La leyenda del Mediohombre: El origen y la Batalla naval de Málaga (1704)

El almirante don Blas de Lezo es una figura poco conocida en nuestro país. Sin embargo, por su vida y por sus acciones, de haber sido súbdito de otro reino, hubiéramos tenido mucho más conocimiento de su figura histórica (1). En 2010, la revista Clio presentaba un artículo que hacía referencia al olvido existente sobre dicho marino (2). Pero este marino, conocido como el «medio hombre» por sus heridas de guerra, alcanzo la gloria en Cartagena de Indias. Hizo frente a un asalto británico dirigido por el almirante inglés Vernon el cual, a pesar de la desproporción de tropas a su favor, acabó por volver a la pérfida Albion. Pero para llegar a lograr esta gesta, tenemos que buscar los orígenes de nuestro protagonista, más de treinta años antes, en un caluroso mes de agosto de 1704 en la bahía de Málaga.

Como todas las leyendas, esta también tiene un origen, un principio que se pagara con la sangre de nuestro protagonista. Nos encontramos en 1704, en plena Guerra de Sucesión Española (3). En el cálido mes de agosto, la plaza de Gibraltar había caído en manos de los aliados. Oficialmente, había sido reclamada por el archiduque Carlos, aunque acabó ondeando el pabellón inglés (4). La población del puerto de Málaga estaba asustada, ya que cada vez que aparecía una vela enemiga, se cernía la amenaza del bombardeo y saqueo de la ciudad, como pasó en 1693 (5). Sin embargo, la flota francesa dirigida por el conde de Tolosa se acercaba a Málaga; era cuestión de tiempo que llegase, y se esperaba que la escuadra aliada, es decir holandesa e inglesa, no cayera sobre la ciudad (6).

Uno de los integrantes de esta flota era un joven guardiamarina cuya edad  no está clara y de nombre Blas de Lezo (7). Servía en la misma nave del conde de Tolosa, puesto de privilegio y donde comenzaría a labrarse su heroica carrera, como veremos a continuación. La otra cara de la moneda estaba en el bando rival donde otro joven guardiamarina, años más tarde, acabaría humillado por nuestro protagonista. Nos referimos al inglés Vernon, perdedor en Cartagena de Indias (8).

Ambas escuadras se encontraron el 24 de agosto de 1704 en la bahía de Málaga, lo cual ha dado lugar a la polémica de si es la batalla naval de Málaga o de Vélez Málaga (9). Sin caer en localismos, lo que sí podemos afirmar es que fue la batalla naval más importante de todo el conflicto, como señala Kamen en su clásico. Ambas flotas se pusieron en una formación similar, es decir, en línea. Aunque pueda parecer gracioso, la forma habitual de combatir durante toda la Edad Moderna era la de distribuirse en lineas paralelas y cada barco empezaba a disparar sobre el buque enemigo más cercano. Solo cuando la línea se empezaba a romper, se empezaba a intentar romperla para aislar a los buques más dañados o aislados y acabar con ellos.  Era el momento en el que la manada de lobos se abalanzaban sobre la presa indefensa. La escuadra dirigida por el francés conde de Tolosa estaba formada por 92 buques en total, mientras que la aliada dirigida por el almirante Rooke tenía un total de 69 buques. A pesar de tener un mayor número de naves la francesa, ambas escuadras tenían un número similar de cañones, por lo que se igualaba el combate.

Muestra de la igualdad del mismo es que ningún buque llegó a ser hundido, aunque si sufrieron grandes daños, con un gran número de muertos y heridos. El guadiamariana Blas de Lezo fue uno de los heridos en la refriega. La batalla acabó en tablas y ambos bandos se adjudicaron la victoria.

