En el año 1274 a C., en una llanura cercana a la ciudad de Qadesh (1), el nuevo Imperio egipcio se enfrentó a sus vecinos del Imperio hitita (2). Se trata de la primera batalla de la cual se tiene un registro documental extenso, especialmente debido al uso propagandístico que el faraón Ramsés II (3) hizo de la misma, vendiendo el resultado como una gran victoria para Egipto, cuando la verdad fue que la batalla tuvo un desenlace poco claro.
La batalla de Qadesh: cómo usar la propaganda para vender tu verdad
Las causas de la batalla
Ramsés II, faraón del Nuevo Imperio egipcio, estaba decidido a seguir con la campaña expansionista que había instaurado su padre Seti I (4). Por eso centró su atención en el imperio vecino, los hititas, con los que su padre ya había tenido enfrentamientos tratando de recuperar el control de zonas en la actual Siria que anteriormente habían pertenecido al Imperio egipcio, pero que en ese momento se encontraban bajo el dominio hitita. Ramsés II trató de recuperar esos territorios entrando en guerra con los hititas.
Es en ese escenario bélico, donde tiene lugar la batalla de Qadesh. El detonante de la guerra lo provocó Egipto, cuando en el 1273 a.C. se lanzó a la conquista de Amurru (5), un Estado que hasta entonces había sido aliado de los hititas. Tras la guerra, este Estado abandonó la alianza con los hititas y se pasó al bando egipcio (6), lo que dio a Muwattalli (7) el pretexto definitivo para lanzar una campaña contra su vecino.
Los ejércitos enfrentados
Tras conseguir el pretexto para lanzarse a la guerra con Egipto, Muwattalli hizo valer los acuerdos con sus vecinos. Reunió así un gran ejército que le permitiría hace frente al faraón. Este ejército estaría compuesto por treinta y siete mil soldados de infantería y tres mil quinientos carros de combate.
Ramsés II por su parte, reunió a aproximadamente veinte mil hombres, repartidos en cuatro divisiones (8), con el faraón en cabeza. Entre esos veinte mil hombres había aproximadamente dos mil carros de guerra.
Ramsés es engañado: la batalla de Qadesh
Ramsés marchaba al frente de la división de Amón (9). Confiado en la victoria, no se dio cuenta de que se había adelantado al resto del ejército. Se asentó cerca de Qadesh, donde dos beduinos (10) capturados por sus hombres le informaron que el ejército hitita se había retirado por temor al poder de Egipto. Estos beduinos eran en realidad espías enviados por Muwattalli, que buscaban provocar el ataque de Egipto. El plan del rey hitita tuvo éxito, y Ramsés, deseoso de atrapar a Muwattalli y capturar la ciudad de Qadesh, se apresuró hacia una emboscada. Más tarde capturó a otros dos hombres que le revelaron la verdad. Pero ya era tarde. Las huestes hititas se abalanzaron sobre la división del faraón. Emboscado, y superado en número, la desesperación empezó a apoderarse del corazón del ejército egipcio.
Ramsés reacciono, reorganizó a sus hombres, y rezo a Amón para que le protegiera. Cargó con fuerza, buscando abrirse paso entre la hueste enemiga hacia el grueso de su ejército. En ese momento, llegó la división de Ptah (11). La llegada del grueso del ejército egipcio evito que la derrota fuera clamorosa. El faraón lideró los restos de la división de Amón junto a la de Ptah para empujar a los hititas, obligándoles a retroceder poco a poco. Los carros egipcios, más ligeros y maniobrables, parecían imponerse a los hititas. El enfrentamiento terminó en tablas, pues ningún ejército logró imponerse al otro. Ese empate llevaría al acontecimiento que realmente da relevancia a la batalla de Qadesh: El primer tratado de paz.
La firma del primer armisticio documentado
Si algo ha marcado la batalla de Qadesh para la Historia fue el tratado de paz que redactaron ambos Imperios tras el combate. Se trata del primer tratado de paz que se ha encontrado, y en él se pueden leer varias clausulas, en las que se detalla la nueva relación entre Egipto y el Imperio hitita. Esta nueva relación iba más allá del acuerdo de no agresión mutuo (12); que también se acordaba una alianza defensiva (13) y era de efecto permanente (14). Existen dos versiones de este tratado, una más antigua, que fue redactada en el Imperio hitita y enviada a Egipto para que el faraón la firmara, y una segunda versión, después de que el tratado fuera retocado en Egipto, la cual fue luego enviada a Hattus (15) para que el rey hitita la aceptara.
Ramsés y las fake news
Aunque la batalla de Qadesh terminó mayormente en tablas, puesto que ninguno de los dos gobernantes logró el objetivo que se había propuesto, ambos reclamaron la victoria como suya. Pero fue el faraón egipcio el que más se empeñó en querer que la Historia lo recordara como el vencedor de la batalla de Qadesh, llegando a hacer redactar un épico poema (16) en el cual se relatan los hechos ocurridos de la batalla desde su punto de vista. No solo eso, pues también erigió varios monumentos en los que se conmemoraba la gran victoria egipcia sobre los hititas.
El de la batalla de Qadesh no es el único caso en el que el faraón egipcio manipuló la verdad de lo ocurrido. Se sospecha que varios de los monumentos que erigió este faraón en los cuales se exaltaba su destreza militar, en realidad no eran más que falsos monumentos de propaganda para ensalzar la figura del faraón (17).
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