que por el otro, como había tantos artesanos para tan poco trabajo, entre ellos habían muchas rencillas.

Antiguamente ejercían una posición cómoda dentro de las actividades mercantiles que se daban dentro la ciudad. Por ejemplo, eran quienes determinaban los precios de los artículos o regulaban el mercado con medidas proteccionistas. Pero debido a la liberalización de la economía de inicios siglo XVI su ubicación privilegiada había dejado de existir. Ahora los que se beneficiaban eran los grandes comerciantes, banqueros y funcionarios de la capital.

Así pues, los gremios querían volver a controlar el cotarro. Y eso también se trasladaba al terreno político, el cuál se encontraba en manos de las oligarquías urbanas (9). Las cuales se habían enriquecido por lo comentado anteriormente.

En efecto, con impresionantes desfiles a lo militar constituyeron la corporación de los Trece (10). Se trataría de una institución gubernamental que, basándose en el modelo de las ciudades-estados italianas como Venecia, intentarían impulsar un organismo democrático aislado del poder real y aristócrata/oligarca.

Germanados vs Carlos V – La rebelión de las Germanías

No obstante, quién estuvo detrás de todo esto, fue la pequeña burguesía comerciante. Odiaban por igual a la nobleza y a los grandes comerciantes. Porque eran la razón de su limitado ascenso social. Vamos que eran los nuevos ricos. Por ello, no tuvieron problemas en juntarse con los gremios y demás clases populares. Se formo un frente común que no permitiese los abusos de los más privilegiados (11).

Pero la euforia no se pararía aquí. Una agitación popular no tardaría en extenderse por toda la ciudad. La consecuencia fue la huida en masa de las autoridades reales, el virrey y los grupos acomodados (12). ¡Que bien le vino esto a la Junta de los Trece, oye! Porque gracias al vacío institucional que habían dejado, supo consolidarse y presentarse como la única garantía de gobierno. A parte de gestionar los problemas de la ciudad, también prepararía un ejército (13) que hiciese frente a la contraofensiva monárquica.

Carlos V, desbordado por la situación en Castilla, confiaría a Diego Hurtado de Mendoza y Lemos (14) la resolución de  la crisis valenciana. Esta se extendería por el mundo rural, donde un empobrecido campesinado recibiría el fenómeno de las Germanías con entusiasmo (15).

La guerra estallaría en 1521 en dos frentes. El primero, en la localización de las comarcas de la Plana y el Maestrazgo, mientras que el segundo en las tierras sureñas de las comarcas de Alcira, Játiva, Gandía y Elche. Y para sorpresa de todos (sonido de tambores) el ganador fue… las tropas fuertemente preparadas de Carlos V. A ver, tampoco era tan difícil de adivinar (16). Tan sólo quedaba la ciudad de Valencia.

La caída de Valencia

La Junta de los 13 se vio desbordada por la situación en los dos frentes bélicos. Las derrotas supusieron golpes muy duros ya que se habían destinado demasiados recursos en revertir la situación. Por lo tanto, las políticas de bienestar que habían reclamando las clases populares, en un principio, fueron desatendidas. Aquello llevaría al ala más radical del movimiento a protagonizar una insurrección.

Por esta razón, los sectores más moderados de los agermanados, empezarían a establecer contactos con el virrey, en busca de su tranquilidad y confianza (17). Vamos, lo que se conoce como una traición. De ahí que aceptasen, a escondidas, una rendición impuesta por Diego Hurtado de Mendoza y Lemos. Así pues, las tropas reales entrarían en Valencia el 3 de marzo de 1522. No obstante, aparecería en el ámbito rural la figura del Encubierto (18).

Paz de las Germanías
Paz de las Germanías, cuadro de Marcelino Unceta, realizado en 1836. Fuente: Espaciocusachshttp.

La figura del Encubierto: el zorro valenciano

Las Germanías parecían haberse extinguido tras la toma de Valencia. Ahora bien, no fue del todo cierto. Alcira y Játiva se erigieron como los últimos reductos de resistencia. Tras la muerte de Vicens Peris, líder de los agermanados, en el campo empezaría a forjarse el mito del Encubierto. Para que nos hagamos una idea, una especie de zorro a lo valenciano. Se trababa de un personaje que actuando desde las sombras y en el anonimato daría esperanzas al herido movimiento.

Hay que entender una cosa. En el Levante español, las ideas cruzadistas contra el Anticristo y el mesianismo (19) estaban muy arraigadas en las zonas rurales. De ahí a que las promesas de mejoras sociales que giraban en torno al Encubierto y su inminente llegada tuvieron un gran impacto.