Estatua de don Blas de Lezo en Madrid. Fuente:https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/e/e4/Blas_de_Lezo_Madrid_2014_01.JPG
Estatua de don Blas de Lezo en Madrid. Fuente

Al igual que a otro gran marino vasco, Cosme Damian Churruca del que nos ocuparemos otro día, una bala de cañón le destrozó una pierna. Lo que para una persona cualquiera hubiera podido suponer caer fuera de combate o incluso morir por el shock producido, no bastó para que el «medio hombre» dejase de luchar. Permaneció firme en su puesto de combate hasta el final de la batalla y solo entonces dejó su puesto. Aunque sufrió la amputación de su pierna izquierda, su valor hizo que fuese ascendido a alférez. En 1705 a pesar de que había tenido una difícil recuperación, al año siguiente se había reincorporado al servicio. Fue recomendado por su comandante, el conde de Tolosa a un hábito, es decir, a que entrase en una orden militar que en la sociedad del Antiguo Régimen era una señal de prestigio. Pero Felipe V nunca hizo caso a la recomendación. A pesar de esto, a don Blas de Lezo no le hizo falta ningún hábito para convertirse en una leyenda, demostrando su valía en diferentes operaciones militares como capitán de navío y finalmente como gobernador de Cartagena de Indias. Por el camino, además de su pierna perdida en la bahía de Málaga, dio al servicio de su rey un ojo y un brazo. También hay una frase atribuida a él que demuestra su animadversión hacia los británicos: «Todo buen español debería mear siempre mirando a Inglaterra».


Referencias y bibliografía

Referencias

(1) El capitán de navío Zafra Caramé compara la situación de Blas de Lezo y de Horacio Nelson en España y Gran Bretaña, situándoles en el mismo plano. No obstante, hay que señalar el tono apologético del texto, alejado de la practica historiográfica así como varios errores en las fechas en Zafra Caramé, 2014, pp. 471 – 480.

(2) Giménez Chueca, 2010, pp. 66-73.

(3) Remitimos a nuestro artículo Juego de Tronos I: El inicio de la Guerra de Sucesión Española

(4) Kamen, H. 1974, pp. 23.

(5) Pérez de Colosía Rodríguez, Mª. I., 1998, pp. 665-680.

(6) Cabrera Pablos, 2003, pp. 52-59.

(7) En función del autor, se habla de quince años como hace Gracia Rivas, 2012, pp. 487-522 o de 17 años, edad expuesta por Cabrera Pablos, Ibídem.

(8) Gracia Rivas, 2012, pp. 487-522.

(9) Polémica supuestamente resuelta en Montero Fernández, F. y Ranea Fernández, M, 2010.


Bibliografía  

  • Cabrera Pablos, F., 2003, «La batalla naval de Málaga 1704», Andalucía en la Historia, pp. 52-59.
  • Giménez Chueca, I., 2010, «Blas de Lezo: el marino olvidado», Clio: Revista de historia, 109, pp. 66-73
  • Gracia Rivas, M., 2012, “En torno a la biografía de Blas de Lezo”, Itsas Memoria. Revista de Estudios Marítimos del País Vasco, 7, pp. 487-522.
  • Kamen, H., 1974, La Guerra de Sucesión en España 1700 – 1714, Grijalbo, Barcelona.
  • Montero Fernández, F. y Ranea Fernández, M., 2010, La batalla naval de Vélez Málaga (24 de agosto de 1704), Testimonios,  Graficas Axarquía, Vélez Málaga.
  • Pérez de Colosía Rodríguez, Mª I., 1998, «Actitud de los cabildos malagueños ante el ataque de la escuadra francesa mandada por Tourville 1693», en Universidad de Sevilla (ed.), El Mediterráneo: hechos de relevancia histórico-militar y sus repercusiones en España, (Sevilla, 9-12 de mayo de 1995): V Jornadas Nacionales de Historia Militar,  pp. 665-680.
  • Zafra Caramé, E., 2014, «Horatio Nelson versus Blas de Lezo», Revista General de Marina, pp. 471 – 480.
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Aitor Pérez Blázquez
Licenciado en Historia por la Universidad de Málaga, Máster en Ciencias Históricas por la Universidad Rey Juan Carlos y Especialista Universitario en Historia Militar por la Universidad Jaume I. Actualmente, compagino mi trabajo como profesor de educación secundaria en el IES Valle del Azahar (Cártama Estación, Málaga) con la preparación de mi tesis doctoral, sobre el reinado de Felipe V.

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