La rebelión de las Germanías
Ilustración del Encubierto. Fuente: Las provincias.

Pero, ¿quién era? A ver, las fuentes históricas no se han puesto de acuerdo todavía. Estamos apañados pues… Pero, sí podemos decir que habría dos candidatos muy probables a que fueran el Encubierto. Uno sería el mismísimo nieto de Fernando Católico y, el otro, un simple castellano llamado Antonio Navarro (20). Pero que vamos, podía ser el monaguillo de la parroquia o el vecino marujón del pueblo.

Lo cierto es que en aquellas circunstancias de fragilidad, era necesario ensalzar un personaje que volviese a retomar la iniciativa perdida (21). Sea quien fuere, tras su muerte le sucederían una serie de encubiertos. Por lo que su identidad queda más difuminada todavía. Esto se debe a la necesidad de seguir perpetuando su leyenda entre la base social que le mostraba apoyo en aquel entonces, es decir, el campesinado pobre.

Asimismo, Játiva y Alcira cayeron en diciembre de 1522. Las tropas reales, ahora en manos de Germana Foix, viuda de Fernando de Aragón (22), no tuvieron problemas en acabar con estos últimos focos rebeldes en 1523. La represión fue muy dura decretándose severos castigos para los últimos agermanados (23), que iban desde las matanzas en masa hasta los encierros de por vida.

El problema mudéjar

En Valencia coexistían las tres comunidades religiosas existentes en la Península: la cristiana, la judía y la musulmana (24). Esta última tenía una importante presencia en el campo. Era la mano de obra dócil y eficiente de la que disponían los terratenientes (25). Por ello, no es que le cayesen demasiado bien a los jornaleros autóctonos. Más cuando se interponían la diferencias culturas y religiosas entre ellos.

En consecuencia, los mudéjares (26) que cayeron en los territorios dominados por los agermanados (que Dios les pille confesados), conocieron una cruel persecución. Una vez sofocada las revueltas, las autoridades reales, decidieron respectar la comunidad mudéjar por el daño que había sufrido. ¡Eh! Pero no seria por amor al arte. Siempre es por algún motivo.

En efecto, la hostilidad mostrada hacia los rebeldes agermanados es la razón que explicaría esta gratitud. De esta manera, los mudéjares se convirtieron en unos fieles partidarios de Carlos V. Como consecuencia, este agradecería su apoyo, permitiendo la existencia de sus costumbres. No obstante, dejaría florecer un problema, que a la larga, desembocaría con el tema de los moriscos en el siglo XVII (27).

La rebelión de las Germanías
Familia de mudéjares valencianos. Fuente: Wikipedia.

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Referencias y bibliografía

Referencias

(1) En Castilla se daría el movimiento de los comuneros que duraría entre 1520 y 1521. Protagonizado por el bajo clero, las clases populares de las ciudades, el campesinado y la pequeña burguesía. Su descontento venía principalmente por la crisis económica que padecía el territorio castellano. A ello se le añadiría la llegada de un rey extranjero que no respetaría las leyes del reino de Castilla. También los conflictos entre los grupos sociales existentes harían en resto.

(2) En Baleares, en especial Mallorca, el fenómeno de las Germanías también llegaría. Los origines son muy parecidos al caso valenciano. Una crisis económica que empeoraría el contexto social de la región. El enfado de las clases populares urbanas, el campesinado del campo y el de la incipiente burguesía artesanal se harían notar cuando las autoridades reales encarcelaron a siete menestrales que protestaban por las situación de la isla. Se constituiría una junta de los Trece así como la preparación de un cuerpo militar propio que le diese apoyo. Las clases privilegiadas de la nobleza y de la alta burguesía tuvieron que refugiarse en Alcudia. Pero una vez que las tropas reales llegaron la revuelta sería sofocada a principios de 1523.

(3) El nombre de Germanías viene dada por las asociaciones de gremios que se juntaban para hacer frente a la piratería berberisca. Se trataban de hermandades gremiales que adquirieron una conciencia de lucha ante las problemáticas socioeconómicas de la sociedad valenciana de principios siglo XVI. Su odio se cernía sobre los nobles, funcionarios corruptos, banqueros, partidarios del rey y terratenientes, así como a la población mudéjar por estar del lado de estos últimos.

(4) Cataluña tras su guerra civil de finales del siglo XV había dejado una herencia en cuanto a las actividades comerciales marítimas se refiere. Momento que aprovecharían los grupos emergentes de Valencia.

(5) España en aquel momento se encontraba divida en corporaciones aristocráticas. En especial en los territorios de la Corona de Aragón, las cuales, tenían sus propias cortes y leyes.

(6) En el norte de África se encontraban los temidos corsarios berberiscos que asolaron el Mar Mediterráneo durante los siglos XVI y XVII. Se trataban de individuos que se hicieron a la mar con el fin de ganarse un futuro mejor en unas tierras devastadas por la pobreza. Así pues, crearían pequeñas flotas marítimas. Estas atacarían sin cesar a las ciudades portuarias de la Península, Italia y Francia.

Dentro del contexto geopolítico del momento: tensiones entre los reinos cristianos europeos y el Imperio Otomano. Este último, por interés estratégico y religioso, le daría apoyo a estos piratas musulmanes como una manera de debilitar a sus adversarios cristianos. En Valencia y Mallorca sus incursiones eran bastante frecuentes. Y como las autoridades reales y locales no daban basto con el problema. Los gremios fueron a pedirle al nuevo rey Carlos V que les diese la defensa de sus ciudades, como habían sido concedida tiempo atrás.

(7) Los gremios eran asociaciones de trabajadores manuales, también conocidos como artesanos, de un mismo oficio que se organizaban a partir de una estructura jerárquica (aprendices, oficiales y maestros). Como en Valencia, durante la Edad Media y hasta principios del siglo XVI, regulaban las actividades económicas gracias al monopolio que las administraciones les permitían tener. Esto se acabaría con la liberarización de la economía que trajo capitales extranjeros, los cuales al poseer mejores productos y al venderlos a mejor precio, provocaría una competencia desleal. A ello, la crisis ya comentada a lo largo del articulo provocaría un paro sin precedentes. Que afectaría a la clase artesanal. La cuál tendría un importante papel durante las Germanías.

(8) Cárcel, 1975, p.57.

(9) Se trataban de la alta burguesía, compuesta por individuos que habían hecho carrera en los puestos especializados que ofrecía la administración real, de productores-comerciantes con la posesión de considerables manufacturas, especialmente de sederías, o bien, habían obtenido un buen capital en sus actividades financiaras que habría destinado a la compra de propiedades en el campo. Son los llamados “ciutadans honrats”, los cuales, formaban la oligarquía urbana.

(10) Cárcel, 1975, p. 99.

(11) Furió, 1995, p. 234.

(12) Una agitación popular se extendería por toda la ciudad, alimentando consignas de participación democrática, mejoras de las condiciones de vida, incluso, de la liberación de alborotadores sociales presos por delitos cometidos en anteriores revueltas. La convulsión social era de una magnitud tan elevada, que hicieron marchar a las autoridades oficiales y al virrey de la misma ciudad.

(13) Se trataría de un ejercito de voluntarios cuya intención sería la de defender la Junta de los Trece ante las amenazas realistas. No obstante, a pesar de las ganas que le pondría sus integrantes. Lo cierto es que no estaban bien preparados ni tampoco bien suministrados. Por lo que los ejercitos de Diego Hurtado Mendoza y Lemos no le costaría mucho ganarlos.

(14) Diego Hurtardo Mendoza y Lemos había estado bajo las ordenes del Gran Capitán durante las campañas en Italia. Así como en la toma de Granda. Por lo que se trataba de un hombre experimentado en los campos de batalla. Sería nombrado virrey de Valencia por Carlos V en 1520. Las Germanías le pillaría de sopetón, obligándole a que abandonase la capital de la región. Pero no tardaría en ponerse a la cabeza de las tropas monárquicas encargadas de poner punto y final a la insurrección.

(15) Se trataba de un campesinado vulnerable, empobrecido y subalterno a unos propietarios que concentraban las mayores hectáreas de tierra. De manera que las promesas mesiánicas de los agermanados cuajaron entre este.

(16) La explicación de dicho fracaso debemos encontrarlo en las numerosas disputas internas que mantuvieron los dirigentes militares agermanados entre sí, además, del mal abastecimiento de las tropas, tanto en víveres como en armamento militar.

(17) Collado; Navarro, 2016, p. 200.

(18) Cárcel, 1975, p. 132.

(19) Alvárez, 2017.

(20) El cronista Rafael Martín de Viciana describiría en su obra «Crónica de la Ínclita y Coronada Ciudad y Reino de Valencia» a un hombre que pronuncio un discurso el 21 de marzo de 1522 en la plaza de la ciudad de Játiva. Se trataría de un castellano cuyo nombre sería Antonio Navarro. De complexión física delgada y mediana altura. Con poca barba y con vestimenta marinera. Dominaba bastante bien la oratoria en lengua castellana. En el discurso en cuestión, hablaría de que lo habría traído Dios para liberar a las tierras valencianas de la opresión de Carlos V. Después de que hubiese sido desterrado al peñón de Gibraltar por el cardenal Pedro Gonzáles Mendoza en un orquestada intriga. Ya que, supuestamente, se trataría del legitimo nieto de Fernando el Católico y de Germana de Foix, así como del hijo del príncipe Juan de Aragón.

(21) Alvárez, 2017.

(22) Segunda esposa de Fernando de Aragón y viuda tras su muerte, Germana de Foix se convertiría en la virreina de Valencia en 1523. Por su origen francés, ya que fue la sobrina de Luis XIII, se entendió de primeras con un soberano recién llegado a España que apenas sabía hablar castellano como Carlos V. Siempre se pensó en la existencia de un romance entre ambos. Lo cierto es que se tenían en gran estima. Prueba de ello fue que, como esposa del antiguo monarca de la Corona de Aragon, Germana de Foix no dudaría en aconsejar de la naturaleza política de aquellos territorios. Además de acompañarlo en su juramento a las cortes de Aragón y Cataluña.

Asimismo, le haría casar con Fernando Duque de Brandeburgo en 1519. Sin embargo, Carlos V seguiría manteniendo una buena relación con su abuelastra. Tanto es así que le pediría ayuda en las Germanías valencianas. La represión que ejercerían su marido y ella sería una vez venciesen a los rebeldes agermanados sería tal que su crueldad ha llegado en forma documental hasta nuestros días.

(23) Collado; Navarro, 2016, p. 218.

(24) En España a parte del cristianismo católico, que era la religión mayoritaria de la población, también el islam y, en menor medida el judaísmo, eran practicados. Los musulmanes se asentaron en la Península Ibérica en el año 711 y duraron hasta 1492 con la caída del Reino de Granada por los Reyes Católicos. Por lo tanto la presencia islámica en nuestro país fue más de tres siglos. Por ello, cuando los reinos cristianos peninsulares fueron arrebantándoles terreno, anexionándose de nuevo sus territorios, la gente que procesaba el Islam no dejó de serlo, naturalmente. Respecto a los judíos, su instancia en España data desde la época romana. Sus individuos practicaban actividades comerciales y financiarías. De ahí a que ocupasen cargos importantes en la administración de la Monarquía Hispánica. Ello le conllevó una mala imagen entre la sociedad. El antisemitismo era algo común en aquella época.

Asimismo, no sería hasta el decreto de 1492 que serían expulsados. De ahí a que actualmente haya en la actualidad la comunidad judía de los sefardíes, los cuales, hablan y escriben en castellano antiguo porque son los herederos de aquellos judíos expulsados. Más información en este articulo de Krhonos https://khronoshistoria.com/por-que-casi-no-hay-judios-en-espana-la-expulsion-de-los-sefardies/

(25) Cebrià, 1998 ,p. 242.

(26) Término por el que se conocían a las personas de origen musulmán en las sociedades cristianas de la Península Ibérica.

(27) Pérez, 2014, p. 150.


Bibliografía

  • Alvarez; J, 2017, «El Encubiero de Valencia, un impostor que se hizo pasar por nieto de los Reyes Católicos en el siglo XVI», www.labrujulaverde.com, 9 de marzo. [En Línea] Disponible en: https://www.labrujulaverde.com/2017/03/el-encubierto-de-valencia-un-impostor-que-se-hizo-pasar-por-nieto-de-los-reyes-catolicos-en-el-siglo-xvi (21 junio 2019).
  • Càrcel, R., 1975, Las germanias de Valencia, Ediciones Península, Barcelona.
  • Cebrià, E., 1988, Història del País Valencia, Ediciones 62, Barcelona.
  • Collado, M. y Navarro, P., 2016, La germanía de Valencia, Urgoiti Editores, Pamplona.
  • Furió, A., 1995, Històra del país Valencia, Ediciones Alfons el Magnànim, Institució Valenciana d’Estudis i Investigació Generalitat Valenciana, Diputació Provincial de València. Valencia.
  • Pérez, J., 2014, Historia de España, Barcelona, Crítica.
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David Martínez Fonseca
Licenciado en Historia por la Universitat de Barcelona. Interesado en la Edad Contemporánea, Mundo Actual, nacional y regional.